La adhesión de María Mercedes Maldonado a la campaña de Clara López y su renuncia a las pretensiones de ser alcaldesa de Bogotá dejan ver la pérdida de poder efectivo del progresismo representado por Gustavo Petro, en el electorado capitalino.
Lejos quedaron las masivas manifestaciones de respaldo al actual alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, durante la coyuntura de su destitución por parte del procurador general, Alejandro Ordóñez.
Para ese momento, 2013-2014, se pensaba que el progresismo podría repetir alcaldía en Bogotá. El optimismo se extendió, a pesar del acoso mediático (muchas veces con razón) sobre su administración, hasta comienzos de 2015. Para ese arranque de año, María Mercedes Maldonado, Hollman Morris y Guillermo Alfonso Jaramillo, demostraban, con sus precandidaturas, que el progresismo tenía un panorama variado de vertientes políticas y que podía sumar un gran número de electores.
De la campaña de Maldonado, algunos asesores afirmaban que era posible volver al Palacio de Liévano ya que las de octubre próximo serían unas elecciones en las que el candidato progresista sería el representante del poder actual y que de esa forma era viable lograr una candidatura sólida.
Por su parte desde la campaña de Morris, pensaban que era muy posible que el voto progresista fuera el que decidiera la balanza entre los dos candidatos que quedaran como las opciones sólidas ad portas de las elecciones.
Por su parte, Jaramillo, quien salió de la Secretaría de Gobierno con un alto nivel de aceptación estuvo esperando que la consulta interna se diera y no se dilatara, como efectivamente pasó. Entre acusaciones de favoritismo hacia Morris, Jaramillo decidió irse a luchar por la Alcaldía de Ibagué, un escenario que no le es ajeno desde que fuera concejal de la ciudad y gobernador del Tolima.
Los cálculos hechos por el progresismo no pudieron hacerse realidad. La adhesión de la bancada progresista en el Concejo a las aspiraciones de Carlos Vicente de Roux empezaron a demostrar que esa idea de unidad al interior del progresismo no era muy cierta.
Finalmente, Morris le apuntó al Concejo de Bogotá, enarbolando las banderas de renovación y transparencia que necesita el cabildo distrital, cuya imagen ha sido duramente golpeada por el hecho de ser la base de trabajo de la mayoría de los protagonistas del carrusel de la contratación.
Maldonado, amparada en su experiencia como urbanista y como exsecretaria de Habitat y Planeación, continuó con una campaña que fue ignorada, en un primer momento, por los medios de comunicación y algunas entidades, como Camacol, quienes no la tuvieron en cuenta para los debates en torno a la alcaldía de la capital.
Su favoritismo entre los votantes nuca superó el 1%, algo que golpeó fuertemente las aspiraciones del progresismo. Como plan B se tenía la posibilidad de una gran coalición de sectores de centro-izquierda con De Roux para adherir a la campaña que garantizará la continuación de los logros de la Bogotá Humana de Petro y que no estuviera presentándose como un enemigo de esta tendencia política, como ha sucedido con Enrique Peñalosa o Francisco Santos. Incluso, en un momento tan prematuro como marzo de 2015, una fuente cercana a la administración Petro le contó a Confidencial Colombia que de no lograrse una candidatura fuerte, el progresismo tenía en la mira a Clara López, a pesar de que el alcalde no veía con malos ojos una posible alianza con Pardo.
Pasar de tener la Plaza de Bolívar llena durante 9 días consecutivos a solo lograr el 1% de intención de voto demuestra el retroceso que ha tenido el progresismo, como fuerza política con vocación de poder, en la capital colombiana.
Por el momento, María Mercedes Maldonado, que representa esas aspiraciones, suscribirá un acuerdo programático con López el cuál será anunciado en el monumento a la Pola en el centro e Bogotá, el próximo martes 22 de septiembre. Será el momento en que Bogotá podrá ver a tres mujeres fuertes en los sectores de izquierda como lo son Clara López, la misma Maldonado y Aída Avella, unidas por una nueva alcaldía bogotana para el Polo Democrático.