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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Política

«Al ELN parece interesarle más la mesa de negociaciones que la paz»: Juan Fernando Cristo

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo en rueda de prensa que al Ejército de Liberación Nacional (ELN) parece interesarle más la mesa de negociaciones que la paz de Colombia.

El jefe de la cartera política hizo un llamado a la guerrilla para que no dilapide más la posibilidad de la firma de la paz con un gobierno de izquierda y tome decisiones concretas. Recordó que el grupo armado ilegal lleva más de 30 años negociando con gobiernos de derecha, de centro y ahora de izquierda, sin que se logre un acuerdo.

 

Descartó la posibilidad de que el excongresista y actual embajador de Colombia ante la FAO, Armando Benedetti, llegue al Ministerio del Interior como asesor.

Nota relacionada: ELN y Gobierno retomarán diálogos en enero de 2025

El partido digital ‘Colombia Soy Yo’ tendrá candidata presidencial

Un nuevo partido con una nueva candidata a la Presidencia de la República apareció en el panorama política con la idea de participar en las elecciones de 2026 como una fuerza política de la centro derecha que podría participar en una eventual coalición con Justa Libres, Partido liga anticorrupción, el movimiento libertario y la Nueva Fuerza Democrática. .

Se trata del partido digital ‘Colombia Soy Yo’, que surge con la idea de visibilizar a los más de siete millones de colombianos en el exterior, con Sondra Macollins a la cabeza, quien se vislumbra como su posible candidata.

 

“El partido digital no es sólo una innovación tecnológica, es una respuesta necesaria a muchos sectores olvidados. Queremos ser la voz de los más de 7 millones de colombianos residentes en el exterior, de las mujeres y del sector de ciencia, tecnología e innovación, promoviendo una política verdaderamente inclusiva y conectada con las necesidades de la gente” Afirmó la presidente del Partido.

El partido presentará una lista exclusiva de mujeres al Congreso y desde ya se anuncian los nombres de empresarias y lideresas como María Teresa Jaramillo, Tatiana Paola Navarro y María Fernanda Banguero. que estarían a la cabeza.

“La lista de mujeres no sólo es un paso simbólico, es una acción concreta para garantizar su participación en la construcción de políticas públicas que reflejen sus necesidades y aspiraciones” destacó Macollins.

El año definitivo

Este año cambiará el mapa de la política mundial. En los últimos días, hemos visto los resultados de las elecciones en la Unión Europea, México e India. En total, alrededor de 4 mil millones de personas están llamadas a las urnas en diferentes países, y sus decisiones serán trascendentales para el futuro de la humanidad. En el segundo semestre del año se esperan los comicios en Estados Unidos, Reino Unido, y las elecciones parlamentarias que acaban de ser convocadas por el presidente Macron tras el avance de la ultraderecha francesa en el Parlamento Europeo.

Los primeros análisis de las elecciones del Parlamento Europeo señalaron el crecimiento de los partidos y líderes de derecha, nacionalistas y euroescépticos. Las sensaciones que recorren el viejo continente no son positivas debido a los debates sobre la migración y el apoyo económico y militar a Ucrania en la guerra contra Rusia. El conflicto en Gaza también ha generado divergencias entre los alineados con la OTAN y quienes piden reconocer a Palestina como estado y buscar un cese al fuego definitivo en la franja.

 

En el continente americano, las elecciones ganadas por Claudia Sheinbaum consolidaron el proyecto progresista en México por seis años más. Es significativo que se haya elegido a la primera presidenta en su historia. En Estados Unidos, el ambiente para las elecciones de finales de año ha estado marcado por la condena a Donald Trump debido a delitos relacionados con un soborno a una actriz porno, condena que no parece mermar sus posibilidades ya que las encuestas muestran una reacción de apoyo de sus bases. Biden, mientras tanto, intenta navegar las complejidades geopolíticas actuales y los procesos migratorios en la frontera sur.

