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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Donald Trump

El lugar donde ubicaron a Miguel Uribe y María Fernanda cabal durante la posesión de Trump

Con mucho entusiasmo, los senadores del Centro Democrático, María Fernanda Cabal y Miguel Uribe Turbay, junto al abogado, Abelardo de la Espriella, anunciaron de sus redes sociales de X que fueron invitados a la posesión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, mostrando en video las respectivas tarjetas.

A pesar de que los seguidores de los políticos de la derecha colombiana estuvieron pendientes de su presencia en el Capitolio durante la posesión, esto no fue posible porque al no ser invitados directamente por la Casa Blanca, si no a través de senadores republicanos como una participación del acto, los congresistas uribistas y el abogado De la Espriella se tuvieron que conformar con ser testigos del hecho a través de una pantalla gigante instalada en una calle de Washington, a las afueras del Congreso o dentro del recinto pero un lugar bastante lejano al recién posesionado presidente de los Estados Unidos.

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Esto equivale a asistir al acto de posesión de un presidente de la república en Colombia, no en una silla instalada en la Plaza de Bolívar junto a las grandes personalidades del Estado en Colombia, sino en la Carrera Séptima detrás de la barra de contención o lo que es peor, a través de una pantalla gigante en el Parque Simón Bolívar o en el Parque Nacional de Bogotá como cualquier ciudadano del común.

Las redes estallaron con memes y burlas a las tres personalidades uribistas. Aquí algunas de ellas:

Trump promete instaurar una época dorada en los EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado el inicio de una «era dorada» con el arranque de su segundo mandato, en un discurso inaugural en el que ha esbozado algunas de sus primeras medidas tras llegar al cargo y que incluirán la declaración de la emergencia nacional en la frontera con México y otra iniciativa para aumentar las extracciones de gas y petróleo.

Estados Unidos «va a volver a ser respetado en todo el mundo», ha anunciado Trump poco después de tomar posesión en el interior del Capitolio, donde ha repetido gran parte de las consignas que le han llevado de vuelta a la Casa Blanca cuatro años después.

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Quiere «poner a Estados Unidos en primer lugar», lograr un país «más grande, más fuerte y mucho más excepcional». De hecho, ha recalcado que este 20 de enero puede considerarse «el día de la liberación» y ha llamado a pasar página del «‘stablishment’ corrupto» que durante «muchos años» ha marcado el devenir del país.

Trump, que ha recordado el intento de magnicidio sufrido el verano pasado, ha señalado que si sigue vivo es porque Dios le ha permitido «volver a hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo», con una «vuelta política histórica» que llega con una batería de medidas bajo el brazo.

El magnate neoyorquino ha prometido resolver la «crisis de confianza» ciudadana y que el Departamento de Justicia no será un «arma» al servicio de intereses político, cuestionando de nuevo de manera velada los múltiples procesos que tiene abiertos en su contra y que le han llevado a ser el primer presidente condenado en la historia del país.

Frontera con México

«Como comandante en jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones», ha subrayado. Así, ha criticado que un Gobierno que ha dado financiación «ilimitada» a otros países para defender sus fronteras no haya sido capaz de proteger las suyas.

Decretará la emergencia nacional en la frontera sur, de tal manera que las autoridades estadounidenses frenarán cualquier «entrada ilegal» y deportarán a «millones de extranjeros delincuentes». «Vamos a instaurar la política de ‘quédate en México'», ha recalcado.

Dentro de las futuras órdenes ejecutivas se incluye la designación como organizaciones terroristas extranjeras de los cárteles de la droga, al tiempo que recuperará la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para perseguir a las bandas y redes de delincuencia que alimentan la inseguridad de las ciudades.

En términos sociales, ha anunciado que el género y la raza dejarán de ser «armas de ingeniería social», lo que implica por ejemplo que, por ley, «sólo habrá dos géneros: hombre y mujer». «Vamos a forjar una sociedad que sea ciega ante el color y que se base en los méritos», ha añadido. Asimismo, ha anunciado que readmitirá a los militares expulsados de las Fuerzas Armadas por no vacunarse contra el COVID-19.

Por otro lado, el nuevo mandatario norteamericano quiere combatir la inflación y mejorar el nivel de vida, para lo cual ha reiterado su compromiso de imponer aranceles a las importaciones y una nueva estrategia industrial y energética a nivel interno. Estados Unidos impondrá una «emergencia nacional energética».

«Vamos a perforar», ha asegurado Trump, que busca aumentar la extracción de gas y petróleo para reducir los precios, «llenar» las reservas estratégicas y aumentar las exportaciones de combustibles fósiles a otros países.

