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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Tierralta

Ejército entrega puentes modulares en Tierralta y restablece la movilidad

En un contundente ejemplo de respuesta efectiva ante emergencias, el Ejército Nacional de Colombia, a través de sus Ingenieros Militares, culminó en tiempo récord la instalación de dos puentes modulares en el municipio de Tierralta, Córdoba, con los cuales se restablece la movilidad, se reanima la economía local y se garantiza el acceso a servicios esenciales para más de 55.000 habitantes.

El primero de los puentes, instalado sobre la quebrada Tay y finalizado el pasado 24 de julio, es una estructura metálica tipo Acrow, de configuración triple reforzada y 51,81 metros de longitud, con capacidad para soportar hasta 52 toneladas. Su construcción tomó solo 14 días, gracias al trabajo coordinado de 25 soldados, quienes lograron devolver la conectividad a cerca de 50 comunidades rurales afectadas por el colapso de la estructura anterior, tras las fuertes lluvias registradas en abril.

 

La segunda obra, inaugurada hoy en el sector El Cairo, corresponde a un puente modular tipo 3S Bridge, de fabricación estadounidense, con 36,51 metros de largo y capacidad portante de 40 toneladas. Esta estructura beneficiará directamente a más de 16.000 habitantes del Alto Sinú y fue instalada en apenas 10 días por el Batallón de Ingenieros de Operaciones Especiales N.º 90, en articulación con la Gobernación de Córdoba, la Alcaldía de Tierralta y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).

Ambas intervenciones representan más que soluciones estructurales: son motores de reactivación para el comercio agrícola, la agroindustria y la vida cotidiana de miles de familias. «Estos puentes son una muestra de que, con la unión de capacidades y voluntades, podemos lograr verdaderas obras de impacto», aseguró uno de los oficiales encargados del proyecto.

Las autoridades locales destacaron la importancia de estas acciones conjuntas, que no solo responden con rapidez ante la emergencia, sino que también generan confianza y esperanza en las comunidades afectadas.

Culpan a la Alcaldía de Tierralta por los estragos causados por las inundaciones

La inundación del Rio Sinú en Tierralta causó estragos en el municipio en la ronda por un desvío en la cuenca media de la quebrada Jui, ejecutado en 2022 sin tener los permisos y las licencias ambientales.

La Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS), mediante una visita técnica realizada por su Grupo de Gestión de Riesgo durante el año en mención, evidenció una intervención no autorizada en la cuenca media de la quebrada.

 

En el informe técnico se señala que la Administración Municipal llevó a cabo un desvío del cauce natural en un tramo de aproximadamente 528 metros de longitud, sin contar con los permisos requeridos, tales como licencias ambientales ni autorizaciones para la ocupación del cauce, lo que constituye una infracción a la normatividad ambiental vigente.

Las autoridades ambientales de la región piden a las entidades responsables, tomar medidas de manera urgente para que la temporada de lluvias no siga causando estragos.

Defensoría advierte sobre un posible desplazamiento masivo al municipio de Tierralta

La población de las veredas Crucito, Bocas de Cruz Grande, San Pablo, Gilgal, Tucú, Ballenas, Sancón, Gloria 1, Gloria 2, Llanos del Tigre y Palestina, del municipio de Tierralta, Córdoba, establecidas desde hace varios días en Bocas del Manso, dicen que continúan temerosos de una situación como la ocurrida recientemente, cuando militares encapuchados los intimidaron haciéndose pasar por un grupo de las disidencias. Según lo dado a conocer por los lugareños, fue aumentado el número de militares en la zona desde el 21 de septiembre.

“Lo que nos han manifestado las distintas comunidades es que harán un desplazamiento masivo para que sus peticiones sean atendidas por la institucionalidad. En consecuencia, llamamos al Gobierno Nacional, al departamental y al municipal para que actúen en beneficio de las familias. Es obligación del Estado atender sus reclamos y buscar las soluciones”, expresó el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.

 

El defensor hace un llamado a las autoridades del municipio y del departamento de Córdoba para que se preparen ante un posible desplazamiento masivo de estas comunidades. Así mismo, llama al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para que garantice los derechos de niñas, niños y adolescentes ante el posible escenario de desplazamiento.