El factor común en todos los procesos electorales es el aprovechamiento de los malestares sociales, políticos y económicos que viven las sociedades contemporáneas por parte de liderazgos cada vez más radicales, que prometen romper el statu quo. El desencanto de grandes sectores de la población que sienten que el sistema los ha dejado de lado, las perspectivas poco alentadoras en la economía internacional, la crisis climática, las disrupciones tecnológicas y la incertidumbre respecto a la posibilidad de que los conflictos militares actuales puedan escalar en el futuro, dibujan el contexto sobre el que miles de millones de personas decidirán con sus votos el futuro de la humanidad.

Juan Carlos Upegui

2026

Cada vez que un gobierno alcanza la mitad de su mandato, la perspectiva política comienza a centrarse en la campaña que se avecina. En estos momentos, el país empieza a tener una conversación similar. Muchos se preguntan qué debería hacer el gobierno para que el proyecto político bajo el cual fue elegido tenga la capacidad de disputar las elecciones presidenciales y legislativas del año 2026. No es una pregunta sencilla, ya que no hay un escenario comparable en la historia reciente, y es sabido que el contexto político actual parece altamente cambiante y volátil.

A pocos días de cerrarse el periodo del Congreso, no está claro si las reformas sociales presentadas por el gobierno nacional serán aprobadas. La reforma pensional tiene buenas posibilidades, pero la de salud se ha convertido en una crisis cuya causa divide a los expertos. Algunos sostienen que el colapso de las EPS es una condición estructural del modelo financiero de la ley 100, y que el problema viene desde hace muchos años; otros señalan que las transferencias recientes son insuficientes, acelerando la crisis. Lo cierto es que el Congreso, teniendo la posibilidad de deliberar sobre el tema, prefirió desconocer la crisis y hundir la reforma sin discusión alguna.

 

Existe un ambiente que impide lograr un acuerdo nacional. Este es el argumento de quienes hoy hablan de una Constituyente. Algunos podrían pensar que el Congreso es la vía para realizar el Acuerdo Nacional, pero está claro que no ha sido la ruta para lograrlo. Al contrario, sus decisiones parecen estar profundizando las divisiones sociales. Le corresponde a la ciudadanía participar activamente para que su voluntad sea la que guíe las salidas de esta coyuntura. Los acuerdos de Paz refrendados por el Estado colombiano mencionan en su introducción la necesidad de llevar a cabo ajustes y reformas que permitan construir un nuevo marco social y político en el país.

Acordar requiere la posibilidad de dialogar entre diferentes, algo difícil hoy, ya que las distancias parecen insalvables.Por más difícil que parezca, es más necesario que nunca. Pensar en el 2026 es pensar al mismo tiempo en cómo podríamos atravesar los conflictos políticos actuales sin que escalen a un nivel donde la democracia pueda estar en riesgo. Si la pregunta sobre qué nos une a pesar de las diferencias no obtiene una respuesta común dentro de un acuerdo político nacional, no importará mucho qué pase en el próximo ciclo electoral; el país seguirá dividido, con todos tirando para lados diferentes.

Juan Carlos Upegui

Las diatribas a la polarización política

Se ha vuelto lugar común. En nuestros debates públicos se ha querido instalar la idea, por parte de “neutrales” opinadores y autoproclamados “centristas”, que toda polarización política es dañina, toxica y riesgosa para la democracia. Paradójicamente, con verborreas altisonantes extrañas a la moderación que proclaman, estos profetas de lo “políticamente correcto” se comprometen en una diatriba colectiva contra la polémica y la confrontación política al tiempo que invitan a convertir la arena pública “en un océano de mermelada sagrada” en “paraísos afortunadamente inexistentes”, como muy lucidamente advertía el pensador colombiano Estanislao Zuleta.

Se ha querido instalar en el imaginario colectivo que una democracia polarizada entraña una fatalidad para el Estado de Derecho. Confunden ingenua o deliberadamente el discurso del odio, el fanatismo o el extremismo, que transcurre en la levedad y el estiércol de las redes sociales, con la defensa vehemente y argumentada de un punto de vista desde cualquier orilla del espectro ideológico. Espoleando miedos en sociedades que como la colombiana tienen una larga tradición de solución violenta de nuestros conflictos políticos, se atreven a condenarnos inevitablemente a nuevos ciclos de enfrentamiento armado si estimulamos el debate y la confrontación ideológica y política. 

