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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Corrupción

Lucha contra la corrupción empieza a tener eco

Hace unos 11 años publiqué un artículo que se titulaba ¿Es la corrupción la causa raíz de todos nuestros males?. Curiosamente no tuvo buen recibo porque resultaba una exageración para quienes lo leían. Desde luego no era ni una exageración en ese momento, como tampoco lo es ahora. Pero me temo que aún no podamos tener consenso entre los colombianos, ya que pareciera que a una parte ni siquiera les inquieta y que, los corruptos exitosos siguen siendo unos héroes envidiables, dada la escala de valores inversa en nuestra cultura reinante y como consecuencia de la oportunidad de impunidad que brinda nuestro desvencijado sistema de justicia.

Desde hace más o menos el mismo tiempo, ha habido un luchador solitario contra la corrupción en la contratación estatal, referente a proyectos de ingeniería al que le dediqué un artículo para destacar esa misión quijotesca (Fonseca, 2020). Pero ha pasado el tiempo y ya son célebres los trinos del ingeniero Rodrigo Fernández, con su léxico especial que inventó (el amarre, el ungido, los contrataderos…), muy coloquial y perfectamente adaptado a nuestro léxico común, y que ya se entiende fácil en los medios periodísticos y los de ingeniería. Su trabajo está empezando a tener eco para esperanza de todos. Sigue La W, La Voz del Galeras de Pasto, Vanguardia de Bucaramanga, Paola Herrera de Cambio, Últimas noticias Radio Melodía de Bucaramanga, Caracol Bucaramanga, Radio Nacional de Colombia de Bucaramanga, El Pilón de Valledupar, Contacto Noticias de Violeta estéreo de Yopal, le consultan habitualmente como experto en contratación pública y luchador contra la corrupción.

Recientemente, tanto en el Congreso Nacional de Ingeniería como en el Foro sobre la corrupción en el Estado, ambos de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, presentó el resultado de su última investigación en la que estudió las 200 licitaciones de más de 1000 millones de pesos sobre infraestructura física, desde mayo de 2023 a mayo de 2024, que sumaban poco menos de 1 billón de pesos según sus presupuestos oficiales.  Mostró la participación de proponentes: en promedio solo recibieron 2.02 propuestas por proceso de las cuales solo quedaron habilitadas 1.55; es decir, bajísima pluralidad de oferentes, lo que es el principal indicativo de que pueda haber un acuerdo previo para que gane un ungido, o sea, corrupción.

Es el resultado de lo que él llama los contrataderos mediante los cuales las entidades del Estado se saltan la Ley 80 de 1993, que es nuestro marco legal para contratación pública, encomendándole su contratación de obras y compras públicas a una entidad que sea Empresa Industrial y Comercial del Estado o Sociedad de Economía Mixta, que son de régimen privado, y por lo cual puede aplicar su propio manual de contratación sin tener que controlar el uso e inversión de los recursos públicos que establece la ley para estos casos. Esta figura emergió a expensas de la Ley 1150 de 2007, que estableció en su artículo 14 una excepción a la contratación de este tipo de empresas que permite usar el régimen que les aplique según su naturaleza jurídica. Es decir, régimen privado para recursos públicos, sin aplicación de los controles para los recursos públicos.

Y claro, resultó muy conveniente para que los políticos al mando de municipios y gobernaciones crearan entidades con este régimen y aplicaran sus propios manuales de contratación (régimen privado) a los programas financiados con recursos del Gobierno Nacional, previamente concertados con los Congresistas interesados e impulsores de las aprobaciones centrales, que a su vez, resultaban fichas necesarias para que el Gobierno pudiera impulsar sus iniciativas en el Congreso (sus votos en los proyectos de Ley de iniciativa gubernamental).

El experto mostró la lista de contrataderos, que han crecido como espuma desde su creación, pudiendo llegar a unos 100 ya, por medio de los cuales se pueden estar contratando entre 2 y 3 billones de pesos anuales. De eso, un porcentaje se va para corrupción.

El modus operandi es similar en todos los contrataderos. Se invitan a unos pocos oferentes, no más de cinco generalmente; así, limita de inmediato la participación abierta de quienes hubieran podido ser unos buenos contratistas del Estado. Con los contrataderos es fácil porque no tienen que promover de la competencia, y se puede direccionar la contratación al ungido de manera más expedita. El ingeniero Fernández describió cómo se presentaban tres o cuatro proponentes atendiendo a una invitación, pero a uno se le olvidaba la póliza, otro no atendía un llamado a subsanar algo, el tercero perdía intencionalmente algunos puntos y así, dejaban solo al ungido. Así, simulan un proceso competitivo pero ineficaz. Una franca configuración del delito de colusión eso sí, que es penal y administrativo y que alcanza tanto a los funcionarios como a los contratistas, tanto el ungido como los que se prestan para esta burda burla en detrimento del Estado y de los principios de libre competencia y transparencia.

