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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

El Capítulo Étnico, enfoque transversal del Acuerdo de Paz

A casi nueve años de la firma del Acuerdo Final de Paz -AFP-, el Capítulo Étnico sigue siendo uno de los componentes más transformadores y menos comprendidos en la implementación del AFP en Colombia. No es solo un anexo ni un gesto simbólico, es un pilar fundamental para la paz territorial y la justicia étnica, es la garantía de que la implementación de todos los puntos del Acuerdo de Paz reconozca a los pueblos indígenas, afrocolombianos, raizales y Rrom como actores fundamentales en la construcción de paz territorial.

Esta curul fue designada por la bancada Comunes para hacer seguimiento a la implementación del Capítulo Étnico desde el Congreso de la República, he asumido con firmeza el compromiso de traducir este mandato en acciones concretas de control político, articulación institucional y movilización social.

 

En ese marco, el pasado 5 de junio se realizó en el Congreso de la República la Audiencia Pública Seguimiento a la implementación del enfoque étnico del Acuerdo de Paz”, convocada por el Representante Pedro Baracutao García en articulación con la CSIVI componente Comunes, desde un espacio colectivo de seguimiento al Capítulo Étnico del AFP, al que se vincularon la Misión de Verificación de la ONU, la Instancia Especial de Alto Nivel Pueblos Étnicos (IEANPE), el Consejo Nacional de Reincorporación – Comunes, la Instancia Especial de Mujeres, la Asociación de Firmantes Étnicos Construyendo Paz (ANFECP), la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), el Mecanismo Especial de Consulta (MEC) y el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA).

Una ruta construida desde los territorios

La audiencia se desarrolló con una nutrida participación de consejos comunitarios, autoridades indígenas, firmantes étnicos, instituciones del gobierno nacional, embajadas de Irlanda, Austria, Rusia, Suiza, México como país acompañante del Capítulo Étnico, Reino Unido y Alemania y organismos internacionales como la Misión de Verificación de la ONU.

Durante más de cinco horas, las intervenciones dieron cuenta del rezago en la implementación, a pesar de evidenciar los avances en los informes de las instituciones, las lógicas de inversión y las cifras presentadas entraron en contraste con lo manifestado por las comunidades étnicas respecto a los avances y obstáculos que enfrentan en materia de tierras, participación, seguridad, protección colectiva y programas como los PDET o el PNIS.

El compromiso no se agota en la audiencia, ésta fue parte de una ruta colectiva que ha incluido seguimiento a indicadores en el Plan Marco de Implementación, reuniones periódicas del espacio de articulación y ahora, continuaremos con la convocatoria de mesas técnicas para hacer seguimiento temático a temas críticos como tierras, iniciativas PDET con enfoque étnico, seguridad, planes de armonización, participación política o planes de retorno.

En ese sentido, hemos venido analizando las respuestas entregadas por las instituciones en la audiencia pública, para plantear las mesas técnicas, encontramos que los avances reportados son apenas una pequeña parte de lo requerido en los indicadores. Por ejemplo en materia de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial -PDET-, la ART todavía se encuentra elaborando el capítulo de programas y proyectos, que fue un vacío operativo y técnico durante los casi 9 años que llevamos de implementación y consideró en su respuesta que esta etapa la culminaría en el primer trimestre de 2026. Por otra parte informa que tienen 101 proyectos en ejecución y están a la espera de la continuidad del proceso de pactos territoriales, lo que sugiere varias preguntas frente al enfoque étnico de los PDET o la ruta para avanzar en los pactos territoriales.

Frente al tema de acceso a tierras, se evidenció un problema estructural en cuanto a las cifras que presenta la ANT sobre procesos de titulación y formalización de comunidades indígenas, porque no especifica cuáles procesos corresponden al compromiso del Acuerdo de Paz y cuáles hacen parte de compromisos anteriores con el movimiento indígena. Esto nos sugiere interrogantes para plantear en las mesas técnicas, así mismo frente a temas de sustitución de cultivos de uso ilícito, reincorporación o reparación de víctimas.

Estas mesas permitirán no solo monitorear avances, sino proponer ajustes normativos, presupuestales y operativos, con participación directa de los pueblos étnicos.

