Foto: tomada de europapress.com
Las autoridades de la ciudad de Cantón, en el sur de China, han puesto en marcha una campaña masiva de pruebas de coronavirus en nueve distritos ante el aumento de los contagios, después de rozar los 2.400 positivos en un día.
Cantón ha confirmado en las últimas 24 horas un total de 2.377 positivos, en su mayoría asintomáticos, encadenando así por tercer día consecutivo cifras de contagios superiores al millar en medio de un nuevo rebrote registrado hace algo más de dos semanas.
Entre los distritos en los que se llevará a cabo esta campaña de detección se encuentra Haizhu, epicentro de este nuevo brote –acumula más de 90 por ciento de los contagios– y que será confinado hasta el fin de semana.
Las autoridades de la ciudad han renovado su llamamiento a la población para que respeten las medidas de prevención, estén alerta ante posibles síntomas y se realicen la prueba de detección del virus pues “aún existe el riesgo de propagación comunitaria”.
Sin embargo, residentes del distrito de Haizhu han puesto de manifiesto que, a pesar de las directrices marcadas por las autoridades, gran parte de la población no cumple con el distanciamiento social en gran parte debido a la estructura urbanística.
Alice Qiu, vecina de Haizhu, ha trasladado a la agencia Bloomberg que el distrito se encuentra entre las áreas más antiguas de la ciudad, repleta de edificios densamente habitados y erigidos junto a las calles y no cercadas en complejos residenciales, lo que dificulta el confinamiento.
Pese a esto, la actividad comercial ha registrado un notable descenso y varios establecimientos han cerrado sus puertas a fin de cumplir con las directrices de las autoridades locales, que han adelantado que habrá castigos para quien se salte las normas.
China se encuentra sumida en un nuevo brote de coronavirus después de que en las últimas 24 horas se hayan detectado cerca de 7.500 positivos. Desde el inicio de la pandemia el gigante asiático ha registrado poco más de un millón de casos y 5.226 decesos en parte gracias a las férreas restricciones impuestas para evitar la propagación de la enfermedad.