El cacao se ha convertido en la apuesta económica de muchas familias y asociaciones campesinas de diferentes territorios de Colombia, que han visto en este producto y sus derivados la oportunidad perfecta para salir adelante y superar las condiciones propias de territorios donde hace presencia el conflicto armado.
Es el caso de algunos municipios en los departamentos del Caquetá, y el Huila, lo mismo que en el municipio de Tumaco y algunas comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta, en poblaciones que creyeron en los objetivos de la firma Moxe decidieron trabajar en conjunto para que la empresa pudiese convertir la cosecha en productos derivados y llevarlos a países europeos como España e Islandia, en donde han tenido muy buena acogida.
La firma Moxe surge en medio de diálogo entre sus creadores, Paola Forero Acosta y Juan Carlos Garavito, quienes decidieron emprender negocio y analizaron varias opciones económicas durante la charla que duró más de dos horas en donde expusieron una lluvia de ideas y tras analizar punto por punto, encontraron en el cacao y sus derivados la opción ideal para apuntarle a un objetivo empresarial, con la idea posicionar la marca en el mercado internacional.
Se llega a esta decisión aprovechando no solo sus perfiles profesionales y experiencia laboral, sino además sus conocimientos sobre mercados internacionales, especialmente en países europeos como España e Islandia.
“Siempre pensamos en hacer una empresa grande, nunca pasó por nuestras mentes un emprendimiento pequeño”, explicó Juan Carlos Garavito.
Este sueño de emprender en un negocio grande hizo que pusieran sus ojos en el mercado gourmet en países europeos, donde la gente busca productos de calidad con un contenido social.
Para los dos emprendedores, unir esfuerzos con las comunidades y asociaciones en diferentes territorios de Colombia, dedicados a los cultivos de cacao, sirvió de motivación para pensar en una oportunidad de negocio que arrojara buenos resultados para todos los agentes que participan en la cadena, sin ningún distingo.
“Una motivación importante ha sido unirnos con estos territorios donde se da el cacao, pero con un componente social y ambiental bastante importante”, dijo Paola Forero, cofundadora del emprendimiento.
Un chocolate tipo exportación
Los chocolates Moxe, al ser tipo exportación, la mayor parte de la producción es vendida a países europeos como España e Islandia, donde se aprecian los productos gourmet de alto calidad. No así, también es posible encontrarlos en el mercado nacional.
“Estamos orgullosos porque es un producto colombiano, elaborado con manos colombianas, pero sí queremos enfocarnos en un mercado que los valore y tenga en cuenta toda la historia que hay detrás”, puntualiza Juan Carlos Garavito.
Moxe cumple dos años como empresa, y quienes participan en ella sienten sus sueños realizados, especialmente las personas que conforman las asociaciones y comunidades productoras de cacao en territorios como el municipio de Tumaco (Nariño); Belén de los Andaquíes, (Caquetá); Algeciras (Huila) y las comunidades que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta.

En Tumaco por ejemplo se trabaja con la Asociación Comunitaria del Bajo Mira, en donde hay mujeres cacaoteras dedicadas a diferentes actividades, muchas de estas con arraigo en su territorio, quienes vienen dando la lucha por preservar sus costumbres ancestrales.
Todas estas poblaciones que tienen problemáticas diferentes, no necesariamente relacionadas con el conflicto armado, donde además la presencia de actividades relacionadas con diferentes tipos de economías ilícitas son el pan de cada día, han visto en esta empresa una motivación positiva para sus vidas.
Estos lugares, además, cuentan con una inmensa biodiversidad, y le han brindado a Moxe la oportunidad para demostrar al mundo entero su compromiso con el medio ambiente.
“Cuando tu abres uno de nuestros chocolates tienes la oportunidad de conocer un territorio de Colombia, porque respeta el origen”, explica Garavito.
Para esto hay unos criterios muy claros, el primero es la calidad del cacao y la práctica orgánica; el segundo criterio es el sabor; tercer criterio es el tema social.
De esta manera, Moxe, se perfila como una empresa que desde su primer día de existencia ha tenido vocación de convertirse en una gran multinacional exportadora de chocolates de algo gourmet, que incluye en sus actividades diarias un trabajo que se hace desde las regiones de Colombia para el mundo entero.





Oscar Sevillano
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