Hace 39 años, un 11 de septiembre como hoy (mucho antes de los atentados contra las torres gemelas de New York), las fuerzas armadas chilenas junto a los carabineros del país dieron un golpe de estado que acabó con el gobierno de Salvador Allende.
Allende llegó al poder en Chile a través de la vía electoral por la Unidad Popular, un conglomerado de partidos y movimientos políticos de izquierda. Eso despertó el malestar de varios sectores de la derecha chilena y del gobierno de Richard Nixon que consideraban una amenaza la existencia de un gobierno de izquierda en el cono sur.
El gobierno de Allende duró tres años hasta que el 11 de septiembre, las fuerzas armadas chilenas llevaron a término un golpe de estado que venía fraguándose casi que desde la instalación de Allende en el poder. Sabotajes, ataques terroristas y asesinatos selectivos prefiguraron el golpe que desgarró la historia chilena.
Ante la resistencia del presidente Salvador Allende en el Palacio Presidencial de La Moneda, los golpistas decidieron bombardear el palacio en pleno centro de Santiago. Durante el bombardeo cayó el gobierno de Allende y la acción se selló con la muerte del exmandatario. Algunas versiones señalan que se suicidó durante el bombarde, otras dicen que fue ultimado con un tiro de gracia; la única realidad es que los militares chilenos derrocaron un gobierno legitimamente elegido.
Después de haber borrado de Chile al presidente Salvador Allende y a su gobierno, ese 11 de septiembre de 1973, el poder quedó en manos del General Augusto Pinochet hasta el 11 de marzo de 1990. Un régimen de terror que arrojó un saldo trágico de 40.000 víctimas, 3.000 de ellas asesinadas.
El golpe de estado ocurrido en 1973 derivó en una dictadura que aún hoy es recordada con miedo por cientos de miles de chilenos que no dejan en el olvido a las víctimas de uno de los hechos más trágicos de la historia reciente de América Latina.