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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: río Bogotá

Fondo Adaptación y la CAR Cundinamarca acuerdan restaurar la microcuenca El Tejar, en la parte alta del río Bogotá

Con una inversión histórica, el Fondo Adaptación y la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca pusieron en marcha un ambicioso proyecto de restauración ambiental en la microcuenca El Tejar, ubicada en la cuenca alta del río Bogotá. Esta zona estratégica para la regulación hídrica de la región será objeto de una intervención integral orientada a revertir décadas de daño ambiental causado por la ganadería extensiva, la deforestación y la degradación del suelo.

El proyecto, que contempla la recuperación de 150 hectáreas, tiene como objetivo principal restablecer servicios ecosistémicos clave, mejorar la conectividad ecológica del territorio y reducir el riesgo de inundaciones, tanto en el área de intervención como en zonas más vulnerables aguas abajo. Esta acción cobra aún mayor relevancia ante los recientes problemas de abastecimiento de agua que han afectado a Bogotá y sus alrededores.

 

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Las labores de restauración incluyen la siembra de especies nativas, el enriquecimiento del subpáramo, la instalación de cerramientos, el mantenimiento de plantaciones y la creación de hábitats seguros para la fauna local. De forma paralela, se impulsarán prácticas productivas sostenibles como sistemas silvopastoriles, renovación de praderas, cosecha de agua lluvia, elaboración de abonos orgánicos y planes prediales adaptados al entorno.

Uno de los pilares del proyecto es la participación comunitaria. Para ello, se desarrollarán jornadas pedagógicas en centros educativos, actividades de sensibilización y espacios de diálogo con líderes locales, buscando garantizar que la restauración sea sostenible en el tiempo y con un fuerte componente social.

Este esfuerzo conjunto entre las autoridades ambientales y las comunidades representa un paso decisivo hacia la recuperación ambiental de la cuenca alta del río Bogotá, con beneficios directos tanto para los ecosistemas como para la seguridad hídrica de millones de personas.

Ciudad Río: la oportunidad que Bogotá sigue dejando escapar

La capital está perdiendo una de las iniciativas más ambiciosas de renovación urbana, ambiental y social de su historia reciente: el proyecto Ciudad Río.

Este plan fue una de las grandes apuestas del exalcalde Enrique Peñalosa, que nació bajo el POT de 2004 (Decreto Distrital 190/04) y se concibió como un proyecto de renovación urbana y rural que buscó dinamizar los espacios alrededor del río Bogotá en el tramo del cauce que pasa por Chía, Cota, Funza, Mosquera, la capital y una parte de Soacha. Con 67 kilómetros de malecón, 2.976 hectáreas y un cauce de 30 metros de ancho, Ciudad Río prometió transformar la relación de los ciudadanos con el río.

 

El contrato que sustentó la propuesta se ejecutó. Se hicieron los diagnósticos, se definieron los alcances de los estudios técnicos, se cumplieron los objetivos trazados. Toda esa información quedó disponible. Sin embargo, el proyecto murió porque Claudia López no lo incluyó en su POT (Decreto Distrital 555/21). Así, un proyecto que pudo darle un nuevo rostro a la ciudad se archivó y quedó como un sueño inconcluso.

Ciudad Río no se planteó como un simple ejercicio de urbanismo. Buscó fortalecer la conexión ambiental del río Bogotá con humedales como La Conejera, Juan Amarillo y Jaboque, además de los afluentes Fucha y Tunjuelo. Quiso ampliar el área verde por habitante a 11 metros cuadrados (dato de 2017) y priorizar el transporte público y no motorizado en el borde occidental. Además, contempló 998.000 metros cuadrados para nuevos equipamientos: 85% vivienda, 6% comercio, 4% servicios y 3% industria y logística.

Este tipo de proyectos los podemos encontrar en varias ciudades del mundo e incluso del país. Ciudades que se arriesgaron por una revitalización urbana y ambiental alrededor de sus ríos y lo lograron. Buenos Aires con Puerto Madero, París con la Ribera Izquierda del Sena, Washington con The Wharf, Montería con el Malecón del Sinú y Barranquilla con el Gran Malecón del Magdalena.

El caso de Bogotá no fue distinto en sus orígenes. Entre 1920 y 1940, el río se navegó y sirvió para transporte y economía diaria. Entre 1950 y 1970, fue espacio recreativo y agropecuario. Pero desde entonces se volvió un lugar contaminado, aislado y vergonzante. Se habló de su descontaminación, se diseñaron plantas de tratamiento como Salitre y Canoas, se invirtieron recursos, pero no hemos logrado recuperarlo y que vuelva a ser parte de la ciudad.

