En el norte de Dinamarca, Daniel Kristiansen, de 14 años, siempre se entusiasmaba por las historias que su bisabuelo le narraba sobre el sector en donde vivan y las daba por hechas. Por tal motivo un día decidió como si se tratara de una gran aventura explorar su entorno, el pequeño Daniel en medio de sus recorridos encontró algo que le llamo la atención siendo este el primer indicio del gran hallazgo que estaría por encontrar.

Tras diferentes excavaciones encontró pequeñas piezas de metal que posteriormente le reportó a su padre y que juntos con un detector de metales pudieron descubrir uno de los secretos mejores guardados de la granja.

Se trató de un avión de bombardeo de la fuerza aérea nazi llamado Messerschmitt Bf 109, siendo esta una de las armas más letales y modernas de la segunda guerra mundial, en el hallazgo se encontraron alrededor de 4 mil piezas enterradas.

«Al principio encontrábamos fragmentos de metal, pero súbitamente nos vimos frente a huesos y pedazos de ropa. Era como abrir un antiguo libro», dijo Klaus el padre del chico a CNN.

La granja de los Kristiansen que durante 70 años albergó el titán aéreo alemán, anuncio que donarán al museo nacional esta reliquia. Además, encontraron documentos en perfecta condición de los que se supo la identificación del cuerpo, en uno de los bolsillos había un pequeño libro. El ‘dúo investigador’ no pudo determinar si se trataba de una Biblia o una versión comprimida del nefasto ‘Mi Lucha’.

Entre otras pertenencias también se halló un par de monedas, tres condones y una cantina. Un museo está ahora investigándolo.