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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Álvaro Leyva

Francia Márquez asegura que tiene la conciencia limpia

La vicepresidenta, Francia Márquez, a través de su cuenta de X dijo sentirse tranquila y con la conciencia limpia al no tener nada que ver con el supuesto golpe de Estado que estaría fraguando el excanciller, Álvaro Leyva.

«No existe la posibilidad de que me preste para conspiraciones que atenten contra nuestra democracia. Ahora, quien sin mi consentimiento usó mi nombre, deja claro por qué lo hizo a pesar del daño causado. Me queda la tranquilidad de una conciencia limpia», escribió Márquez en la red social.

 

Asegura la vicepresidenta que hay un sector molesto por su presencia en el alto gobierno, calificando la actitud de «racismo solapado«.

Francia Márquez le exigió a quienes le tildaron de «traidora», rectificar sus palabras y señalamientos hacia ella.

«Espero que quienes sin dudarlo me señalaron de esta infamia, algunos incluso reclamando mi renuncia al cargo, tengan la estatura moral de reconocer su equivocación y rectificar», puntualizó.

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Francia Márquez pide a la fiscal general investigar el supuesto complot para sacar a Petro de la Presidencia

La vicepresidenta de la república, Francia Márquez, pidió a la fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, investigar con prontitud las afirmaciones que dan cuenta de un supuesto complot fraguado por el excanciller, Álvaro Leyva, para dar un golpe de Estado al primer mandatario, Gustavo Petro.

Márquez solicita además se indague si ella (Francia Márquez) tuvo algo que ver con este supuesto intento golpista.

 

«Considero de la más alta importancia que el país conozca con prontitud la verdad acerca de lo ocurrido», dice la vicepresidenta en el texto.

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Dice además que rechaza cualquier intento de atentar contra democracia y la institucionalidad, asegurando que no es una persona que puedan utilizar para este tipo de acciones.

El complot de Leyva

Aunque complot y conspiración se usen indistintamente para significar acuerdos secretos con el fin de cometer actos ilegales o dañinos como un asesinato, traición o corrupción –concierto para delinquir en la tradición gringa– nos inclinamos por el galicismo de complot para ubicar un Álvaro Leyva deseoso “de obtener poder y   dominio” mediante una conjura estrictamente política. Si bien la historia colombiana ha estado marcada por personajes oscuros y siniestros que han conjurado golpes de estado mediante actos viles de asesinato de poderosos, recordemos la Nefanda Noche Septembrina (1828), donde se puso al descubierto el periodo de “Conspiretas” de la patria cuando Pedro Carujo intentó el magnicidio del libertador Simón Bolívar pero la historia hasta ahora graduó a francisco de Paula Santander de la intentona sin éxito mortal. Posteriormente nuestro siglo XX demostró otra tentativa de derrocar el gobierno de Ernesto Sampér, y parece que hoy, en el siglo XXI, el peso de la historia lo cargará Leyva como depositario de todas las sospechas de desestabilizar el gobierno de Gustavo Petro.

A Leyva las fuerzas políticas de izquierda lo tildaron de traidor a la patria y la Ultra Derecha (Para el argentino Agustín Laje: Derechita Vergonzante) lo graduó de  solitario y fracasado golpista (aunque pudo ser el primer golpe de estado del siglo veinte) pero como no se dio, tendría que pasar algo más allá dentro de las circunstancias actuales del país para que sepamos la realidad. Porque hasta ahora  no se conocen situaciones atribuibles a un plan organizado donde confluyen muchas cosas como caldo de cultivo para fraguarse un “complot”, pongámoslo en su contexto: Por un lado se tiene la sensación de un país descuadernado por falta de consensos para gobernar, sumado a las conversaciones empantanadas con el Clan del Golfo, ELN y las disidencias de las FARC que no le permiten mostrar resultados de la política de Paz Total, en la medida que todos ellos esperan resultados y solo hay promesas incumplidas bien sea por falta de presupuesto o por falta de consensos políticos y respaldo ciudadano.

 

Por el lado de la vicepresidente Francia Márquez, nos debe muchas explicaciones, porque en la materialización de un derrocamiento, es ella -como vicepresidente- quien debe asumir el gobierno legítimo, y proseguir con el plan Leyva que aún no nos han querido contar.

