Esto… Esto es el resultado del acoso, mi guapo niño estaba luchando una batalla de la que ni siquiera yo podía salvarlo. Es real, es silencioso y no hay absolutamente nada que como padre puedas hacer para quitar este profundo dolor. No hay señales, solo palabras hirientes de otros que finalmente robaron a NUESTRO Drayke de este cruel lugar.
Tenía 12… 12 años. ¿Cómo un niño de 12 años amado por todos piensa que la vida es tan dura que necesita quitarse la vida? ???
Mi corazón está destrozado, no sé cómo arreglarlo, o si alguna vez lo haré, pero pasaré cada minuto enseñando amabilidad en memoria de mi chico favorito” #doitfordrayke
El bullying o acoso escolar y el ciberbullying son los causantes directos de más de 200,000 muertes.
El vínculo entre el acoso escolar y suicidio es evidente y demoledor. Un estudio publicado en JAMA Pediatrics señala que los niños, niñas y adolescentes que son víctimas de acoso tienen un riesgo significativamente mayor de pensar en el suicidio, hacer planes para suicidarse o intentar suicidarse. Además, datos de UNICEF revelan que el acoso escolar está relacionado con un aumento en la autolesión y los pensamientos suicidas entre los jóvenes. Bullying Sin Fronteras también ha resaltado que, en muchos casos, las víctimas de acoso escolar no reciben el apoyo necesario, lo que agrava aún más su situación y aumenta el riesgo de suicidio como única salida.
Dan Olweus, psicólogo y pionero en la investigación sobre el bullying, enfatiza la importancia de la intervención temprana por parte de los adultos, tanto padres como educadores, para prevenir el acoso escolar y las violencias asociadas. Olweus menciona que es fundamental que los adultos estén atentos a las señales de alarma, como cambios en el comportamiento, aislamiento social, síntomas de ansiedad, tristeza o miedo y actúen de manera proactiva para abordar el problema y brindar apoyo a la víctima.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, alertaba de que, a nivel global, “cada 40 segundos alguien se suicida”. Y en 2021, la OMS señalaba que “el suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo”: “Cada año pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, paludismo o cáncer de mama, o incluso por guerras y homicidios”.
Bullying Sin Fronteras informó acerca del aumento, donde 6 de cada 10 niños sufren todos los días algún tipo de acoso y ciberacoso. En Colombia, la cifra es aún más alarmante, siendo 7 de cada 10 niños los afectados. Entre los 9 y 16 años, diversas situaciones, condiciones, necesidades y violencias contribuyen al suicidio, en ejemplo, la depresión, los diagnósticos médicos, los problemas familiares, el abuso y violencia sexual, los trastornos por consumo de sustancias, la pérdida de un año escolar, el bajo rendimiento académico y el que nos trae a esta reflexión, el acoso escolar o bullying. Además, un elemento crucial es tener antecedentes de intentos de suicidio o suicidios consumados de parientes o amigos.
Tipos de violencia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la violencia en tres categorías:
Violencia autoinfligida: comportamiento suicida y autolesiones.
Violencia interpersonal: intrafamiliar o de pareja; comunitaria. Dentro de la violencia interpersonal se encuentran la violencia intrafamiliar que incluye el maltrato a niños, adolescentes, ancianos y entre parejas. La violencia comunitaria abarca la violencia juvenil, los actos violentos del azar, las violaciones, las agresiones por parte de extraños y la violencia en diferentes ámbitos.
Violencia colectiva: entre grupos para lograr objetivos políticos, económicos o sociales.
Es imperativo que tanto las instituciones educativas como las familias, asuman la responsabilidad de combatir el acoso escolar y ciberacoso de manera activa y efectiva. La implementación de programas de prevención, la promoción de un ambiente escolar seguro y respetuoso, y la educación sobre el impacto y las consecuencias del acoso, son acciones fundamentales para prevenir y combatir esta problemática. Además, es crucial brindar apoyo psicológico a las víctimas y trabajar en el desarrollo de su autoestima y habilidades socioemocionales.
La conducta suicida incluye ideación suicida, planificación, intentos y consumación del suicidio.
Mar Romera, presidenta de la Asociación Francesco Tonucci, ha indicado en varias ocasiones la importancia de la educación emocional en las escuelas para prevenir el acoso escolar. Según Romera, es fundamental que los niños y niñas aprendan a gestionar sus emociones, a empatizar con los demás y a resolver conflictos de manera pacífica, para evitar situaciones de acoso y violencia en el entorno escolar.
¿Cómo puedo identificar si mi hijo o hija está pensando en el suicidio?
Es importante estar atentos a ciertos signos y cambios de comportamiento en tu hijo o hija que pueden indicar que está pensando en el suicidio debido al acoso escolar. Algunos de estos signos incluyen:
- Cambios en el Estado de Ánimo: Irritabilidad, tristeza profunda, ansiedad o cambios drásticos en el estado de ánimo.
- Expresiones de Desesperanza: Hablar sobre la falta de esperanza, sentirse atrapado o no ver razón para vivir.
- Hablar sobre el Suicidio: Cualquier mención de querer morir, hacerse daño o que es una liberación, salida, solución debe tomarse en serio.
- Autolesión: Cualquier forma de daño a sí mismo, como cortarse, rasgarse o quemarse.
- Regalar Posesiones: Si tú hijo o hija comienza a regalar sus pertenencias, especialmente aquellas que son importantes para él o ella sin razón aparente.
- Búsqueda de Medios para Hacerse Daño: Buscar en línea o consultar a sus amigos, familiares o maestros acerca de formas de hacerse daño o conseguir medios para hacerlo, como píldoras o armas.
- Cambios en el Comportamiento: Si tu hijo o hija se retira de las actividades que solía disfrutar, se aísla de amigos y familiares, o muestra cambios significativos en su comportamiento habitual, podría ser una señal de advertencia.
Si sospechas que tu hijo o hija puede estar pensando en el suicidio debido al acoso escolar, es importante actuar de inmediato. Habla con tu hijo o hija sobre sus preocupaciones de manera comprensiva y sin juzgar. Asegúrate de que sepa que estás allí para apoyarlo y busca ayuda profesional SIEMPRE.
El acoso escolar no solo deja cicatrices visibles, puede llevar a heridas tan profundas que impulsan a alguien a considerar el suicidio como su única salida. Detener el acoso escolar o bullying es más que una situación de disciplina escolar, es una cuestión de vida o muerte.
Alexandra Parra
Neuropsicóloga y pedagoga
#AcosoEscolar #Bullying #Bully #Bullies #ViolenciaEscolar #Matoneo #MaltratoEscolar #HabilidadesSocioemocionales