Uno cuida lo que conoce. Por eso Ciudad Río representa más que ladrillos y parques: significa recuperar la apropiación ciudadana de un recurso natural esencial. Sin esa apropiación, la descontaminación del río nunca será integral.

Hoy el POT vigente impide retomar este proyecto. Pero Bogotá necesita repensar su relación con el río y su ordenamiento territorial. Si la capital quiere llamarse sostenible, debe mirar al río de frente. Ciudad Río fue la oportunidad que dejamos escapar, pero también puede ser el camino que recuperemos si entendemos que el futuro de Bogotá se construye con el río, no a sus espaldas.

Juan David Quintero

Car Cundinamarca suspende actividades de una curtiembre en Villapinzón

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR ordenó la suspensión inmediata de actividades a una curtiembre ubicada en el municipio de Villapinzón, por la posible afectación que se estaría ocasionando sobre el río Bogotá al exceder los límites establecidos en el permiso de vertimientos.

Tras el operativo de seguimiento y control adelantado por la Dirección Regional Almeidas y Guatavita en conjunto con la Dirección de Laboratorio e Innovación Ambiental de la CAR, en la vereda San Pedro en Villapinzón, se dispuso el cese de actividades al observar exceso de sustancias contaminantes por vertimiento de aguas residuales al río Bogotá.

 

“Desde la Dirección Regional Almeidas y Guatavita garantizamos la preservación del recurso hídrico y trabajamos por el cuidado de nuestro Río Bogotá”, afirmó el director regional Josué Camacho.

Construir sobre lo construido en la recuperación del Río Bogotá

El saneamiento del Río Bogotá es una deuda pendiente, los bogotanos esperamos algún día verlo recuperado y poder disfrutar de este ecosistema contaminado por aguas residuales, basuras y vertimientos industriales.

Diariamente llegan al río 690 toneladas de carga contaminante y de acuerdo con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) se retiran del sistema de alcantarillado, humedales y canales 160 mil toneladas de basura (450 toneladas al día). En 2014 el fallo de la magistrada Nelly Villamizar reconoció al río como sujeto de derechos y obligó a entidades distritales, regionales y nacionales a articularse para el Megaproyecto río Bogotá.

 

Para esto se definieron obras de infraestructuras como las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre y Canoas. La la alcaldesa y la EAAB han celebrado el aval del Banco Mundial y de la CAR para el proyecto de PTAR Canoas, validaciones que permiten adelantar la próxima contratación del proyecto.

Los avances para recuperar el río se dieron desde la administración de Enrique Peñalosa que logró contar con cierre financiero y convenio de cofinanciación por $4,5 billones. En diciembre de 2018 se suscribió el contrato para los diseños de PTAR Canoas entregados en 2021. Dejó contratada por $372 mil millones y en ejecución la Estación Elevadora Canoas, se contrató en 2016 la conexión del interceptor Tunjuelo Canoas y el retiro de tuneladoras por $24 mil millones. Los avances que celebran son resultado de construir sobre lo construido.

El proyecto de PTAR Canoas se realizará bajo la modalidad de concesión tratará 70% de aguas residuales de Bogotá y el 100% de Soacha, tratará 16 metros cúbicos por segundo. Hay un paso que ha sido incierto y es la contragarantía que debe dar el Ministerio de Hacienda para que EAAB pueda solicitar crédito en la banca internacional. La EAAB debe plantear estrategias que permitan no postergar este proyecto en diciembre de 2022 el Tribunal Administrativo de Cundinamarca declaró desacato al Acueducto por incumplir sentencia del río Bogotá debido a los retrasos que se han dado para contratar la obra que debía estar lista para 2026 y se posterga hasta 2034.

El POT Reverdece de la alcaldesa de Claudia López cerró la oportunidad de contar con el proyecto Ciudad Río que proyectaba 70 mil viviendas y un parque de 67 kilómetros entre el río Tunjuelo y el club Guaymaral 53 hectáreas de suelo para equipamientos públicos y buscaba la articular las formas de ocupación del suelo con el río.

Las dificultades con PTAR Salitre muestran que las obras necesitan compromiso, vigilancia, articulación y seguimiento, para no despilfarrar recursos ni perder tiempo. Bogotá merece recuperar el rio Bogotá y mirar hacia él, esto implica cultura ciudadana y oportunidades territoriales que nos permitan disfrutar de este ecosistema.