No hay varios proponentes como debería haber en una licitación, y por tanto no hay competencia, lo cual implica que no hay puja por un precio mas bajo, y se pierde una de las condiciones de los objetivos de contratación para lograr ahorros para el Estado. Cuando el ungido ya sabe que no tendrá competencia, propone cerca al presupuesto oficial, con lo cual el Estado no obtiene los ahorros que en forma lógica se esperarían si hubiera competencia. Tan solo en esta muestra, al Estado le habrían costado estos contratos unos 50,000 millones de pesos menos, según el estimativo del ingeniero Fernández, lo cual se constituiría en el delito de detrimento patrimonial (pérdida de recursos públicos) perpetuado por los funcionarios y el contratista participantes, que tiene también tanto efectos administrativos como penales.

Lo más grave es que esto sucede todos los días en frente de todos los colombianos. Realmente los organismos de control no hacen mayor cosa para combatirla, por no decir nada, frente a semejante tamaño del monstruo. Por eso, no es buena noticia que, por ejemplo, para elegir al próximo Procurador General de la República, se vaya a escoger de una terna de conocidos políticos que salen del seno de la politiquería, dos de ellos de uno de los partidos más tildados de corrupto y el otro del seno del Senado, amigo de todos. Obviamente ninguno haría nada para arreglar el más grave cáncer que tiene nuestra nación. Tal cual, como acusa hoy a la Procuraduría el Secretario de Transparencia de la Presidencia, Andrés Idárraga, por guardar silencio frente a la corrupción (Vanguardia, 2024 edición impresa página 11, septiembre 25).

Hay una forma de mejorar la situación que podría cercenar el mal. Basta una decisión política del Gobierno para condicionar el uso de recursos de programas nacionales para ejecución directa por parte de las entidades territoriales, estrictamente ceñidas al marco de la Ley 80. Esto es apenas lógico: que los recursos públicos se cuiden como se debe. De hecho, el valiente Secretario de Transparencia de la Presidencia, Andrés Idárraga, ya lo logró en un proceso que comentamos recientemente (Fonseca, 2024); el Gobierno tiene que exigir esta vía en todos los programas si quiere demostrar que realmente tenía compromiso con la lucha contra la corrupción.

Si esto sucediera en forma generalizada, las entidades volverían a hacer sus procesos de contratación, como es lo debido, y los contrataderos se extinguirían solos porque ya no tendrían como llevar a cabo el oficio para los cuales fueron acomodados: la corrupción masiva.

Rafael Fonseca Zarate

Alcalde de Nueva York deberá responder por corrupción

El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, ha sido imputado por corrupción en el marco de una investigación federal relacionada con las donaciones que recibió durante la campaña, según fuentes consultadas por el periódico estadounidense ‘New York Times’.

Por el momento, la acusación está bajo secreto y no está claro a qué cargos se enfrentará, pero la investigación se ha centrado en si su campaña conspiró con el Gobierno turco para recibir donaciones extranjeras ilegales.

«Siempre supe que si defendía mi postura por los neoyorquinos, me convertiría en un objetivo, y así me convertí en un objetivo. Si me acusan, soy inocente y lucharé contra esto con todas mis fuerzas y espíritu», ha señalado tras conocerse la noticia, que todavía no ha sido confirmada por las autoridades.

Cuando se haga pública la acusación, Adams se convertirá en el primer alcalde en funciones de Nueva York en ser acusado de un delito federal. Este, capitán retirado del Departamento de Policía de la ciudad, gobierna la ciudad más grande de Estados Unidos, siendo uno de los cargos más importantes del país.

Adams asumió el cargo en enero de 2022 y se presentó como la nueva cara del Partido Demócrata, prometiendo una estrategia dura contra el crimen y un compromiso para revitalizar la ciudad tras la pandemia de la COVID-19. Durante su mandato, se ha enfrentado a varios desafíos como la crisis migratoria o la seguridad en el metro.

Demagogia anticorrupción

No voté por Gustavo Petro en las elecciones presidenciales de 2018 y 2022. Voté en blanco. No voté por él por muchas razones, incluido que en 2010, luego de ser el candidato del Polo derrotado por Santos –el hombre de Uribe en esa elección–, Petro nos exigió que respaldáramos a Santos. Y como le rechazamos su desproporción, rompió con el Polo y, a punta de mentiras, se dedicó a hacerle daño.

Luego de dos años en la presidencia, he concluido que el gobierno de Petro resultó peor de lo que pensé, empezando porque ratificó el modelo económico neoliberal que está arruinando, entre muchos otros, a las fábricas de acero y a los ganaderos de la leche.

Por razones de espacio me centraré en la corrupción nacional, que no empezó hace dos años y no es de “manzanas podridas” sino un sistema nacional montado entre políticos, funcionarios públicos y negociantes privados. Tan maquiavélico que permite gobernar contra los colombianos y ganar y ganar elecciones, porque con la plata que se roban pagan los votos necesarios para vencer. ¿Y qué ha hecho Petro contra ese sistema de corrupción? Nada.