“A la Secretaría de Salud del departamento le solicitamos estar preparadas para atender hechos que puedan afectar a la población de Boca del Manso y de las demás veredas derivados de las dinámicas propias de un desplazamiento masivo”, indicó el Defensor del Pueblo.

Las decisiones del comandante del Ejército por lo sucedido en Tierralta, Córdoba

El comandante del Ejército Nacional, Mayor General Luis Mauricio Ospina dijo a la opinión pública que los resultados obtenidos por la Inspección General del Ejército Nacional, una vez verificada la situación y consolidado el respectivo informe, se pudo establecer que el Batallón de Infantería N.° 33 Junín, adscrito a la Décima Primera Brigada, desarrolla acciones contra estructuras del grupo armado organizado Clan del Golfo y con el fin de proteger a las comunidades que habitan esa región.

De acuerdo con lo anterior, el día 28 de agosto de 2023, ingresó un pelotón con el objetivo de realizar tareas de reconocimiento, en atención a la información previa con la que se contaba, de corredores de movilidad empleados para las economías ilícitas por parte de grupos criminales.

 

Sin embargo, de acuerdo a lo expuesto por el comandante, “los resultados de la inspección determinaron que los procedimientos efectuados, fueron totalmente contrarios al actuar institucional, trasgrediendo las normas, las leyes y la doctrina militar, al realizar actos inapropiados en contra de la población civil, emplear prendas no autorizadas, cubrirse el rostro, usar inadecuadamente las armas de la República; entre otros aspectos tácticos militares”.

En este sentido, el general Ospina tomó la decisión de retirar de la institución a seis oficiales, cuatro suboficiales y ocho soldados profesionales y  el traslado de 13 uniformados a Unidades en las que no realizarán actividades operacionales, ni de inteligencia, y cumplirán labores administrativas y

¿Paracos en Tierralta?

Después de la incursión pérfida de un grupo de militares encapuchados en la vereda Bocas del Manso, ubicada en el municipio de Tierralta, el presidente Petro lanzó una hipótesis que generó alarma en todo el país: se trató de militares que, auspiciados por «otras fuerzas», es decir, actuando en conjunto con sectores oscuros de la política o de la violencia, atacaron a la población con el objetivo de provocar que el miedo desencadenara una petición unánime para el retorno del paramilitarismo.

Después de esto, y como es usual en el último año, el debate se dividió entre quiénes le creen y quiénes no al presidente, quiénes vaticinan escenarios apocalípticos, quiénes piden mesura y quiénes ponen el espejo retrovisor para recordar que esto también ha pasado en gobiernos anteriores. En medio de todo, algunas organizaciones de Derechos Humanos piden actuación firme (y necesaria) para brindar justicia y reparación a la población víctima de este hecho deplorable.

 

Pero la hipótesis del presidente no es la única. Aunque puede verse como lógica y perfectamente plausible, en estos momentos el control territorial de la zona ya lo tienen las Autodefensas Gaitanistas que se abrogan un carácter político que está a medio camino entre las demandas regionales, la amnistía de capitales, la inversión territorial y el reconocimiento de su poder local. A las AGC no les interesa inflarse porque su poder ya es considerable, ni tampoco presionar la adhesión social porque su influencia ya es determinante y menos amedrentar a los pobladores de zonas propias. Es decir que la probabilidad de que este grupo haya estado detrás del asunto, en alianza con el ejército y otros sectores es bastante improbable.

La zona de la incursión, si bien se ha registrado presencia esporádica de frentes del EMC en Córdoba, en esta área son dueños y señores, con profundos vínculos con distintos niveles institucionales. Pueden tener a nivel local la interlocución política y económica que quieran y con quién quieran. Bloquean cuando les apetece, y son más que un grupo armado una gran red de capitales que han hecho exitoso el modelo de expansión de la combinación entre armas, dinero y política. Un gana-gana.  En caso de que un sector de la clase política y la economía quisiera revivir el paramilitarismo tendría que hacerlo con ellos. Y ellos no están interesados. Por el contrario, este año se han registrado tres combates con la fuerza pública en el municipio de Tierralta.  Pero, además, y este es el argumento más fuerte: los hostigamientos a esa comunidad venían desde el 2021.

