En lo que llevamos de año he visto casi todas las series que se recomiendan en mi feed de redes sociales. Mi feed está compuesto básicamente por amigos, conocidos y periodistas y sus medios de comunicación. Tengo que confesarles que ver la serie más recomendada de todas ha sido un error Los años nuevos, de Rodrigo Sorogoyen. Tranquilos que no les voy a hacer adelantar naday tampoco les voy a recomendar o no recomendar que la vean. Hagan lo que les dé la gana.
La serie en sí es buena; gusta seguir la historia, los actores lo bordan, pero… siempre hay un pero, destila un pesimismo abrumador, una inmadurez extrema. ¿Acaso ya no vende la ilusión por formar una pareja sana, alegre y duradera? Tal vez el cine o el arte debería inspirarnos algo mejor, tal vez no… Ahí les dejo un debate.
Una pareja sana, alegre y duradera
La historia de Los años nuevos es un drama muy actual y refleja bastante bien lo mal que se empareja la gente joven de hoy así que ejerceré de abuela cebolleta y me permitiré unos consejos que creo siempre vienen bien:
El equilibrio en una pareja empieza por uno mismo. Familia, amigos, entorno ahí es donde uno se hace y crece. Si tienes relaciones sanas será más fácil saber qué quieres y encontrar lo que buscas.
Nota recomendada: No sean grinch, la opinión de Almudena González Barreda
Hablando se conoce la gente, así y no de otro modo. Hablando de todo. De lo que gusta, disgusta, de los estudios, de los padres, de los hermanos, de los sueños, de las metas, de lo que te quieres poner el fin de semana, de la fiesta de Mengana y de enfado que tienes con Zutana.
Haz caso a tus sentimientos y no olvides poner la cabeza en ellos. Esto es muy difícil en un momento de euforia enamoradiza pero en toda relación toca hacerse la pregunta de ¿me conviene?, es decir, ¿me lleva a lo que quiero para mi?
¿Esa persona saca lo mejor de mí? ¿Saco yo lo mejor de ella? Si es que sí, sí. Si es que no, no. Si es a veces, no. Déjalo mejor antes que después.
Puede interesarle: Barcelona se queda con la Supercopa de España Iberdrola
Importante, aunque parezca lo contrario el sexo no lo es todo, ni lo fundamental. El sexo es la parte divertida, generosa y multiplicadora del amor, pero no ha de girar en torno a eso.
La generosidad es clave para la convivencia y para amar esa rutina de la que todos los que tienen poco desarrollado el lóbulo central se quejan.
50 años no son nada
Esta mañana mientras esperaba en la panadería que me atendieran ha entrado una señora algo mayor, vestida para triunfar, y las dependientas, que debían conocerla, han preguntado que a qué tanta elegancia. Hoy celebraba 50 años de casados, “pocos llegan” ha dicho con una sonrisa encantadora. Yo he pensado en todos los que han llegado: mis padres, mis abuelos, mis tíos… Y he sonreído y felicitado, porque es cierto, es un logro y yo lo quiero también para nosotros. Sospecho que cuando una pareja es buena y funciona, el tiempo pasa como un suspiro, como un verano vivido intensamente que se hace corto cuando llega septiembre.
El orden, la rutina bien entendida, el sosiego, la paz, la tranquilidad de poder confiar en alguien, la fiabilidad de las personas, la fidelidad a uno mismo y al otro través de los años… No vende. Al menos eso parece al mirar la cartelera y no deja de ser curioso porque sospecho que la mayoría de las personas estamos hechas para vivir en pareja, soñamos con ese amor duradero que atraviesa el mundo y se lanza al abismo cogido de la mano.
Las separaciones y divorcios, los fracasos, las infidelidades y abandonos no son lo normal ni lo deseable, aunque hoy nos lo muestren como lo habitual. No se dejen engañar, esa visión pesimista no es más que el reflejo de la inmadurez imperante y del egoísmo individualista. Hay historias de amor que fracasan y dejan de serlo, pensar que es bonito es una bandera roja de lo engañados que estamos.