Reino Unido selló el jueves un acuerdo comercial por el Brexit con la Unión Europea, apenas siete días antes de que abandone uno de los mayores bloques comerciales del mundo, en su giro global más significativo desde que perdió el imperio.
El pacto, acordado más de cuatro años después de que el país votara para abandonar la UE por un estrecho margen, ofrece una salida a un final caótico a un divorcio que ha sacudido el proyecto de 70 años de forjar una unidad europea sobre las ruinas de la Segunda Guerra Mundial.
Preservará el acceso de Gran Bretaña con aranceles cero y cuotas cero al mercado único del bloque de 450 millones de consumidores, pero no evitará el golpe económico y los trastornos para el Reino Unido o los estados miembro de la UE.
Muchos aspectos de la futura relación entre las partes quedan aún por resolver y posiblemente tomará años hacerlo.
“Hemos recuperado el control de nuestro destino”, dijo a periodistas el primer ministro británico, Boris Johnson, después de tuitear una foto de él mismo levantando ambos brazos y con el pulgar hacia arriba en un gesto de triunfo.
“Las personas decían que era imposible, pero hemos recuperado el control”, agregó.
Reino Unido abandonó oficialmente la UE el 31 de enero, pero desde entonces estuvo en un período de transición en el que las normas sobre comercio, viajes y negocios seguían sin cambios hasta fin de año.
Johnson, el rostro de la campaña en favor del Brexit, había dicho que, dado que el 52% había votado a favor de abandonar la UE, no quería aceptar las reglas de su mercado único o su unión aduanera después del 1 de enero.
La UE, en tanto, no quería otorgar privilegios ilimitados a una economía británica libre y desregulada fuera del bloque y, por lo tanto, potencialmente alentar a otros a irse, lo que resultó en una negociación tortuosa.
“Fue un largo y sinuoso camino”, dijo a periodistas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, citando la canción de Paul McCartney. “Finalmente podemos dejar atrás el Brexit y mirar hacia el futuro. Europa avanza ahora”.
Johnson describió el pacto de última hora como un “enorme” acuerdo de libre comercio en la línea del sellado entre la Unión Europea y Canadá, e instó a Gran Bretaña a superar las divisiones causadas por el referéndum del Brexit de 2016.
El acuerdo también reforzará la paz en Irlanda del Norte, una prioridad para el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, quien advirtió a Johnson que debe respetar el Acuerdo del Viernes Santo de 1998.
Mientras Irlanda, miembro de la UE, dijo que el tratado, que el sitio web de la Comisión dijo que se publicaría pronto, protegía sus intereses tanto como pudiera haber esperado.
Pero aún quedaban muchos detalles por resolver.
El pacto comercial no cubrirá los servicios, que representan el 80% de la economía británica, incluida una industria bancaria que posiciona a Londres como la única capital financiera que rivaliza con Nueva York. El acceso al mercado de la UE para los bancos, aseguradoras y gestores de activos del Reino Unido será, en el mejor de los casos, irregular.
“La unidad y la fortaleza de Europa dieron sus frutos”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron. “El acuerdo con el Reino Unido es esencial para proteger a nuestros ciudadanos, nuestros pescadores, nuestros productores. Nos aseguraremos de que así sea”.
La UE pierde su principal poder militar y de inteligencia, el 15% del PIB, una de las dos principales capitales financieras del mundo y un defensor de los mercados libres que había actuado como un importante freno a las ambiciones de Alemania y Francia.
Mientras que sin el poder colectivo de la UE, Reino Unido se mantendrá en gran parte solo, y mucho más dependiente de Estados Unidos, cuando negocie con China, Rusia e India. Tendrá más autonomía pero será más pobre, al menos a corto plazo.