Por parte de los norteamericanos sabemos, por fuentes periodísticas, que no quisieron participar, y no es difícil interpretar que en los planes de Trump está en primer orden su participación histórica en la próxima tercer guerra mundial entre Irán e Israel, lo que relegaría a un último plano un derrocamiento sudamericano progresista, que lo ve como una nimiedad en la geopolítica mundial y porque Petro no le aporta mayor relevancia a la consolidación de la agenda política Trumpista. 

Frente a la derecha colombiana toma la vocería el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien no deja pasar por alto este oportuno suceso para respirar una bocanada de oxígeno fresco  para politizar su eventual condena y martirizarse frente a una persecución conspirativa de Leyva. Uribe hará lo que mejor saben hacer las ultras caudillistas: apalancarse exponencialmente en su beneficio político quedando como mártir, perseguido y utilizado por la izquierda complotista.  Pregunta obligada sería si las Fuerzas Armadas están en el plan de Leyva?.

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Capítulo aparte nos merece la señora Fiscal General colombiana, ella ¿sabrá en que está metida?. Surgen serias dudas sobre si es plenamente consciente de la complejidad y profundidad del contexto en el que se encuentra inmersa. Resulta alarmante que ni siquiera hubiera escuchado el audio enviado por el presidente Gustavo Petro -quien la postuló para el cargo-, y que solo reaccionara una vez el contenido fue revelado por el diario El País de España, obligando al órgano investigador a despabilar, aunque la tendrá difícil por su exposición internacional ante investigaciones de presunta corrupción en el caso Odebrecht capítulo Guatemala, bajo el rigor de una fiscal de tendencia ultraconservadora. Sin embargo, regresando a Colombia, su situación es aún más delicada: no solo se espera que actúe con independencia institucional, sino que también carga con lealtad hacia el sector político de izquierda petrista. Debe tener muy claro que su permanencia en el cargo depende del órgano competente que puede removerla, no de quien la ternó, y que el cumplimiento imparcial de sus deberes es imperativo en el actual contexto de alta tensión nacional.

De todas formas, en las manos de ella reposa la responsabilidad de avanzar con prontitud en la investigación del denominado «complot Leyva», cuyas implicaciones superan el terreno penal para entrar de lleno en la gobernabilidad democrática. Nadie quisiera estar en sus zapatos que deben caminar por un verdadero laberinto institucional y emocional, en el que convergen nombres y hechos de gran peso simbólico y político: Petro, Uribe, Leyva, Odebrecht, y ahora, un presunto intento de magnicidio contra un precandidato presidencial de derecha. El entramado fáctico comienza a perfilar un escenario con múltiples cabos que conectan el atentado de Miguel Uribe con grupos armados como el ELN, las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo, todos actores que han expresado inconformidad con los incumplimientos en la implementación de la política de Paz Total. Interpretar el modus operandi de estos grupos no es una tarea compleja, pero sí urgente, para determinar si estamos frente a un hecho aislado o ante una estrategia concertada que podría alterar gravemente el curso institucional del país.

El complot Leyva les serviría a todos los presuntos señalados siempre y cuando se dé un cambio en las reglas de juego políticas -sin octava papeleta- para volver a barajar la partida y mejor aún con una vicepresidenta en modo aprendiz que Leyva pueda manipular, así se encarna en el papel de brujo, inmerso en conjuros institucionales, enfrentando acusaciones lanzadas por otra figura controversial con el tono de hereje, el ministro de justicia Eduardo Montealegre, quien quiere imputarle el “menoscabo de la integridad nacional”, un delito que acarrea hasta 30 años de prisión por “conspiretas” según el artículo 455 del Código Penal.

Pero, ¿qué está pensando Leyva?, un veterano zorro astuto de la política nacional, curtido en los laberintos del poder y habituado a navegar las aguas turbulentas de la intriga palaciega. Ha sido un actor transversal en todos los gobiernos, con todas las fuerzas y, sobre todo, profundo conocedor de los códigos ocultos del caudillismo colombiano. Quien ha estado en contacto directo con los principales protagonistas de la vida política del país -desde la derecha conservadora hasta la izquierda alternativa, pasando por el espectro liberal y el centro vacío- tiene la capacidad de articularse con todos, de interpretarlos y, llegado el caso, de confundirlos. Leyva sabe mover las piezas con maestría: mete a todos los actores políticos en un mismo costal ideológico y prende la trituradora política para ver qué sale de cara a las elecciones que se aproximan.

