Hace 64 años, el dictador Leonidas Trujillo ordenó el asesinato de las tres hermanas Mirabal en República Dominicana. Desde 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Sin embargo, esta fecha tiene su origen en 1981, cuando fue elegida en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia.
Las hermanas Mirabal, conocidas por el pueblo dominicano como “Las Mariposas”, eran María Teresa, Patria y Minerva. Junto a sus esposos, fueron parte del movimiento clandestino “14 de Junio”, una red de resistencia contra la dictadura que Trujillo encabezaba desde hacía 30 años. Minerva fue la primera en participar activamente en la lucha, motivando a sus hermanas y sus parejas a unirse. Desde la movilización y la defensa de los derechos humanos, las Mirabal se convirtieron en un símbolo de resistencia.
El régimen de Trujillo no tardó en responder. Incómodo por las denuncias y el liderazgo de las hermanas, ordenó su asesinato. Aunque intentaron disfrazar el crimen como un accidente automovilístico, la brutalidad de los hechos no pudo ocultarse: las hermanas fueron golpeadas hasta la muerte, y sus cuerpos arrojados a un barranco. Su asesinato marcó un hito en la lucha contra la opresión y la violencia de género.
Este día, 25 de noviembre, reúne a mujeres de todas las edades, que de manera autónoma y creativa ocupan calles, aulas, teatros y parques para contar esta historia y rechazar la violencia hacia las mujeres.
*Un sistema que oprime*
La violencia es un acto de dominación y poder que somete al otro o, en este caso, a la otra: a la niña indefensa, a la adolescente extrovertida, a la adulta combativa y a la mayor pensante, muchas veces ya cansada. Física, psicológica, sexual, simbólica, patrimonial, económica, política o institucional, toda violencia es violencia, y como tal, debe ser castigada. Esta realidad afecta a mujeres que, además, enfrentan la desigualdad impuesta por una cultura patriarcal que les exige cumplir con dobles y triples jornadas de trabajo mientras resisten.
*El llamado al Estado y a la sociedad*
Hoy, 25 de noviembre, es un día para exigir al Estado que las rutas de atención no sean meros procedimientos burocráticos que revictimicen a las mujeres. Hablamos de espacios seguros, de una escucha activa y de la creación de casas refugio, protocolos de prevención y atención real. Es imprescindible construir entornos donde la gobernanza sea una gobernanza del cuidado, que sane heridas, pero, sobre todo, que garantice justicia.
El 25N no solo conmemora, sino que exige acción. ¡Ni una más, nunca más! Que este grito colectivo resuene en todos los rincones, impulsando el fin de la violencia y construyendo un mundo donde las mujeres vivan libres, seguras y en igualdad.