 

Me atrevo a plantear la hipótesis contraria. La vitalidad de la democracia colombiana depende en buena medida de que seamos capaces de fomentar en la ciudadanía una inmensa capacidad de discernimiento alrededor de las interpretaciones de los hechos sociales y los acontecimientos políticos. Que la consolidación de nuestra convivencia civilizada derive de que la alternancia política izquierda/derecha, con el triunfo de Gustavo Petro, haya llegado para quedarse. Y que la confrontación política, contrariando a Clausewitz, es la continuación o la antítesis de la guerra por otros medios.

Es lo que estamos viviendo por fortuna. Mientras la violencia, incluso aquella que reivindica una motivación altruista, pierde aceleradamente su naturaleza política y resulta cada vez mas atrapada en las economías ilegales y en entramados criminales, el debate político se toma las calles, incursiona en los resquicios y espacios que ofrece el mundo virtual, y aun con precariedades en el escenario parlamentario. Quien primero partió las aguas en nuestro siglo XXI fue el hoy enjuiciado Álvaro Uribe Vélez, encabezando un proyecto político de derecha dura que partió las turbias aguas heredadas de un bipartidismo malsano. Un proyecto que se ha mantenido en el tiempo, con el Primer Santos en el 2010, Zuluaga en el 2014, Duque en el 2018 y que jugará sus cartas en la contienda presidencial del 26. Al tiempo se fue forjando un proyecto político de izquierdas y centro izquierdas viable, que compitió de igual a igual en el 2010 con Petro y Mockus, en el 2018 y el 2022 con el hoy Presidente, y que deberá aglutinarse en un Frente Amplio Progresista para ofrecer una solución de continuidad a la agenda de reformas en la próxima contienda.

Nada de nervios con las recientes movilizaciones pacíficas de las derechas del 21 de abril y de las izquierdas el primero de mayo. Hace parte de esa madurez que esgrimen las democracias contemporáneas. Cuando Norberto Bobbio en su texto “Derecha e Izquierda” promueve el gusto por la moderación democrática a ambos lados del aun frondoso árbol de las ideologías, lo hace en defensa del territorio común del Estado de Derecho y como un recurso para espantar las derivas autoritarias y dictatoriales que siempre nos acechan a lado y lado. Esta invitación del pensador italiano también nos sirve para ahuyentar las equivocadas diatribas de los “puros” y las “puras”.         

Antonio Sanguino

Un botón

Después de haber asistido al derrumbe de la derecha con el mandato de Duque, gracias a un presidente que dice ser de Izquierda, así llego al poder.

En las calles, en los taxis, en las cafeterías, en las discusiones familiares hay un malestar general que dice: no era lo que esperábamos, nos sentimos traicionados, es la expresión de un amplio sector de los votantes por Petro. Puede ser, que lo que la gente está diciendo sea, la política partidista hace varios periodos perdió su fuerza por la falta de claridad ideológica y renovación, bueno, también, porque se dedicó a la corrupción, a la politiquería, a llenarse las arcas individuales y dejaron a los seguidores sumergidos en un vació político que llevo al trasfuguismo, a buscar en otras huestes un sentido de lo político. Esta des-configuración partidista fue dando lugar, esto es lo interesante de las contradicciones, a una manera distinta de ir tras los votantes, aparecieron las firmas, los nombres que representan las necesidades y sobre todo la pulcritud, la ética, restablecer la confianza colocándola en alguien que represente y haga visibles a los electores. Un primer asomo de aquello fue Uribe, dijo: soy el poder, y uni-personalizo el estado colombiano. Se inician los gobiernos que hacen de la personalidad del presidente la forma de gobernar no con la necesidad de los electores. En la misma lectura, Santos quería ubicarse en la historia como el nobel de paz y todas sus locomotoras se detuvieron sin más. Duque, invirtió una suma considerable del dinero, estatal, para favorecer su imagen delante de los colombianos. El hombre de izquierda, de los nadie, vuelve por la misma, a gobernar con la personalidad dejando una estela de soberbia, de adicto, de terquedad, de incumplido, de clientelista en tanto que coloca en el poder a quienes le sirvan a los beneficios de su ego.

