Superando las 3.500 muertes diarias, los accidentes viales se han convertido en uno de los principales temas de prevención en la agenda de los distintos gobiernos, que continúan buscando las mejores alternativas para disminuir estas alarmantes cifras que superan las causadas por muchas de las principales enfermedades en la humanidad.
La falta de seguridad vial no solamente deja el escalofriante registro de 1.3 millones de muertes anuales, sino que además se calcula que unas 50 millones de personas al año sufren lesiones asociadas con accidentes en la vía. De ellos los más afectados son los niños y jóvenes; así como peatones, bici-usuarios y motociclistas, estos tres, los actores más vulnerables en las calles.
Impulsados por estos datos y motivados por un bajo índice de resultados positivos en la disminución de la accidentalidad en el mundo entero durante la década pasada, las Naciones Unidas publicó este año una resolución para realizar, en el 2022, una reunión de alto nivel para mejorar la seguridad global en las vías. El esfuerzo hará parte de un trabajo conocido como el “decenio de acción para la seguridad vial 2021 – 2030”, proclamado por las Naciones Unidas y fomentando una gestión conjunta de las comisiones regionales de dicho organismo con la Organización Mundial de la Salud. El objetivo es claro y busca disminuir en un 50% las muertes y los accidentes que se producen en las vías, para cuando haya finalizado el mencionado periodo.
La reunión que se celebrará en Nueva York, en el macro de la Asamblea General de las Naciones Unidas, no debe pasar desapercibida en nuestro país. Este espacio debe ser aprovechado para incrementar la participación de distintos actores viales que están trabajando para que la mortalidad en las vías disminuya, y las mejores prácticas de prevención se continúen implementando en el país.
En Colombia, de acuerdo con cifras publicadas por medicina legal, entre enero y octubre del presente año, 5.887 personas han fallecido en accidentes viales. La cifra también tiene un componente que debería estudiarse por separado y es que el 83,2% fueron hombres y solamente el 16,8% correspondió a mujeres… tema que no entro a debatir aquí pero que sin duda abre muchas preguntas. De igual forma los resultados son contundentes al arrojar como primera causa de las lesiones fatales, la desobediencia a las señales de tránsito. La segunda es el exceso de velocidad y, en tercer lugar, está la embriaguez, que sigue siendo uno de los mayores desafíos en donde las personas deben entender que manejar y tomar, no deberían estar en la misma frase.
En medio del caos y los grandes debates sobre la asfixiada movilidad que tienen nuestras ciudades capitales (en las menos densas el desbarajuste es igual, pero su impacto es leve debido al bajo volumen de vehículos que circulan), sigue siendo una tarea compleja lograr que se fortalezca la implementación de las normas de tránsito, que parte desde una correcta formación de conductores y una exigente expedición de licencias de tránsito. Mientras sigamos con cursos de garaje y licencias que se pueden comprar desde ridículas cifras como 50 mil pesos, estaremos condenados a tener vías en manos de analfabetas viales… y aquí pocos se salvan.
Por ahora hay que creerle a lo que dicen las autoridades. Colombia pondrá su grano de arena en este trabajo que ha impulsado la ONU y la OMS, es así como de acuerdo con la Directora de Comportamiento de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el país trabajará sobre cuatro ejes: 1. Entender el error humano; 2. Corresponsabilidad compartida; 3. Vehículos seguros y 4. Velocidades seguras. Con estos elementos como pilares fundamentales, es que el Plan Nacional de Seguridad Vial espera reducir en 50% los malos registros que tenemos, fomentando unas vías más seguras desde ahora y hasta el 2030.
Campañas de educación vial más fuertes y una sensibilización mayor de cada uno de nosotros como actores viales son fundamentales, el respeto por el peatón y la capacitación a los miles de conductores que atacan las vías como pistas de carreras, se convierten en ideas fuertes que ya se habían puesto a prueba, hace algunas décadas en nuestras ciudades, y dieron frutos.
La tarea entonces vuelve a recaer en cada uno de nosotros, que deberíamos tener claro que el respeto por las normas y el autocontrol son los elementos que marcarán la diferencia y podrán poner en el retrovisor esas 1.3 millones de muertes anuales en el mundo.
Alfonso Castro Cid
Managing Partner
Kreab Colombia