Dentro de muy poco tiempo, los pasajeros que tengan previsto volar a Estados Unidos tendrán que mostrar que sus dispositivos electrónicos tienen las baterías totalmente cargadas si quieren embarcar en el avión. En el caso de no ser así, podrían llegar a requisarle estos aparatos.

La Dirección de Seguridad en el Transporte (TSA) de Estados Unidos señaló en un comunicado que los oficiales podrán pedir a los pasajeros que viajen con sus dispositivos electrónicos – incluyendo ordenadores y móviles- que los enciendan antes de subirse al avión para comprobar que poseen batería.

«Durante el examen de seguridad, los agentes también pueden pedir (a los pasajeros) que enciendan algunos equipos, incluídos los teléfonos», señala el comunicado de la TSA, que añade que los que no se enciendan «no podrán llevarse a bordo del avión».

Analistas aseguran que los cambios son una respuesta a información de inteligencia que indica que militantes islámicos en Siria y Yemen podrían estar desarrollando bombas capaces de eludir la seguridad aeroportuaria.

Según indican algunos medios estadounidenses, que no identifican sus fuentes, los equipos a los que teme la TSA son los móviles, las tabletas y los portátiles, que creen que podrían usarse para ocultar o detornar un artefacto explosivo.

Si los dispositivos no se encendieran los viajeros no podrían entrar en el avión y tendrían que someterse a una inspección adicional.

Una fuente consultada por Le Figaro ha declarado al diario que la organización Al Qaeda ha desarrollado un nuevo tipo de explosivo capaz de insertarse en los dispositivos electrónicos a modo de batería. A pesar de esto, no existe una amenaza específica sobre el país americano.