Claro el mensaje para Duque y Uribe

Más allá de los resultados electorales del pasado domingo 29 de mayo que dejó como finalistas en la competencia por la Presidencia de la República a Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, la única conclusión que queda, es que los dos grandes perdedores de la jornada electoral fueron el primer mandatario Iván Duque y el expresidente  Álvaro Uribe Vélez.

Esto debió medirlo muy bien el excandadito Federico Gutiérrez, quien de manera un tanto ingenua creyó que dejándose poner el INRI de ser el de Uribe y, de no rechazar cualquier apoyo que pudo darle el presidente Duque, sumado al de los partidos Conservador, Liberal y  Cambio Radical, significaría su triunfo electoral.

El exalcalde de Medellín no supo leer la indignación nacional que se manifestó en muchas ocasiones en el estallido social no solamente por la pésima gestión del actual mandatario sino además por los hechos de corrupción, sumado a la falta de eficacia de la justicia en nuestro país y las falencias sociales en las diferentes regiones que jamás han sido atendidas.

Muchos de los políticos que apoyaron a Gutiérrez, incluyendo los expresidente Uribe, Gaviria y Pastrana, de una u otra manera representan todo lo que los colombianos desprecian en estos momentos y por el cual con su voto, le dieron paso a la segunda vuelta a un candidato de izquierda y a uno independiente.

Con esto queda claro que muchos colombianos se han liberado de los caciques políticos que creen y están seguros que con solo decir, “voy a votar por X o Y candidato”, sus votantes van a seguirlos como borregos sin pensar o analizar si es lo que más conviene.

Hoy las llamadas maquinarias políticas son irrelevantes para la población votante. Prueba de lo anterior es que  Miguel Uribe Turbay no es el alcalde de Bogotá y,  Federico Gutiérrez no se está disputando la segunda vuelta presidencial junto a Gustavo Petro.

Lo que sucedió durante la jornada electoral del pasado 29 de mayo, fue la ratificación y confirmación de parte de los colombianos del cansancio y hastío que sienten contra la clase política tradicional en nuestro país, además del mensaje enviado al presidente Iván Duque, que jamás será reelegido ni en cuerpo ajeno ni en el propio. Lo anterior, por su desdén y desprecio a los planes de implementación de la paz firmada con la exguerrilla de las Farc, su negativa a escuchar a la población que en diferentes ocasiones se manifestó en las calles y su total desconocimiento de los problemas del país.

Lo sucedido el domingo anterior,  no es más que la cuenta de cobro del país a Duque, a Uribe y a su partido político  por su mezquindad, afán de poder y su empeño en mantener a Colombia en medio de una conflictividad social y armada, lo mismo que a una clase política tradicional que no ha hecho más que enriquecerse con el erario público.

Ojalá que los dos candidatos presidenciales restantes sepan leer y entender el giro que dio el país en lo electoral y desde ya comiencen a quitarse esos INRI por los cuales pueden ser juzgados en el momento en que cada colombiano deposite su voto el próximo 19 de junio.

@sevillanojarami