Un polémico escrito del ataque que acabó con la vida de Bin Laden y otro que califica al primero como “una gran traición” están incluidos en los relatos de una de las unidades militares más eficaces y secretas del mundo, los SEAL.
“No Easy Day” (No es un día fácil), de Mark Bissonnette (con el seudónimo de “Mark Owen”), un oficial retirado de la unidad de elite SEAL de la Marina estadounidense, salió hoy a la venta rodeado de polémica.
El Pentágono reiteró que el Gobierno continúa revisando la obra y considera “que contiene información secreta y delicada, lo que constituye una violación del acuerdo de confidencialidad” firmado por el exSEAL.
Bissonnette ofrece en 336 páginas su relato del ataque que acabó con la vida del jefe de Al Qaeda en mayo del 2011. A diferencia de lo que en su día aseguró la Casa Blanca, el oficial retirado asegura que el jefe de la red terrorista Al Qaeda no estaba armado y no opuso resistencia al ataque.
Por su parte, un grupo de exintegrantes de unidades de operaciones especiales lanzó un libro electrónico titulado “No Easy Op: The Unclassified Analysis of the Mission that Killed Osama bin Laden”, que examina la versión de Bissonnette.
Aunque aquella operación en Pakistán para acabar con Bin Laden siga siendo la parte más sensacionalista de ambos textos, el valor de las dos publicaciones está en los testimonios y revelaciones sobre los SEAL.
Desde que un hombre ingresa en la Armada de EE.UU hasta que completa el ciclo de instrucción previa a las operaciones como SEAL transcurren unos 30 meses.
Estos individuos, elegidos entre los más selectos por sus destrezas de combate y otras habilidades -que incluyen capacidad para prestar asistencia médica en combate, habilidad para decodificar mensajes y dominio de idiomas – son en su mayoría treintañeros cuando se embarcan en las misiones más peligrosas.
Bissonnette recuerda, en el libro, los ejercicios de entrenamiento de asalto de una estructura modular, en Misisipi, que podía ser configurada de maneras distintas, y cómo los instructores desechaban a los candidatos por pequeños errores.
Una vez, cuenta, hizo un movimiento equivocado y casi lo expulsan del programa.
Bissonette relata también una ocasión en la que su escuadra descendió con cuerdas, desde helicópteros, en el techo de una residencia de Bagdad, equivocada. Los SEAL iban en busca de un proveedor de armas para los insurgentes y pronto se adaptaron a la situación, agrega.
En un ejemplo del pragmatismo desapasionado de los SEAL, Bissonnette cuenta que tras la incursión en Pakistán él se sentó con el cuerpo de Bin Laden y otro de los comandos se sentó sobre el cadáver. No había mucho espacio dentro del helicóptero, comenta de manera lacónica.
SEAL (de las palabras en inglés para mar, aire y tierra) cuenta con unos 6.000 integrantes de los cuales alrededor de 2.000 componen la decena de “equipos” de operaciones en el terreno. El entrenamiento se considera -junto con el de la Fuerza Delta del Ejército de EE.UU.- uno de los más rigurosos entre las fuerzas especiales del mundo.
En 1987 el Equipo SEAL 6 formalmente desapareció y la Marina estableció el llamado Grupo de Desarrollo de Combate Especial (DEVGRU por su sigla en inglés), con base en Dam Nec, Virginia. Dentro de ese grupo opera la unidad cuyo nombre oficial no se conoce y de la que formaba parte Bissonnette.
Desde entonces, casi todo lo que concierne al que popularmente se sigue llamando como “Equipo SEAL 6”, está rodeado de secreto, incluido el número exacto de sus miembros.
El libro de Bissonnette, por razones comerciales, abre con la fórmula típica que comienza con un prólogo lleno de suspense mientras los marinos estadounidenses vuelan hacia Abbottabad y el reducto de Bin Laden.