Recuperar el Canal de Panamá

El discurso de Trump ha incluido contadas alusiones a temas de política exterior, pero el magnate sí ha resumido su doctrina diplomática en que quiere que Estados Unidos «recupere su lugar como el país más poderoso y respetado de la tierra», con medidas simbólicas como el cambio de nombre del golfo de México, que pasará a llamarse golfo de América.

También ha aludido de nuevo al canal de Panamá, para insistir en que su objetivo es «recuperarlo». Considera que las autoridades panameñas han incumplido las promesas y han permitido que sea China quien tenga el control ‘de facto’ de esta estratégica infraestructura.

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Busca ser un presidente «pacificador» y ha resaltado que un día antes de que jurase el cargo este lunes Hamás accedió a entregar a un primer grupo de rehenes en virtud del alto el fuego suscrito con Israel.Copiar al portapapeles

Donald Trump toma juramento como nuevo presidente de Estados Unidos

El político republicano Donald Trump se ha convertido en el presidente número 47 de la historia de Estados Unidos tras jurar el cargo en una simbólica ceremonia que le permite volver cuatro años después a la Casa Blanca y que implica ‘de facto’ el final del mandato del demócrata Joe Biden.

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Trump, de 78 años, ha jurado sobre una biblia familiar, ante la que ha recitado en presencia del presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, la fórmula recogida en la Constitución: «Juro solemnemente que cumpliré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y haré todo lo posible para preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos».

La ceremonia, en la que también ha tomado posesión el vicepresidente J.D. Vance, ha tenido lugar en la rotonda del Capitolio, bajo techo, en lugar de frente al edificio que alberga el Poder Legislativo de Estados Unidos, debido a las bajas temperaturas imperantes en Washington. Cientos de personas han sido testigos de excepción de este momento, entre ellos Biden y el resto de presidentes vivos –Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton–, así como miembros de la futura Administración.

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Entre los invitados sentados en las primeras filas ha estado el magnate Elon Musk, aliado político de Trump y llamado a ser una figura clave del nuevo periodo político en el país norteamericano.

El mal tiempo ha obligado además a modificar los actos posteriores, entre ellos el habitual desfile protocolario posterior a la investidura formal, y Trump se dará un baño de masas en el estadio Capital One de Washington, con capacidad para 20.000 personas.

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¿Qué políticos colombianos fueron invitados a la posesión de Donald Trump?

A partir de este lunes 20 de enero inicia una nueva era para EE.UU. con la posesión de Donald Trump. Un acto que tiene sobre sí los ojos del mundo y que es sin duda una declaración política sobre lo que será la relación de esta potencia mundial con las otras naciones. Colombia no es una excepción y, sin la presencia del presidente Gustavo Petro y la invitación a reconocidos políticos de derecha, parece marcar el inicio de nuevas relaciones binacionales, al menos para los próximos dos años.

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Según reveló el embajador de Colombia en EE.UU. la razón por la cual el presidente Petro no fue invitado es porque para actos como este, propiamente, los llamados son los embajadores de cada nación en el país norteamericano. No obstante, Trump sí invitó a título propio a otros mandatarios, afines a su ideología, como el presidente de Argentina Javier Milei, Nayib Bukele presidente de El Salvador, Daniel Noboa presidente de la República del Ecuador y Edmundo González, a quien Trump reconoce como presidente electo de Venezuela.

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Así mismo, desde Colombia, otros personajes políticos de la derecha fueron invitados como es el caso de los senadores Miguel Uribe y María Fernanda Cabal, ambos del Centro Democrático. Así como también el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón.

Lo que pide Amnistía Internacional a Donald Trump

Imagen: Pixabay/CC/Ronile

Amnistía Internacional ha instado al presidente entrante de Estados Unidos, Donald Trump, a cumplir con las «obligaciones» del país en materia de Derechos Humanos, dado que el historial de su primer mandato y las promesas de la reciente campaña electoral de 2024 presagian «grandes amenazas» para esta nueva etapa en la Casa Blanca.

Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha destacado que Trump asume el cargo en un contexto en el que el sistema multilateral y de Derechos Humanos ya se encuentra en una situación «frágil», en parte debido a la falta de presión de la Administración de Joe Biden sobre algunos de sus aliados, como Israel.

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Callamard subraya que es «crucial» que Trump no continúe por este camino perjudicial, no solo por el bienestar de los Derechos Humanos en Estados Unidos, sino también como un referente para líderes globales, según un comunicado emitido por la organización.

«Las decisiones del presidente Trump influirán en la vida de personas en todo el mundo y afectarán a generaciones futuras», advirtió Callamard, pidiendo a Washington que «reafirme» su compromiso con la humanidad en lugar de «abandonarlo».