Impulso institucional desde la Vicepresidencia y relacionamiento internacional

Uno de los hechos más relevantes en el marco de este proceso ha sido el anuncio de la emisión de una Directiva de la Vicepresidencia de la República para reforzar la coordinación interinstitucional y el seguimiento técnico y político al Capítulo Étnico. Esta directiva, fue emitida días después de la Audiencia Pública, se ha construido con base en el trabajo conjunto entre la Vicepresidencia, la Unidad de Implementación del Acuerdo, el Departamento Nacional de Planeación y las entidades implementadoras.

Según explicó el asesor de la Vicepresidencia en la audiencia, esta directiva buscará establecer un marco de exigibilidad frente a los compromisos del Estado, por ejemplo, a la ART se le pide culminar el capítulo de programas y proyectos en el tercer trimestre de 2025 y no en el 2026. La expedición de esta Directiva, más que un producto aislado, debe entenderse como un impulso directo del proceso de seguimiento parlamentario y de la presión ejercida desde la comunidad étnica organizada.

Este ejercicio ha contado, además, con el interés y el respetuoso acompañamiento de representantes del cuerpo diplomático acreditado en Colombia, quienes han manifestado su disposición a conocer de cerca las rutas de implementación del Capítulo Étnico y a respaldar iniciativas que fortalezcan su cumplimiento.

En este contexto, el próximo 24 de julio de 2025 se celebrará en el Congreso una reunión diplomática con embajadores, en la que se socializarán los hallazgos de la audiencia pública y se buscará consolidar apoyos para agendas de cooperación internacional con enfoque étnico y territorial.

Compromiso firme y sostenido

La implementación del Capítulo Étnico no puede quedar en el olvido ni en las cifras. Se trata de un acuerdo vivo que exige voluntad política, articulación institucional, presupuesto suficiente y participación activa de los pueblos étnicos. Esta curul reafirma su compromiso como vocero en el Congreso de este proceso y continuará promoviendo una paz con justicia y dignidad para los pueblos que han sido históricamente marginados del desarrollo y afectados por el conflicto.

Pedro Baracutao

Evolución empresarial: los pinzones de los galápagos y tu empresa, ¿qué tienen en común?

Charles Darwin observó que los pinzones de las islas Galápagos evolucionaron mediante la adaptación de sus picos a distintos entornos: cortos y fuertes para comer semillas o largos y delgados para comer insectos. De manera similar, las empresas evolucionan. Por ejemplo, en telefonía móvil, una empresa puede construir infraestructura propia mientras otra opera como un operador móvil virtual (MVNO), utilizando redes alquiladas.  Ambas satisfacen la misma necesidad y se adaptan, pero lo hacen con estructuras, inversiones y capacidades distintas.

Hoy, enfrentamos un cambio de era: pasamos de un entorno digital controlado por humanos a uno potenciado por Inteligencia Artificial. Esta transformación masiva impulsa la automatización de procesos a través de algoritmos, Machine Learning y el procesamiento de datos a gran escala, que van a redefinir o eliminar industrias enteras.

La Agencia para el Comercio y Desarrollo de la ONU (UNCTAD), proyecta que el mercado de la IA será de 4,8 billones de dólares en 2033, el equivalente al PIB actual de Alemania; adicionalmente (según Statista), el mundo va a generar 2142 zettabytes de información en 2035, (hoy son 175). Y se espera, según The Insights Partners, que el mercado de Big Data Analytics alcance los 725 mil millones de dólares para el 2031, dejando en claro que se trata de una macrotendencia irreversible que desarrolla sobre la infraestructura digital, herramientas de AI para realizar negocios de una manera diferente.

 

Empresas digitales como Amazon, nacidas con ADN digital, representan esta nueva especie empresarial. A diferencia de gigantes tradicionales como Walmart, su ventaja radica en modelos de negocio escalables, que minimizan la necesidad de activos fijos, con unos modelos digitales basados en datos y desarrollo de activos intangibles, que permiten reconocer patrones de estilo de vida y compras que generen oportunidades de negocio, desarrollando lo que Bill Gates describe como un “sistema nervioso digital”.

Estas empresas son diferentes; actualmente, la WIPO – World Intellectual Property Organization estima que el 90% del valor de mercado del índice S&P 500 proviene de activos intangibles como propiedad intelectual, marcas, entre otros, y como resultado de la rapidez de los cambios por la tecnología, la vida promedio de las empresas en este índice ha bajado. McKinsey espera que para el 2027, el promedio de vida de una compañía en este índice sea solo de 12 años comparado con una media de 85 años de las top10 al año 2000.

