Más de 150 mil personas se transportan diariamente por la ciudad en bicitaxis. Después de más de diez años de servicio, esta opción de movilización en la capital no se formaliza y crece y crece sin reglamentar desmedidamente.
Los bicitaxis son una alternativa de transporte que se conoció oficialmente en 1997 y que le ahorra tiempo diariamente a más de 150 personas en la capital. Desde ese momento y hasta el día de hoy, no se ha pensado una reglamentación para este sistema de transporte amigable con el ambiente, que abarca cerca del 80 por ciento de la ciudad.
Ya para 2004 el paisaje urbanístico cambió y este sistema paso a formar parte del diario ir y venir de los ciudadanos. Para esa fecha se contaban alrededor de 450 tricimoviles.
Actualmente la Secretaria Distrital de Movilidad, SDM, reconoce que existen en Bogotá 752 bicitaxis, y que estos operan en tan sólo 79 puntos de Bogotá.
Según Jaime Gonzalez Cruz, representante del gremio de la Federación Ecológica de Tricimoviles de Colombia, Fecotricol,”hay cerca de 8500 tricimoviles que funcionan en Bogotá”, además señaló que esta cantidad de bicitaxis abarca cerca del 75 u 80 por ciento de las localidades de la ciudad.
Las zonas en las que hay mayor número de presencia de este particular modelo de transporte, que también funciona en diferentes lugares del mundo como México y Berlín, son Suba, Bosa y Kennedy.
Para la concejal del partido progresista Angélica Lozano,“la secretaria de Movilidad está en la luna”. A partir de un derecho de petición realizado por la funcionaria, la alcaldía de Bosa le respondió que “tan sólo en su localidad hay 1200 bicitaxis”, “700 hay sólo en El Tintal en Keneddy”, indicó.
Angélica lozano ha sido una de las mayores defensoras de la reglamentación de este medio de transporte que facilita la traslación de los ciudadanos hacía vías grandes y rutas del Transmilenio y del Sistema Integrado de Transporte Público, Sitp.
“Este costo tarifario adicional ha de contemplarse en el costo de la tarifa final, sobre la cual se trabaja en la estructuración del SITP, sistema del que no puede separarse el bicitaxismo si es que, el distrito capital permite su funcionamiento”, indicó Lozano, como medida de ayuda y complemento a la movilidad en la capital.
“Es claro que de aceptarse este medio de transporte como ‘Alimentador intermedio’ del SITP, deberá regularse ampliamente garantizando para el usuario y los prestadores del servicio que su existencia sea tranquila, pacífica y dentro de las normas de transito y transporte vigentes en el pais”, “permitir su funcionamiento por fuera de la legalidad es aceptar la incompetencia de las autoridades para frenar el crecimiento de economías informales dañinas para la vida económica de la ciudad y con alto índice de peligrosidad para los ciudadanos”, agregó.
Según Ángela Arenas, subsecretaria de servicios de movilidad, en una entrevista realizada por el diario El Tiempo en julio de 2012, “la administración está absolutamente preocupada por esta proliferación que se observa a lo largo y ancho de esta ciudad”.
Para tal situación “la solución a éste y los demás problemas está en reglamentar”, asegura la cabildante Lozano.
Inicios y problemas
En un principio este sistema empezó a funcionar en la periferia de la ciudad brindando una solución de movilidad a los ciudadanos que no podían llegar hasta sus hogares por la falta de transporte masivo dentro de los barrios.
La principal problemática ante la falta de regulación es que el sistema ofrece enormes peligros para la integridad física de los usuarios que se arriesgan al usarlo.
Vehículos sin condiciones de seguridad adecuadas, circulación en lugares donde se expone la vida del transportador como del transportado, menores de edad conduciendo los vehículos, conductores que cobran más de lo justo a los pasajeros, apropiación del espacio público como parqueadero para los bicitaxis y conductores sin ningún tipo de seguridad social o protección contra riesgos profesionales, son las condiciones en las que laboran diariamente los transportadores.