 

La política en Colombia es un marasmos de cosas por ende la cultura política de los colombianos no es de una clara orientación o una férrea disciplina de partidos sino que va de acuerdo a las dinámicas sociales que se vayan presentando, por lo tanto, los políticos ven en ella las oportunidades para afianzar su poder, la violencia, o una perspectiva política que casi nada tiene que ver con las realidades que urgen en el país. En general el malestar, la falta de participación, desesperanza y profunda desilusión se registran matizando, de esta manera, un sentimiento nacional. Importa muy poco se ha vuelto la actitud en la cultura política de la democrática Colombia. No hay legados que dejar, o al parecer son tan pocos los políticos que se pueden “salvar” de la mirada generalizada, que no se les tiene en cuenta.

Otro factor, no menos importante, que deambula por los pasillos de los entramados políticos es la mermelada, pagar los favores, que ha sido otra práctica que heredamos de otras latitudes en la que el favor se cobra un tiempo después, cuando se necesita, postura usada por lo grandes mafias en el mundo, la italiana, la cosa nostra, los Yakusa, entre otros, que invadieron con sus métodos las palestras de la política en Colombia. Los carteles, el ceveyé, el amiguerismo, por eso se inventó en la política aquello del merecimiento, para distraer, porque lo que se ve es la misma dinámica del dulce.

Hoy el revuelo en los medios de comunicación y las redes sociales en Colombia es la condena por corrupción del precandidato a la presidencia de la república Rodolfo Hernández, que perdió por 700.000 votos contra Petro (se imaginan). Ya no hay asombro, no hay perplejidad, no hay dignidad política dado que la sociedad esta cauterizada por tanto de los mismo. Para la muestra este botón.

Jalily Covezdy

Director de Ciencias Políticas

Politécnico Grancolombiano

Los siervos de la nube

Una amenaza se cierne sobre la política: el tecnofeudalismo. Esta nueva macro tendencia global consiste, según el economista greco-australiano y Ex ministro griego Yanis Varoufakis, en el traslado vertiginoso del poder económico y político derivado de la posesión de bienes de capital, tierras e industrias a los propietarios del “capital de la nube”, esto es, a quienes controlan “un sistema basado en la nube” capaz de sondear, reforzar y explotar nuestras más profundas emociones. Ahora incursiona dramáticamente en el debate democrático y en el oficio parlamentario o gubernativo para envilecerlo y socavarlo. La figura central de este riesgoso escenario es el “Influencer” o “activista digital”, que se comporta la mayoría de las veces sin saberlo, como “un siervo de la nube”. Fenómeno que no se concentra en una sola orilla ideológica. El espécimen se riega como verdolaga en playa por todo el espectro político.

Es innegable las posibilidades en la democratización de la información que han abierto las redes sociales. Sería una tontería no reconocer que establecen innovadores posibilidades de relaciones entre el emisor y el receptor de un mensaje o contenido. Que puede enriquecer la interacción entre ciudadanos y ciudadanas en las muchedumbres solitarias en las que hoy habitamos. Pero seria ingenuo o una estupidez imperdonable, para quienes nos proponemos transformar la vida y el mundo que heredamos y recibimos, no advertir que el mundo digital se mueve con hilos que escapan a nuestro control. Que somos más vulnerables a la manipulación de nuestras emociones y preferencias. Que nos moldean explotando esas emociones para que consumamos los contenidos y mensajes que las satisfagan.

 

Lo que empezó a aplicarse en el campo de la publicidad en general, ahora trasmutó en una poderosa arma de marcketing político. Que los “influencer” hayan emergido como los publicistas de la nube, vaya y venga, pero cuando sustituyen a los clásicos “formadores de opinión” de las democracias modernas e ilustradas o peor aún, cuando asumen ellos mismos el lugar de los líderes políticos, la cosa se pone “color de hormiga”. Y ese es el drama que empezamos a padecer en el escenario político colombiano. Porque estos “influencer” no representan ideas de Estado y Sociedad con vocación de permanencia en el tiempo o de coherencia en las consignas que agitan y defienden. Sus referentes no son los grandes paradigmas sociales, sino el apetito inmediato del consumidor de sus diatribas. No persiguen el respaldo a una tesis o un argumento, sino la aceptación irracional de un superficial y emotivo mensaje. Ahora metidos en el oficio político, se afanan por conseguir “likes” y “me gustas” y por aumentar exponencialmente el número de seguidores, que luego aspiran a convertir en votos, sin importar que ello se haga con Fake News o con virulentos ataques al contradictor. Es la postverdad convertida en política por otros medios.

