Un balance del arboricidio en Bogotá

Por Diego Cancino

La alcaldesa Claudia López durante sus cuatro años de gobierno autorizó un arboricidio sin precedentes en Bogotá.

Durante su campaña para la alcaldía de Bogotá, Claudia López prometió “reverdecer Bogotá”. La propuesta se centró en implementar medidas para mejorar la sostenibilidad ambiental de la ciudad. La alcaldesa Claudia López presentó este plan con el objetivo de aumentar las áreas verdes, reducir la contaminación y promover prácticas más ecológicas en la capital colombiana.

El balance al día de hoy de esta propuesta es negativo si contemplamos las cifras de tala de árboles en la ciudad de Bogotá en sus tres categorías: 1. Emergencia, 2. Manejo y 3. obras, obtenemos un total 60.788 árboles autorizados para tala durante la alcaldía de Claudia López. Mientras que la cifra total durante la alcaldía de Enrique Peñalosa, en las mismas tres categorías, fue de 54.215. Así que Claudia López autorizó en total un 12% más árboles talados que los permitidos por Enrique Peñalosa.

Esto se hace más evidente si analizamos las cifras de tala de árboles autorizada por razón de la realización de obras, Mientras Peñalosa autorizó la tala de 19.206 árboles para obras en sus 4 años, Claudia López autorizo talar 34.534 árboles por razón de la realización de obras. Es decir que Claudia López autorizó talar 80% más árboles por obras que Enrique Peñalosa. Un contraste muy decepcionante si tenemos en cuenta que estas cifras nos muestran una preferencia por las obras, la cementación y el asfaltado de superficies, para remplazar el espacio que antes ocupaban los árboles.

Este arboricidio autorizado por la Administración lo comprueban cifras dadas por la propia Secretaría de Ambiente en respuesta a derecho de petición. Así que el arboricidio en Bogotá no es un mito, es una lamentable realidad. Si cada árbol que ha autorizado talar la alcaldesa tuviera exactamente 10 años de vida, la alcaldesa habría talado a hoy algo así como 607.880 años de vida forestal. Que la historia lo recuerde, acá no se reverdeció Bogotá, se ordenó un arboricidio sin precedentes.

La tala indiscriminada de árboles en Bogotá ha suscitado críticas y preocupaciones por parte de la comunidad y de los defensores del medio ambiente. Esta práctica ha generado una serie de impactos negativos, incluyendo la pérdida de biodiversidad, la reducción de los espacios verdes urbanos y la disminución de la calidad del aire. La degradación del entorno natural afecta directamente a la salud de los ciudadanos y contribuye de manera negativa al cambio climático. Además, la tala sin un adecuado plan de reforestación y sin considerar el equilibrio ecológico pone en peligro la estabilidad de los ecosistemas locales.

Resaltamos la necesidad urgente de adoptar prácticas más sostenibles, de promover la conservación de los recursos naturales, si se busca garantizar un futuro más saludable y equilibrado para Bogotá.