Sobre cómo financió Petro la campaña electoral, su hijo, Nicolás, explicó que Euclides Torres fue el gran financista en el Caribe y que “Laura Saravia se encargaba de ubicar a gente en cargos importantes, en sectores en los que Euclides tiene algún tipo de interés”. Y le ha ido muy bien. Porque en negocios de energías alternativas logró contratos por $180 mil millones y con la salud del magisterio –de la que los maestros carecen– coronó otro por $75 mil millones. ¿Cuántos más le dará el gobierno en los próximos años?

En su programa de gobierno, Petro prometió: “Lucha frontal contra la corrupción”, “reformar la justicia y los organismos de control”, “elección del Fiscal con total independencia del gobierno” y “reformar la Procuraduría y la Contraloría”. Y ahora, más cuentachistes. Porque no ha promovido ninguno de dichos cambios, sino que se ha dedicado a controlar esos organismos. Hasta la medianoche del 6 de agosto de 2022, estuvo Petro en persona cuadrando el acuerdo para el nuevo contralor, acuerdo que coronó con el Pacto Histórico y todos los partidos tradicionales.

Por la corrupción en la Unidad de Gestión de Riesgos y las acusaciones de Olmedo López, la Fiscalía le abrió investigación al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, a quien Petro ha debido sacar del puesto. Y la “Fiscalía pone a la par a Olmedo López y a César Manrique en el caso Ungrd” (El Espectador, Agt.07.24), pero Petro tampoco le pide la renuncia a Manrique, aunque hay un agravante.

Porque en la alcaldía de Petro en Bogotá, a Manrique le estalló un escándalo de corrupción por la compra de cien motos eléctricas con sobreprecios, caso por el que la Fiscalía hoy le pide condena a la Corte Suprema de Justicia (Semana, Jun.12.24). Y Petro, como los peores políticos tradicionales colombianos, no reemplaza a Manrique porque, dice, no ha sido condenado.

País en el que se imponga que los funcionarios embadurnados con corrupción no pueden ser sacados de sus cargos por razones políticas, esperando que la Justicia falle, se pudrirá inexorablemente.

Cada día se confirma más que “el cambio” cierto en este gobierno es el de los petristas que han pasado a “vivir sabroso”.

Jorge Enrique Robledo

Con las manos en la masa

Con su conocido estilo de frases astutas y altisonantes, Gustavo Petro y sus bodegas –incluidas las pagas y las falsas– intentan ocultar la gravedad de la corrupción en la Unidad de Gestión de Riesgos y sus vínculos con el gobierno nacional y su clase política amiga, para escurrirle el bulto a su obvia responsabilidad política.

Es notorio que la responsabilidad política principal en este caso recae en Gustavo Petro, porque fue él quien nombró a Olmedo López y no lo vigiló, pero sí le aumentó el presupuesto de $657 mil millones a $2,2 billones entre 2022 y 2023, en una empresa que tiene como característica normativa poder contratar sin licitaciones, a dedo (Ver enlace ), lo que facilita la irresponsabilidad, el clientelismo y la corrupción.

Aunque intenten taparlo con calumnias, Olmedo López ha sido de los lomos de adentro de Petro y el petrismo. En 2015 fue candidato del Polo a la gobernación de Antioquia en representación de la tendencia de Clara López y Jaime Dussán, reconocidos jefes petristas. En las elecciones de 2018, Petro lo respaldó al Senado y Olmedo le prestó $300 millones para su campaña presidencial. Y es irrebatible que si no fuera de su confianza, no lo habría nombrado en la Unidad de Riesgos, a manejar sumas enormes, cargo en el que es notorio que Petro no lo vigiló de cerca, a pesar de saberse que robar allí es bastante más fácil que en las demás entidades públicas.

Y Petro no solo no controló a Olmedo, sino que su ministro de Hacienda, en persona, cuadró con él contratos a dedo por 92 mil millones de pesos en tres municipios de la Costa, de lo que no deja duda la información de Caracol TV (Ver enlace).

Porque allí aparece Ricardo Bonilla comunicándose con Olmedo López y con Sneyder Pinilla presionando esos contratos y designando a su asistente, María Alejandra Benavides, como su vocera para sacarlos adelante, aunque no respondían a declaratorias de calamidad pública, una ilegalidad. Y aparece el asesor de la Presidencia de la República Jaime Ramírez Cobo intrigando para que esos proyectos se tramitara a través del ministro de Hacienda y no de Luis Fernando Velasco y “como asesor de Carlos Ramón González, también salpicado por el escándalo”. 

Explicando cómo funciona la cadena de la felicidad de estos contratos, ante la Corte Suprema de Justicia, Olmedo López dijo: “Es una cadena que va desde lo más alto, desde la orden de un ministro hasta pasar por las manos del alcalde hasta las manos del contratista que iba a ejecutar la obra”. Pero surge una duda: según esto, hacia abajo llegan hasta el poder menor, pero hacia arriba, ¿los ministros, así sea muy en privado, no le consultan estos gastos enormes a Petro y este lo tolera?