Ello es el más dramático rasgo de lo que ocurre en el Congreso de la Republica actual y en general en la actividad politica de los colombianos. Al lado de la vieja política o de las estructuras tradicionales, poco a poco emergen estos curiosos personajes que no protagonizan grandes debates parlamentarios, ni defienden con solidez una perspectiva de sociedad con arreglo a las teorías sociales; pero si se encarnizan en bochinches y se especializan en gritos y pataletas para aumentar audiencias en sus redes y canales. Sus Unidades de Trabajo Legislativo no son equipos de expertos para mejorar la calidad de su trabajo parlamentario, sino asesores en redes y de marcketing. Nada mas. Sus oficinas en el Congreso no se usan para atender a los ciudadanos y comunidades o preparar debates a profundidad, sino que han terminado convertidas en salas de grabación y edición de “contenidos” sin contenido. Son curules de la levedad, la superficialidad, el narcisismo y los Fakes News. Les resulta anticuada la política como el campo de la confrontación de ideas y la gestión de propuestas y prefieren trabajar para el consumo y la inmediatez, sin saber a que intereses responden o qué implicaciones tendrá para la sociedad.

Quienes habitamos en este lugar de la política transformadora debemos refundar la actividad política en su sentido esencial. Fortalecer los partidos como actores colectivos claves en toda democracia; construir ciudadanías capaces de incidir en decisiones públicas de calidad; y promocionar y consolidar liderazgos que acudan al argumento y la evidencia en el debate público. No se trata de prescindir de las redes sociales como otro escenario de comunicación y acción ciudadana, sino mas bien de situarlos en su justa proporción. No hay que sucumbir al Facebook o al X, al YouTube o al Tik Tok, ni endiosarlos; hay que utilizarlos adecuadamente para nuestro proyecto de cambio social y político. Es la mejor manera de superar esta amenaza de los “influencer” o “siervos de la nube” convertidos en “nuevos políticos”.

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Laura Bonilla y Antonio Sanguino analizan las movidas políticos de los clanes políticos

La analista y subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación, Laura Bonilla junto al excongresista, Antonio Sanguino, analizan las movidas políticas que ejecutan los grupos familiares para hacerse a los cargos públicos en las elecciones regionales.

Decálogo de cultura política

León Sandoval

Deseo abordar una serie de ideas que, a título de decálogo de cultura política, aquí se burilan y probablemente no tienen autor en particular, o bien pudieran ser atribuidas a Kant, a Habermas o a cualesquier de los múltiples pensadores que han llenado de luces la historia de la humanidad. Este Decálogo es el resultado del ejercicio personal de compilación de las lecciones recibidas de boca del maestro Guillermo Hoyos Vásquez (1935-2013) en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en parte, rendirle un pequeño homenaje a uno de los más grandes pensadores sociales latinoamericanos.

 

Para una mayor y mejor participación ciudadana en política este Decálogo de Cultura Política podría ser un pretexto para discutir sobre los principios capitales que más allá del mármol, merecerían ser grabadas en el ADN de los ciudadanos, no se trata de un ejercicio retórico, es la necesidad de la Ética en nuestra cultura política, en últimas, lo importante no es el mensajero sino el mensaje.