Por eso traigo otra hipótesis que he confrontado con algunas fuentes en terreno: la tradición de hostigamiento. Las fuerzas armadas no tienen hoy en día otra manera de medir su éxito o su fracaso que la generación de incentivos perversos como los positivos en capturas, combates, bajas o información, y además con un actor con el que poco se combatía. En el pasado únicamente se habían realizado capturas que no tuvieron resultados, y los golpes de este gobierno están enfocados en las interdicciones. Aún en las fuerzas militares hay quien piensa que no es posible ganar una guerra irregular con métodos irregulares, y el favorito de la historia de Colombia ha sido la presión indebida y la utilización de civiles. Así que es posible que eso haya pasado, tal y como lo aseguró Luis Mauricio Ospina y se haya perdido el control de la tropa.

Esta hipótesis que lanzo en esta columna también resuena con la información que recopilé desde el 2018 sobre la génesis de este nuevo ciclo de violencia en Colombia, cuando el país vio renacer grupos armados sin que se les prestara atención. También en ese entonces ya se había perdido el control de la tropa en departamentos como el Putumayo, por no hablar de la negligencia en el Cauca durante el resurgimiento de las disidencias. También en ese entonces se prefirió no actuar.

Si esto resulta cierto, es imperativo que el Ministerio de Defensa revise no solamente este caso, sino todos los casos posibles, pero también en lograr que las fuerzas armadas puedan hacer presencia territorial e incluso adelantar sus operativos sin tener que recurrir o justificar métodos irregulares y violaciones a los DDHH que ahí sí, nos llevaron a décadas de barbarie paramilitar. 

Prohíben uso de celulares en operaciones militares

El comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, emitió una serie de instrucciones en las filas, tras el escándalo en el país por la presencia de un grupo de uniformados encapuchados en un corregimiento de Tierralta, Córdoba, una de ellas, el uso del celular en medio de operaciones.

«Prohíbo estrictamente el uso de dispositivos móviles personales para registrar operaciones de combate. En caso de necesitar registros, deben utilizar cámaras corporales GoPro o similares», dijo el alto mando militar.

 

Así mismo, exigió un estricto seguimiento a los grupos de combates en el terreno y aplicar los correctivos necesarios en caso de indisciplina.

«Ningún soldado, suboficial u oficial puede actuar fuera de las normas que orientan el correcto desarrollo de nuestra institución», señaló.

El comandante de las FF.MM. expresó su preocupación por la afectación que, hechos como el sucedido en Tierralta, Córdoba, tienen en la imagen y la credibilidad de las Fuerzas Militares.

Por último, ordenó también la generación de matrices de riesgos que permitan medir el impacto que pueda tener cada operación que se planee.

Militares que se disfrazan de guerrilla: la historia que se repite en Colombia

Esta semana se conoció en Tierralta, Córdoba la historia de unos hombres armados intimidando a los pobladores en la vereda Bocas del Manso, los cuales en principio se dijo que eran disidencias de las FARC y que estaban cometiendo actos violentos contra la población civil. Sin embargo, horas más tardes se pudo comprobar que dichos sujetos no pertenecían al grupo subversivo.

Y el hecho, repudiable sea cual sea su naturaleza, genera una alerta sobre la forma en la que se hacen montajes para deslegitimar procesos y búsquedas para cesar el conflicto y avanzar hacia la paz. Pero, además, es un recordatorio de lo que ha sido parte de nuestra historia y de la forma en que se repiten las tragedias en el país.

 

Lo sucedido trajo a la memoria los hechos de 2022, en Alto Remanso cuando en un bazar, el terror se apodero de los lugareños y fueron asesinadas varias personas, por militares que se hicieron pasar por la columna Carolina Ramírez, de las disidencias de las Farc, organización ilegal que delinque en la zona y atentaron contra la población civil, el mismo modus operandi de los hechos recientes.

De esta ocasión, aplaudo la rápida reacción de las Fuerzas Militares por establecer los hechos y separar de sus cargos a los diez militares implicados en el caso y que tenían mes y medio de haberse capacitado en derechos humanos, pero que claramente aún no están en la sintonía de la vida como mandato transversal a todas las actuaciones.

