El cerebro es una esponja de información. A medida de que se aplicaron las medidas de confinamiento por la pandemia en 2020, además de los contagios, la salud mental se deterioró de manera exponencial. El ‘doomscrolling’ fue una de las prácticas que más impactaron en las personas.
¿Qué es el ‘doomscrolling’?
Además de ser un anglicismo el ‘doomscrolling’ es una nueva palabra que desde hace un par de años se ha acuñado en la sociedad. Básicamente, su definición se resume en el hábito del consumo de malas noticias en las redes sociales.
Problemáticas como los efectos de la pandemia del COVID-19, crisis ambientales, guerras en distintas partes del mundo y las crisis migratorias son algunas de las que la gente tiene adicción al momento de consumir información.
Si bien parece que es se ha normalizado el ‘doomscrolling’ en la vida cotidiana, esta práctica interfiere de manera negativa en la salud mental de las personas provocando angustia o ansiedad.
Consejos para evitar el ‘doomscrolling’
Si bien es cierto que es oportuno estar bien informado sobre lo que sucede en el mundo, es necesario que el ‘doomscrolling’ no domine el diario vivir de cada uno.
Entre las principales recomendaciones de los expertos según un artículo de La Tercera está el de hacer ejercicios de ‘mindfulness’ cuando se enfrenten a una de estas noticias. Tratar de no estancarse en la misma mala noticia y consumir otro tipo de información. Tratar de no consumir información antes de dormir y recién uno se despierta.
Sin embargo, el consejo más recomendable es buscar una desconexión de las redes sociales que sea gradual para no alimentar el ‘doomscrolling’.
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