Las aprobaciones y lanzamientos de vacunas contra el coronavirus han brindado consuelo y alegría a muchos esta Navidad, pero no logran detener las nuevas restricciones a los viajes y reuniones familiares mientras crecen los casos de COVID-19 en todo el mundo.
Hay más de 73,68 millones de personas infectadas con el SARS-CoV-2 en todo el mundo y 1.655.424 han muerto, según un recuento de Reuters, con Estados Unidos a la cabeza en el número de decesos y contagios.
Un aumento repentino en Estados Unidos está empujando a los hospitales al borde del abismo, semanas después de que millones de personas viajaron por aire y por tierras para la festividad del Día de Acción de Gracias. Las admisiones en centros médicos tocaron máximos récord por decimonoveno día consecutivo.
Ahora, muchos países se están preparando para la fiebre navideña. Los planes de viaje de miles de australianos entraron en caos debido a que los estados y territorios impusieron restricciones fronterizas después de que se detectaran 28 casos de COVID-19 en Sídney.
Grandes áreas de Inglaterra se suman este fin de semana a la “alerta muy alta” por COVID-19, imponiendo las medidas más rígidas a los residentes aun cuando el gobierno intenta defender un plan para relajar los restricciones cinco días durante Navidad.
“Desafortunadamente, no parece que el sistema de niveles esté frenando la ola epidémica”, dijo a Sky News John Edmunds, miembro del Grupo de Asesoramiento Científico para Emergencias del gobierno. “Creo que tendremos que analizar estas medidas y tal vez reforzarlas”.
Corea del Sur, alabada en todo el mundo por su manejo de la pandemia en sus primeras etapas, informó el viernes 1.062 nuevos casos, su segundo recuento diario más alto, mientras el gobierno intentaba aplicar medidas más estrictas.
Los austriacos en el extranjero se apresuraban a volver a su país para Navidad antes de que entraran en vigor nuevas reglas de cuarentena el sábado. El país entrará en un tercer confinamiento después de Navidad, informó el viernes la agencia nacional de noticias APA.
“No hay lugar seguro”
El ministro de Salud suizo, Alain Berset, pedirá a sus colegas del gabinete el viernes que cierren restaurantes durante un mes, informaron dos periódicos.
Madrid, la capital española y epicentro de uno de los peores brotes de COVID-19 en Europa al comienzo de la pandemia, ha reducido progresivamente su propagación sin cerrar clubes o tiendas.
Pero con una tasa promedio de notificación de 244 casos por cada 100.000 habitantes durante los últimos 14 días, la región ha vuelto a los niveles que mostraba antes de que comenzara la segunda ola.
La policía de Lituania estaba planeando establecer barricadas para hacer cumplir los confinamientos. “No hay un lugar seguro en Lituania”, dijo la primera ministra Ingrida Simonyte a periodistas la semana pasada.
Mientras los líderes de todo el mundo dicen a sus países cómo luchar contra la pandemia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado mayormente en silencio.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dio positivo por el coronavirus el jueves, lo que provocó un esfuerzo de seguimiento y localización en toda Europa tras sus numerosas reuniones con jefes de gobierno de la Unión Europea.
Los estados de la UE comenzarán el 27 de diciembre las campañas de vacunación contra el COVID-19, mientras Europa intenta alcanzar a Gran Bretaña y Estados Unidos después de lo que algunos han criticado como un lento proceso de aprobación de las vacunas por parte del bloque.
La UE ha estado esperando que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) apruebe una vacuna de Pfizer Inc y su socio alemán BioNTech. Se espera que la EMA haga un anuncio el 21 de diciembre.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) trabajará “rápidamente” para otorgar la aprobación de emergencia de la vacuna candidata a vacuna COVID-19 de Moderna, dijo el jueves el comisionado de la FDA, Stephen Hahn.