En Colombia se ha dinamizado un debate de gran envergadura sobre Sostenibilidad Alimentaria un concepto que ensancha los horizontes analíticos y trasciende las tradicionales perspectivas de “Seguridad y Soberanía Alimentaria”. La Fundación Monómeros, la Universidad de la Salle y La República, han convocado al país a construir una plataforma plural y amplía, en la que converjan actores del Estado, la sociedad civil, la empresa y sectores de naturaleza heterogénea.
Con este objetivo surge Colombia Alimentaria como un diálogo prospectivo que transversaliza las grandes problemáticas nacionales desde las regiones, desde los territorios, sosteniendo como punto neurálgico de la discusión el ‘Agro’ hoy un campo longevo que invita a reflexionar sobre la importancia del relevo generacional, el rol de la mujer campesina y de los jóvenes rurales en el diseño de un Plan Pluridecenal -2050 de Sostenibilidad Alimentaria en Colombia; también se alinea en lograr el cumplimiento de uno de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible — el Hambre Cero —. En este sentido, la necesidad de fortalecer las pequeñas unidades agrícolas, los sistemas de abastecimiento y profundizar los procesos de inclusión en el campo resulta una tarea inminente.
Colombia Alimentaria es un ideal de dimensiones políticas, sociales y económicas que logró materializarse en un contexto sumamente complejo a nivel mundial y a nivel nacional. Es sabido que la guerra en Ucrania ha acelerado el alza de precios que comenzó antes con los desplomes provocados por la crisis sanitaria, hoy se suma un desmesurado costo de la energía y los fertilizantes. Los pobres son los más afectados, especialmente, en los países en desarrollo, donde la comida representa la mitad del presupuesto de una familia típica. La historia no deja lugar a dudas sobre lo que sucede cuando los alimentos escasean o son inasequibles para las personas más pobres: la crisis alimentaria de 2008, por ejemplo, provocó un aumento significativo de la malnutrición, en particular entre los niños. En algunos estudios, se indicó que las tasas de deserción escolar llegaron hasta el 50 % entre los niños de los hogares más pobres, según el Banco Mundial.
Frente a este panorama se requiere una acción interinstitucional que apunte al desarrollo y la competitividad del Agro. Según la FAO, Colombia es uno de los pocos países con gran potencial de expandir su área agrícola sin afectar el área de bosques naturales, es el cuarto país de América Latina con más tierras disponibles para producción agrícola y es el tercer país con mayores recursos de agua y diversidad climática. Con estas características geopolíticas Colombia podría posicionarse como una despensa alimentaria a nivel regional y mundial. Para lograrlo es necesario trazar una hoja de ruta, que a partir del diálogo entre improbables desde una comunicación asertiva conduzca a un gran Pacto por la Sostenibilidad Alimentaria sin caer en falsos debates y eso es lo que representa Colombia Alimentaria.
El primer gran espacio de diálogo tuvo lugar en la región de Orinoquía en la Universidad de la Salle en Yopal; cumpliendo a cabalidad con la agenda, este gran debate se dio también en las regiones del Pacífico, Centro-Eje Cafetero, Nororiente y próximamente en la región Caribe, en la ciudad de Barranquilla. Llegará a Antioquia, Amazonía y cerrará el mes de agosto con el Gran Foro Nacional en la ciudad de Bogotá. Estos encuentros no solo generarán los lineamientos para emprender un arduo trabajo con las respectivas autoridades del actual Gobierno Nacional, sino que establecerán las bases y los compromisos de una agenda Pluridecenal con prospectiva al 2050.