Muy raro sería que el presidente de la República no opinara sobre el gasto de los 1,4 billones de pesos que el ministro Bonilla se consiguió entre septiembre y diciembre pasados para contratar –por norma sin licitaciones y a dedo, repito– en la Unidad de Gestión de Riesgos (ver enlace). Porque no es creíble.

Esta historia se cierra contando que en los municipios donde se intentaron estas obras hay seis congresistas que son como sus dueños políticos, los mismos que en general aparecieron votando en las comisiones económicas del Congreso en el sentido que quiso el ministro de Hacienda.

Coletilla: conocidas estas verdades, es una desvergüenza que Bonilla no renuncie a su cargo y que Petro le sirva de acólito. ¿O es que entre bomberos no se pisan las mangueras?

Jorge Enrique Robledo

Dar ejemplo no es parte de la lucha contra la corrupción

«Educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única» (frase atribuida a Albert Einstein) que no necesita mayor argumentación, debido a que prácticamente todos hemos experimentado en algún momento de la vida la efectividad de lo que significa. Pero parece no tener cabida en la lucha contra la corrupción.

Esta semana salió el informe de Transparencia por Colombia de lo sucedido entre 2016 a 2022 en materia de corrupción (Así se movió la corrupción en Colombia entre 2016 y 2022! Radiografía de los Hechos de Corrupción en Colombia) que elaboraron con el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana. Para quienes prefieren escuchar, la presentación de Roberto Pombo en su podcast es muy buena (¿es posible acabar con la corrupción?). Pero también hay menciones en casi todos los medios. El del Espectador recuerda los números clave que citaré aquí (Entre 2016 y 2022 se perdieron $21,28 billones por corrupción en Colombia).

Con las cifras publicadas se puede estimar que el 15% de la contratación del Estado se va en corrupción. Señala que de los 1.243 hechos de corrupción el 32.26% ocurrieron en el Gobierno Nacional, el 28.48% en las Alcaldías y el 11.56% en las Gobernaciones; visto desde los sectores, el 21% en Defensa, 10% en Judicial, 9% en Educación, 8% en Vivienda, 8% en Salud y 7% en Transporte. Pero, hay que señalar, que estos % están referidos al número de hechos y no a los montos; es muy posible que cambie el ordenamiento en tipos de entidades y sectores si se hace por los montos, subiendo el % de las Alcaldías, donde se sabe que el flagelo es de proporciones enormes.

En el podcast de Pombo se añade un dato que hemos escuchado desde hace años: la Auditora de la Nación estima en 50 billones anuales el problema de la corrupción en el país; la primera vez que se dijo lo hizo la Contraloría, hace unos años. Esta cifra es mucho más grande a la del informe, lo que da indicios de que el problema pueda ser más grande, sin quitarle ninguna credibilidad al importante trabajo que hace Transparencia y su aliado universitario, basado en casos publicados; seguramente faltan muchos que no se saben ni están publicados.

Las propuestas de solución para el gravísimo problema de la corrupción en la contratación pública (aunque es en todos los sectores, en todo el país) han apuntado al castigo a través del endurecimiento de la ley y mayores penas; aun así, hasta el momento, no se ha mellado en nada y su tendencia sigue creciente, muy creciente.

La conclusión que expone Pombo en su análisis es un poco paradójica: solo se requiere que haya voluntad política para arreglar el problema. Fácil conceptualmente, pero como sabemos, toda reforma que conduzca a este tipo de solución pasa por el Congreso, es decir, por los políticos, muchos de los que muy lamentablemente han estado envueltos en los escándalos de corrupción en la contratación pública, y que por lo tanto va a ser difícil, sino imposible, que exista esa voluntad política. No les conviene, aunque sea una traición a sus electores y al país, puesto que priorizan su bolsillo ilícitamente. “Entrampados” como dice el entrevistado Humberto de la Calle ante esta situación.

Como no se puede cambiar lo necesario en la ley entonces hay que endurecer las penas. Las propuestas normalmente están orientadas a combatir la corrupción con el castigo, con aumentar los castigos, pero no incluyen la prevención como eje central. En artículos anteriores hemos explicado cómo, si el ejecutivo quisiera, podía reparar una vena rota, prohibiendo que los recursos públicos se ejecuten sin cumplir lo dispuesto en la Ley 80 de 1993 en los convenios interadministrativos por medio de los cuales las Alcaldías y Gobernaciones ejecutan recursos del Gobierno central (pero con régimen privado, saltándose en la práctica la citada ley sin el debido control) (La estrategia anticorrupción que sí serviría).