1.No todo se vale, el actuar humano requiere límites establecidos desde la ética. El fin no puede justificar los medios en política. 2. La vida no es un objeto más, es el principio que merece mayor atención y respeto en toda sociedad, nunca el acceso al poder debe vulnerarla. 3.Comprensión de la posición del otro, en los diálogos políticos se ejercita la habilidad para entrar en la dimensión del contradictor, bajo el entendido que las ideas no se combaten, se controvierten. Con el único que se debe ser intolerante es con el intolerante como lo mencionara Voltaire en su famoso Ensayo sobre la tolerancia. 4. La vida humana no debe instrumentalizarse, no propalar la idea que los semejantes son instrumentos para lograr fines y que el valor de la vida humana depende de su utilidad. Todo ser humano por el hecho de serlo tiene una connotación de sujeto moral. 5. Quien pretende jugar a Dios se excluye asimismo de la comunidad moral, los políticos no deben asumir el rol de dioses creadores, deben reconocer que su poder les viene de abajo. Nadie puede arrogarse ser divinidad.

6.Autocomprensión ética de la especie, todo acto debe estar enmarcado dentro de una reflexión ética sobre las consecuencias que genera. 7. Ser moral es un valor, la moral señala valores que deben ser conservados como la vida, la libertad, la propiedad privada, la familia. El ser humano es ser moral homo eticus antes que homo economicus. 8. La naturaleza humana no debe ser un objeto manipulable por la ciencia, el ser humano no es un sujeto para experimentos en tiempos de inteligencia artificial, ni ésta puede ser un medio para lograr votos que conduzcan al poder. La política y la ciencia deben estar al servicio de la sociedad. 9. La libertad es un presupuesto del quehacer político, si el ciudadano no es libre no puede tener responsabilidad moral alguna sobre el resultado de su voto. Sólo se puede exigir responsabilidad de quien es libre para decidir. La moral es la ratio cognoscendi de la libertad. 10. Confianza, la confianza sólo se construye entre quienes a partir de la ética se responsabilizan de sus actos y están dispuestos a rendir las cuentas a los ciudadanos. En suma, el voto como ejercicio político debe ser el más preclaro sinónimo de confianza ciudadana. No puede haber puntos intermedios en la responsabilidad del Gobernante. En últimas es un asunto de carácter, y el carácter se tiene o no se tiene. No hay punto intermedio.

Mujeres en la política: desafíos y avances que fortalecen la democracia

Hace un año en nuestro país el 33,5% de los cargos gerenciales o directivos dentro del mundo empresarial, estaban ocupados por mujeres. Una cifra que supera los estándares mundiales en donde el porcentaje de liderazgo de las mujeres en este tipo de cargos está en el promedio del 27%.

El actual Congreso de la República en su conformación cuenta con 86 mujeres que representamos en el total de curules el 29,15%.

 

Esta antesala estadística es útil para reflexionar sobre el preponderante rol que hoy en día tenemos las mujeres no sólo en la dirección estratégica del entorno empresarial privado, sino la activa participación que en escenarios de poder político se nos ha conferido por parte del elector primario y que según los analistas tiene un futuro en ascenso, en un país que infortunadamente aún con sesgos mira la fortaleza del trabajo femenino en todos los sectores productivos.

A mi juicio el liderazgo femenino no debe enmarcarse en la ya “maltrecha” teoría de competencia con los hombres, en el entendido de “que género es mejor” o cual “puede ocupar mejores posiciones”. La sociedad actual, con las nuevas corrientes de pensamiento y los logros históricamente alcanzados, nos lleva a reflexionar sobre un rol de la mujer junto al hombre; es decir a la par de, en conjunto con, una mirada que si bien puede sonar “simplista” tiene mucho de fondo en una sociedad que producto de la rapidez de la cotidianidad se preocupa más por la forma que por la esencia de cómo podemos mejorar los patrones de convivencia.

La gobernanza democrática requiere elementos que se nutran de la cohesión, la resiliencia, el fortalecimiento común y eso solo se logra cuando de parte y parte nos miramos como iguales bajo un mismo objetivo. La igualdad de género sigue en construcción y sin duda aún nos falta mucho camino por recorrer.

Hoy cuando nos aproximamos al debate electoral que permitirá escoger los nuevos mandatarios territoriales en Colombia, bien vale la pena revisar las cifras de participación de mujeres en las diversas listas de aspirantes a cargos de elección popular. En el caso de nuestra organización y que cuenta con un programa de liderazgo denominado “Mujeres X Lo Importante” son 52 lideresas que, a lo largo de los 27 municipios de Caldas, han postulado su nombre como candidatas a Alcaldías, Asamblea Departamental y Concejos Municipales.  