PTAR Canoas camino a ser realidad

La alcaldesa de Bogotá dio apertura al proceso de precalificación para el desarrollo del proyecto de la PTAR Canoas, que hace parte del programa de saneamiento del Río Bogotá. “Hoy abrimos la contratación de la PTAR Canoas, la más importante de Colombia y la segunda de América Latina. Es el proyecto más trascendental del país en términos de limpieza de nuestros ríos”, reveló.

De esta forma, la Empresa de Acueducto de Bogotá busca conformar la lista de precalificados en el proceso que tiene como objeto contratar bajo la modalidad de concesión de derecho privado todas las actividades necesarias para la financiación, elaboración y entrega de los estudios y diseños, y la ejecución de unidades, así como la gestión social y ambiental, la puesta en marcha, la estabilización, la reversión parcial, la operación, el mantenimiento y la reversión de la PTAR Canoas.

 

La construcción y puesta en funcionamiento de esta planta es la obra ambiental más importante que se ejecutará en el país en los próximos años, permitirá el tratamiento del 70 % de las aguas residuales de Bogotá y el 100 % de las aguas residuales de Soacha, beneficiando a una población estimada de 7.322.142 habitantes.

La PTAR Canoas descontaminará las aguas vertidas por el alcantarillado doméstico y combinado, el aprovechamiento de subproductos tales como el biogás y los biosólidos y la oxigenación del agua durante los procesos de tratamiento y descarga; además contribuirá al mejoramiento de la calidad de vida de la población residente en las áreas del río Bogotá, que se ven afectadas entre otros por la proliferación de vectores y malos olores.

 

Alerta por contaminación de los ríos colombianos

El Plan Nacional de Manejo de Aguas Residuales Municipales dio a conocer las cuencas hídricas más contaminadas de nuestro país. El río Bogotá es el que más genera preocupación y aunque se encuentra en descontaminación desde hace ocho años, no se ha logrado el objetivo. Le sigue el rio Chicamocha, que centra su mayor contaminación en el trayecto de Tunja a Tuta. El tercero es el río Medellín, del que se atribuye su contaminación en mayor medida a las acciones de empresas comerciales e industriales. También está el río Cauca, en el que se han identificado picos de turbiedad que superan 10 mil unidades nefelométricas. Luego está el río Suárez, que se origina entre los departamentos de Boyacá y Cundinamarca.

Aunque Colombia es el segundo país latinoamericano con reservas de agua dulce más importantes, ya que cuenta con 2.132 kilómetros cúbicos gracias a sus seis nevados, más de 48.000 humedales (entre lagos, lagunas, ciénagas, arrecifes y estuarios, entre otros) y los aproximadamente 50 ríos que tiene, el agua apta para el consumo humano es cada vez menor y se presenta un alto índice de estrés hídrico, es decir, se extrae más agua dulce de la que hay disponible.

 

Muchos de estos ríos han estado en riesgo históricamente al enfrentar graves problemas que no han sido tratados de raíz, por tener un deficiente o inexistente ordenamiento territorial y ambiental. Por este panorama, siete ríos han sido declarados sujetos de derechos en Colombia: Atrato, Cauca, Magdalena, Quindío, Combeima, Cocora y Coello, como un llamado ante la grave situación que enfrentan.

Amenazas

Existe una lista de amenazas que son graves, pero no tan visibles, y que representan un riesgo al impactar cada vez más las aguas y dañar los ecosistemas, ocasionando un desajuste entre la disponibilidad, la demanda, la cantidad y la calidad de agua dulce. Ramón Gabriel Aguilar, docente de la Tecnología en Gestión Ambiental del Politécnico Grancolombiano, explica algunas de ellas:

“La principal problemática que tenemos en Colombia es que no comprendemos que los ríos son parte fundamental del crecimiento humano, se relacionan con los ecosistemas estratégicos desde su nacimiento, con nuestros páramos, con los humedales, con los acuíferos, con el ciclo hidrogeológico y con los océanos”, sostiene. Por ello, sostiene, si son destruidos los ecosistemas estratégicos, se destruyen las cuencas hidrográficas y a la vez los ríos.

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El segundo factor que el docente relaciona es la contaminación química, que está asociada a actividades extractivas como la minería y que contamina no solo los ríos, sino también los suelos, el aire, e inclusive los peces que son consumidos por las personas. Por ejemplo, el río Nechí, cerca de su desembocadura en el río Cauca, es reconocido como un punto caliente de contaminación que se desarrolla de manera intensiva en esta zona y que libera grandes cantidades de mercurio y hierro.

