Al salir de un año 2020 que parecía interminable, especialmente por la prolongada y fluctuante crisis económica y de salud ocasionada por el actual virus regente y que quizás nos acompañe hasta parte del 2022, me sorprende la cantidad de hechos ocurridos en periodos de tiempo relativamente cortos.
En diciembre del 2019 se deba el cierre de un año lleno de manifestaciones y reclamos sociales, Colombia, Chile y Nicaragua compartieron titulares de protestas, todas generadas por diferentes razones pero que buscaban un mismo objetivo: jóvenes que intentaban ser escuchados y buscar generar cambios respecto a las políticas de los gobiernos en curso.
En nuestro país, unas ya olvidadas manifestaciones bautizadas 4D (por darse el 4 de diciembre) buscaban mantener el espíritu e interés de los hechos ocurridos el 21 de noviembre, en los que en medio de marchas que expresaban su descontento por el asesinato de los líderes sociales y excombatientes de las Farc, el desarrollo de políticas que apoyan el fracking, la falta de apoyo al campo y la lucha contra la deforestación, esfuerzos ineficientes para la implementación del acuerdos de paz, entre otras razones, se sumaba el asesinato del joven Dylan Cruz, joven asesinado por parte de un agente del Esmad, todo esto de cierta forma ha seguido vigente pero muy apagado por la crisis del covid-19.
En enero del 2020, apenas cuando el mundo despertaba de las celebraciones dicembrinas y las palabras de epidemia y pandemia no tenían mucho lugar en las conversaciones, el mundo sentía las tensiones de una posible confrontación entre EE.UU. e Irán. Tendencias en redes sociales bromeaban y advertían sobre una posible tercera guerra mundial.
En los primeros días de este nuevo año (2021), cuando se pensaba que el show de las elecciones presidenciales en Estados Unidos ya había acabado, se ve con sorpresa como ciudadanos ProTrump se tomaron el capitolio, expresiones de burla como “el país que invade a otros para instaurar democracias fue invadido” eran vistos en redes sociales.
Nuevas y viejas cepas, diversidad de vacunas, confinamientos, empleabilidad, comercio electrónico, integración tecnológica, crisis y reactivación económica, planes de inoculación y distintas modalidades de trabajo siguen siendo el grueso de las noticias y nuestras rutinas, pero a pesar de ello, de todas estas variantes, el 2020 fue un año sumamente productivo para millonarios y varias empresas, durante la pandemia las fortunas de varios dieron un salto gracias a su participación en el sector tecnológico, un escenario con menor competencia, adquisición de otras compañías y otros factores que dejaron –y siguen dejando- un jugoso botín en los bolsillos de los afortunados.
El primer año de esta década estuvo fuertemente cargado, se sintió eterno por el contexto pandémico y se espera que no sea un presagio de unos 10 años llenos de hechos trágicos e inusuales, sea lo que sea que nos depare este periodo de tiempo, existe causas y temas que serán claves para el desarrollo humano y la protección y restauración del medio ambiente.
Un tema asociado es la búsqueda de energías más limpias para la industria del transporte, la “descarbonización” parece una alternativa interesante, el objetivo es absorber dióxido de carbono del entorno para reconvertirlo en nuevo combustible o ser almacenado en el suelo, falta ver la viabilidad y alcance de esta tecnología que busca ayudar y dar rentabilidad a la lucha contra el cambio climático.
La lucha contra el cambio climático, la deforestación y la sustentabilidad son temas que han estado en la agenda y discurso político hace tiempo, pero a pesar de ello, como con muchas otras luchas, siempre se queda en intenciones y promesas de campañas, solo cuando las cosas realmente empeoran es cuando se aprieta el acelerador.
Otro fenómeno que será interesante observar es la reactivación e inversión que se está dando en el desarrollo de tecnología y viajes aeroespaciales, ricos viajando alrededor de la tierra y planes de construcción de bases lunares son la promesa y metas de varias compañías.
Desde Europa y Estados Unidos se impulsan cada vez más iniciativas de regulación a grandes compañías de tecnología como Amazon, Google y Facebook, se busca identificar y sancionar prácticas de acaparamiento del mercado, revisar el sistema de publicidad, tratamiento de datos personales, compra de compañías rivales y desventaja a competidores, estos temas parecen no interesar a la mayoría de los usuarios, pero de estas posibles regulaciones se pondrían límites y cambiarían la forma de operar de buena parte del sector de redes sociales, buscadores y el comercio electrónico.
En nuestro territorio temas claves a observar serán en definitiva las siguientes elecciones presidenciales, eso por dos razones; la estrategia de Uribe y el centro democrático, pasada un poco la tormenta relacionada con la renuncia e investigación del expresidente, se empieza a ver cómo el líder del partido de gobierno intenta nuevamente salvar a la patria de los mismos presidentes a los que ha nominado y coronado; la reforma electoral, la legislación para aprobar y permitir el voto electrónico ha estado avanzando, el problema y gran parte de la duda es sobre la transparencia y mecanismo para realizar esto. Surgirán muchas dudas sobre la seguridad y transparencia del sistema de votación, el partido Mira perdió en su momento 3 curules debido a “manipulaciones irregulares” en el software de conteo de votos, parte del problema fue que dicho programa es de una empresa privada y está demostró cómo se habría hecho el fraude, pero jamás se conocieron responsables de esos actos.
Implementación de los acuerdos, reforma agraria, de justicia, pensional y otros temas estarán bajo la lupa, además de los planes de vacunación y su ejecución.
Otro enigma a mediano plazo será la relación y el apoyo de Estados Unidos bajo el mandato de Joe Biden, durante su campaña había anunciado que el enfoque de la política y guerra antidrogas cambiaría, además, en diciembre un estudio financiado por el congreso estadounidense reveló que el objetivo de acabar con la producción de drogas en Latinoamérica había fallado y que la erradicación (y aspersión) no eran estrategias efectivas.
Sin duda, estos y otros temas -como la transición y aumento de la capacidad energética proveniente de fuentes limpias- ocuparan la agenda en los próximos años, lo único cierto que uno puede pensar mientras espera ver las sorpresas que nos depara el futuro es ¡vaya inicio de década!