Los diablos rojos empataron contra Popayán y se obligan a ganar el último partido de la eliminatoria contra el Quindío en casa. Los de Armenia cumplieron y les vale con un empate en Cali.

El cuento de América con el ascenso nunca va acabar. Los diablos rojos tenían hoy en su encuentro contra Popayán una oportunidad única para poder sentenciar medio ascenso. De haber ganado habrían llegado a la última cita en casa contra Quindío, donde habría sido suficiente un empate para culminar el ansiado ascenso.

Pero a América no le gustan los caminos fáciles. Su empate contra Popayán le obliga a jugarse la última carta en casa contra Quindío. Solo valdrá la victoria, no habrá excusas. Los diablos rojos deberán obtener los tres puntos si quieren volver a estar entre los grandes.

Parecía que iba a ser un partido cómodo para América con el primer tanto de libre directo de Juan Camilo Angulo. El lateral derecho ponía con suavidad el balón en la escuadra de Popayán, Óscar Ramos se quedo estático sorprendido por el golpeo. Los diablos rojos dominaban en la cancha con escudo de primera, pero un córner de Popayán le devolvía pocos minutos más tarde al infierno. El defensa Figueroa realizaba una obra de arte con un remate de tijereta.

América se atascaba en Popayán y mientras Quindío arrasaba en casa a Cartagena. Farías lo intentaba para los rojos pero el empuje en la segunda mitad de los rojos no fue argumento suficiente para llevarse el partido. Bejarano incluso tuvo que salvar a los suyos en los últimos minutos. El empate complica la vida de los caleños. Se tendrán que jugar el ascenso en casa contra Quindío en una final en la que solo le servirán los tres puntos.