Portarse bien por decreto

Un intento de prevención en el Gobierno es el tipo de documento, como el del Ministerio de Vivienda, llamado el CODIGO DE INTEGRIDAD al estilo de un procedimiento (de manual de calidad) que tiene por objeto lograr su adecuada implementación e interiorización y cuya fuente es el Departamento de la Función Pública (DAFP). Hay dos curiosidades en este documento: la primera, es que se pretende lograr un comportamiento ético de los funcionarios “por decreto”, lo cual resulta, cuando menos, ingenuo, y lo segundo, es que además este procedimiento no establece el requisito de que los jefes den ejemplo. Los jefes, son por supuesto, el presidente, los ministros, los directores, etcétera; sin tratar de invalidar ni menospreciar el esfuerzo de Función Pública, es como si el Código estuviera orientado a que los funcionarios intermedios y bajos en las estructuras organizacionales de las entidades públicas se portaran bien pese a que sus jefes no tengan que comportarse de manera íntegra, y dar ejemplo.

Lo que tristemente sí da ejemplo en nuestro país, todos los días, es la impunidad (el secretario de la Transparencia de la Presidencia recordaba (2023) que el 96% de los casos en Colombia termina impune). En Colombia los corruptos se salen con la suya y son muy pocos los casos que se descubren, y menos los que llegan a ser castigados, y prácticamente ninguno en el que se logran recuperar los recursos públicos robados.

Sin salida

Estamos en una sin salida. No habrá voluntad política mientras no haya políticos íntegros en el ejecutivo y en el congreso; y la precaria educación política de nuestros electores no permite elegirlos bien en las elecciones. ¿Qué nos queda? Primero, evidenciar la corrupción por todos los medios posibles, desde denunciarla hasta hacer estudios para mostrarla, y llenar a la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía, que aunque contaminadas por el mismo mal, no puedan tener excusas para no saber de los cientos de casos que suceden; segundo, comportarnos decididamente con integridad en nuestra vida cotidiana e influir positivamente en nuestro círculo de relacionados a través del propio ejemplo, comprendiendo bien lo que precisa el filósofo Hegel: “El Estado es la expresión moral de un pueblo; si el  espíritu de un pueblo ha alcanzado un grado superior entonces el Estado y sus gobernantes serán virtuosos; si el pueblo posee una moral escasa, el Estado  será corrupto”; tercero y en la misma línea, educarnos políticamente y educar a nuestros relacionados recordándole a cada ciudadano quejoso la acertada frase (del discutible político teórico conservador Joseph de Maistre): “cada nación tiene el gobierno que se merece” y más allá, el corolario que le sacó André Malraux a la frase anterior: “no es que cada nación tiene el gobierno que se merece, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”. No sobra aclarar que la corrupción no ha sido exclusiva en este Gobierno.

Rafael Fonseca Zarate

La corrupción, una enfermedad en búsqueda de una cura

De acuerdo al documento de la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción del 2004, en su prefacio la define como “una plaga insidiosa que tiene un amplio espectro de consecuencias corrosivas para la sociedad. Socava la democracia y el estado de derecho, da pie a violaciones de los derechos humanos, distorsiona los mercados, menoscaba la calidad de vida y permite el florecimiento de la delincuencia organizada, el terrorismo y otras amenazas a la seguridad humana”.

En esta columna se intentará realizar un corto recorrido de los principales actos de corrupción que ha tejido la historia de Colombia. No se abordarán en su totalidad, ya que estos nos daría para escribir varios tomos de la corrupción.

Un recorrido por la historia colombiana: De la Colonia a la actualidad

Año 1602, Santa fe de Bogotá:

Como lo menciona el reconocido periodista Juan Gossain, en su columna del tiempo publicada en 2017, el primer caso de corrupción en nuestro país se originó por parte del “presidente de la Real Audiencia, don Francisco de Sande, cuyo cargo equivale a lo que será en el futuro la Presidencia de la República”

La corona española le entregó al señor Francisco de Sande, cinco mil pesos oro en efectivo, que se suponía deba ser consignados en la tesorería del virreinato, pero como arte de magia ese dinero desapareció. Si quieren saber más sobre este caso, como lo indiqué en líneas anteriores, pueden consultar la columna en el siguiente enlace https://shorturl.at/MpuO3
1778-1810, Corrupción en la Renta de Tabaco del Virreinato de Nueva Granada.

Entre 1778 y 1810, la administración principal de Santafé se convirtió en un epicentro de malversación, donde funcionarios y estanqueros se enriquecían ilícitamente a costa del erario público.

La apropiación indebida de fondos era una práctica común entre los estanqueros. Se quedaban con parte de las ganancias de las ventas de tabaco, sin registrarlas en los libros contables. Un caso emblemático fue el de Manuel Rodríguez, quien desfalcó las arcas reales, El monto exacto robado debido a esta malversación es difícil de determinar con precisión debido a la falta de registros detallados y la opacidad en la administración colonial. Sin embargo, se estima que las pérdidas fueron significativas y tuvieron un impacto negativo en la economía y las finanzas del virreinato.

Para encubrir sus fechorías, los estanqueros recurrían a la falsificación de documentos. Alteraban los registros de ventas o creaban documentos falsos para justificar faltantes de dinero o tabaco. Juan Bautista Pérez, un hábil falsificador, logró evadir la detección de sus fraudes durante varios años, causando un daño de 30.000 pesos a la Real Hacienda.

