Como parte de las estrategias para promover y fortalecer la escena cultural de Ibagué se han desarrollado las Áreas de Desarrollo Naranja, ADN, espacios geográficamente delimitados para permitir la convergencia de la cultura, la creatividad, el emprendimiento y la inclusión social.
“Las zonas ADN le han dado a la capital musical de Colombia la oportunidad de renovar sus espacios a través del arte, la creatividad y la cultura, así como generar empleo a los pequeños y medianos empresarios. También, fomentar el turismo posicionando a Ibagué como la casa de la cultura e integrar a todos los jóvenes talento de la zona.”, dijo Cristian Gutiérrez, Director de Fenalco Tolima.
Una de las zonas ADN que se destacan en este proyecto es la de ADN Capital Musical que nació con el objetivo de potenciar la vocación musical de la ciudad.
En este espacio confluyen 33 bienes de Interés Cultural como el Museo Panóptico de Ibagué, la Escuela de Formación Artística y Cultural EFAC, la Concha Acústica Garzón y Collazos y el Teatro Tolima.
En esta zona se encuentran un total de 235 establecimientos comerciales de los cuales el 58% son del sector servicios, 35% del sector comercio y 6% de industria. Además, de estos espacios, el 96,6% son microempresas que generan entre 1 y 10 empleos directos.
Por otro lado, está la Zona ADN Creasur, con una extensión de 6.5 hectáreas que se compone por importantes centros y escenarios de reunión e integración artística, donde confluyen la creatividad y se crean, producen y comercializan bienes y servicios culturales, como la esquina del barrio, el parque Kennedy, el polideportivo, el mirador de la Zona Sur, Graffitour, salón comunal del barrio Ricaurte, y el auditorio del cuerpo.
Allí también se dictan diferentes clases de aprendizaje de instrumentos como batería, teclado y ukelele, guitarra, composición y técnica vocal, rap y escritura.
Finalmente se destaca la Zona G Ibagué que tiene más de 16 hectáreas y se ubica en la Comuna 10 de la ciudad entre los barrios Macarena, Macarena parte alta, Macarena parte baja, Cádiz, Montealegre y Magisterio.
Esta zona se ha convertido en el centro de la gastronomía de la ciudad y del departamento destacando restaurantes nuevos y tradicionales dentro de un espacio donde el visitante tiene opciones para todos los gustos, sabores, colores y olores.
Allí, el 56% de los establecimientos realizan actividades relacionadas con el sector de comercio, seguido por el 39% que prestan servicios, el 3% corresponde al sector educativo y el 2% al sector industrial.
Además, el 55% de los establecimientos de la zona promueve actividades artísticas y el 48% de los establecimientos está interesado en incluir en el ambiente de su oferta comercial la expresión artística de artes y patrimonio como valor agregado y un aspecto para complementar su catálogo.
“Estos espacios impactan desde diferentes dimensiones del desarrollo local: económico, social, renovación urbana y cultural. Lo anterior, en la medida que las acciones estén enmarcadas en un esquema de gobernanza que integre a diferentes actores y entidades (enfoque de Cuadriple Hélice) con interés en generar ambientes de desarrollo económico, social y cultural desde la sana convivencia de quienes habitan los distritos (residentes, empresarios, artistas, comunidades artísticas y culturales, entre otras) con sus visitantes.”, concluyó Gutiérrez.