Así las cosas, no es descabellado anticipar que el presidente Gustavo Petro podría pasar a la historia no solo por liderar un gobierno de ruptura, sino por haber sido objeto del primer gran complot político del siglo XXI en Colombia. Aunque en grado de tentativa, la sombra de la conspiración comienza a delinearse. Ya no es solo materia para historiadores o teóricos de la política como Fouché o Maquiavelo; ahora es terreno fértil para quienes, como Leyva, entienden el poder no desde la legalidad, sino desde la alquimia del cálculo político, y ojalá que la fiscal logre salir de su laberinto para adelantarnos algo.

Luis Fernando Ulloa

Álvaro Leyva habría buscado apoyo en Estados Unidos para sacar a Petro de la Presidencia

En una revelación que sacude el panorama político colombiano, el diario El País de España informó que Álvaro Leyva, excanciller del gobierno de Gustavo Petro, habría viajado a Estados Unidos hace dos meses con el objetivo de recabar apoyo político para impulsar la salida del presidente colombiano. Según el medio europeo, Leyva mantuvo contactos con asesores cercanos a la administración del expresidente Donald Trump y con figuras del Partido Republicano.

De acuerdo con audios y declaraciones confidenciales citadas por El País, Leyva habría promovido una estrategia de presión internacional que desembocara en la destitución de Petro y la eventual sucesión presidencial a manos de la actual vicepresidenta, Francia Márquez.

 

La información, que aún no ha sido confirmada por las autoridades colombianas ni por Leyva, podría tener implicaciones significativas en el entorno político nacional, especialmente por tratarse de un exministro de Relaciones Exteriores, cargo que exige lealtad institucional y diplomacia. La presunta búsqueda de apoyo en sectores afines a Trump añade una capa de controversia, en un contexto marcado por tensiones entre el Gobierno Petro y la oposición.

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Voceros del oficialismo han calificado estas versiones como un intento golpista y han pedido a la Fiscalía y a la Procuraduría investigar si existen fundamentos legales para abrir una indagación formal contra Leyva.

Hasta el momento, Álvaro Leyva ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los señalamientos. Mientras tanto, la noticia ha generado un intenso debate en medios y redes sociales, agitando las aguas de una ya polarizada política colombiana.

Sube el enfrentamiento entre Gustavo Petro y Álvaro Leyva

El presidente, Gustavo Petro, desde la red social X anunció una demanda en contra de su exministro de relaciones exteriores, Álvaro Leyva, luego de que este último publicara una nueva carta en donde señala una supuesta adicción a las drogas del primer mandatario.

«Quiero presentarle las pruebas a la fiscal general de la Nación, ojalá mañana mismo, que muestra los actos de sedición de lo que Leyva llama: acuerdo nacional, que ahora propone con grupos de extrema derecha y grupos armados en guerra, al cual ha invitado a algunas personas muy conocidas, y donde se demuestra la reunión con Diaz Balart, que él ahora niega», escribió Petro en la red social.

 

Según Petro, las cartas de Leyva corresponden a una intención de sacarlo de la presidencia y señala a su excanciller de sostener reunión con el congresista estadounidense Mario Diaz-Balart, miembro de la Cámara de Representantes por el Partido Republicano, en las que asegura el primer mandatario, discutieron planes para derrocarlo.

Gustavo Petro hace referencia a las dos cartas que el exministro, Álvaro Leyva, hizo públicas en donde dice que el presidente en cada viaje al exterior acostumbra a desaparecer del escenario durante horas, sin que nadie sepa de su paradero, y reitera sus señalamientos de adicción a las drogas.

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María José Pizarro y Migue Uribe Turbay reaccionan a la nueva carta de Álvaro Leyva

Una vez más el exministro Álvaro Leyva enciende el debate por cuenta de la publicación de una nueva carta en donde siembra dudas sobre una supuesta adicción del presidente de la república a sustancias psicoactivas y asegura que sus desapariciones en los viajes internacionales, según el, son constantes.

«Señor presidente usted está enfermo. Su desaparición en París fue la reiteración de la conducta que puso de manifiesto una vez más la gravedad de su condición. De su adicción. Tan evidente lo ocurrido entonces que los hechos sucedidos se fueron confirmando con un sin número de testimonios», dice Leyva en su nueva carta.

 

La publicación del texto generó un nuevo enfrentamiento entre los integrantes del Pacto Histórico como la senadora María José Pizarro, quien rechaza las palabras del exministro y pide respeto por la privacidad del primer mandatario, y la del senador del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, quien exige claridad en este asunto.