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Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía en Estados Unidos, criticó a Trump por atacar a «las comunidades más vulnerables» con un lenguaje «peligroso y cruel», refiriéndose a personas transexuales y migrantes, y por prometer represalias contra sus adversarios políticos y periodistas, acciones que, según O’Brien, «se asemejan a las tácticas de un líder autoritario».

La organización reafirmó su compromiso de levantar la voz contra «las crueles deportaciones masivas, los ataques a manifestantes y las restricciones al derecho reproductivo» durante los próximos años.

¿Por qué Donald Trump quiere el control del Canal de Panamá?

El canal de Panamá, una importante vía de 82 kilómetros de largo que cruza el istmo panameño y por la que pasa en torno al 6 por ciento del comercio mundial, se ha convertido recientemente en el centro de todas las miradas después de que el flamante presidente estadounidense, Donald Trump, haya amenazado con tomar el control del estratégico paso, construido por Estados Unidos en el siglo XX.

La vía, creada artificialmente y que conecta el océano Atlántico con el Pacífico, es conocida por su complejo sistema de esclusas, que permiten el paso de las embarcaciones. El canal actúa como piedra angular del transporte marítimo global y permite a unos 14.000 buques cruzar la zona cada año en vez de realizar difíciles y largos viajes a través del cabo de Hornos.

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Este viaje llevaría a las embarcaciones modernas unas dos semanas, mientras que cruzar el canal, que sirve de enlace vital entre los citados océanos, puede llevar tan solo unas diez horas de media. De acuerdo con la Autoridad del Canal de Panamá, durante el año 2022 atravesaron la vía un total de 13.489 buques, lo que supone un promedio de 37 barcos diarios. Desde su inauguración en 1914 han transitado por el canal más de un millón de barcos.

El canal de Panamá comenzó a construirse en el año 1903, poco después de la formación de la República de Panamá tras su separación de Colombia, y las obras duraron más de una década. Se estima que unas 56.000 personas de una treintena de países participaron en las labores de construcción, si bien unas 5.600 murieron durante estos trabajos.

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Aunque Panamá otorgó a Estados Unidos los derechos necesarios para operar la vía, esta acabó pasando a manos panameñas tras años de protestas, disturbios y una breve ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países, precisamente por las disputas sobre el control del canal.

Desde su apertura en 1914 hasta el año 1977, la vía marítima estuvo controlada por Estados Unidos, pero posteriormente, mediante los Tratados de Torrijos-Carter, Estados Unidos fue cediendo este control a Panamá hasta su retirada completa y efectiva más de 20 años después, en 1999.

Estos tratados garantizaron que Panamá obtendría el control del canal tras ese mismo año, poniendo fin al control estadounidense. Así, los pactos llevan los nombres de los dos firmantes: el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter y el comandante de la Guardia Nacional de Panamá, el general Omar Torrijos.

El primero de estos documentos garantiza la «neutralidad» del paso y refleja el «derecho permanente» de Estados Unidos de defender el canal ante cualquier amenaza existente, mientras que el segundo consolida su traspaso a las autoridades panameñas. Así, quedó reconocida la soberanía de Panamá sobre la llamada Zona del Canal, la cual quedaba sujeta a la legislación panameña pasándose a llamar Área Canalera.

La administración del canal quedaba de esta forma en manos de una agencia del gobierno estadounidense, cuya junta directiva pasó a estar integrada por cinco estadounidenses y cuatro panameños, todos nombrados por Washington.

Entre los años 2007 y 2016 se llevó a cabo un proceso de expansión que permitió introducir esclusas más grandes para el paso de buques de mayores dimensiones, con la vista puesta en lograr una cadena de suministros más eficiente.

Tarifas y control

Trump, conocido por su actitud imprevisible y sus polémicas declaraciones, ha puesto sobre la mesa ahora la posibilidad de recurrir a «medidas de presión militares o económicas» para poder controlar el canal de Panamá o, entre otras cuestiones, el archipiélago de Groenlandia.

Según el magnate, Panamá cobra a Estados Unidos «tarifas exorbitantes» por hacer uso de la vía marítima, cada vez sujeta a una mayor influencia de China. Es por ello que Trump ha arremetido contra el Gobierno panameño, al que señala por cobrar «tarifas ridículas» a un país que ha sido «extraordinariamente generoso» con el país centroamericano.

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Durante un discurso dado a principios de enero, el republicano afirmó que, de no cumplirse el espíritu del acuerdo entre los dos países, se exigirá la devolución del canal, unas declaraciones que han sido rechazadas por las autoridades de Panamá. Sin embargo, el propio tratado señala que el canal debe mantener su neutralidad, lo que implica que el Gobierno no puede aplicar exenciones o medidas más laxas a barcos de determinada bandera, ni siquiera la estadounidense.

