¿El verdadero reto es de las empresas?

Las empresas están lidiando con las respuestas a las regulaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) contradictorias, ya que Estados Unidos, la Unión Europea y California buscan diferentes enfoques de divulgación climática, según un nuevo informe de Thompson Hine.

La falta de claridad debido a estos requisitos ESG contradictorios es el mayor desafío a corto plazo que enfrentan las empresas públicas, con un 41% de los encuestados citando este problema en los resultados de una encuesta publicada por el bufete de abogados el martes.

Thompson Hine LLP recopiló respuestas en mayo de 152 abogados internos estadounidenses y otros ejecutivos de empresas públicas y privadas en manufactura, servicios financieros y otras industrias. Más de un tercio de los encuestados pertenecían a empresas públicas. (Andrew Ramonas, Bloomberg Law, julio 2024).

Esto refleja uno de los varios obstáculos que presentan los criterios ESG en su implementación en inversiones, informes y decisiones estratégicas. Entre los demás retos consensuados se destacan los siguientes:

Múltiples marcos de presentación de informes:

El desafío actual radica en la falta de estándares unificados para la presentación de informes. Esto representa un reto significativo para las organizaciones multinacionales, ya que pueden verse obligadas a adherirse a múltiples marcos de presentación.

Normativa compleja:

La regulación sobre sostenibilidad puede ser confusa, pero la tendencia global es hacia una normativa más estricta y detallada, respaldada por requisitos de divulgación cada vez más exigentes. A partir de 2024, se están implementando directrices a nivel mundial que promueven la divulgación de información medioambiental. Por ejemplo, la legislación de
la Unión Europea exige que las empresas cotizadas y las grandes empresas divulguen información sobre los riesgos y oportunidades relacionados con temas sociales y ambientales, así como el impacto de sus actividades.

Comprensión del impacto de las iniciativas ESG:

Más allá de los informes, los datos de desempeño ESG son fundamentales para mejorar los resultados de las estrategias ESG. Sin embargo, en muchas organizaciones, estos datos están aislados, lo que dificulta la conexión entre la actividad ESG y el impacto financiero. Sin una integración adecuada de los datos ESG en los sistemas financieros, los líderes y tomadores de decisiones no pueden evaluar con precisión el impacto potencial de una actividad ESG en el balance general, las pérdidas y ganancias, o el flujo de efectivo.

Definición y cuantificación de los riesgos ESG:

Aunque muchas organizaciones discuten sobre los riesgos ESG, no todas cuentan con definiciones formales, indicadores clave de desempeño o sistemas establecidos para monitorearlos. Esto es especialmente complicado, ya que muchos de estos riesgos no son cuantificables en términos monetarios.

Gestión compleja de datos:

Los criterios ESG abarcan una amplia gama de temas, desde iniciativas de diversidad hasta remuneraciones ejecutivas y cuestiones medioambientales. Esto exige la recopilación de datos tanto financieros como no financieros de toda la empresa.

En muchas organizaciones, estos datos se encuentran dispersos en varios sistemas no interconectados, lo que complica el proceso de planificación y presentación de informes. En consecuencia, la recopilación de datos a menudo se realiza manualmente, lo que conlleva retrasos, imprecisiones y riesgos corporativos. Además, los requisitos de divulgación cambian con frecuencia, lo que dificulta la navegación en el panorama de informes y se ve exacerbado por la falta de consenso sobre la terminología y las definiciones.

Estos son los retos que el sector privado conoce bien, ya que afectan sus inversiones, informes y decisiones estratégicas. Son desafíos validados por firmas consultoras, expertos y académicos, y ampliamente reconocidos.

La respuesta podría ser una combinación de todas las anteriores. No se puede afirmar que las empresas no adoptan plenamente los criterios ESG por una sola razón, pero existen múltiples motivos que dificultan su implementación, como los
costos, las expectativas de los clientes, el interés de los grupos de interés y las
relaciones con los proveedores.

Por ello, es crucial que los gobiernos desarrollen políticas que incentiven al mercado a “castigar” a las empresas que no aplican los criterios ESG de manera integral, ya sea a través de impuestos o investigaciones. Los gobiernos deben
adoptar medidas más proactivas para garantizar que las empresas incorporen estos criterios en todas sus operaciones.

Además, no se trata solo de un enfoque coercitivo; el Estado también debe ofrecer apoyo al sector privado para guiar la implementación de estos criterios. Esto podría incluir alianzas con universidades, centros de pensamiento, o la promoción
de foros y espacios donde los empresarios puedan aprender sobre la aplicación de los criterios ESG.

Juan Camilo Clavijo