«La carta de Álvaro Leyva solo degrada el debate político y es un atentado contra la legitimidad y la investidura presidencial. Cuestionable que la dignidad de un ex ministro se vea arrastrada a este comportamiento denigrante, lo peor, cada palabra es un llamado tácito al anunciado Golpe Blando por parte de los herederos de las más rancia oligarquía nacional. Sin argumentos, ni pruebas, con puras palabras y una “prosa” rimbombante ataca la dignidad del Presidente de la República y con ello, de unidad de la nación», afirmó la congresista Pizarro en su cuenta de X.

Por su parte, Miguel Uribe Turbay, congresista de oposición considera que llegó la hora de que el país conozca la verdad sobre el estado de salud mental del presidente de la república, Gustavo Petro.

«Las revelaciones de Álvaro Leyva no pueden quedar en una simple carta anecdótica», escribió Uribe Turbay en su cuenta de X.

En un trino posterior, el senador del Centro Democrático le pide a la plenaria del Senado discutir la solicitud de presentación de unos exámenes médicos al presidente de la República, Gustavo Petro.

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La respuesta de Gustavo Petro al excanciller Álvaro Leyva

El presidente de la república, Gustavo Petro, desde su cuenta de la red social X, respondió a los señalamientos que hizo el excanciller Álvaro Leyva quien a través de una carta asegura que el primer mandatario es adicto a las drogas, y que fue por esto durante un viaje a París no se supo de su paradero durante dos días.

Gustavo Petro en su respuesta pregunta a Leyva sí en París no hay parques y museos por visitar.

 

«¿Es que Paris no tiene parques, museos, librerias, más interesantes que el escritor, para pasar dos días? Casi todo en París es más interesante».

El primer mandatario dice además que en París tiene familiares y acude a su derecho de visitarlos y compartir tiempo con ellos.

¿Es que acaso no tengo hijas y nietas en París, muchísimo más interesantes que el escritor?, señala en su trino.

La carta del excanciller Álvaro Leyva desató una fuerte polémica en los diferentes sectores políticos del país, quienes se pregunta por el estado real de la salud mental del presidente, Gustavo Petro.

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Álvaro Leyva asegura que el presidente Gustavo Petro padece problemas de drogadicción

El excanciller, Álvaro Leyva Durán, dio a conocer a través de la red social X la carta que envió al primer mandatario en donde hace graves señalamientos relacionados con temas de salud mental de Gustavo Petro.

En el texto Leyva asegura que no tuvo la oportunidad de reunirse con el presidente Gustavo Petro para dialogar sobre la política exterior de su gobierno, y que la entonces directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Laura Sarabia, se encargó de dificultar las citas.

 

«Comprendí que ella era la dueña de su tiempo, de algunos quehaceres suyos y que, además, le satisfacía algunas necesidades personales”, dice el texto.

Más adelante, el exministro señala al presidente Gustavo Petro de ser preso de la actual canciller, Laura Sarabia y del ministro del Interior, Armando Benedetti, y recuerda en el escrito el escándalo que se desató luego de la revelación de los audios en los que se escucha al jefe de la cartera política amenazar con revelar detalles delicados relacionados con supuestos manejos oscuros de la campaña Petro Presidente.

Leyva en su carta hace énfasis en un episodio en París-Francia en un viaje presidencial, cuando Gustavo Petro desapareció de la escena durante dos días, sin que nadie supiera de su paradero. De acuerdo con el excanciller, fue entonces cuando supo del problema de drogadicción que padece el primer mandatario.

«Me apena decirlo hoy -tarde ciertamente-, pero por esa época ya tenía conocimientos suyos de similar comportamiento. Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción», señala dejando claro, además, que la recuperación de Petro no ha sido posible.

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Según Leyva Durán, esto explicaría las llegadas tardes a las citas; constantes incumplimientos en la agenda; frases incoherentes; cuestionadas compañías y revela, además, que el primer mandatario es víctima de momentos de soledad, ansiedad y depresión, problemas de los que no le ha posible recuperarse.

El exministro Álvaro Leyva termina su carta afirmando que el presidente Gustavo Petro se encuentra secuestrado por el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa; la canciller, Laura Sarabia y el ministro del Interior, Armando Benedetti.

El exministro de Petro, Álvaro Leyva, califica la paz total como «un fracaso»

El excanciller del Gobierno del presidente, Gustavo Petro, Álvaro Leyva Durán, desde su cuenta de X lanzó una fuerte crítica a la Paz Total, a la que tildó como «un fracaso».