El ministro de Exteriores panameño, Javier Martínez Sacha, ha afirmado que la soberanía del canal «no es negociable» y que se trata de una «conquista irreversible». La situación, que ha llevado a países como China a reivindicar la «neutralidad» de la vía naval y la soberanía panameña, ha llevado al presidente del país, José Raúl Mulino, a asegurar que «cada metro cuadrado del canal y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo».

Trump no es el primer político estadounidense que se opone a la soberanía panameña sobre el paso. En 1976, un año antes de la firma de los tratados Torrijos-Carter, el candidato republicano a la Casa Blanca, Ronald Reagan, afirmó que el verdadero propietario de la zona del canal era el pueblo estadounidense.

Ahora, el aumento de las tarifas para atravesar la zona se debe en gran medida a la fuerte sequía, que ha reducido el nivel del agua y pone en peligro el correcto funcionamiento del sistema de esclusas. Asimismo, el Gobierno panameño ha limitado la cifra de buques que atraviesan la zona para lograr una disminución del impacto medioambiental.

Estados Unidos, seguido de China y Japón, es el principal cliente del canal, y casi el 72 por ciento de la carga que pasa por él proviene o se dirige a puertos estadounidenses. La mayor parte de las mercancías que atraviesan la zona son productos derivados del petróleo, grano, carbón, crudo, vehículos y comida enlatada, entre otros.

Presencia China

Trump ha asegurado que la presencia de China ha aumentado en la zona y ha apuntado incluso al despliegue de soldados del gigante asiático, quienes estarían «operando» el canal desde las sombras.

Esto ha llevado a Mulino a rechazar tajantemente estas palabras: «no hay soldados chinos en el canal». «El canal no está controlado ni por China, ni por la comunidad europea, ni por Estados Unidos ni por ninguna otra potencia», ha dicho. Asimismo, ha afirmado que todo el mundo «es libre de visitarlo».

No obstante, dos de los puertos de entradas al canal están gestionados por la compañía Hutchison Holdings, con sede en Hong Kong, una cuestión que ha hecho saltar las alarmas en territorio estadounidense. Washington considera que Panamá y China han ido acercándose durante los últimos años, especialmente después de que el Gobierno panameño decidiera cortar sus relaciones diplomáticas con Taiwán para sumarse a la iniciativa económica china de la Franja y la Ruta.

¿I took Panamá 2.0?

A los pocos días del pronunciamiento de Donald Trump anunciando que el Canal de Panamá debe ser devuelto (sic) a los Estados Unidos, falleció el expresidente Jimmy Carter, quien negociara y consiguiera la reversión de la administración -más no la propiedad, ni la soberanía- del Canal de Panamá y la zona adyacente mediante tratado firmado y ratificado en 1977. La franja interoceánica de 10 millas fue obtenida en 1903 por Estados Unidos para la construcción del canal y su posterior operación a perpetuidad, después de la declaración de la independencia de ese país de Colombia con el apoyo militar de Estados Unidos. Fue ese el complejo episodio que justificó la lapidaria frase del entonces presidente norteamericano, Theodore Roosevelt: “I took Panama.”

La justificación aducida por Donald Trump es completamente espúrea. El Canal jamás fue propiedad de Estados Unidos, que como se dijo, consiguió su administración mediante el uso de la fuerza del naciente país, carente de ejército e instituciones consolidadas. Tampoco es cierto que Panamá le cobre precios exorbitantes a Estados Unidos por cruzar el Canal. Las tarifas son las mismas para los buques de todas las nacionalidades y se fijan después de escuchadas las observaciones de las navieras y demás interesados en audiencias públicas sobre las cuales no se ha presentado glosa alguna desde que Panamá recuperó la operación del Canal en 1999. Cuesta más descargar un container en el puerto de Nueva York que el cobro por pasar el canal entre el Caribe y el Pacífico.

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Trump se refiere al Canal como de propiedad de Estados Unidos porque este país lo construyó a comienzos del siglo XX. Cuando regresó a manos panameñas ya estaba amortizado y se había tornado obsoleto y poco competitivo. Por su ancho de apenas 110 metros ya no cabían buques de gran calado, entre ellos los de guerra de Estados Unidos. Mucho del comercio ya estaba dando la vuelta por el Cabo de Hornos en América del Sur o Cabo Esperanza en Sudáfrica.