Algunas compañías como Amazon con AWS, Nvidia y OpenAI lideran el desarrollo de la infraestructura de esta nueva ola; las demás utilizarán esas herramientas para adaptarse a este nuevo ecosistema de negocios, en conjunción con las nuevas exigencias de sostenibilidad medioambiental y disrupción constante.

Peter Diamandis señala que esta disrupción proviene de la convergencia tecnológica: IA, Big Data, Blockchain, robótica, impresión 3D, computación cuántica, edición genética, entre otras tecnologías, generan efectos como reducción costos, democratización, escalabilidad y aceleran los cambios más allá de lo imaginable. Los datos, combinados con estas tecnologías y la capacidad de procesamiento potenciada, crearán oportunidades de innovación en prácticamente todas las industrias, cambiando el panorama competitivo de los mercados.

Casos recientes ilustran cómo las organizaciones están creando y utilizando la tecnología para innovar y reconfigurar industrias por completo. Por ejemplo, Meta, con su herramienta Infinite Creative, utilizará la IA para encontrar en sus usuarios, los clientes específicos para diferentes productos y servicios, desarrollando propuestas personalizadas a través de la IA, incrementando la eficiencia del gasto publicitario; revolucionando esta industria con un proceso automatizado y costo eficiente que aprovecha su acceso único a las preferencias de los usuarios de sus redes sociales.

Un caso que ilustra además la velocidad del cambio es el de Nubank, que inició operaciones en 2013; alcanzando una valoración en su oferta pública en bolsa de 45 mil millones de dólares, en tanto el Grupo Aval (un tradicional conglomerado financiero colombiano con décadas de presencia en el mercado), tiene una valoración de 3 mil millones de dólares; la velocidad y el potencial de crecimiento exponencial gracias a su plataforma digital y el uso de herramientas de IA y datos, son la adaptación evolutiva de los neobancos. ¿Se convertirán en la especie dominante?.

Este es el nuevo ecosistema de negocios donde las organizaciones compiten. Será su capacidad de adaptación organizacional, uso y desarrollo de herramientas la que determine cuáles tendrán éxito y lograrán sobrevivir en el mercado: estamos evidenciando la selección natural de Darwin aplicada al mundo empresarial.

José Andrés Rueda

profesor de la Maestría en Administración – MBA de la Universidad de América.

Drones y sistemas de defensa antiaérea: el crepúsculo de las viejas guerras

La potencia militar que se impondrá en el nuevo escenario no es la que fabrique más drones, es la que incremente su producción de misiles disuasivos y baterías laser que permitan detectar, rastrear e interceptar drones y misiles enemigos. Hasta el momento, lo que hemos visto es que Estados Unidos ha experimentado en Ucrania e Israel el sistema de defensa antiaéreo Patriot, mientras que la inteligencia China y Rusa -aunque tienen avances- aun no los han puesto en práctica.  

Con el ataque perpetrado por Rusia a Ucrania en la madrugada de ayer, se consolida la idea de que los drones (Vehículos Aéreos No Tripulados) son la herramienta más efectiva en los combates contemporáneos. En el ataque ruso (el más contundente desde que inició la guerra hace 3 años) fueron utilizados 728 drones y 13 misiles supersónicos que impactaron a Kiev, la capital, y a la ciudad de Lutsk (nordeste del país) destruyendo establecimientos y aeródromos militares.

 

Este ataque fue la respuesta a la Operación Telaraña, quizás el golpe más fugaz y contundente ejecutado hace un mes por 117 drones ucranianos a la aviación rusa. En esta incursión fueron alcanzados, además de aviones de combate, aeródromos y armamento sofisticado ruso, bombarderos estratégicos con capacidad nuclear.

También se utilizaron drones militares en los recientes ataques de Estados Unidos e Israel contra Irán para destruir su programa nuclear. En la contraofensiva persa fueron utilizados misiles supersónicos y drones Shahed-136 construidos por Teherán que lograron doblegar la cúpula de hierro (Iron Dome) israelí. Los drones de esta misma marca fueron utilizados en el ataque de ayer, pues Rusia empezó a construir los Shahed-136 iraníes y dice tener el potencial para elaborar 1000 drones diarios. Rusia está atacando tres veces por semana a Ucrania; muchas familias duermen en los túneles del metro y en espacios subterráneos. La fatiga, el pesimismo y el desasosiego son evidentes ¿Cuánto tiempo resistirán los ucranianos?

