En un año en que la pandemia de coronavirus ha marcado la actualidad, con sus millones de contagios y más de un millón de muertos y el enorme impacto socieconómico que está teniendo, también se han producido algunas buenas noticias, empezando por las muestras de solidaridad que en un momento de crisis como el actual se han repetido en todo el mundo.
Una de las consecuencias de la pandemia es que la gran mayoría de los niños se quedaron temporalmente sin clase. Por ello, señala el director de campañas de Ayuda en Acción, Alberto Casado, “2020 ha servido para que demos mucha más importancia a la educación, especialmente en situaciones de emergencia como la que vivimos”. “Debemos fomentar la escuela como un espacio resiliente, reconocer la labor del profesorado y responder ante retos globales como la conciliación o la necesidad de reducir la brecha digital educativa”, reclama.
“La COVID-19 ha puesto de relevancia la importancia en términos de salud pública del trabajo de los agentes comunitarios de salud y la desnutrición aguda severa ha pasado a ser considerada como una enfermedad prioritaria a tratar a nivel comunitario, algo que desde Acción contra el Hambre venimos trabajando desde 2014”, resalta por su parte la coordinadora del proyecto de la ONG en esta materia, Pilar Charle.
La desnutrición aguda severa mata cada año a más de 3 millones de menores de 5 años, de ahí la apuesta de ACH por formar a agentes de salud para que puedan diagnosticar y tratar esta enfermedad en su propia comunidad. Solo en el Sahel, la ONG ha conseguido llegar a 450 comunidades entre 2019 y 2020, facilitando atención a más de 4.000 niños gracias a ellos. “El trabajo de estos agentes de salud ha supuesto que menos familias hayan abandonado el tratamiento y por tanto ha permitido salvar la vida de los niños en la comunidad”, celebra Charle.
Al margen de la pandemia, en el plano sanitario ha habido algunas buenas noticias este año. La primera de ellas, la declaración de la erradicación de la polio en África el pasado 25 de agosto, y en segundo lugar que República Democrática del Congo (RDC) haya dado por terminados los dos brotes de ébola que enfrentaba.
Esta es sin duda una de las buenas noticias del año para Médicos Sin Fronteras (MSF). El brote que afectaba a Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri se dio por concluido el 25 de junio. Como explica Luis Encinas, experto en ébola de MSF, uno de los principales desafíos fue ganar la confianza de las comunidades, en una zona en la que nunca antes había habido ébola, donde hay un persistente conflicto y un número elevado de desplazados.
Por ello, además de luchar contra el ébola, MSF optó por apoyar a los servicios de atención primaria en los centros de salud y hospitales de la región, así como campañas de vacunación masiva contra otras enfermedades, como el sarampión que en menos de un año se había cobrado el doble de víctimas mortales que el propio ébola”. El de la región de Ecuador, decretado el 1 de junio, apenas duró cinco meses. Con la lección aprendida, señala Encinas, MSF apostó por sus trabajadores congoleños y por pequeñas estructuras médicas, para una mejor aceptación comunitaria.
Sudán prohíbe la mutilación genital
Desde World Vision España, su director, Javier Ruiz, celebra que Sudán se sumara en mayo a los países que han prohibido la mutilación genital femenina. “Es un importante punto de partida para poner fin a una tradición basada en falsos ritos y creencias”, destaca, apostando por llevar a cabo ahora campañas de información y concienciación.
“Además de aplicar la legislación y velar por su cumplimiento hay que empoderar a las niñas y las mujeres; proporcionar apoyo económico e incentivos a ellas y sus familias; cambiar actitudes y creencias a través de la movilización de familias y comunidades, incluyendo a los líderes religiosos y proporcionar servicios de respuesta y apoyo. Terminar con la ablación requiere un trabajo que se refuerza mutuamente en todas estas áreas”, subraya Ruiz.
Save the Children destaca como un avance para la protección integral de las niñas y adolescentes en República Dominicana el voto por unanimidad en la Cámara de Diputados para eliminar las dispensas que permiten el matrimonio infantil en el Código Civil del país.
“Pedimos que este paso legal vaya acompañado de políticas públicas para la eliminación y prevención de esta problemática, y sobre todo de acciones orientadas a atender y reinsertar socialmente a niñas y adolescentes”, señala Michela Ranieri, experta en Política Exterior de Save the Children.
En materia de Derechos Humanos, Amnistía Internacional celebra entre otras cosas la decisión de Somalia de instaurar una fiscalía encargada de los delitos contra los periodistas, la ampliación durante dos años más de la misión de investigación sobre Venezuela tras denunciar que el Gobierno de Nicolás Maduro podría haber cometido crímenes de lesa humanidad, o que en Dinamarca el Gobierno haya accedido a reformar el Código Penal para incluir que el sexo sin consentimiento es violación.
Argentina legaliza el aborto
Además, destaca la organización, el año termina con Argentina a las puertas de legalizar el aborto, tras aprobar la Cámara de Diputados el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, que debe ratificar el 29 de diciembre el Senado. Amnistía sostiene que el Senado no puede “dar la espalda” a las argentinas puesto que “el aborto legal es un imperativo de justicia social, de justicia reproductiva y de Derechos Humanos”.
Siguiendo en Argentina, para Oxfam Intermón otra de las buenas noticias de 2020 ha sido que el Gobierno de Alberto Fernández ha aprobado un impuesto a las grandes fortunas con el que espera recaudar fondos para hacer frente a las consecuencias de la pandemia. Según la ONG, los gobiernos latinoamericanos podrían recaudar hasta 14.200 millones de dólares gracias a un impuesto de este tipo en una región donde la desigualdad es persistente. “Las grandes fortunas tienen una enorme deuda con nuestras sociedades y ya es hora de que paguen la justa parte que les corresponde”, reclama Oxfam.
La ONG también pone en valor que el G-20 haya acordado una moratoria de los pagos de la deuda externa bilateral para los países más pobres. Así, 46 de ellos han podido redirigir 5.700 millones de dólares a combatir la pandemia y sus consecuencias. No obstante, “la medida se queda corta, primero porque es una suspensión de pagos y no una condonación definitiva, por lo que el ahorro es temporal, y segundo porque los acreedores privados no han suspendido o condonado ni un solo céntimo”.
El año que acaba ha sido también un año de movilizaciones. “Las protestas desencadenadas por la muerte a manos de la Policía de George Floyd han sido inspiradoras, porque han generado un movimiento y una transformación en Estados Unidos sobre la justicia racial”, resalta la subdirectora del programa para este país de Human Rights Watch (HRW), Laura Pitter.
“La gente ha despertado al modo en el que las leyes y las políticas se han usado para perpetuar las desigualdades, no solo respecto a la justicia policial y criminal, sino también en el acceso a la educación, la vivienda, la salud y las oportunidades de empleo, lo cual impacta en la capacidad de acumular riqueza”, explica. “Llevará tiempo que este movimiento genere un cambio real pero parece que algo realmente ha cambiado”, añade.
También ha habido manifestaciones en Bielorrusia en las que, recuerda Rachel Denber, subdirectora para Europa de HRW, las mujeres han tenido un papel preponderante. “Antes las mujeres apenas eran visibles en la escena política” y el presidente, Alexander Lukashenko, se había mostrado “condescendiente respecto al liderazgo femenino”. Sin embargo fue un “triunvirato” de mujeres las que lideraron la oposición en las elecciones de agosto y son ellas las que “siguen liderando muchas protestas pacíficas y creativas”, señala.