El Canal de hoy fue ampliado a 180 metros con una inversión US$5.500 millones de dólares financiada exclusivamente por el gobierno de Panamá y su Canal, lo cual de paso ha mejorado la seguridad de EE. UU., pues por las nuevas esclusas pueden transitar los barcos de guerra de ese país. La imputación falsa más grave de Trump es, sin duda, la de que el canal es operado por personal militar de la China. Como lo reafirma Juan B. Sosa, exembajador de Panamá a Estados Unidos en la década de los ochenta y miembro de la Junta Directiva de la Comisión bipartidista del Canal de Panamá en 1987-89, en carta dirigida a Fox News, “Puedo decir sin lugar a equivocarme que China no tiene control, ni siquiera influencia en las operaciones del Canal de Panamá”. La única relación con China es la de Hutchison Whampoa, una corporación de terminales de contenedores con sede en Hong Kong que se encuentra en la entrada del Pacífico y el Atlántico del Canal de Panamá, pero fuera de su área de operaciones. Hutchison Whampoa ganó la concesión para administrar los puertos de Cristóbal y Balboa en un proceso abierto en 1995, cuando Hong Kong era un protectorado del Reino Unido y es una de las cuatro compañías internacionales que operan terminales de contendedores para los puertos de Panamá. Las otras son SSA Marine de la empresa Carrix, de Seattle, Washington, el operador de terminales de contenedores más grande de Estados Unidos; la segunda terminal -PSA- administrada por una empresa asociada a los puertos de Singapur y una tercera -Evergreen- gestionada por una empresa taiwanesa.

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La única amenaza que se cierne sobre la continuada neutralidad del Canal de Panamá es la del presidente de Estados Unidos a partir del 20 de enero. Hacemos votos porque el derecho triunfe sobre la fuerza y no haya un “I took Panama” 2.0.

Clara López Obregón

Exportaciones colombianas a EE.UU. crecieron en 2024 ¿Qué esperar con Donald Trump?

Entre enero y noviembre de 2024, las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos registraron un aumento significativo del 7,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando un total de 13.106 millones de dólares. Este crecimiento se ha visto impulsado principalmente por productos como petróleo, oro, café sin tostar, flores y puertas y ventanas. A pesar de las incertidumbres generadas por el contexto internacional y la política comercial de Estados Unidos, las relaciones comerciales bilaterales entre ambos países se mantienen en buen estado.

Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de Colombia, representando el 29% del total de las exportaciones colombianas en 2024. De los 13.106 millones de dólares exportados, más de la mitad, el 52,2%, correspondió a productos minero-energéticos, como el petróleo y el oro, mientras que el 47,8% restante fue destinado a bienes no minero-energéticos. Entre los departamentos colombianos con mayores exportaciones hacia Estados Unidos se encuentran Antioquia, Bogotá y Cundinamarca, con Antioquia liderando la lista con un total de 2.492 millones de dólares, aunque con un modesto incremento del 2,7%. Bogotá experimentó un notable crecimiento del 22,3%, alcanzando 1.664 millones de dólares.

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A pesar del buen desempeño en las exportaciones, los analistas y empresarios colombianos siguen atentos a las políticas comerciales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien recientemente asumió su segundo mandato. En su primer periodo presidencial, las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos no se vieron gravemente afectadas, aunque la incertidumbre sobre nuevas medidas arancelarias o modificaciones al Tratado de Libre Comercio (TLC) mantiene a las empresas colombianas en alerta. Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, ha expresado su preocupación por la falta de inclusión del sector privado en las negociaciones del TLC, lo que podría generar consecuencias negativas para las exportaciones colombianas.

En este contexto, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China también han generado un nuevo panorama para el comercio internacional, creando tanto riesgos como oportunidades para Colombia. La guerra comercial entre ambos países, que ha incluido la imposición de aranceles sobre productos chinos, ha llevado a China a diversificar sus fuentes de importación, abriendo un espacio para que países como Colombia aumenten su participación en mercados alternativos. Colombia podría beneficiarse de esta situación fortaleciendo su agroindustria, con productos clave como café, flores y frutas, que podrían captar la atención de China, un mercado que busca reducir su dependencia de Estados Unidos.

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Por otro lado, las medidas adoptadas por Trump, que incluyen aranceles del 25% sobre productos de México y Canadá y un 10% sobre productos chinos, podrían generar un encarecimiento de productos en el mercado estadounidense, lo que afectaría a los consumidores de ese país. Sin embargo, para que Colombia aproveche estas oportunidades, es crucial que el país acelere la modernización de su infraestructura, especialmente en los sectores aduanero y de transporte, para mejorar su competitividad y optimizar la cadena de suministro, lo que le permitiría responder de manera eficiente a los cambios en las dinámicas comerciales internacionales.

Las perspectivas para las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos y otros mercados siguen siendo positivas, pero el país debe estar preparado para enfrentar los desafíos derivados de las tensiones geopolíticas y comerciales que están redefiniendo el comercio global.

Donald Trump queda sin castigo por caso de ‘Stormy Daniels’ 

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido condenado este viernes a «libertad incondicional» por un tribunal de Nueva York en una decisión que no implica ni multa, ni cárcel, ni tipo de castigo alguno más allá de la condena inicial por el caso de soborno a la exactriz porno Stephanie Clifford, conocida como ‘Stormy Daniels’.

