¡Cómo florece la manifestación artística!

¿Quien nos anuncia un momento histórico, sino el arte? Cuando la sed de cambio y el hambre de expresión convergen en un acontecimiento el arte se convierte así en profeta de lo que está por suceder. ¿No es, acaso, lo que hemos visto en medio del paro Nacional? ¡Cómo Florece la manifestación artística con el fervor de la juventud!

No me crea a mí, fíjese usted en este mes de paro en las calles de Colombia, puede estar o no de acuerdo, puede o no compartir ideas, pero el arte apropiándose de su momento histórico es un hecho que, además, conmueve, porque me he estado preguntado donde está el movimiento artístico que nos toca. Desde el “Boom latinoamericano” no ha surgido nada más allá de pequeños movimientos y artistas dispersos, perdidos en medio de este nuevo mundo. Y esa incertidumbre tiende a lanzarnos a la nada y solitarios.

Pero el Paro le ha dado una respuesta consoladora, como una pequeña pero importante resistencia artística que podría o no desembocar en algo mucho más grande y ojalá que no solo para Colombia. Trataré de explicar esto un poco mejor: El paro no es un acontecer nacional más, es el resultado inevitable de la historia colombiana, que siempre ha sido la misma. El descontento, la violencia que ha enviado a tantas familias al destierro, la sangre de tantos muertos abonando el campo y el asfalto.

La gente tiende a creer que la situación que atraviesa este país es el resultado de una disputa ideológica por el poder. En dicho caso, no sería nada que la democracia no pudiera solucionar (si existiera una democracia saludable en este país) Pero es mucho más profundo que eso. los malestares sociales generan, inevitablemente, grandes problemas ( y hablar de de malestares sociales es por mínimo simplista en el caso de Colombia) La desigualdad es un debate muy interesante en un país del “Primer mundo” pero no en un país donde hay familias que comen una sola vez al día, entonces la desigualdad deja de ser un debate para convertirse en un hecho doloroso. No hacen falta tesis ideológicas para entender que existe un problema que se debe resolver porque estamos hablando de vidas. No, el problema en Colombia no es ideológico, (aunque claro que existe una disputa ideológica y política) el problema de Colombia es mucho más profundo, hablamos de una historia entera de violencia, de sangre, dolor y rabia. Hablamos de un estado completamente viciado, hablamos de jóvenes que hoy están saliendo del país porque aquí no consiguen oportunidades de futuro.

El Paro Nacional es el resultado de todo lo acumulado. Y los artistas también se han encontrado en la calle y el resultado ha sido un fenómeno muy interesante en mucho tiempo.

Luis Carlos Ayala, (quién amablemente me ha permitido utilizar la foto que encabeza la columna) ha retratado la manifestación con una belleza artística exquisita y sus fotografías han dejado ver mucho de este fenómeno artístico que acompaña el paro.
La música, la danza, el hambre de expresión, el grito artístico que nació en aquel nudo amargo de la realidad se deja ver por todas partes. Cada artista haciendo lo que debe hacer en su heterogeneidad pero unidos por la realidad del país.

Piisciiss, Neni Nova y Axid sacudieron a todos con su baile, el Voguing, algo no conocido por la mayoría de colombianos pero que resaltó y dió de que hablar. Ahora Colombia sabe que el Voguing existe y conoce a tres de sus protagonistas.

Uno no puede sino conmoverse al ver las Filarmónicas de Medellín, Cali y Bogotá en la calle, fuera de su hábitat natural, acompañando las manifestaciones.

Vimos también sonidos autóctonos, la identidad indígena, campesina, negra. Las distintas identidades que forman la identidad colombiana.

En Cali, luego de que los indígenas Misak tumbaron la estatua de Sebastián de Belalcázar, un artista caleño, Álvaro Márquez, quiso llenar el espacio vacío con una Cabra. Los vecinos al ver su acción lo ayudaron a montar la nueva y pesada estatua. ¿No es ese, acaso, el mayor acto de compromiso artístico? Y esto llevó a que se hiciera lo mismo en Bogotá al montar la Estatua de Dilan Cruz donde antes estuvo la figura de Gonzalo Jiménez de Quesada. Traté de imaginar lo que significa colocar la estatua de un joven asesinado por protestar. ¡Eso es arte! Debe molestar y hacer que nos cuestionemos como sociedad.

Las redes sociales, los medios, las calles todo está infectado de arte que incomoda y eso en sí mismo es artístico. Las paredes hablan, los cuerpos hablan, las voces hablan, el silencio de muchos años ha decidido gritar y todo el país ha encontrado una voz en la juventud y el arte. Murales, danza, música, fotografía, calles. ¿No nos dice todo esto que hay algo gestándose en medio de un país que se levanta? Algo más profundo, duradero, inevitable.

Todo esto tendrá que seguir desarrollándose, tomando forma y consolidándose para que pueda trascender. Aún es muy pronto para decir si estamos ante un Movimiento artístico trascendental podemos decir con certeza que estamos frente a la semilla que podría germinar en algo hermoso e histórico.

Pero, ¿dónde queda la literatura en todo esto? pues, la literatura en este momento no ha encontrado su lugar. Más allá de recitales y poemas de protestas que tocan la situación del país no se ha hecho nada. Un poema contestatario hace poco o nada por la causa. El papel del escritor no es escribir de acuerdo a la coyuntura lo primero que se le venga a la cabeza. Eso tiene poca o ninguna relevancia. Volvamos al ejemplo de la Cabra en Cali. Fíjese usted que la escultura es simplemente una cabra y eso tuvo mayor impacto que todos los recitales o poemas hablando de la situación, por lo simbólico de la acción que llevó a la Cabra a estar en el lugar donde antes estuvo la estatua de Belalcázar El impacto fue la acción.

De la misma manera, es más importante la acción del escritor que su poema contestatario. El papel de la literatura radica en el compromiso honesto del escritor. ¿Qué se debería hacer? No lo sé, no pretendo dar una receta, porque eso sería justamente anti-literario, solo quiero dejar la duda. Cada uno tendrá que descubrir dentro de sí lo que puede hacer como artista, pero el escritor es, fundamentalmente, un agitador cultural. Pocos poetas han logrado una verdadera repercusión con poemas políticos, la mayoría terminan siendo panfletos que no contribuyen en nada y literariamente valen muy poco. Pero, ¿y si el escritor realizara acciones que generen el debate en la sociedad utilizando la habilidad de escribir como herramienta? Para eso el escritor debe salir de los cafés literarios y volcarse a las calles pero sabiendo lo que va a hacer.

Como sea, el arte se caracteriza por florecer en los momentos más difíciles, como alimentada por su contexto histórico. tal vez porque en los momentos de conflictos morales el arte manifestará su postura y todo artista comprometido con su papel de artista hará lo que debe hacer, arte con honestidad.

Twitter: @poesiadegarcia