La propuesta que el exvicepresidente y líder de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, de agrupar a los partidos Liberal, Cambio Radical, Conservador, La U y Centro Democrático, en un bloque de oposición es bastante pretenciosa y hasta ingenua.
Hablemos con la verdad, la idea Vargas Lleras no es la de hacer oposición al gobierno de Gustavo Petro. Su verdadera intención es pescar en rio revuelto valiéndose de los autogoles que el primer mandatario a menudo se anota para de esta manera posicionar su nombre con miras a las elecciones presidenciales de 2026.
Suponiendo que los invitados acepten la propuesta, ¿Quién será el líder y vocero? ¿Vargas Lleras? ¿Quién coordinará a la coalición de partidos y dará instrucciones las colectividades que se opondría al presidente de la república? ¿Vargas Lleras?
No veo al Partido Liberal, ni al Partido Conservador, ni a la U, ni muchos menos al Centro Democrático obedecer ciegamente las órdenes de Vargas Lleras cómo si lo hacen quienes pertenecen a Cambio Radical. Tampoco veo a los expresidentes Cesar Gaviria y Álvaro Uribe entregar su liderazgo a las pretensiones del exvicepresidente.
El mejor escenario en el que pueden estar La U, el Partido Conservador y el Partido Liberal, es el de la independencia porque esta les permite moverse del lado que mejor les conviene de acuerdo a sus intereses con los debates y los proyectos que se discutan en el legislativo. Dudo que quieran cambiarse para uno de oposición, entre otras porque estando en ese lado de la política no podrán mover la situación del momento a favor de sus intereses.
Dudo además que sea posible una coalición en la que estén juntos Germán Vargas Lleras y Cesar Gaviria. Todos sabemos que estos personajes no se quieren ni poquito, otra cosa es que por las circunstancias que en ocasiones se viven en la política, deben soportarse.
Para lo único que sirvió la idea de armar una coalición de oposición es para hacer ruido, porque en la práctica no va a funcionar, entre otras porque los congresistas de los partidos a los que Vargas Lleras les extendió la invitación no harán lo que tanto el gusta al exvicepresidente: que los demás le obedezcan sin discutir.