Trump fue condenado en abril por un total de 34 cargos, cuando aún no estaba siquiera confirmado como candidato oficial a la Casa Blanca. El juez le responsabilizó de falsificación documental para ocultar un pago de 130.000 dólares a ‘Stormy Daniels’, a la que pagó para que no hablase de una supuesta relación extramatrimonial.

El presidente electo, que se ha pasado meses denunciando el caso como una persecución política, no ha estado presente en el tribunal de Nueva York y ha escuchado la sentencia por videoconferencia desde su residencia de Mar-a-Lago (Florida).

En su declaración final antes de escuchar la sentencia, Trump ha declarado que todo este caso «ha representado un paso atrás para Nueva York y su sistema judicial» e insistido en que lo ocurrido «ha sido una caza de brujas política», concebida para dañar su «reputación».

Distinción entre el cargo y el ocupante

El juez instructor Juan Merchan ha querido recalcar, antes de leer la sentencia, que Trump ha salido beneficiado de las protecciones legales que acompañan a la figura del presidente de Estados Unidos, el factor crucial que ha condicionado sus deliberaciones, antes de separar a la persona del cargo.

«Lo extraordinario son las protecciones legales que acompañan al cargo del presidente de Estados Unidos, no a quien lo desempeña», ha manifestado el juez.

«Los ciudadanos normales y corrientes no reciben esta clase de protección. Es el cargo quien se la concede a su ocupante y la ciudadanía de esta nación ha decidido recientemente que usted, una vez más, debe beneficiarse de ellas», ha zanjado el magistrado en referencia a casos previos en los que Trump ha resultado exonerado por su inmunidad presidencial, como el de su presunta implicación en el ataque de sus simpatizantes al Capitolio en enero de 2021.

Sea como fuere, la sentencia no afecta en absoluto al hecho de que Donald Trump fue condenado como culpable por el caso ‘Stormy Daniels’ y el magnate estadounidense se convertirá, dentro de diez días, en el primer presidente de Estados Unidos con un veredicto judicial de culpabilidad a sus espaldas.

Donald Trump quiere también a Groenlandia

Groenlandia ha sido históricamente un territorio de interés estratégico tanto por su magnitud –es la mayor isla del mundo– como por su ubicación, a medio camino entre los océanos Atlántico y Ártico. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, lo tiene ahora de nuevo en su punto de mira, con órdagos incluso a movimientos militares como herramienta de presión.

La colonización de Groenlandia se remonta al siglo X, con una ocupación nórdica que no terminó de resolverse del todo hasta el siglo XIX, cuando la isla ya quedó bajo control de Dinamarca. Desde 1979, goza de autonomía con respecto a la metrópoli y en 2008 Copenhage renunció a la mayor parte de las competencias, con la salvedad de ámbitos clave para la seguridad como política exterior o Defensa.

En la actualidad, apenas 55.000 personas viven en Groenlandia y sus intereses están representados directamente por dos diputados en el Parlamento central danés, tal como ocurre con las islas Feroe. Sin embargo, el sentir mayoritario entre la población groenlandesa pasa por seguir rompiendo lazos con Copenhague, una carta que está ya contemplada.

Desde 2009, Groenlandia tiene derecho a declarar su independencia mediante referéndum, una aspiración agitada de nuevo en estas últimas semanas por el primer ministro local, Mute Egede.

«Groenlandia no está en venta», coinciden tanto Egede como la jefa del Gobierno central de Dinamarca, Mette Frederiksen, que han salido al paso desde diciembre de las aspiraciones soberanistas resucitadas en las últimas semanas por Trump, que ya sondeó esta posibilidad durante su primera mandato presidencial y ahora ha elevado la apuesta.

Estados Unidos ya compró Alaska en 1867, fecha en la que el entonces presidente, Andrew Johnson, llegó a plantearse adquirir también Groenlandia. Y no fue la única vez, puesto que hace casi ocho décadas la Administración de Harry S. Truman hizo una oferta formal para quedarse con la isla a cambio de 100 millones de dólares en oro, tal como trascendió posteriormente.

Trump no ha dicho cuánto estaría dispuesto a pagar ahora, pero sí que ha hecho público su interés, apelando a temas de seguridad nacional para reclamar Groenlandia –también el canal de Panamá–. El magnate republicano alude a los movimientos de barcos rusos y chinos en las inmediaciones.

Estados Unidos ya cuenta con presencia militar, en virtud de una alianza con Canadá que se remonta a 1958, en plena Guerra Fría, y que lleva por nombre Mando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD, por sus siglas en inglés). Cuenta con varias instalaciones, incluidas bases militares, con el objetivo de recabar información de Inteligencia y contener potenciales amenazas.

