Hablar de matemáticas o álgebra es un tema a veces no muy agradable. Genera sentimientos encontrados, algunas veces preocupación y más si este conocimiento forma parte del proceso cognitivo de un estudiante adolescente.
Tema en el que hoy en día los padres no intervienen mucho, debido a su rol laboral vertiginoso o porque dejan en manos de las instituciones la educación de su hijo y su estructura mental para afrontar nuevos retos académicos.
Las matemáticas en la vida son fundamentales para el desarrollo intelectual de las personas, nos ayudan a ser lógicos, a razonar de forma ordenada y estructurada y a tener una mente preparada para la crítica, el pensamiento y la abstracción.
Es aquí en este tema donde quiero centrar un poco la atención. Es preocupante ver como los gobiernos han incidido negativamente en la educación de nuestros jóvenes, ya que las instituciones educativas de muchos países, han bajado el nivel de exigencia en esta área y han minimizado la importancia de las matemáticas en el proceso cognitivo del adolescente y de su estructura mental.
Han desconocido la importancia del álgebra en el proceso de formación de nuestros jóvenes, creo que piensan como la mayoría de las personas, y, ¿Para qué sirven las matemáticas o el álgebra? Sin saber que las matemáticas son las que mueven el mundo, sin saber que las matemáticas son las que permiten que el estudiante estructure su mente y adquiera las bases sólidas para asumir nuevos retos profesionales en el futuro. Las matemáticas son una de las más importantes áreas del conocimiento de una persona y a su vez, tienen aplicación en otras áreas del conocimiento. Tienen un valor estratégico e influyen en la reputación científica e intelectual de los países.
Hace más de diez años, estos procesos académicos dejaron de ser exigentes y profundos en la educación de nuestros niños, hoy hay más flexibilidad en la enseñanza, sin analizar los efectos secundarios de esa estrategia, benévola para algunos estudiantes, pero nefasta para el futuro profesional de todos los adolescentes.
Al permitir a los docentes y estudiantes aprender este tema tan sensible de una forma más libre y espontánea, aduciendo el libre desarrollo de la personalidad e inteligencia de cada adolescente, simplemente, se están alterando las bases de esta educación, que es la que estructura el pensamiento crítico de los jóvenes y que los faculta para asumir cualquier reto profesional en el futuro.
Y son las bases las que permiten avanzar hacia otros niveles, es decir, para hacer un edificio robusto, sus bases deben ser fuertes y sólidas para sostener los niveles de altura que se quieren alcanzar. En medicina, tiene que tener un conocimiento básico de 5 años para poder enfrentar una especialización que marcará la diferencia en el futuro profesional de cualquier médico. La base del derecho mundial es el derecho romano, ese es el punto de partida para cualquier rama del derecho. Y así sucesivamente en todas las profesiones.
Pero para poder afrontar ese reto profesional, debes tener una estructura mental sólida y crítica, capaz de asumir la responsabilidad de iniciar y terminar una carrera profesional.
Es aquí donde entran en juego las matemáticas, particularmente el álgebra y más específicamente, los 10 casos de factorización del Álgebra de Baldor. Este tema tan fascinante, permite que el adolescente haga el cambio mental necesario para asumir los nuevos conocimientos que está a punto de aprender. Sin esta enseñanza es difícil lograr una estructura mental sólida y exigente que le permita al estudiante asumir cualquier reto profesional.
Soy testigo fehaciente de las bondades de esta área de las matemáticas y cómo generó en mí unas bases sólidas para enfrentar no solo materias como trigonometría, física, química, límites integrales y derivadas, sino el reto de asumir una carrera profesional y enfrentarla con éxito. Es más, ese mismo pensamiento estructurado me ha permitido enfrentar nuevos desafíos en mi vida profesional, laboral y personal.
Hoy en día el álgebra o los casos de factorización mueven el mundo. Los computadores, los celulares, los cajeros electrónicos y ciertos dispositivos tecnológicos vienen cargados en sus diseños con algoritmos (“Conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución de un tipo de problema”, es decir una combinación de integrales y derivadas) especiales que permiten su correcto funcionamiento y nos facilitan la vida, por mencionar algunos ejemplos.
No se pretende que eduquemos a todos nuestros jóvenes como genios o exijamos que sean matemáticos puros, pero si debemos exigir una estructura crítica y mental sólida en su conocimiento, aprendizaje y en su pensamiento, para que sigan contribuyendo al desarrollo y progreso de Colombia y el mundo.
Es aquí donde el libro Factorización para Todos, suple la deficiencia de la educación actual y provee las bases necesarias para los nuevos conocimientos y para desarrollar la estructura mental del adolescente, rompiendo el paradigma de que las matemáticas son difíciles. El libro explica de forma ágil, fácil, práctica y metodológica esta área del conocimiento desarrollando todo el potencial que tiene cualquier estudiante en esa etapa de su desarrollo, haciendo fácil lo que comúnmente llaman difícil.
No se quieren genios, se necesitan estudiantes con bases críticas y sólidas para que lleguen a graduarse del colegio y la universidad con buena estructura y crezcan profesional y laboralmente hasta donde ellos quieran. Tú como padre, tú cómo docente, tú como estudiante y el Estado como garante de la educación de un país, pueden retomar el camino hacia una buena educación recuperando el terreno perdido.
Con el libro Factorización para Todos, se puede alcanzar este objetivo, los invito a darle una mirada a este material educativo que debe estar, no sólo en todas las escuelas de cualquier país, sino en todos los hogares del mundo.
*Consultor empresarial y autor del libro Factorización para Todos
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