Hace casi 12 años que el país se emocionaba con la participación de Juan Pablo Montoya en La Fórmula 1. Esta categoría, tenía por primera vez en sus pistas a un piloto colombiano.
Con el auge de Montoya participando en esta máxima categoría por casi seis años, acariciando los primeros lugares, la pasión por las carreras fue creciendo, igual que la cultura en torno al deporte. Gracias a ese motor motivacional, en la última década el automovilismo colombiano aumentó de velocidad y hoy marcha sobre ruedas.Un hecho notorio al resaltar la presencia de más de 20 jóvenes pilotos que compiten en los principales campeonatos, categorías de ascenso y pistas del mundo. La mayoría con la ilusión puesta en seguir los pasos de Montoya-quien acaba de cerrar su sexta temporada en la Copa Sprint de Nascar- y avanzar a la Fórmula 1.
En Europa se podría nombrar a Óscar Tunjo en la Formula Renault Europea (Eurocup) y Tatiana Calderón, única mujer colombiana en ascenso en los autos fórmula, quien corre en el F3 European Open. En esta misma búsqueda, pero por Norteamérica, lo intentan otros pilotos como Sebastián Saavedra, Gustavo Yacamán y Carlos Muñoz, que acaban de cerrar temporada el fin de semana pasado en la Indy Lights, destacándose entre los mejores: Yacamán terminó 3°, Saavedra 4° y Muñoz 5°. En EE.UU. también se ve la fuerte presencia de colombianos, pero en otra categoría de ascenso, la Star Mazda, en la que corren tres pilotos: Gabby Chaves, que marcha segundo en el campeonato; y Juan Piedrahíta y Andrés Méndez.
Aunque es preponderante la presencia de pilotos colombianos en el exterior, y sus presentaciones han sido exitosas, falta apoyo por parte de las empresas privadas y públicas, teniendo en cuenta los altos costos que requiere poder practicarlo. Por su parte el gobierno ya está empezando a dar ayudas, a través de Coldeportes y del Comité Olímpico.
“La inversión en el automovilismo es muy alta. Es una apuesta grande. La mayoría han logrado con sus propios recursos y con su pasión dejar el nombre de Colombia en alto. Solo hasta este año ha llegado alguna ayuda”, señaló un funcionario de la Federación Colombiana de Automovilismo.
Por lo general, un carro para competir cuesta entre $70 y $ 100 millones en Colombia, y la inversión anual para mantenerlo, y correrlo, está en un promedio de $30 a $40 millones. Dentro de estas cifras entran todos los gastos de mecánicos, gasolina, inscripciones a los campeonatos y preparador, que si es extranjero y de gran reconocimiento puede cobrar alrededor de US$20.000.
“Para empezar una carrera automovilística en Colombia debe iniciarse por los karts, de ahí se pasa a una escuela de automovilismo, en este caso Renault Sandero, que es la única que existe en el país. Igualmente el único escenario para pilotos es el Autódromo de Tocancipá”, explicó Ricardo Ruiz, director de prensa de Autódromos S.A. El país se queda corto en opciones muy rápido. La mayoría de pilotos colombianos continúan su preparación en el extranjero, donde empiezan a competir en las diferentes categorías.
“Actualmente hay más presencia del automovilismo en Colombia. Se están haciendo campeonatos regionales tres veces al año en ciudades como: Medellín, Cali y Pasto, así como campeonatos nacionales. Tenemos aproximadamente nueve pilotos destacados en podium”, aseguró Hernán Porras, Presidente de la Federación Colombiana de Automovilismo Deportivo.