Sin embargo, el progresivo deshielo del Ártico y la consiguiente apertura de nuevas rutas de navegación acrecientan el interés económico y político en esta zona, rica además en recursos naturales como el petróleo y el gas y también en minerales raros, claves por ejemplo para la fabricación de productos tecnológicos.

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Siguen las fricciones entre Panamá y Donald Trump por la soberanía del Canal

El ministro de Exteriores de Panamá, Javier Martínez Sacha, ha afirmado este martes que la soberanía del canal «no es negociable» y es una «conquista irreversible», después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, haya declarado que no puede descartar a estas alturas que tenga que recurrir a medidas de presión militar o económica para poder controlar el paso fluvial.

«Las únicas manos que controlan el canal son panameñas y así seguirá siendo. Somos un país abierto al diálogo, hoy y siempre, a las inversiones y a las buenas relaciones, pero con la clara consigna de que la patria está en primer lugar», ha declarado el ministro durante una rueda de prensa.

Asimismo, ha negado que el Gobierno panameño haya tenido «ningún tipo de contacto informal o formal» con Trump «ni con representantes del próximo Gobierno». En este sentido, ha aclarado que cuando el magnate asuma el cargo (el 20 de enero), la relación bilateral «se manejará por los canales formales habituales y correspondientes».

Martínez ha insistido en que a partir del 20 de enero el gabinete liderado por José Raúl Mulino tendrá relación con Trump y sus ministros, momento en el que mostrarán su «ánimo de cooperar y de mantener excelentes relaciones» tal y como ha sido con las distintas administraciones de ambos países.

Horas antes, Trump sostuvo en una comparecencia ante los medios en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, que Estados Unidos «necesita» tanto el canal de Panamá como Groenlandia para sus intereses económicos. Así, dijo que, tal y como está configurado actualmente el canal, «es una desgracia», ya que acusa a China de controlar la infraestructura.

Con todo, lamentó que el expresidente Jimmy Carter cediese el control por un dólar a cambio «supuestamente» de que a EEUU «se le tratase bien». «Fue un gran error», remachó el vencedor de las elecciones de noviembre, que reconoció que está ya sobre la mesa un plan para tratar de recuperar su control.

El canal de Panamá, concluido por Estados Unidos en 1914, fue devuelto al país centroamericano bajo el acuerdo de 1977 suscrito por Jimmy Carter y Omar Torrijos. Panamá retomó el control completo del paso comercial –ubicado entre el mar Caribe y el océano Pacífico– en diciembre de 1999.

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Bukele quiere enseñarle a Trump a reducir la criminalidad

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha expresado la disposición de su país a ayudar a Estados Unidos para rebajar la tasa de homicidios, respondiendo así a una declaración del magnate Elon Musk sobre la necesidad de que Estados Unidos reduzca la criminalidad.

Musk, quien formará parte de la próxima Administración de Donald Trump, había mostrado previamente su deseo de que Estados Unidos siguiera los pasos de El Salvador, quien ha logrado una drástica reducción de los homicidios gracias a una draconiana legislación impulsada por Bukele.

«Esto tiene que suceder y sucederá en Estados Unidos», señaló Musk en su perfil oficial en la red social X, de la que él mismo es propietario. Por su parte, Bukele ha empleado la misma vía para responder al magnate con un sugerente: «Podríamos ayudar».

El mandatario salvadoreño decretó en marzo de 2022 un régimen de excepción después de una mortífera jornada en la que se registraron más de 60 muertos. Desde entonces, Bukele declaró la «guerra contra las pandillas» y ha enviado a prisión a miles de supuestos pandilleros.

Su ley ha dado buenos resultados en lo que a seguridad se refiere, pues la cifra de homicidios ha ido cayendo en picado a lo largo de estos más de dos años y medio, si bien es cierto que ha recibido duras críticas por parte de organizaciones de Derechos Humanos por el trato que reciben los presos en prisión y por lo indiscriminado de las detenciones.

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Trump afirma que EEUU es «el hazmerreír del mundo»

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado tras el atropello masivo de Nueva Orleans y la explosión de un camión junto a uno de sus hoteles en Las Vegas que Estados Unidos es «el hazmerreír del mundo» como resultado de la gestión del actual mandatario, Joe Biden, y ha asegurado que instituciones como el Departamento de Justicia o el FBI «no han hecho su trabajo».

«Nuestro país es un desastre», ha denunciado Trump, que ha denunciado el liderazgo «débil» e «ineficaz» de Biden. En este sentido, ha señalado que las autoridades se han centrado en atacarle a él por intereses políticos «en lugar de proteger a los estadounidenses de la escoria violenta externa e interna que se ha infiltrado en todos los aspectos».

