Aprovechando el auge de fútbol que hoy por hoy invade nuestro país, es grato recordar todo lo que hemos pasado hasta el día de hoy; nos acostumbramos a perder, normalizamos la derrota y nos aferramos tanto a una victoria que recordamos como si fuera ayer aquel mítico 5-0 contra argentina, o el heroico 1-1 contra Alemania, victorias que no dieron un título pero que celebramos como tal.
Por eso, no es fácil que nos pidan mesura como aficionados en este momento, pues llevamos tantos años perdiendo que debemos disfrutar al máximo cada victoria como si fuera la última, y es que aunque para muchos herméticos el fútbol es un simple deporte, para otros es un estilo de vida y para otros pocos como es mi caso, es una escuela de enseñanzas y múltiples aprendizajes.
La selección Colombia nos deja un mensaje de resiliencia y trabajo duro, como el caso de Camilo Vargas que para llegar a ser portero titular de nuestra selección tuvo que pasar por 42 suplencias, por otro lado Daniel Muñoz nos muestra con talante y berraquera que no hay edad para cumplir sueños y trazar metas aún más grandes, esto es solo una muestra para que cada uno de nosotros no abandonemos nuestras metas si en el primer intento no resultó, o si consideramos que somos demasiado viejos para cumplir nuestros objetivos, ya que en el intento 40, 50 o 70 podemos cumplirlos.
Deseo que el fútbol, así como nos acostumbró a ciertas derrotas, nos acostumbre a saber ganar, a ser dignos de la victoria, nos enseñe que, con sacrificio, sudor y disciplina la vida no tendrá más remedio que darnos lo que queremos y soñamos.
Pero lastimosamente, como hay enseñanzas de aspectos positivos, también hay enseñanzas que nos muestran lo que no debemos hacer, pues en estos días he visto imágenes que quieren darle un aspecto cómico a una agresión que sufrió un futbolista uruguayo por parte de un aficionado de nuestro país, la violencia es injustificable y no resiste clase social o cualquier otro aspecto, pues para muchos los jugadores uruguayos empezaron, para otros estaban defiendo a sus familias y para otros “ganamos dentro y fuera de la cancha”
La violencia es una variable que debemos erradicar de nuestro país, pues como colombianos deberíamos pregúntanos ¿somos esclavos de nuestras emociones y no somos capaces de racionar en momentos de furia?, pues miren lo que paso con Muñoz, que se dejó llevar tanto por la ira, que no pensó en su equipo y las consecuencias que su fugaz reacción le traería a un país entero.
La reflexión no es más que aceptemos nuestras derrotas y seamos dignos en las victorias, que tomemos el ejemplo del fútbol para lo bueno, para salir a luchar día a día por nuestros objetivos, metas y sueños, que tengamos presente que las cosas cuestan, que hay que intentar e intentar para conseguir lo que queremos; antes de tomar una decisión basada en la ira y el rencor, detengámonos a pensar que consecuencias nos traerá para la vida, ¡seguiremos trazando una historia de más de 40 años de violencia para Colombia?; eso es el fútbol un deporte de aprendizaje…