Adicionalmente, están los 2133 incidentes y derrames de hidrocarburos que se han presentado en el país entre 2015 y junio de 2022, según la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla). Esto fue comprobado gracias a expertos que analizaron las aguas de los ríos, sus lechos y los peces, al sospechar que un grupo de metales conocidos como elementos potencialmente tóxicos estaban causando consecuencias graves.

Algunas obras también afectan drásticamente el caudal de los ríos, además de tener un fuerte impacto sobre el ambiente, ya que utilizan recursos renovables y no renovables en grandes cantidades, propician emisiones de CO₂, vierten residuos tóxicos en los ríos y limitan los procesos naturales de los animales acuáticos.

Por la misma línea está la sobrepesca o extracción de recursos pesqueros, lo que ha ocasionado que en los caudales de los ríos no haya peces de consumo ni ornamentales, que son el principal recurso alimenticio y económico para muchas comunidades en el país. Además, las especies invasoras, como peces o crustáceos, son un gran peligro al ser introducidos en ríos que no son su hábitat natural, transformando la estructura y causando la extinción de especies autóctonas, siendo amenaza latente para el equilibrio ecológico.

El cambio climático impacta de gran manera los ecosistemas de agua dulce debido a las altas temperaturas en el agua y el aire, la estacionalidad, cambios en la recarga de aguas subterráneas y la intensidad de la lluvia, que han ocasionado mayor daño a la biodiversidad y las comunidades al agotar este recurso, lo que trae como consecuencia la desertificación o, por el contrario, las inundaciones.

De otro lado, aproximadamente 9 mil toneladas de materia orgánica contaminante en muchos casos terminan siendo arrojada en los cauces de los ríos, así como las aguas residuales que llegan como si estos fueran el sistema de alcantarillado. El 90 % de los contaminantes es transportado por los ríos al mar. Por ejemplo, el Magdalena es uno de los 20 ríos del mundo que más le lleva plásticos a los mares.

No se puede olvidar que en este país se pierde cada año alrededor de 172.000 hectáreas de bosque por la deforestación, lo que trae como consecuencia la aceleración del calentamiento global, aumento de la temperatura y la pérdida de biodiversidad. Es por eso que cuando los bosques aledaños a los ríos desaparecen, estas fuentes hídricas también se ven afectadas y poco a poco tienden a secarse.

A esto se le agrega el tráfico ilícito, la falta de protección de ecosistemas estratégicos, así como de gestión y protección de las cuencas hídricas.

¿Qué hacer? 

“En primer lugar, es importante que los colombianos comprendan que los ríos son corrientes de agua natural que desembocan en diferentes lugares, ya sean lagos, quebradas, afluentes o arroyos, los cuales siguen su camino hasta llegar finalmente al mar. Es por ello que evitar que se contaminen es literalmente vital”, afirma el docente.

Para tratar este problema histórico, debe existir articulación entre las distintas entidades, pero a su vez se necesitan nuevas y estrictas regulaciones a las entidades públicas para que den soluciones a problemáticas como la minería y la deforestación del bosque que influyen en la degradación ambiental crónica que padecen los ríos. Además, se necesita una correcta gestión de la información, suministro de datos y elementos esenciales necesarios para tomar decisiones informadas y transparentes.

Y en cuanto a la población colombiana, se requiere de una serie de acciones y programas educativos enfocados en la sensibilización ambiental, que generen un cambio de comportamiento que apoye los objetivos de acceso y beneficios equitativos sostenibles para la sociedad, a partir del uso del agua.

Aunque Colombia es el segundo país latinoamericano con reservas de agua dulce más importantes, cada vez es menor la cantidad para el consumo humano y presenta alto índice de estrés hídrico.

Foto: Alcaldía de Bogotá.

 


Ideam alerta sobre los altos niveles del río Bogotá

Los niveles del río Bogotá han presentado un aumento debido a las precipitaciones de los últimos días, tendencia que se mantendrá debido a las lluvias pronosticadas para los próximos días. Por lo tanto, el Ideam recomienda al Sistema Nacional de Gestión del Riesgo (SNGRD), al Consejo Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca y a la comunidad en general estar atentos a estas fluctuaciones, dado que está presente la primera temporada de lluvias que ha sido intensificada por el fenómeno de La Niña. De igual manera, el tránsito de ondas tropicales continuará en el territorio nacional, generando lluvias abundantes en diferentes sectores, incluido el departamento de Cundinamarca.