“En algunos lugares el exceso en el cobro de tarifa es otro de los problemas para los ciudadanos, porque sólo en algunos casos se sabe en realidad cuanto se debe pagar por su movilización”, señala la concejal.
La falta de regulación que no ha dado el distrito a los trabajadores que viven de este sustento, genera la “compra y venta fraudulenta de cupos”, “algo similar a lo sucedido con los taxis”, señala Lozano.
Una ruta de bicitaxis nace normalmente cuando un empresario identifica una zona de la ciudad donde las personas deben caminar largos trayectos, esto, además de una demanda atractiva.
Tiempo después de que el empresario se decide a operar con algunos vehículos propios, invita a sus compañeros a movilizar en la zona, quienes le deben entregar un monto de 15 mil pesos, además se queda con la exclusividad de la ruta.
Para que un nuevo vehículo pueda operar en la zona, se debe cancelar al “dueño” una suma que oscila entre los 300 mil y el millón de pesos, dependiendo de la demanda que genera el sector.
Esa exclusividad es garantizada, en algunos casos, a través de mecanismos violentos o de intimidación físicas”, señalan bicitaxistas de la ciudad.
“La administración debe fijarle impuestos, tiene que establecer las pólizas de garantías que le den la seguridad a los pasajeros y a los mismas personas que conducen el tricimovil”, asegura Lozano.
Sin embargo, el gremio Fecotricol y sus 32 organizaciones que lo conforman, si tienen una tarifa especifica y una lista de precios. Entre 700 y 1500 pesos se cobra por movilizar a los ciudadanos en recorridos que no exceden los 15 minutos.
Los ciclomoviles de la 80 tienen tarifas que se establecieron desde febrero de 2010. Los viajes oscilan entre los 1200 y los 2000 pesos en viajes para una persona, y entre 2000 y 3000, cuando se lleva a dos pasajeros.
Si se reglamenta el servicio “acabaremos con un flagelo de once años luchando por la legalización y la reglamentación del servicio” además vamos a cumplir con “pólizas de seguro” para los usuarios, aseguró González.
Además “esto dará un beneficio de empleo en el distrito capital a más de 16 personas”, “ya que diariamente se pueden recoger cerca de 30 a 35 mil pesos”, agregó el representante.
La falta de restricción sobre este tipo de empresas no le genera beneficios al distrito y por el contrario fomenta el crecimiento del empleo informal en la capital.
Lo que ha hecho el Estado con el tema es “mirar para otro lado, mientras este fenómeno está creciendo. Estamos a tiempo con el bicitaxi porque hoy genera un sistema limpio, pero estamos a tiempo de organizarlo”, asegura Lozano.
“El SITP debe ofrecer servicios en zonas que hoy están abandonadas”. “Los usuarios usan el tricimovil porque necesitan llegar principalmente a las troncales de Transmilenio o a las grandes vías”, agregó.
La concejal asegura que “La reglamentación implica estructurar el negocio”, y es importante ”definir si se van a operar rutas y operación, no es seguro que el bicitaxi vaya en grandes vías. Si hay alguien que puede cobrar por el aprovechamiento del espacio público es el distrito, únicamente el distrito”.
“La administración debe fijarle impuestos, tiene que establecer las pólizas de garantías que le den la seguridad a los pasajeros y a las mismas personas que conducen el tricimovil”, resaltó.
Finalmente la concejal Lozano señala que el servicio de los bicitaxis “no puede ser absolutamente restringido, sino que debe reglamentarse por la autoridad competente, que para el caso de Bogotá es el Alcalde Mayor, precedida por supuesto de los estudios técnicos que fundamente en elementos como la oferta adecuada según la demanda del servicio, las rutas, la forma de operación, los horarios, y las condiciones que garanticen la seguridad vial de conductores, usuarios y peatones”.