Este país tan marcado por hechos de violencia y con conflictos tan profundamente arraigados merece darse la oportunidad de hacer las cosas diferente y aunque los montajes estén arraigados para justificar la violencia, seguir intentando cambiar el paradigma, hacer la paz y dejar de derramar sangre de nuestros compatriotas.

Nuestro compromiso es con hacer de Colombia una potencia mundial de la vida y trabajaremos sin descanso por ese propósito.

Hay que mejorar en la instalación de la cultura de paz

En el municipio de Tierralta, Córdoba, hombres armados pertenecientes al ejército nacional se hacen pasar por disidencias de la FARC para intimidar a la población civil, causar zozobra y sabotear el proceso de diálogo; en algunas ciudades, los vecinos recolectan dinero para dotar de motos, armas, radios y uniformes a personal contratado y voluntario para ejercer violencia contra vendedores ambulantes, personas habitantes o en situación de calle, vecinos “ruidosos” o jóvenes que usan los parques a manera de sitio de encuentro.

Al tiempo, en algunas empresas, los guardas de seguridad intimidan a los visitantes que toman fotos en un centro comercial o a quienes buscan una respuesta a sus inquietudes o solicitudes; en la calle algunas personas responden a los requerimientos de las autoridades de tránsito con la reconocida frase “usted no sabe quién soy yo”, pretendiendo intimidar a los funcionarios públicos y evitar una posible sanción; en un hogar, una pareja amedrenta a su cónyuge amenazándola con ser golpeada y alardeando un arma de fuego que porta legalmente en su cintura; en un resguardo indígena una autoridad envía a un piquete de guardias para intimidar y detener, exponiéndolos al sol y al agua por más de 4 horas, a dos jóvenes de ciudad que se “atrevieron” a tomar una foto de un sitio sagrado.

 

Estos son, algunos de los casos de violencia física o psicológica que ocurren habitualmente en nuestros campos y ciudades, y que amenazan constantemente la convivencia y la posibilidad de reconciliación, y que debe motivar la ocupación de los gobiernos, las entidades del Estado y la llamada sociedad civil organizada; pero, más allá de reseñar los hechos, que son efectivamente delicados, surgen inevitablemente algunas preguntas. ¿Qué origina estos comportamientos? ¿qué podemos hacer como sociedad para superarlos y prevenir que estos lamentables comportamientos sigan ocurriendo?

Con el ánimo de generar alguna reacción en los lectores, me atrevo a señalar que los orígenes de estas situaciones, tienen que ver con los problemas o propuestas políticas que impiden el desarrollo y fortalecimiento de la capacidad del Estado como garante de derechos y responsable de la aplicación efectiva de justicia, a su incapacidad de garantizar, en el marco  de la Constitución -entendida esta como el acuerdo máximo que nos mantiene cohesionados como personas con derechos y deberes pertenecientes a una república-, el cumplimiento, sin excepción alguna, de las normas de convivencia generadas a partir del reconocimiento de la universalidad e indivisibilidad de los Derechos Humanos, lo que, finalmente se refleja en la gran dificultad que como sociedad hemos tenido para consolidar la convivencia y el respeto por el otro y la otra, como elementos centrales del desarrollo humano sostenible.

El haber hecho uso constante de la violencia social, política y armada para imponer un punto de vista y alcanzar derechos o hacer visibles algunas reivindicaciones; el incumplimiento constante por parte del Estado y los Gobiernos, de acuerdos o pactos firmados, luego de jornadas de movilización social; el haber naturalizado la dominación y el miedo como elementos sustanciales para el mantenimiento de un supuesto orden social o espiritual, dictado por alguna autoridad superior; la imposición de una cultura patriarcal que obliga comportamientos y niega derechos, especialmente a las mujeres y a la población LGBTIQ+; el desarrollo de modelos de ciudad que colocan lo exclusivo (conjuntos residenciales, edificios, parques, clubes, centros comerciales, etc.) como la meta individual a alcanzar u obtener, para ser reconocidos como personas exitosas, son algunas de las consideraciones que sumadas pueden derivar en la poca legitimidad que hoy tiene el Estado y motivar entre otras, el uso de la llamada “justicia por mano propia” o la negación y el despojo de derechos, a importantes sectores de la población o a individuos en estado de indefensión.