Leyva Durán describió la experiencia vivida recientemente en un viaje a la región del Catatumbo donde según el, le pidieron el favor de llevar el mensaje al presidente Gustavo Petro de no seguir enviando «mariposas amarillas» a la población de este territorio.

 

-“Doctor, dígales a las autoridades de la capital, a Petro, a quien seguro usted conoce, que no nos siga mandando mariposas amarillas que acá de eso no se come. A Gabo, eso no le debe estar gustando”-, dice el exministro en su cuenta de X.

Finaliza su trino anunciando de lo que hablará en los próximos días y asegurando que la paz total es un fracaso.

«¿Los héroes del Catatumbo?, los personeros municipales. La semana que viene me referiré con detalle, a lo recientemente por mí vivido en esta sufrida tierra de Colombia y al fracaso de la política de paz del presidente Petro».

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Álvaro Leyva no asistió a la citación de la Procuraduría

A pesar de que el canciller, Álvaro Leyva, no asistió a la audiencia de la Procuraduría General de la Nación, quien adelanta una investigación disciplinaria por la licitación de pasaportes de Thomas Greg y Sons, su abogado de defensa Mauricio Dueñas, pidió suspender la audiencia disciplinaria que se adelanta en el Ministerio Público por la recusación que presentó en contra de Margarita Cabello para investigar al ministro de Relaciones Exteriores. El procurador a cargo del caso se tomó una hora para responder a la recusación.

El órgano de control disciplinario adelante un proceso en su contra por por haber declarado desierta la “licitación sin tener los fundamentos fácticos, jurídicos y técnicos, con lo que pudo transgredir los principios que rigen la contratación estatal”.

 

Leyva, alega a su favor que de no declarar desierta la licitación, hubiese quedo en manos del único contratista que, al final, presentó una oferta formal ante la Cancillería, argumento que es defendido por el presidente de la república, Gustavo Petro, quien fue enfático al decir que durante su mandato, no se adjudicarán licitaciones con únicos proponentes.

Luis Gilbert Murillo se encargará de la Cancillería

El embajador en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, asumió como canciller encargado mientras Álvaro Leyva cumple la suspensión impuesta por la Procuraduría General de la Nación.

 

La decisión de la Procuraduría de suspender al canciller Álvaro Leyva por el proceso de expedición e impresión de los pasaportes, fue asumida por el funcionario, lo que de inmediato motivó el llamado a Murillo para que asumiera como encargado.

El decreto para oficializar ese encargo, con fecha de este jueves 8 de febrero, fue firmado por el presidente Gustavo Petro un día después de que Leyva decidiera acatar la decisión y separarse de su cargo.

El canciller Leyva acata la suspensión de la Procuraduría

A través de un comunicado de prensa, el canciller, Álvaro Leyva, dio a conocer su decisión de separarse del cargo, luego de notificarse de la suspensión proferida por la Procuraduría General de la Nación.

«Es mi deseo precisar que continué ejerciendo las funciones propias de ministro entendiendo, con la asesoría de mi apoderado, que fue la propia Sala Disciplinaria de Instrucción, en el auto del 24 de enero de 2024, la que dispuso remitir copia de la providencia al señor presidente de la república para que diera cumplimiento a la medida de suspensión provisional», dice el texto.

 

Tras conocer la decisión del canciller, el presidente de la república, Gustavo Petro, a través de su cuenta de X mostró su desacuerdo y dijo a la procuradura, Margarita Cabello, que es el primer mandatario quien ratifica las suspensiones.

Procuraduría confirma el fallo contra el canciller Leyva

La Procuraduría General de la Nación, en un fallo de segunda instancia confirmó la suspensión al canciller, Álvaro Leyva, y abrió nueva investigación por presunto desacato de la suspensión provisional por tres meses.

El Ministerio Público suspendió al funcionario por las irregularidades que, de acuerdo a la investigación, se habrían cometido durante el proceso de licitación a la expedición de pasaportes.

 

Una segunda investigación se abrió, luego de que Leyva decidiera no acatar la decisión y continuar despachando desde el cargo, pese a estar notificado de la decisión.

«La Sala Disciplinaria de Instrucción señaló que dentro de los hechos que serán objeto de revisión se encuentran las determinaciones que el titular de la cartera habría adoptado y las comunicaciones enviadas representando a la Cancillería, desconociendo que se encontraba apartado del cargo e inhabilitado para ejercer las funciones correspondientes», señaló el órgano de control.