1904- caso de la concesión Pertuz

El caso de la concesión Pertuz fue un episodio importante en la historia política de Colombia. José Vicente Concha era el presidente de Colombia en ese momento, el cual otorgó una concesión otorgada a Rafael María Pertuz para la construcción de un ferrocarril en la región del Magdalena Medio.

La concesión Pertuz fue objeto de controversia debido a acusaciones de corrupción y favoritismo hacia la empresa de Pertuz. Se alegó que el presidente Concha había recibido sobornos a cambio de otorgar la concesión a Pertuz, en detrimento de otras empresas que también estaban interesadas en el proyecto.

La Era de Álvaro Uribe: Casos de corrupción que marcaron su Gobierno

Durante la presidencia de Álvaro Uribe en Colombia, entre 2002 y 2010, el país experimentó avances significativos en términos de seguridad y estabilidad económica. Sin embargo, su mandato también estuvo marcado por una serie de escándalos de corrupción que empañaron su legado y generaron controversia en la opinión pública.

El escándalo de la parapolítica
La parapolítica en la Casa de Nariño
El escándalo de la Yidispolítica
Las chuzadas del DAS
Agroingreso seguros
Caso de Carimagua

Iván Duque y sus desastres

Desde que asumió el cargo en 2018, la presidencia de Iván Duque en Colombia ha estado plagada de controversias y escándalos de corrupción que han desafiado su liderazgo y generada desconfianza en las instituciones del país.

Aquí alguno de sus casos más sonados de corrupción y que fueron destacados por sus altos índices de impunidad, son los siguientes:

PROSPERIDAD SOCIAL – DPS: $22.000 millones fueron desembolsados a al menos 50.000 personas fallecidas, o que no estaban inscritas en el Sisbén.

SOCIEDAD DE ACTIVOS ESPECIALES- SAE: arrendamiento de millonarios bienes con un valor reducido

UNIDAD NACIONAL DE PROTECCIÓN- UNP: uso delincuencial de vehículos de protección, blindajes falsos, ausencia de sanciones a contratistas.

AEROCIVIL: falsas licencias a pilotos en los últimos tres años, irregularidades en contratación, presuntos vínculos con el narcotráfico.

Corrupción en el actual gobierno

En la actualidad Colombia está viviendo otro capítulo más, de este entramado de la corrupción. Dentro de la UNGRD (Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y el Desastre) que literalmente es un desastre.

Carlos Carrillo director de la UNGRD, en una entrevista concedida a Blu Radio, indicó que la corrupción “lamentablemente, está enquistada en la sociedad colombiana; en lo público y en lo privado, en la derecha, en la izquierda y en el extremo centro, sigue habiendo personas inescrupulosas que quieren llenarse los bolsillos con el dinero del Estado.

El entramado de la UNGRD, es el escándalo más grave que ha sacudido el gobierno del actual presidente Gustavo Petro, pues el anterior director Olmedo López junto con sus secuaces Sneyder Pinilla y congresistas como el presidente del senado Iván Name y Andrés David Calle, fueron nombrados por recibir dineros, sacados de esta Unidad. El tema centra de este capítulo fue la compra de 40 carrotanques, con un sobre costo de 20 mil millones de pesos. Estos iban a ser utilizados para llevar agua a la guajira.

Para concluir, es mi deber realizar proponer las siguientes consideraciones para acabar con este problema de raíz.
La lacra de la corrupción ha carcomido las entrañas de nuestro país por muchos años. Esto no es un mal fortuito, al contrario, es la consecuencia de un sistema político corrompido, podrido y plagado de instituciones débiles, llenas de impunidad galopante, que lo único que se fortalece es el clientelismo que caracteriza a la clase política tradicional.
Debemos crear leyes y reformas más contundentes en contra de todos esos ladrones de cuello blanco que saquen las arcas del Estado, para embolsillarse grandes cantidades de dineros y pasar ante la sociedad, poco vigilante, como seres transparentes e impolutos.

Es Necesario levantar la voz y exigir cuentas claras a nuestros gobernantes. Debemos dejar de lado la apatía y convertirnos en protagonistas de nuestro propio destino. La lucha contra la corrupción no es solo responsabilidad del Estado, sino un compromiso que debemos seguir peleando todos nosotros como ciudadanos para el algún momento llegar a estar en el país ideal, sin corrupción

La corrupción no se puede permitir como un acto normalizado dentro de nuestra sociedad, No podemos acostumbrarnos a las mordidas, los contratos amañados y el descarado desvío de fondos. Cada acto corrupto es una bofetada a la dignidad de un pueblo que anhela un futuro mejor.

Ricardo Garzón

Colombia ocupa el tercer lugar en Latinoamérica en casos de corrupción empresarial

Un reciente informe revela que cada día más compañías y organizaciones privadas están vinculadas a fraudes y conductas ilícitas relacionadas con el mal manejo de recursos económicos.