Un aporte valioso en el contexto general del liderazgo político de las mujeres si tenemos presente que según el Índice de Brechas de Género de 2020 (WEF – Gender Gap Index Report 2020), en Colombia persiste la brecha de empoderamiento político: el país ocupa el puesto 33 entre 152 países, ascendiendo 29 puestos en la última medición.

La participación de las mujeres marca sin duda un asunto conectado con el fortalecimiento de la democracia visto este como un sistema político y social capaz de incluir y representar a toda la ciudadanía.  

Las grandes transformaciones del país requieren de la perspectiva de género. Más que dar valor a un liderazgo femenino, lo que debemos impulsar tanto mujeres como hombres, es que las acciones de nuestra sociedad se realicen inspiradas en los sueños y deseos de la misma comunidad, basados en el futuro que imaginan.

El liderazgo no tiene género. Pero el liderazgo femenino en especial debe ser el reflejo de un cambio social, incluyente, pluralista, que se aleje de una visión única, que su aporte sea siempre contemplar diferentes miradas y perspectivas.

Por eso hoy es de destacar que en el contexto político regional sean muchas más las mujeres que se atrevan a ser protagonistas de la historia de sus municipios, que se apropien de lo que quieren para sus entornos y hacer que las cosas pasen.

Debemos atrevernos más, ser más audaces, abandonar los temores, acabar con los factores que obstaculizan que nos queramos enfrentar a diversas situaciones.  Es el momento de dejar de temerle a la crítica, al fracaso, a que nada pase.  ¿Acaso quedarnos en el solo intento es mejor?

La amenaza de Diosdado Cabello a precandidatos de primarias

Apenas a un día del inicio oficial de las campañas de los precandidatos a las elecciones primarias de la oposición de Venezuela, el vicepresidente Diosdado Cabello advirtió sobre quienes reciban dineros de Usaid para su financiación.

«Para todas las primarias se necesitan recursos, recursos humanos y recursos financieros, se supone que los recursos humanos es la gente de la oposición, pero y los recursos de dónde salen, ahí es donde la cosa puede empichacarse… Si usted recibe su platica por allá en Prado de María, y usted es la pega hoteles, viáticos y no se que cosa está metida en tremendo lío, porque usted va tener que justificar de dónde está sacando esa plata», dijo Cabello en su programa Con El Mazo Dando.

 

Las declaraciones fueron emitidas este miércoles 23 de agosto y de entrada priva a quienes usen esta financiación desde los Estados Unidos para el proceso electoral.

Adicionalmente, el vicepresidente oficialista aclaró que la advertencia no solamente recae en los candidatos, sino que quienes aparezcan presentes en el equipo de campaña deberán responder en caso de que logren hallar algo.

Vale la pena resaltar que para el proceso de las elecciones primarias fueron inhabilitados los candidatos Henrique Capriles y María Corina Machado. Además, Delsa Solórzano ha recibido amenazas en las últimas semanas. Los comicios de las primarias de la oposición en Venezuela se estarán llevando a cabo el próximo 22 de octubre. Quien las gane, se enfrentará a Nicolás Maduro en las elecciones a la presidencia el año entrante.

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*Foto: Instagram @dcabellor

¿Tulio Gómez usa al América para hacer política?

Después del refuerzo de Edwin Cardona, son muchos los comentarios que apuntan a que Tulio Gómez -máximo accionista del América de Cali– usó el fichaje para hacer más visible su pretensión política.

Sin embargo, el empresario dejó claro en una entrevista con Diario As que no está usando el equipo ‘escarlata’ para hacer política y que una cosa no está relacionada con otra.

 

«El otro día un hincha me decía que si yo había armado el equipo para quedar campeón o para sacar un millón de votos. Yo nunca usaría al América para hacer política, soy muy respetuoso», dijo Gómez.

La pretensión de Tulio Gómez es lanzarse como candidato independiente a la Gobernación del Valle del Cauca. Por ahora, se encuentra en el proceso de recolección de firmas.

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*Foto: Twitter @tulioagomez