La humanidad está estupefacta ante la vertiginosa elaboración de drones por parte de las potencias militares. Esto evidencia una nueva forma de hacer la guerra que ya no implica inversiones exorbitantes para el despliegue de aviones de combate, buques portaaviones, aeródromos, entre otros. Con los drones se termina destruyendo la capacidad militar y saturando la defensa de un país, sin invertir mayores recursos y personal capacitado. Por ejemplo, si hacemos un rápido análisis aritmético de la Operación Telaraña, encontramos que Ucrania desplegó 117 drones FPV que tienen un valor promedio -junto con la ojiva y el equipamiento- de 900 dólares, lo cual suma un total de US105.300. Sin embargo, los estragos militares que causaron a Rusia se estiman entre 6.000 y 7.000 millones de dólares. Se evidencia, claramente, las ventajas económicas y el potencial militar que representa la utilización de vehículos aéreos no tripulados.      

Actualmente existe una gama de drones que se pueden clasificar de acuerdo a su uso: hay militares, comerciales, científicos-industriales y recreativos. Entre los drones militares se encuentran: i) de reconocimiento, especializados en vigilancia de largo alcance, detección de objetivos y guía de misiles. Entre otros están RQ-4 Global Hawk (EEUU), Heron (Israel), Orlan-10 (Rusia) y Bayraktar (Turquía); ii) armados o de ataque, utilizados en ataques precisos a objetivos, eliminación de líderes enemigos y apoyo aéreo cercano. Los más reconocidos son: MQ-9 Reaper (EEUU), Wing Loong II (China) y Shahed-136 (Irán); iii) suicidas o merodeadores, cuya función es el ataque de oportunidad, es decir, merodean hasta encontrar un blanco. Se destacan: Switchclade 300/600 (EEUU), Harop (Israel) y Lancet (Rusia); iv) de guerra electrónica y comunicación, se enfocan en interferir señales, ciberataques y guía de misiles. Eleron-3SV (Rusia) y Bayraktar Akinci (Turquia) son los más efectivos. v) logísticos, encargados de transporte de suministros, evacuación médica y recarga de municiones. Estos aún están en proceso de desarrollo.       

La mayor inversión que están destinando las potencias militares y los países en guerra se concentra en la contención de los drones militares. Por ejemplo, el costo de un misil interceptor puede variar entre 3 y 7 millones de dólares. Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un misil interceptor PAC-3 MSE (elaborado por EEUU y asociado al sistema Patriot) puede costar 7 millones de dólares. Además, hay que sumar los lanzadores que oscilan los 10 millones de dólares y los costos de operación que incluyen el mantenimiento, repuestos y entrenamiento.  

Los ataques que Irán ejecutó contra Israel -que flaquearon su Cúpula de Hierro- fueron un experimento militar defensivo que potenció el sistema Patriot norteamericano. Experimento similar se está presentando en Ucrania pues, aunque este país cuenta con un número significativo de civiles y militares que han aprendido a operar drones, carece de un sistema de defensa antiaéreo que contenga los ataques rusos.

Eder Maylor Caicedo Fraide

Daños colaterales

La frase daños colaterales es una expresión tomada del lenguaje de la guerra. Refiere a las consecuencias negativas ocasionadas luego de un ataque sobre personas y cosas que no eran el objetivo militar. Son los daños no intencionados que se provocan sobre personas y bienes que no eran propósito del ataque legítimo, pero debido a circunstancias ajenas al deseo de la fuerza de ataque, terminan siendo afectadas de manera irreparable. Esta expresión propia del derecho internacional humanitario, conocido también como el derecho de la guerra (el conjunto de reglas que deben aplicar los combatientes) bien puede ser empleada en otros escenarios que no conservan relación directa con la guerra.

En el panorama colombiano existen dos casos recientes de daños colaterales. El primero acontecido el 08 de junio del año 2023, ese día, el patrullero Jhon Freddy Rodríguez, miembro del valiente y extinto ESMAD fue agredido por vándalos avenidos en terroristas con un elemento detonante en la Universidad Nacional de Colombia, atentado que le provocó serios daños neuronales. El patrullero que cumplía con su deber de proteger a la comunidad estudiantil quedó en estado vegetativo, situación que hoy también agobia como daño colateral a los padres del joven patrullero, que deben atender la precaria condición vital de su hijo, ocasionada por unos insanos mentales que consideraron que detonar bombas contra policiales era la mejor forma de protesta y de cambiar el País.

