Usain Bolt puso un bello remate a la competición olímpica de atletismo en el estadio de Stratford con su sexta medalla de oro olímpica.

Campeón de 100 y 200 metros en Londres 2012, igual que cuatro años antes en Pekín, Bolt tuvo el honor de coronar la última prueba del atletismo dentro del estadio y respondió, por tercera vez en estos Juegos, a las expectativas que había levantado entre los aficionados.

El equipo formado por Nesta Carter, Michael Frater, Yohan Blake y Usain Bolt batió al de Estados Unidos, que con Trell Kimmonds, Justin Gatlin, Tyson Gay y Ryan Bailey logró la medalla de plata (37.04), y al de Trinidad y Tobago, que obtuvo la de bronce tras la descalificación de Canadá.

La plusmarca anterior pertenecía al equipo jamaicano que, exactamente con la misma formación que hoy, el año pasado consiguió en Daegu el título mundial con 37.04.

El atletismo tiene una prueba pendiente en estos Juegos, el maratón masculino, pero la carrera más larga del programa olímpico se disputará mañana en el centro de Londres.

La última jornada resultó apoteósica también para el británico Mo Farah, que inscribió su nombre junto al de atletas legendarios como Emil Zatopek, Lasse Viren o Mirus Yifter al conseguir el doblete olímpico del fondo con su victoria en 5.000 metros después de haber ganado una semana antes los 10.000.

Un registro de 13:41.66 y una vuelta final en 52 segundos dieron la corona a Mo Farah, nacido en Somalia hace 29 años, que precedió en la meta al etíope Dejen Gebremeskel (13:41.98) y al keniano Thomas Longosiwa (13:42.36).

En 800 metros, la rusa Mariya Savinova, campeona mundial en Daegu 2011, ejecutó a la keniana Pamela Jelimo en el esprint con un tiempo de 1:56.19 y dejó a la defensora del título en tal estado de postración que terminó perdiendo, incluso, el podio.

La sudafricana Caster Semenya, campeona mundial en 2009, llegó desde el fondo del grupo para colgarse la medalla de plata con 1:57.23, y la rusa Yekaterina Poistogova arrebató a Jelimo, por seis centésimas, el tercer puesto.

El primer récord mundial de la jornada se produjo lejos del estadio, junto a Buckingham Palace. La rusa Yelena Lashmanova batió la plusmarca de 20 kilómetros marcha con un tiempo de 1h25:02 y destronó a su compatriota Olga Kaniskina, tres veces campeona mundial, que había permanecido escapada desde la misma salid ahasta 300 metros antes de la meta.

Kaniskina se tuvo que conformar esta vez con la medalla de plata (1h25:09), en tanto que Shenjie Qieyang, bronce con 1h25:16, redondeó el gran éxito de la marcha china, que llegaba a Londres sin medallas y se va después de haber estado en los tres podios.

Por la mañana, en el mismo circuito, Sergey Kirdyapkin, dos veces campeón mundial, había dado a Rusia su primer título olímpico de 50 kilómetros marcha después de recorrer los diez últimos en solitario, perseguido por el australiano Jared Tallent, que repitió plata, y por el chino Tianfeng Si.

El marido de Anisya Kirdyapkina, marchadora rusa que terminó quinta por la tarde en 20 km., obtuvo la victoria con un tiempo de 3h35:59, récord olímpico. Tallen llegó 54 segundos después y Si a 1:17. Rusia no había ganado nunca un oro olímpico en esta prueba, aunque en Barcelona’92 fue campeón Andrey Perlov con el Equipo Unificado, tras la desintegración de la Unión Soviética.

La sorpresa saltó en la final de jabalina. Un trinitense de 19 años, Keshorn Walcott, que venía de ser campeón del mundo júnior en Barcelona, acabó con el reinado del noruego Andreas Thorkildsen con una marca de 84,58 metros.

El ucraniano Oleksandr Pyatnytsya obtuvo su primera medalla en alta competición con un tiro de 84,51 y el finlandés Antti Ruuskanen salvó el honor nórdico con 84,12 para colgarse el bronce.

El relevo femenino 4×400 otorgó un nuevo título a Estados Unidos y a su última relevista, Allyson Felix, la tercera medalla de oro en estos Juegos, después de haber sido campeona de 200 y haber participado, también, en el relevo 4×100 que ayer estableció un nuevo récord mundial con una marca de 40.82.

José Antonio Diego