Abordar situaciones problemáticas o conflictivas complejas, como las aquí enunciadas, buscando su transformación, para avanzar hacia una colectividad con mejores niveles de convivencia pacífica, debe contemplar la generación de múltiples niveles de acción ciudadana, de consensos y acuerdos sociales y políticos; de allí la importancia de que, la sociedad en general y cada uno de los habitantes de nuestro territorio, asuman en correspondencia con sus niveles de responsabilidad, liderazgo o posición social, los comportamientos proclives al cambio efectivo de las causas que originan dichos conflictos, comprometiéndose a resarcir o mitigar las consecuencias que estos han generado.

En ese sentido, las transformaciones o reformas que nos conduzcan a la justicia social y ambiental, a la equidad, al goce pleno de los derechos humanos, y a la democracia participativa profunda, que equilibraría la democracia directa con la democracia representativa, los esfuerzos por superar definitivamente el narcotráfico, la corrupción, el lavado de activos, la impunidad y el uso del aparato estatal para beneficio propio, la solución política, pacífica y negociada del conflicto armado interno, el desmonte de la cultura paramilitar y del todo vale, entre otras consideraciones,  debe acompañarse de una serie de estrategias de sensibilización, comunicación y acción que nos permitan instalar a corto, mediano y largo plazo, la cultura de paz, convivencia y reconciliación, que necesitamos.

Más allá de los llamados a depurar el aparato estatal, las fuerzas armadas y de policía, a retomar la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y construir una prensa libre y responsable, lejos de las manipulaciones y las llamadas fake news (falsas noticias), deberíamos también asumir como propósito nacional, el fortalecimiento cultural y actitudinal de ciudadanías amorosas, solidarias, sentipensantes, comprometidas con la vida y la dignidad, recurriendo a las nuevas pedagogías, dentro y fuera del currículo oficial, a las comunicaciones populares y oficiales, al arte y la cultura, al poder de la soberanía popular y de la participación ciudadana, con el apoyo y el respaldo real y efectivo del Gobierno Nacional y los gobiernos locales.

La Paz Total exige la generación de una estrategia urgente y sincronizada en cabeza del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, el Ministerio de Educación, el Ministerio del Interior y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, reconociendo y promoviendo los esfuerzos y elaboraciones de las organizaciones que trabajan por la paz y la noviolencia; una estrategia, que aporte de manera permanente y masiva, a la instalación y apropiación ciudadana de otras formas de transformación de los conflictos que no incluyan el uso de la violencia, el abuso de poder o las violaciones a los derechos fundamentales y que promueva comportamientos asertivos en relación con el reconocimiento de la diferencia, los derechos, los deberes y la construcción de consensos y acuerdos que hagan posible la convivencia y la reconciliación.

Luis Emil Sanabria D.

El Clan del Golfo niega la autoría del ataque a un helicóptero

El Clan del Golfo negó estar involucrado en el ataque a un helicóptero del Ejército de Colombia en Tierralta, tal y como había asegurado anteriormente el comandante del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina. Los pasajeros del helicóptero resultaron ilesos.

Las autoridades colombianas denunciaron a mediados de semana un ataque contra el helicóptero en el que viajaba personal de la Fiscalía con la misión de investigar supuestos abusos de militares a la población rural en Tierralta.

 

«Nada tuvimos que ver con los disparos hechos al helicóptero en la vereda de Bocas del Manso que transportaba funcionarios de la Fiscalía», reza un comunicado del Clan del Golfo .

El Clan del Golfo, que aprovecha el escrito para también negar ser una organización paramilitar, pide investigar los hechos «con transparencia y celeridad» para averiguar quiénes fueron los autores de los disparos y también su motivación.

El fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, denunció ya a mediados de semana el ataque perpetrado contra el helicóptero y lamentó que los hecho demostraban que «no existen garantías de investigación» en el país.

Así, lanzó un comunicado junto a la Procuraduría General de Colombia, en el que instaba al presidente del país, Gustavo Petro, a garantizar la seguridad de la investigación fiscal de los supuestos abusos militares a población civil en Tierralta.

