Colombia ocupa el número 45 en la forma de sus políticas nacionales apoyan la innovación, según un análisis publicado por la Fundación para la Tecnología e Innovación (ITIF), un “think tank”, especializado en tecnologías globales.
Los hallazgos provienen de un nuevo informe de evaluación de 56 países, que en conjunto conforman cerca del 90 por ciento de la de economía en la medida en que, sobre una base per cápita, sus políticas económicas y comerciales contribuyen o van detrimento de la innovación a nivel mundial mundo.
“Innovación robusta es esencial para el crecimiento económico y el progreso”, dijo el coautor Stephen Ezell, vicepresidente de ITIF para la innovación global.
“A medida que los países compiten cada vez más por el liderazgo en la economía de la innovación, que pueden poner en práctica políticas que tratan de beneficiar sólo a sí mismos, o también perjudicar a la producción de la innovación en el resto del mundo”, explicó el experto.
Asimismo, pueden implementar políticas gana-ganar, que refuerzan su propia capacidad de innovación y al mismo tiempo generar externalidades positivas para toda la economía mundial.
“Para que la innovación florezca en todo el mundo, necesitamos un sistema que está haciendo mucho más de este último postulado”, aseguró.
Mientras la investigación anterior ha clasificado a los países sobre la base de la capacidad de innovación o los resultados, este informe es el primero en evaluar el impacto de las políticas de los países en el sistema de innovación más amplio.
Los autores examinaron 14 factores que no sólo apoyar la innovación en el país, pero tienen efectos secundarios positivos a nivel mundial, tales como los sistemas de apoyo de impuestos y la inversión en I + D y el capital humano, y otros 13 factores que tienen efectos secundarios negativos, tales como la localización forzada y débil protección de la propiedad intelectual.
Así las cosas, el 45 lugar de Colombia en la clasificación general refleja una combinación de políticas que el informe se ha encontrado para ser quinto peor de su contribución positiva al ecosistema de innovación global y también el vigésimo más perjudicial.