Ciertas izquierdas políticas se hacen cada vez más siniestras, buscan arrasar con todo, empezar de ceros; se creen mesías y adanes salvadores de un apocalipsis que solamente ellos pregonan.
Ciertas derechas políticas no se muestran del todo diestras para dar respuestas asertivas a diversas demandas sociales evidentes, buscan dejar todo quieto bajo la premisa errática de creer que las cosas están del todo bien.
En ese contexto muchas personas quieren alinearse, ser voceros y arrogarse las banderas de un ¨centro político¨.
Y qué es el centro político? Un eclecticismo? Un sincretismo? Una narrativa ¨liquida¨ al decir de Bauman ad portas de convertirse en un difuso estado gaseoso? Una tercera vía? Un café descafeinado? Una reedición secular y laica de algo así como el camino, la verdad y la vida?
Muchos empiezan de manera unilateral, arrogante y supremacista a decir cosas tales como ¨el centro soy yo¨, ¨el centro somos nosotros¨, ergo, los descentrados extremistas son los que no piensan como ellos, los que no militan con ellos, tono que se une al coro tóxico de la comunicación política colombiana que suele usar expresiones ciertamente violentas tales como: la paz somos nosotros, los otros son la guerra; la verdad somos nosotros, los otros son la mentira; la memoria somos nosotros, los otros son el negacionismo; los probos somos nosotros, los otros son los corruptos; la vida somos nosotros, los otros son la muerte; nosotros somos los defensores de derechos humanos, los otros son los violadores de derechos humanos; nosotros somos la seguridad, los otros son la violencia; nosotros somos los defensores del medio ambiente, los otros son los depredadores; los buenos somos nosotros, los otros son los malos, casi a las Sartre: ¨el infierno son los otros¨.
Amigo como soy sobre la necesidad y posibilidad de un centro político en Colombia, sugiero a manera de sextante y brújula en este navegar en estado de alerta, que el centro político opte por tener al bien común como inspiración y horizonte ( bien común abraza y trasciende los conceptos de bien público y bien privado, de estado y mercado), a la persona como sujeto a dignificar ( la persona trasciende al individuo, al ciudadano y a la creatura de fe), más y mejor democracia como agenda (democracia segura, productiva, justa, incluyente, sostenible, soberana, institucional), más y mejores empresarios privados, públicos y solidarios como protagonistas ( no negociantes cazadores de rentas privadas, públicas y sociales).
El centro político debe contribuir a desintoxicar y pacificar la comunicación social y política en Colombia, condición necesaria para alcanzar una comunidad de propósito como país y una comunión de sentido como nación.
En el centro político, la estética en las palabras y en los gestos, precede a la ética en las acciones.