Casos relacionados a fraude, soborno, lavado de activos, evasión de impuestos y, en general, cualquier tipo de trampa a la ley que cometen las empresas o las personas que actúan en su nombre para beneficio propio, crecieron por lo menos 60 % en el último año.

Así lo confirma el más reciente Informe Global de Fraude y Riesgo, elaborado por la consultora Kroll, en el que se evidencia que el 78 % de las compañías y organizaciones colombianas han realizado investigaciones internas por corrupción o mala conducta en los últimos tres años, ubicando a Colombia como el tercer lugar en Latinoamérica en el que se cometen mayores hechos asociados a fraude empresarial. Los sectores más comprometidos por estas malas prácticas son: transporte, ocio y turismo, la banca y las telecomunicaciones.

Si bien todas las compañías, sin importar su tamaño, tienen riesgo de caer en estas actividades ilícitas, las grandes organizaciones son las más propensas a cometer este tipo de conductas y es el soborno el delito que más las compromete. Este dato lo soporta un estudio de la Universidad Externado, que confirma que el ofrecimiento de coimas, como el pago para agilizar trámites o donaciones políticas, es una práctica generalizada en el empresariado. Por su parte las Pymes, que no están exentas a la corrupción, se han visto involucradas a hechos ilegales asociados a la manipulación de cheques y a la alteración del pago de nóminas.

La impunidad para castigar estas conductas ronda el 94 % ¡Alarmante!

De acuerdo con Mercedes Cevallos, abogada, auditora forense y fundadora de la firma Cevallos Holguín, la corrupción persiste en el país, en parte, debido a la poca efectividad de la justicia para judicializar estas acciones. “Solo entre los años 2010 y el 2023, según datos de Transparencia por Colombia, las denuncias asociadas a corrupción llegaron a 57.582 casos, de las cuales el 93.99 % hoy no tienen condena, el 89.7 % siguen sin captura y el 77.15 % están en proceso en indagación”.

Otro motivo por el cual este delito tiene contra las cuerdas al país, son los vacíos legales que hacen que el sector privado sea cómplice o termine involucrado en irregularidades. “Esta entidad advierte que las principales conductas de corrupción se manifiestan generalmente en el financiamiento de campañas políticas, la captura de procesos de contratación arreglados a su favor, la legalización de transacciones mediante el lavado de activos y la creación de carteles o restricciones a la libre competencia”, agrega Cevallos.

Asimismo, las nuevas tecnologías están significando un riesgo para la práctica de estas conductas. ¿Por qué? En una de las reuniones de la Alianza Mundial de Enemigos de la Corrupción, del Banco Mundial, se expuso cómo la gestión de documentos digitales está facilitando la desviación de fondos, comisión de delitos económicos o patrimoniales, apropiación de recursos o la pérdida de evidencia en las investigaciones antifraude.

Aunque avanza la lucha contra la corrupción corporativa, sus avances son incipientes

El país ha dado pasos importantes que han permitido robustecer las herramientas con las que cuentan la ciudadanía y el sector privado para prevenir, detectar, controlar y reaccionar este tipo de conductas.

Una de estas tiene que ver con la creación de canales seguros para que cualquier colaborador, cliente, proveedor o persona en general pueda dar a conocer cualquier tipo de irregularidad que se pueda presentar en su interior. Esto con el fin de estimular la cultura de la participación y la sanción social contra el cohecho.

Otro instrumento es el apoyo de firmas externas en las investigaciones internas. De hecho, hoy el 98 % de las organizaciones consultadas para el Informe Global de Fraude y Riesgo han solicitado su ayuda. En este escenario hay iniciativas como el Laboratorio Forense de investigación antifraude y corrupción corporativa de Cevallos Holguín, el primero en Colombia y uno de los más grandes y especializados del continente, que tiene como base la experticia en diferentes ciencias forenses aplicadas a la detección del fraude y la corrupción y en aquellas normas técnicas emitidas por organismos internacionales para su prevención.

Este laboratorio orienta las investigaciones internas hacia el recaudo de los elementos de prueba necesarios para que las empresas tomen decisiones respecto a la existencia de conductas delictivas o antiéticas que puedan comprometer a cualquier miembro de la organización, de la mano de expertos en la detección de estos punibles y tecnología con auditoría forense, informática judicial, entre otras técnicas.

Corte Suprema de Justicia imputa cargos a la excongresista María Cristina Soto

La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia imputó cargos a la excongresista conservadora, María Cristina Soto, por los delitos de corrupción de sufragante, falsedad en documento privado y fraude procesal.

La exrepresentante a la cámara por La Guajira tendrá que responder judicialmente por los presuntos casos de entrega de dinero a los electores a cambio de votos a su favor. Al parecer, Soto habría entregado información falsa a las autoridades electorales sobre sus gastos de campaña.

En la providencia la Sala decidió acusarla por los delitos de corrupción de sufragante, falsedad en documento privado y fraude procesal. Igualmente se determinó la preclusión de los cargos de concierto para delinquir y lavado de activos.

