Un paseo por mi feed
Abro mi red social y me detiene de seguir haciendo scroll un titular de un experto en suicidio, Brian L. Mishara: «La primera pregunta no ha de ser qué te pasa, sino quién eres». Me quedo rumiando quién soy yo.
Sigo bajando por el feed y me salen declaraciones de Rosalía llenas de intención, reconozco que en parte son buenas, pero desconfío de la mercadotecnia que se esconde detrás de todo producto de mercado. Rosalía lo es. Decido escuchar su disco y … me aburro.
Ante tanta crítica magnífica pienso si seré alguien sin paladar, olfato, oído o tacto. Concluyo que a pesar de todo, el canto alemán de mi pueblo en mis misas de domingo me emociona más, que lo de Rosalía se me queda corto. Tal vez la canción italiana me convence, pero poco más. Igual no soy su público, será eso.
Quién soy yo… vuelvo al la entrevista con Mishara, fundador y director del Centro de Investigación e Intervención sobre el Suicidio y Eutanasia de la Universiadad de Quebec en Montreal; „las personas no quieren morir, quieren dejar de sufrir“. Esta afirmación es poderosa, se la he oído cientos de veces a mi padre, un gran oncólogo. Y es que el sufrimiento está ligado nuestro ser. ¿Qué me hace sufrir? …
Un amigo me envía un poema. Me conmueve. Lo guardo en esa carpeta que tengo en mi escritorio “para mi funeral”, se llama. En ella voy guardando canciones, lecturas, poemas… Quiero facilitar la vida a los vivos y que me despidan como yo quiero. Que no inventen ritos que nunca se sabe con la modernidad…
¿Quién eres? Cuál es tu fortaleza, la que te da esperanza, sigo leyendo al experto en su entrevista… Tal vez muchos se lo preguntan y ante el vacío, el silencio en la respuesta se acaban definiendo erróneamente: abogado, trans, homosexual, vegano, pro Choice, madre… y todo eso está bien pero no nos define, a penas son roles, a veces incluso losas que nos pesan y el vacío crece… Puede que a algunos les valga esa superficialidad para definirse. Está bien. Cuando no convence, cuando el vacío crece hay quien encuentra respuestas en el vínculo filial.¿Quién eres? Soy hijo de Juan, el de Marujita, como decía la canción, y eso define un poco más porque te da una línea terrenal en la vida, un sentido de pertenecia a una tierra, en la historia de tu tiempo, te pone en un papel ante los demás, eres heredero de unas características físicas y de carácter que te acercan a tus padres pero uno anhela algo más, llenar esa infinitud personal que te dice una y otra vez, «esto no puede ser todo“.
Imagino que esa pregunta es la que tantos jóvenes se hacen hoy en Francia, en Inglaterra, en España … y han encontrado su yo en ese vínculo filial no terrenal, sino divino: saberse Hijos de un Dios todopoderoso que te ama y en el que encuentras todas las respuestas. Él te trae al mundo, en una familia, con unas habilidades, unas capacidades… Es ese anhelo infinito que algunos sienten como vacío. En Francia ha aumentado un 45% el bautismo de adultos, en Inglaterra, aunque no hay datos concretos, es notable el aumento de obispos anglicanos y laicos que se convierten al catolicismo y en España, el crecimiento de grupos y caminos de discernimiento acerca a gente joven, y no tan joven, a esa relación de Hijos de Dios. Acaban modificando su vida y su estar en el mundo comienza a ser de otro modo, más coherente, integrador, completo. Y hablan de lo que su corazón rebosa y trabajan dejando un poso porque desde ahí, desde dentro, es posible cambiarlo todo. “Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo, Tolstoy lo sabía.
Muchos lo hacen en silencio, sin anuncios, sin discos, con mucho discernimiento, con mucha oración y estudio, como se hacía antes, como se ha hecho siempre.
Salta en mi pantalla otra noticia viene a decir que lo católico está de moda , y pienso, soberana estupidez…
Pero los medios llaman al ruido tendencia. La coincidencia en el tiempo; de una película, Los Domingos, que tengo pendiente de ver, el anuncio de un modelo que entra al seminario, un disco llamado LUX, un bautizo mediático …
Todo esto tal vez sí sea una tendencia, pero no una moda… Moda es radiar la intimidad, llorar en un story, vender tu casa en instagram o volver al legging…
La tendencia nos habla del movimiento, de la dirección y el sentido que está tomando la sociedad europea. Sus jóvenes buscan la estabilidad de lo que permanece.
Venimos de un tiempo, tal vez unos 60 años quizá más, en los que de un modo feroz, compulsivo y hasta psicótico se ha barrido con ahínco la fe cristiana de lo social para dejarla reducida a lo íntimo del hogar, como acunsándola de vergonzosa y no son pocas las ocasiones en las que se la ha humillado para hacer burla de ella. Por otro lado, hemos abierto las puertas de la sociedad a hombres y mujeres que traen consigo su propia fe, sus creencias y las viven sin importarles qué dirán, y exigen su espacio social.
Tal vez esa coherencia ajena del que llega nos esté haciendo replantearnos propia. Pues bien, la tendencia indica, con o sin moda, que la sociedad está empezando a llenar ese vacío con una búsqueda real de lo permanente. Habrá que esperar un tiempo hasta notar los efectos de esta tendencia, pero está claro que ahora que el vaso se ha llenado de polaridad, ideas extremas de todos los sentidos, volver a la estabilidad de lo que permanece es un lugar seguro para seguir creciendo, personal y socialmente