El magnate, que ha cargado de nuevo contra la política de «fronteras abiertas», cree que «sólo un líder fuerte y poderoso» detendrá esta supuesta espiral y ha emplazado a los ciudadanos a un cambio el 20 de enero, fecha en la que tomará posesión de su segundo mandato al frente del país.

Al menos 15 personas murieron en Nueva Orleans durante las celebraciones del Año Nuevo en un atropello masivo cometido por un hombre que portaba una bandera del grupo terrorista Estado Islámico. Por otro lado, una persona falleció tras la explosión aparentemente intencionada de un camión junto al Trump International Hotel de Las Vegas.

Las autoridades investigan ambos sucesos como ataques terroristas y examinan también si existe relación entre ellos.

Trump pide la suspensión de TikTok en los EEUU

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha pedido al Tribunal Supremo que suspenda una ley que prohibiría la plataforma de contenido audiovisual TikTok en el país a partir de enero y ha argumentado que la disputa se puede resolver mediante negociaciones.

El magnate ha afirmado en una petición ante el Supremo que tiene «experiencia» en la negociación de acuerdos, mientras que también cuenta con «mandato electoral y voluntad política» para resolver la disputa legal, según ha recogido Bloomberg.

El Supremo tendrá que debatir el 10 de enero si paraliza una ley que prohíbe la plataforma en el país después de que un tribunal federal de apelaciones rechazara suspender la legislación firmada por el presidente, Joe Biden, que obliga a la empresa a romper para enero de 2025 todos sus vínculos con su matriz china, ByteDance.

El Departamento de Justicia argumenta que la plataforma amenaza la seguridad nacional al difundir de propaganda y recopilar datos sobre usuarios estadounidenses. A menos de que la legislación sea bloqueada por el tribunal superior, entrará en vigor el próximo 19 de enero, un día antes de la toma de posesión de Trump.

Por contra, la plataforma TikTok asegura que la ley es inconstitucional, ya que impide a más de 170 millones de estadounidenses ejercer su derecho a la libertad de expresión, mientras que también ha acusado al Congreso de no plantear alternativas distintas a la prohibición.Copiar al portapapeles

Por si no lo leíste: ¿Donald Trump quiere el Canal de Panamá?

¿Donald Trump quiere el Canal de Panamá?

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha respondido este domingo al jefe de Estado de panameño, José Raúl Mulino, después de que defendiera que «el canal es de Panamá y lo seguirá siendo», en referencia a las declaraciones del magnate estadounidense en las que advertía de que pedirá la «devolución» si no bajan las tarifas de paso».

«Ya lo veremos», ha declarado Trump a través de su perfil en su propia red social, Truth Social, donde minutos después ha compartido una imagen de una bandera estadounidense en la que se podía leer: «Bienvenidos al canal de Estados Unidos».

Horas antes, Mulino, sin mencionar a Trump, defendió que «cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo», puesto que «la soberanía e independencia» del país «no son negociables». El mandatario panameño, que ha mencionado los tratados que contemplan la soberanía del canal, ha explicado que las tarifas se fijan de manera pública y en audiencia abierta.

El magnate criticó las «absurdas» tarifas de paso, una «estafa absoluta» que «cesará de inmediato». El canal de Panamá es un activo nacional «vital» para Estados Unidos debido a «su papel crítico para la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos», declaró.

Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha salido al paso de Mulino, asegurando que «hasta las últimas consecuencias» estará «al lado de Panamá y la defensa de su soberanía», y ha criticado la postura de Trump, quien «se ha equivocado y contradicho».

«Si no quiere miriadas pasando el Darién, incrementadas por millones desde Panamá hasta México, debe entender que dependerá de la prosperidad y libertad de nuestros pueblos. Si le parece costoso pagar por pasar el canal de Panamá en manos de los panameños, mucho más costoso será hundir a Panamá, Suramérica, Centroamérica o México en la pobreza», ha afirmado.

Petro ha pedido a la nueva Administración estadounidense «hablar de negocios», pero no «negociar la dignidad»: «Si el nuevo Gobierno de EEUU quiere hablar de negocios, hablaremos de negocios, de tú a tú, y en beneficio de nuestros pueblos, pero jamás, se negociará la dignidad. Si no nos quieren en EEUU, hay que volver prósperas todas las Américas en independencia, libertad y dignidad democrática», ha concluido.

El canal de Panamá, concluido por Estados Unidos en 1914, fue devuelto al país centroamericano bajo el acuerdo de 1977 suscrito por Jimmy Carter y Omar Torrijos. Panamá retomó el control completo del paso comercial –ubicado entre el mar Caribe y el océano Pacífico– en diciembre de 1999.