Jesús Gil Manzano, el árbitro del Real Madrid-Villareal de ayer, se vio sorprendido luego de salir del Estadio La Cerámica. En el parabrisas de su automóvil encontraron un escrito que decía: “¡LADRONES!”, tras la victoria 2-3 de los sobre el Submarino Amarillo, donde causó polémica al decretar penalti en una presunta mano de Bruno Soriano. Pero lo peor del caso vino después del encuentro, cuando lo acusaron de haber salido del estadio con una bolsa del Real Madrid.

Las sospechas tras la bolsa con la que se fue Manzano del estadio tienen su explicación. Varios equipos de fútbol español acostumbran dar obsequios a la terna arbitral. Lo que la bolsa polémica contenía eran media docena bolígrafos, llaveros y botones alusivos al Real Madrid.

“¿Alguien se cree que un árbitro que gana 160.000 euros al año se va a vender por unos llaveros?”, declararon hoy fuentes internas del comité de árbitros al portal OkDiario. Es el clamor de los árbitros, que dejan claro que es una práctica normal que muchos equipos españoles acostumbran a hacer.

El Real Madrid, luego de comenzar perdiendo 2-0 ante el ‘Submarino Amarillo’, tuvo una lúcida noche en la que pudo darle vuelta al marcador. La polémica del fin de semana, además del penal pitado a favor de los ‘merengues’, fue la sospechosa salida del juez de campo con una bolsa del Real Madrid.

“Gil Manzano y sus asistentes han salido del estadio con bolsas del Real Madrid. Eso no está bien, me parece a mí”, afirmó Fernando Roig, presidente del Villarreal y añadió: “Creo que después de un penalti, que no ha sido, no podemos hablar de una remontada del Real Madrid. Todo el mundo dice que la mano es en rebote, pero el rebote no es penalti”.

Lo cierto es que por muchas críticas que se le hicieran por llevarse dicha bolsa, es conocido en el mundo del fútbol este tipo de prácticas. No como forma de soborno a los colegiados, sino como simple souvenir para llevarse como recuerdo del encuentro.