Por el momento, el Ejército colombiano ha informado de que ha apartado de sus cargos de manera temporal a diez militares por su relación con las presiones y las agresiones contra la población civil, mientras que la Fiscalía ha llamado ya a declarar a una treintena de militares por estos hechos.

Regaño de Petro a los militares por lo ocurrido en la vereda El Manso

Al hablar sobre la presencia de militares encapuchados intimidando a la población de la vereda El Manso del municipio de Tierralta, Córdoba, el presidente de la república, Gustavo Petro, señaló que no es un hecho aislado y que los miembros del Ejército no pueden volver a caer en esas prácticas.

“No era un mensaje a los habitantes de El Manso, el mensaje era para la sociedad y para decirles que el Gobierno está hundiendo a Colombia en el desorden y en caos. Eso decían cuando Salvador Allende gobernaba», dijo el mandatario.

 

Durante el discurso, el primer mandatario preguntó: ¿Qué buscaban quiénes dieron la orden? Y aseguró que «Los que dieron la orden de lo ocurrido ayer, es porque quieren que los hacendados vuelvan a ser paramilitares”.

El jefe de Estado le recordó a los miembros de la Fuerza Pública que su deber es cuidar de la honra y la vida de los colombianos.

“Ningún soldado se debe prestar otra vez a fusilar a un jovencito y a matar campesinos. Eso no puede ser en Colombia. Ningún soldado de la patria se puede prestar a ese tipo de órdenes. Porque eso sólo nos lleva a la barbarie”.

Investigan si los hombres encapuchados en Tierralta eran militares

A través de un comunicado de prensa, El Ejército de Colombia, admitió que los hombres encapuchados que intimidaron a la población de la vereda de El Manso en el municipio de Tierralta, Córdoba, ser militares que hacen presencia en la zona.

Al respecto, el comandante de las Fuerzas Militares aseguró que, una vez se concluyan las investigaciones y si se comprueba que pudo ser un acto de indisciplina o abuso de autoridad, los señalados “tendrán que responder”.

 

Los soldados que habrían podido participar de lo que sería un acto de indisciplina serían del Batallón de Infantería N.33 «Batalla de Junín», de la Décima Primera Brigada.

Inmediatamente se conoció la información, se desplazó una comisión inspectora, y ya se encuentra en el lugar de los hechos verificando los procesos y procedimientos efectuados por parte de la unidad militar.

Hombres armados amenazaron a toda una vereda en Córdoba

La comunidad de la vereda El Manso del municipio de Tierralta, Córdoba, vivió momentos de pánico luego de que hombres encapuchados fuertemente armado, ingresaron a su territorio amenazándolos.

De acuerdo con los testigos del hecho, estos hombres llegaron el pasado 11 de septiembre identificándose como miembros de las FARC y amenazaron a la comunidad donde había niños presentes e inclusive una madre con su hijo en brazos.

 

 Los habitantes de este territorio quedaron preocupados por su seguridad y la de sus familias. Al respecto, se pronunció la Procuraduría General de la Nación rechazando la acción violenta.

“La Procuraduría General como representante de la sociedad colombiana, exige del gobierno nacional, acciones urgentes para garantizar la vida e integridad de estas personas y en especial de esta valerosa mujer que los confrontó”, se lee en un comunicado de prensa.

Ejército halló depósito con material de guerra en Tierralta, Córdoba

Tropas del Batallón de Infantería N.º 33 Batalla de Junín, unidad adscrita a la Décima Primera Brigada del Ejército Nacional, hallaron en la  vereda Batatal, municipio de Tierralta, Córdoba, un depósito ilegal con abundante material de guerra.

En el lugar, presuntos integrantes de la subestructura Javier Yepes Cantero, del grupo armado organizado Clan del Golfo, tendrían almacenados cuatro morteros de 60 mm, 18 granadas de 40 mm, cuatro lanzagranadas, una ametralladora, más de mil cartuchos y proveedores de diferentes calibres, entre otros elementos.

 

El material incautado fue dejado a disposición de las autoridades competentes, con el fin de continuar con los actos urgentes y el proceso de investigación respectivo.

Con este importante resultado, se logra debilitar la capacidad armada de esta subestructura.