Este 29 de julio llega a las salas de cine Suspensión, un documental que se centra en la historia de una de las megaobras inconclusas más importantes de las selvas de Colombia, que durante más de medio siglo ha sido víctima dela corrupción y que ahora está en vilo por las entidades ambientales ya que en caso de terminar de construirla el ecosistema tendría una gran pérdida de vegetación.

La película dirigida por Simón Uribe y producida por Joaquín Uribe, contó con Marcela Lizcano en la producción ejecutiva; Andrés Hilarión en dirección de fotografía; Mateo Rudas y Gustavo Vasco en el montaje; Juan Pablo Patiño en el sonido, Fredy Vallejos, Juan Manuel Toro, Mateo Barrios, y Santiago Rudas en la musicalización.

¿De qué va el documental?

Suspensión se enfoca en la fallida construcción de una carretera, en medio de una zona montañosa. Se suponía iba a ser una vía nacional de proyecciones faraónicas y desproporcionadas, que terminó siendo una obra inconclusa devorada por la selva, y que a su vez, era la única alternativa que la población cercana tenía para evitar un peligroso tramo conocido como “Trampolín de la muerte”, que no ha parado de sumar víctimas mortales desde hace más de medio siglo, ante la vista gorda de las autoridades.

En el “Trampolín de la muerte” se producen accidentes vehiculares continuamente debido a la inestabilidad del terreno, los abismos, las lluvias y la estrechez. La vía es riesgosa y muchos de los accidentes son letales. La una zona no cuenta con condiciones de desplazamiento óptimas, y las personas que conducen por la vía siguen muriendo.

Para la construcción de este “elefante blanco”, se ha realizado una inversión de 401.000 mil millones de pesos (104 millones de dólares), y en nueve años han construido solo 18 kilómetros de los 45,6 km proyectados. Terminarla tardaría 10 años más y 482 millones de dólares adicionales. La confianza en que se termine el proyecto es escasa, puesto que la corrupción es un mal que carcome el país entero.

Actualmente, el Gobierno Nacional está en diálogos para reactivar la hasta ahora inestable construcción del proyecto; sin embargo, a los problemas de corrupción que arrastra se le suma la problemática ambiental, ya que según un estudio de Conservation Strategy Fund y la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), el reinicio de las obras provocaría una deforestación de 12.000 hectáreas en esta parte de la selva.