El problema de la oposición es evidente en cualquier movimiento, porque que si se desvincula de grupos como Jabhat Fateh al-Sham (antiguo Al Nusra, vinculado con Al Qaeda) pierde presencia y respaldo militar, pero ignorar esta salida diplomática con la garantía de los gobiernos internacionales, aunque hayan ratificado su lucha total contra el terrorismo (Donald Trump, Vladimir Putin), es una oferta difícil pero nada despreciable, ya que de no establecerse, la guerra seguirá y ahora de una forma más contundente.
Este lunes empezó en Astaná, capital de Kazajistan, los más recientes acercamientos de la oposición siria y la delegación de Damasco para establecer más zonas con la medida de alto al fuego y lograr la paz en la Oriente Próximo.
Los gobiernos de Rusia, Irán y Turquía son los principales impulsores de la gestión junto al régimen de Bashar Al Asad, para reestablecer el dialogo con las fuerzas rebeldes de país.
Recordemos que el primer acercamiento fue impulsado por EEUU y la ONU en Ginebra, el pasado abril de 2016. Allí las partes no consiguieron ningún acuerdo, debido a que la oposición de régimen sirio abandonó el diálogo, tras un bombardeo que hizo el gobierno sobre la ciudad de Iblid, donde murieron más de 40 personas.
Ahora, en esta denominada´Cumbre de Astaná´, la delegación de los grupos rebeldes ha rechazado negociar directamente con el régimen de Damasco, según Esam al Rais, miembro de la delegación de la oposición, quien sostiene que solo van a negociar con la ONU.
Por otro lado, la presencia de las delegaciones de Estados Unidos, la Unión Europea y Arabia Saudi, quienes de ser los máximos impulsores a los diálogos de paz , ahora parecen ser solo testigos de esta nueva fase de conversaciones.
Asimismo, el gobierno de Vladimir Putin, declaró que los acercamientos tienen otra visión ya que los rebeldes han perdido territorios y esta vez, “quienes les darán voz son sus propios representantes, no líderes sirios en el exilio” manifestó el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov.
“Esta consulta busca brindar confianza entre Damasco y los rebeldes” declaró, el representante de Siria ante la ONU, Bashar Jaafari.
Si bien esta consulta se realizará a puerta cerrada, se espera que las partes aprueben y apliquen un paquete de iniciativas de mediación de Rusia y Turquía apoyadas por el Consejo de Seguridad de la ONU en su resolución 2.336.
Por otra parte, La oposición siria ha denunciado que Damasco no está respetando el alto el fuego impulsado por Turquía y Rusia, así que para Moscú la cita es una prueba de hasta dónde llega su influencia en el régimen de Asad.
Según una fuente rebelde, no hay conversaciones directas entre la delegación insurgente y la enviada por Damasco.
“Irán, Rusia y Turquía vuelven a declarar su intención de combatir conjuntamente contra Daesh y Al Nusra y separarlos de los grupos de la oposición armada”, expone documento oficial del proyecto que será firmado tras las conversaciones.
El problema de la oposición es evidente en cualquier movimiento, porque que si se desvincula de grupos como Jabhat Fateh al-Sham (antiguo Al Nusra, vinculado con Al Qaeda) pierde presencia y respaldo militar, pero ignorar esta salida diplomática con la garantía de los gobiernos internacionales, aunque hayan ratificado su lucha total contra el terrorismo (Donald Trump, Vladimir Putin), es una oferta nada despreciable, ya que de no establecerse, la guerra seguirá y ahora de una forma más contundente.
En resumen, tras seis años de conflicto en siria se ha producido 300.000 víctimas y al menos once millones de desplazados.