El silencio no es la opción

Lo peor que le puede suceder a un líder es cuando la mayor parte de su equipo permanece en silencio. Es como si le pusieran una venda en los ojos. Nadie es infalible y, aunque el ego pese, uno siempre necesita que alguien le señale las cosas que no está haciendo bien. Escuchar y tomar decisiones es, tal vez, una de las tareas más difíciles de la humanidad.

El gabinete presidencial está en tensión. Las cosas no avanzan al ritmo que el presidente desea. A él no le gusta que lo tilden de mal ejecutor, especialmente después de un año y medio de gobierno, tiempo en el que soñaba con cambios mucho más contundentes. Además, en Colombia, las expectativas sobre los mandatarios son desmedidas. Es cierto que el presidencialismo es fuerte, pero está muy lejos de ser todopoderoso. En su frustración, llama la atención de su gabinete y prioriza a aquellos que lo defienden a toda costa, como el canciller Leyva o Daniel Rojas de la SAE. Sin embargo, Gustavo Petro no es un líder centrado en el cómo se hacen las cosas, y en un momento de paranoia generalizada, poca gente siente confianza para avanzar con el plan de gobierno.

 

Aunque hay promesas que se han cumplido, otras van muy retrasadas. Aquellos que critican la baja ejecución en agricultura deberían revisar nuevamente las cifras, ya que no es verdad que tenga un mal desempeño. Incluso, a pesar de las trabas burocráticas, se ha avanzado más en un año y medio que en los ocho años anteriores. La prueba está en que, incluso con un aumento en el precio de la gasolina, los alimentos tienden a la baja y la inflación da un respiro. Este alivio es crucial para que el presidente pueda brindar tranquilidad. La macroeconomía va por buen camino, y Colombia se mantiene estable.

Entre las promesas retrasadas se encuentran, por supuesto, las reformas y algunos programas que podrían haberse ejecutado mejor o, al menos, con mayor celeridad. La paranoia que rodea al gobierno le impide ver que, muchas veces, puede aumentar su base de aliados entre funcionarios, líderes de opinión y organizaciones populares que llevan décadas esperando atención. No sería complicado poner en marcha el Fondo Colombia en Paz, que registra una de las peores ejecuciones gubernamentales, y así proporcionar alivio inmediato a las comunidades afectadas por la guerra y la violencia organizada. Lo mismo se podría hacer para revitalizar la dignidad de la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, tan necesaria hoy en día para proporcionar tranquilidad y una línea política clara para la disminución de los indicadores de violencia.

La posición del presidente no es fácil porque tiene razón. El Ministerio Público, que debería estar orientado a la provisión de justicia y a la protección de los Derechos Humanos, se ha convertido en el refugio de clientelistas que no lograron negociar con el gobierno nacional, lleno de burocracia ineficiente y ejecutando diligentemente el presupuesto de inversión en contratos de prestación de servicios, al mismo tiempo que ejercen su poder como operadores políticos. Francisco Barbosa, Margarita Cabello y William Camargo están hoy muy lejos de su rol original.

El problema del presidente no es tener la razón. Es evidente que ningún mandatario, ni siquiera el expresidente Uribe, ha estado bajo una atención tan intensa. Sin embargo, la paranoia lo lleva por un camino que él conoce bien y que no produce resultados positivos. Cuando hay silencio y uno siente que todos le dan la razón, es necesario desconfiar de inmediato, porque se corre el riesgo de conducir un coche de fórmula 1 con los oídos y los ojos tapados. El llamado del presidente es necesario para preservar la institucionalidad, pero en esto necesita mucha gente y el enroque no es una buena estrategia.

Nota: Quiero aprovechar este último párrafo para despedirme con amor de mis colegas y de Oscar Sevillano, mi editor en Confidencial Colombia, quien generosamente me ha abierto sus puertas. Continuaré con mi espacio de opinión y análisis en mi casa, Pares. Esperen novedades muy pronto.  

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Petro defiende al canciller Leyva

El presidente Gustavo Petro hizo una férrea defensa al canciller, Álvaro Leyva, tras la decisión de la Procuraduría de suspenderle del cargo por tres meses, mientras cursa la investigación por el proceso de licitación para la impresión y entrega de pasaportes.

Desde su cuenta de X, el primer mandatario aseguró que al interior de la Cancillería existe un cartel de la contratación que el ministro de relacione exteriores, frenó.

 

El primer mandatario, en días anteriores aseguró que esta no sería la única acción que se va a emprender a funcionarios de su equipo. Según él, se vienen una serie de acciones para no dejarle gobernar.