El papel de los militares en los diálogos para llegar al fin del conflicto es fundamental por el hecho evidente de que son quienes más han estudiado a su enemigo en toda su dimensión de organización guerrillera, tanto en lo militar y territorial, como en lo político.
Desde el comienzo de las conversaciones en La Habana se le atribuyó al general (r) Jorge Mora Rangel el papel de representar el estamento castrense. Mora ostenta la experiencia de haber combatido a las Farc sin tregua y ser uno de los hombres que despierta mayor admiración en las FFMM. Pero sus credenciales de hombre duro, no le han servido de escudo para que los opositores al proceso siembren dudas sobre la utilidad de su figura en la mesa. Por esto es que cuando habla en púbico sus declaraciones calan en la opinión. Más allá de ser un símbolo, es una voz necesaria para tranquilizar a quienes adentro desconfían de la voluntad del Estado en las negociaciones.
Desde que llegó a la dirección de la Brigada Móvil No. 1, se puso como meta acabar con el secretariado de la Farc. Fue uno de los primeros en mencionar la relación entre este grupo subversivo y el narcotráfico.
En medio del fallido proceso del Caguán, fue gran crítico del mismo y varias veces denunció las arbitrariedades que las Farc estaban cometiendo en los 42 mil kilómetros cuadrados despejados. Además, nunca estuvo de acuerdo con el intercambio de secuestrados por guerrilleros presos. De hecho, fue uno de los opositores al mismo gobierno de Andrés Pastrana, quien como otros, hoy no entiende qué hace este general en un equipo de negociadores.
Estos antecedentes cobran gran valor cuando, como miembro del equipo negociador, resalta la importancia de firmar un acuerdo de cese al fuego definitivo y de entender que el proceso pretende que las Farc abandonen la lucha armada y se conviertan en un movimiento político.
El excomandante de las Fuerzas Militares prefiere no dar entrevistas, ni dar declaraciones frecuentes sobre el proceso, solo participa en foros académicos en los que da argumentos que sirven de explicaciones que la sociedad le demanda.
“El fin de la Segunda Guerra Mundial, estuvieron los militares ahí sentados; el armisticio que puso fin a la guerra de Corea, está firmado por militares; en Vietnam, el proceso de paz en esta parte del mundo vivió dos años de conversaciones secretas en París y en ese proceso también estuvieron los militares”. Fue una de las reflexiones que hizo el general Mora para explicar por qué está de acuerdo con la presencia de militares activos en Cuba.
“Bajo ningún concepto puedo pensar que la ida de ellos fue un acto humillante. Al contrario, son un equipo asesor de nosotros y van a sentarse con miembros de las Farc para hablar de la manera en que se van a desmovilizar, cómo van a entregar las armas, y cuando suceda eso, cómo va ser el cese bilateral y definitivo del fuego”. Sentenció Mora ante un público que se sorprendía por su contundencia.
En ese sentido siempre resaltó el gran valor de las Fuerzas Armadas para llegar hasta este marco de las negociaciones. “Quiero iniciar reafirmado mi convicción por el inmenso sacrificio, entrega, valor y lealtad de los hombres y mujeres de las fuerzas militares y nuestra Policía Nacional. Han sido ellos los que han impedido que las organizaciones armadas ilegales alcanzaran su propósito de la toma del poder por las armas. Son estas fuerzas las que durante estos 50 años de violencia, terror y muerte han garantizado la supervivencia del sistema democrático y económico que los colombianos libremente escogieron”
A su vez, en medio de varias polémicas en torno al supuesto tema de los militares en La Habana, el general Mora fue enfático al afirmar que nunca se habló ni se hablará de ellos en la mesa. “Los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Militares deben estar seguros y tranquilos: en ningún momento este tema ha sido motivo de discusión en la mesa. Estas instrucciones han sido ratificadas. Más adelante tampoco harán parte de las conversaciones, y no lo son sencillamente porque no hacen parte de la agenda o de los acuerdos. El general Mora hace parte del equipo de gobierno por decisión del señor Presidente de la República, nombramiento que cuenta con el apoyo y respaldo de las Fuerzas Militares en servicio activo y de las organizaciones de la reserva activa que fueron consultadas, permanencia que a la fecha no tiene alteración ni tiene cambio”.
De la misma manera viene aseverando que el papel de los uniformados continuará siendo el que la constitución les manda. ”Los soldados y policías tienen la obligación constitucional de garantizar la soberanía, independencia, la integridad territorial, el orden constitucional, los derechos y libertades y la convivencia en paz de los colombianos. Estas obligaciones no están en discusión, no hacen parte de los acuerdo y no hemos recibido instrucciones diferentes a la del cumplimiento constitucional y a la de garantizar la presencia institucional en todo el territorio nacional”.
Y al final de la mayoría de sus intervenciones, le pide a Colombia confiar en el trabajo que los negociadores del Gobierno desarrollan en Cuba. “Les pido a los colombianos, a los hombres y mujeres de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional que confíen en el equipo de Gobierno. Las instrucciones que hemos recibido, el compromiso y las convicciones no nos permiten actuar en forma diferente a la de buscar el bienestar y el mejor futuro para todos los colombianos, así como el fortalecimiento institucional y de nuestro sistema democrático”.
Por eso ahora es clave que la voz de Jorge Enrique Mora Rangel sea oída cada vez más. Que sus afirmaciones entorno a la posibilidad de que las Farc surjan como un movimiento político, siempre y cuando se desmovilicen y entreguen las armas, calen para seguir construyendo los primeros pilares de la terminación del conflicto armado, aún más en unas Fuerzas Armadas que han sido una de las instituciones que se ha topado de frente con este mal endémico de Colombia.