El taponamiento en la Vía Panamericana en cercanía al municipio de Rosas Cauca, generó una serie de inconvenientes económicos para los municipios del departamento de Nariño, sur del Cauca y parte del Putumayo que depende del transporte por esta carretera para el ingreso y la salida de productos en su mayoría agrícolas y además del suministro de combustible.
El deslizamiento deja pérdidas económicas superiores a 1,5 billones de pesos entre Cauca y Nariño.
Uno de los sectores más afectados en las últimas semanas en esta región del país es el avícola y el lechero. De acuerdo con la Federación Nacional de Distribuidores de Combustibles y Energéticos (Fendipetroleo), solamente en Pasto, capital de Nariño, hay 635 gasolineras en riesgo de desabastecimiento total.
La alerta hizo que se habilitara una vez más el Puerto de Tumaco para que desde allí se suministre el combustible, reviviendo el debate por la manera en como se lo debe distribuir, si desde el municipio de Yumbo Valle por vía terrestre o por el municipio costero nariñense, traído por vía marítima y, ¿cuál de estos es más económico’.
Desde el 2022 el Puerto de Tumaco viene mejorando su infraestructura para que desde allí se pueda enviar 10 millones de galones de combustible, lo que se impulsaría el desarrollo económico del sur-occidente colombiano, aumentando su capacidad y de la estructuración de proyectos como el de almacenamiento de gas con el fin de atraer importaciones de este energético y así reducir los altos costos logísticos que se generan pues el gas, en la actualidad, proviene por vías terrestres del puerto de Cartagena.
La ampliación del Puerto pasó de 2.4 metros en 2018 a 7.3 metros en 2021 y actualmente se trabaja por mejorarlo. Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo económico y logístico para que este lugar pase a ser el motor de la economía en el departamento de Nariño, no han faltado las piedras en el zapato.
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La primera de estas llegó por cuenta de una decisión del Tribunal Administrativo de Nariño, quien en primera instancia suspendió la Resolución No 31323 de mayo de 2020 del Ministerio de Minas y Energía. El fallo fue demandado en el Consejo de Estado.
Además de los constantes reclamos de los pequeños distribuidores y transportadores que operan en Nariño, Cauca y Valle del Cauca quienes suministran el combustible desde el municipio de Yumbo. Estos empresarios con demandas y tutelas retrasaron en distintas ocasiones la decisión por parte del Ministerio de Minas y Energía durante el Gobierno de Iván Duque.
La cartera de Minas y Energía se encuentra analizando la situación, con la idea de tomar la decisión que más le conviene a la región, teniendo en cuenta además la propuesta de construir un ducto para lo cual se requiere previamente un estudio de factibilidad, teniendo en cuenta además que este proyecto supone bajo el Decreto 1073 de 2015, la obtención de una licencia, sin olvidar que se antes se debe socializar y dar a conocer su viabilidad, junto con los impactos que tendría sobre el medio ambiente.
Una fuente conocedora del tema, en diálogo con Confidencial Colombia, expresó sus dudas sobre esta idea porque, según ella, “no es claro bajo qué reglas técnicas de este tipo de infraestructura se han hecho estudios de suelos y estabilidad de la tubería; ¿quién será el titular del ducto?; ¿Quién manejará el suministro? Y ¿Cómo serán las reglas de asignación en el punto de entrada y salida del ducto para los minoristas??”
Esta persona experta que pide omitir su nombre, se pregunta, además, ¿Cómo se garantizará un plan de contingencias para una actividad en la que se hace entrega de carros tanques a un ducto y salida a carro tanques sin un descargadero que cuente con todos los instrumentos de seguridad?
La propuesta de permitirle a Tumaco ser el principal distribuidor de combustible a los municipios de Nariño, Putumayo y sur del Cauca, continúa sobre la mesa y será tema de fuertes debates entre quienes ven esta solución como la puerta para que se evite el desabastecimiento en la región en momentos de bloqueos por las protestas sobre la vía panamericana o derrumbes que terminan afectando la economía en este territorio y quienes acudiendo a la libre competencia se han mostrado como la piedra en el zapato.