La FIFA se mostró ruda ante el rumor de una Superliga de Europa, competición diseñada por los equipos más poderosos de la UEFA -especialmente Real Madrid y Juventus- y cuyo objetivo era tener un reparto equitativo de derechos de televisión con los equipos que más hinchada tienen en el continente, que serían participantes exclusivos.
Mientras los clubes empezaron haciendo cabildeos y la idea de la Superliga de Europa fue tomando fuerza entre las ligas más seguidas de la UEFA, tanto este organismo, la FIFA y las confederaciones restantes (Concacaf, Conmebol, CAF, AFC y OFC) dieron su no rotundo y de paso amenazaron con vetar a los jugadores y clubes que llegaran a participar de una competencia sin la venia de la FIFA.
“Cualquier club o jugador que participe en una competición de este tipo, no podrá participar en ninguna competición organizada por la FIFA o su respectiva confederación… La participación en competiciones mundiales y continentales siempre debe ganarse en el campo”, señaló el comunicado de la FIFA firmado por su presidente y los presidentes de cada confederación.
El alegato principal de la FIFA se basa en que la Superliga de Europa no tiene como filtro la meritocracia de los clubes, sino que se basa por la popularidad de ellos. Por su parte, los organizadores de la no nacida competencia claman en pedir más beneficios para los clubes poderosos de Europa.
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