Foto: Politécnico Gran Colombiano
En Colombia, los retos en materia de educación superior son gigantes. El actual Gobierno Nacional se ha propuesto la ambiciosa meta de incrementar a 500.000 los nuevos estudiantes matriculados en educación superior, lo que pasa necesariamente por fortalecer la base presupuestal de las 64 instituciones de educación superior públicas del país, pero que, además, supone la necesidad de un apoyo y compromiso de las instituciones privadas.
Esta meta busca atacar una de las grandes problemáticas del sector: la cobertura. Según cifras presentadas en un reciente estudio de Fedesarrollo, el país ha triplicado la cobertura en dos décadas, al pasar de 15 % en 1996 a 53 % en 2017, pero desde 2018 se ha observado un descenso paulatino de la cobertura. En 2021, aumentó de nuevo a 53,9 %, presentando un incremento de 2,36 puntos porcentuales con relación al 2020. Sin embargo, sigue estando muy por debajo del promedio de las economías de la OCDE, que están en el 75,1 %.
Una de las grandes causas de la falta de cobertura son las tendencias demográficas, es decir, el difícil acceso de poblaciones ubicadas en territorios en los que no hay presencia de instituciones de educación superior o tienen escaso acceso a servicios de internet, por lo que los jóvenes que quieran ingresar a la educación superior deben migrar hacia las grandes ciudades
La educación virtual ha sido una de las más claras opciones para el acceso la educación superior en territorios aislados. “Hay una gran diversidad de estudiantes que acoge la educación virtual y a distancia, que no tienen fácil acceso a educación presencial, o que son de edades atípicas y de otros momentos de crecimiento y desarrollo, como aquellas que ya tienen hogar o trabajo y siguen avanzando en su formación profesional. Probablemente la crisis de la pandemia del Covid-19 obligó a pensar más seriamente en esas opciones, teniendo en cuenta las diferentes modalidades”, analiza Nicolás Arias, coordinador de investigación y docente de la Escuela de Educación e Innovación del Politécnico Grancolombiano.
Y precisamente con este panorama, el Politécnico Grancolombiano le apuesta a llegar a todo el territorio nacional a través de 113 Centro de Servicio Universitario CSU y su amplia experiencia en educación virtual. Iniciativas como la creación del centro informático en la Sierra Nevada de Santa Marta, que permite que miembros de la comunidad Arhuaca reciban formación tecnológica y profesional 100 % virtual, son fundamentales para ampliar la cobertura de la educación superior a nivel nacional.
Casos de éxito como estos, se deben pensar no solo desde la facilidad de ingreso a una institución, sino también incentivar la permanencia de los estudiantes, por lo que se necesita brindar apoyos en procesos académicos, psicológicos, pedagógicos, prestación de servicios, compra de materiales y asesorías externas a estudiantes. Toda esta labor requiere de recursos económicos que permitan su desarrollo. Por eso, el Politécnico Grancolombiano, desde su programa “Huella Grancolombiana”, cada año busca recaudar fondos para apoyar a la población estudiantil de todo el país.
Una de las iniciativas de Huella Grancolombiana para la recaudación de fondos es la fiesta de gala, un evento anual que llega a su octava versión y con el que se busca reafirmar el compromiso social de toda la comunidad para continuar con el otorgamiento de becas académicas y por sostenibilidad para aquellos estudiantes que lo necesitan.
Con los fondos recaudados, se otorgarán más de 3 mil becas en el 2023, con las que se estimula la excelencia académica, los logros deportivos, académicos y culturales de los estudiantes, promoviendo el derecho a la educación superior, apoyando especialmente a aquellas personas con dificultades económicas. “Entendemos a la educación como ese valor de transformación de Colombia, para que la gente pueda tomar decisiones basadas en conocimiento”, afirmó el rector de la institución, Juan Fernando Montañez.
El aumento de la matrícula en la educación superior se debe en gran medida a las acciones de política pública generadas desde el Gobierno, pero también a la generación de este tipo de incentivos y ayudas financieras que generan las Instituciones de Educación Superior para apoyar a los estudiantes y a sus familias.