Regaño del presidente de la Corte Constitucional a la justicia por los pocos resultados en los casos de corrupción en la salud

El presidente de la Corte Constitucional, José Fernando Reyes, en medio de la sesión técnica para estudiar el cálculo de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), hizo una fuerte crítica a la justicia en Colombia porque según él, la mayoría de los casos de corrupción que involucra a la salud no están resueltos.

“A mí me asombra y me asombra muchísimo las muy bajas, raquíticas, cifras de la Fiscalía. No hay un solo proceso que esté, siquiera en etapa de imputación, todas están en estado inactivo o en indagación, es decir no hay una persona sometida a un proceso, a mí me asombra”, dijo el magistrado Reyes en un claro reclamo al vicecontralor porque los hallazgos del ente de control fiscal al día de hoy no se los ha remitido a los organismos competentes.

El presidente de la Corte reclamó además porque no hay una sola imputación. El vicecontralor en funciones de contralor general, Carlos Mario Zuluaga, contestó que ya se está trabajando en conjunto con la Procuraduría y la Fiscalía para abordar esos casos y reiteró su compromiso de seguir vigilando los recursos de salud y presentar informes detallados sobre las irregularidades encontradas.

El llamado de atención del presidente de la Corte Constitucional se extendió también a la Fiscalía, especialmente al delegado de la Fiscalía, Luis Aldrey Pinilla Ortega, quien prometió trabajar en los 44 casos activos en el ente de investigación.

Rechiflan a Petro en un evento de la Policía

Un grupo de asistentes al evento de la Policía Nacional en donde presentó el nuevo modelo de servicio orientado a las personas y a los territorios, chiflaron al presidente de la República, Gustavo Petro, luego de que este aseguró que «las ollas de microtráfico en los barrios de Bogotá compran a los policías».

Sanción de la Procuraduría a tres exgerentes de la EPS Manexca en Córdoba

La Procuraduría General de la Nación destituyó e inhabilitó por 10 años a tres gerentes generales de la Asociación de Cabildos del Resguardo Indígena Zenú de San Andrés de Sotavento -Córdoba y Sucre “Manexka EPS-I”, por la pérdida sistemática de recursos de la entidad y del Sistema General de Seguridad Social en Salud. 

Las personas destituidas por el Ministerio Público son Siria Sabina Pérez Riondo (2015-2016), Otoniel Jerónimo Roqueme (2016) y Ledis del Carmen Ortega Guzmán (2016-2017). 

El Ministerio Público en su fallo explicó: «los exgerentes autorizaron, en proporción, el uso de los recursos del Régimen Subsidiado en Salud en gastos administrativos, operacionales y compra de activos lo que conllevó a que no se destinaran, para las señaladas vigencias, más de $ 3.100 millones, en beneficio de los afiliados. La Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES) transfirió en 2015 y 2016 a Manexka EPS-I más de $ 266 mil millones, cifra que al ser contrastada con los gastos de administración superó los topes en $3.113.657.436 respecto al 8 % previsto en el señalado sistema».

La Procuraduría señaló además que el daño patrimonial ocasionado con esta conducta superó los $ 22.600 millones para los años 2015 y 2016.

Declaran Silla Vacía en la curul de Ciro Ramírez

La mesa directiva del Senado de la República declaró la figura de la Silla Vacía para el caso del exsenador del Centro Democrático, Ciro Ramírez.

La decisión de fundamenta en la orden de captura, proferida por la Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia el 14 de diciembre y efectuada el 15 de diciembre de 2023, por ser “presunto autor de los delitos de concierto para delinquir agravado (…), en concurso heterogéneo con las conductas punibles de cohecho propio, e interés indebido en la celebración de contratos”.

De esta manera el partido Centro Democrático queda con 12 curules de las 13 obtenidas en las últimas votaciones a Senado de la República.

Ciro Ramírez enfrenta un proceso judicial por los delitos de concierto para delinquir, cohecho propio e interés indebido en celebración de contratos, por la supuesta intervención indebida en contratos de Tolima y Quindío. Las irregularidades tienen que ver con el convenio interadministrativo 670 de 2021 entre el Departamento de Prosperidad Social y la empresa Proyecta, durante el gobierno del expresidente Iván Duque.

Capturaron al exgobernador Juan Carlos Abadía

El exgobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía, fue capturado por temas relacionados con corrupción durante su período.

Abadía enfrenta cargos en la Corte Suprema de Justicia por su presunta responsabilidad en los delitos de contratos sin cumplimientos de requisitos legales y peculado por apropiación. El proceso tiene que ver un millonario contrato que tenía por objeto el suministro de recursos bibliográficos a más de 40 bibliotecas en diez municipios del Valle del Cauca. 

El contrato tenía un valor de 1.072 millones de pesos; sin embargo, se habría presentado un sobrecosto por un valor cercano a los 200 millones de pesos. 

Juan Carlos Abadía fue diputado del Valle del Cauca, concejal de Cali y elegido gobernador del departamento de donde es oriundo para el período 2007 – 2011.