Para las cuencas alta y media se destacan los niveles del río Bogotá entre los umbrales de alerta amarilla y naranja. Se recomienda una especial atención en la Sabana de Bogotá y la ciudad de Bogotá. En la cuenca baja se mantiene la alerta roja y se hace una especial atención a la altura municipio de Girardot (Cundinamarca), donde se observa una tendencia al ascenso, ubicándose sobre el umbral de alerta roja.

 

RECOMENDACIONES PARA LA COMUNIDAD

  • Estar atentos durante los próximos días a los comunicados e información emitida por el Ideam y las demás autoridades locales y municipales de emergencia.
  • Atender las indicaciones y recomendaciones de las entidades de control, organismos de emergencia y de respuesta.
  • Conocer y revisar los planes de emergencia, las rutas de evacuación y los puntos de encuentro.
  • Descargar en su celular la aplicación Yo Reporto y ser parte activa de los procesos de gestión del riesgo.

ANTE LA POSIBILIDAD DE CRECIENTES SÚBITAS

Dada la susceptibilidad de ocurrencia de crecientes súbitas, se sugiere un monitoreo permanente en los ríos aportantes del río Bogotá. Se recomienda estar atentos a las alertas hidrológicas emitidas en los diferentes boletines que se generan diariamente y se pueden consultar en la página del Instituto. Igualmente, la información de los niveles de los principales ríos del país está disponible en: http://fews.ideam.gov.co. También se aconseja no acercarse a las márgenes de los ríos y no cruzarlos cuando se presenten lluvias Fuertes.

 

Alerta por creciente en el rio Bogotá

Las fuertes lluvias en Bogotá y Cundinamarca han generado la alerta máxima por las crecientes en el caudal del Rio Bogotá en cercanías a Soacha, que podría generar inundaciones en este municipio, lo mismo que en  San Antonio del Tequendama, Mesitas del Colegio, Anapoima, Tocaima, Apulo y Viotá.

Las autoridades abrieron de manera controlada las compuertas de la represa de Alicachín, con el fin de dejar pasar 220 metros cúbicos de agua por segundo y evitar emergencias.

 

«Hemos logrado determinar que las compuertas de Alicachín a la desembocadura del Río Bogotá hacia el salto del Tequendama, pasará de 150 metros cúbicos por segundo a 220 metros cúbicos por segundo, lo cual genera una alerta roja en todas las poblaciones, tanto del Charquito (Soacha), pero también todas las poblaciones que constituyen el alto, el medio y el bajo Magdalena, hasta su desembocadura en el río Magdalena», advirtió el alcalde de Soacha, Juan Carlos Saldarriaga.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), pidió a los habitantes estar alerta y tomas las medidas de prevención del caso.

Llaman a rendir cuentas al Distrito por recuperación del rio Bogotá

La concejala María Clara Name Ramírez del Partido Alianza Verde, solicitó a la Administración informar cómo va el cumplimiento de las metas que se habían establecido y ordenado tanto en el Plan de Desarrollo Distrital como en la sentencia del Consejo de Estado sobre tan importante fuente hídrica.

Entre las metas propuestas por parte de la Administración, encontramos la ejecución del Plan de Saneamiento y Manejo Básico de Vertimientos, la continuación del programa de monitoreo, evaluación, control y seguimiento ambiental al recurso hídrico, así como la eliminación de las conexiones erradas para disminuir la contaminación de los ríos Torca, Salitre, Tunjuelo y Fucha que desembocan en el río Bogotá.

 

Para la concejala Name Ramírez, el río Bogotá es muy importante porque en su cuenca se concentra el 26% de la producción agropecuaria y 32% del PIB nacional. Adicionalmente, hay más de 250 especies de animales registradas durante los últimos años. Algunas únicas como el pez capitán de la sabana, la tingua bogotana y el cangrejo sabanero.  Variedad de plantas: desde vegetación de páramo hasta árboles y arbustos típicos del bosque seco tropical.

Por esta razón, la cabildante expresó: “estamos comprometidos con esta fuente hídrica y con nuestra estructura ecológica principal; de ahí la importancia de aprobar el Proyecto de Acuerdo 311 de 2021, que lideramos en el Concejo, el cual está encaminado a cuidar y proteger la flora y fauna silvestre del Distrito, y que se articula y complementa con otras medidas que ya existen.