 

El segundo caso, ocurrió el pasado 07 de junio de 2025, cuando un adolescente en su condición de sicario a sueldo, decidió atentar contra la vida de otro joven servidor público y precandidato presidencial, el senador Miguel Uribe Turbay, quien recibió tres disparos de arma de fuego, y hoy se debate entre la vida y la muerte. Son víctimas también, la esposa e hijos del senador, quienes deben cargar con la pena y el dolor de ver a su ser querido en precaria condición. Al igual, de quienes atentaron contra la vida del patrullero Rodríguez, el sicario que atentó contra el senador Uribe, es otro joven insano mental que, en lugar de una bomba artesanal, decidió disparar a mansalva y sin consideración alguna, una pistola Glock.  

Estos dos casos de insania tienen a jóvenes como víctimas y victimarios, cuyos daños colaterales recaen sobre la familia: Padres, esposas, hijos, hermanos, tíos, sobrinos son también víctimas de unos miserables que decidieron arrojar bombas y balas. En últimas, para la víctima directa su vida entra en riesgo y puede terminar, pero las vidas de sus seres queridos quedarán fracturadas para siempre, no sólo por el dolor propio, también por el estrés del cuidador, el impacto económico del daño a la salud y la expectativa incierta de una justicia coja y tuerta que quizás nunca llegará.

¿Qué pasa por la cabeza de un joven terrorista que avienta bombas hechizas y la del que detona un arma sobre la cabeza de otro ser humano? ¡Ha de ser mierda la que reemplaza sus neuronas!  Nunca se tomaron tiempo para pensar que sus insanos actos no sólo truncarían un proyecto de vida personal, también dañarían colateralmente a un grupo familiar, y de paso, provocarían zozobra social. En el mismo sentido ¿Qué pasa por la cabeza de quienes salen a defender e incluso a justificar a los jóvenes que cometen actos de terrorismo y sicariales?

El joven delincuente no merece consideración especial por parte de la justicia, menos pueden ser tratados como víctimas; son victimarios que provocan dolor, sangre y sufrimiento. Nadie tiene derecho de trasladar su carga y su propio dolor a otro. El agresor es agresor independiente de su edad. El sistema judicial para menores infractores fue diseñado para tratar al victimario como víctima, es una oda a la impunidad, los bandidos bien lo saben y obtienen colateral provecho.

León SandovalFerreira

Cuarta temporada de ‘La primera vez’: justa y necesaria

¡Qué serie tan enganchadora! Aborda las pericias de los años 60, 70 e inicios de los 80; eventos históricos de Colombia y el mundo; la literatura; el conservatismo; el feminismo; el servicio militar obligatorio; el síndrome de down; la afiliación a las guerrillas; las drogas recreativas; el homosexualismo y el lesbianismo.

Todos estos temas tratados más allá del tabú y del cliché entre lo sensacionalista, lo erótico y lo morboso.

 

Desde luego, la tercera temporada de ‘La primera vez’ se queda corta para darle fin a la saga del eterno enamorado Camilo Granados (Emmanuel Restrepo) y su mundo escolar, universitario y periodístico.

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Acabamos de ver con emoción el nacimiento de un escritor. No creo posible que la historia se concluya con la escena de Camilo frente a la máquina de escribir, la llegada apresurada hasta la universidad para que Eva le leyera el manuscrito y la celebración entre ambos por el logro literario. ¡No!

¿La editorial se lo aprobó? ¿Imprimieron el libro? ¿Arrasó con las ventas? ¿Naufragó? ¿Camilo se volvió célebre y dejó a Eva?

Es incipiente pensar que el resto del cuento sea el espectador quien tenga que imaginárselo y sacar sus propias conclusiones sobre lo que -hipotéticamente- pasó después.

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Precisamente, fue el mismo Dago García (guionista de la serie que, según él, está basada en sus vivencias personales) quien anunció que no habrá una cuarta temporada; indicando que la tercera, estrenada el pasado 7 de mayo de 2025, marcaría el final.

Pero, yo creo que Dago mintió. La trama está inconclusa.

Si bien la novela entre Eva Samper (Francisca Estévez) y Camilo Granados no quedó en nada (aunque siempre se supo que por decisión de ella solo serían ‘amigos con derechos’) no hubo un desarrollo del personaje de Martín Salcedo (Sergio Palau), por ejemplo.

Es decir, nunca se supo si es o no gay. La audiencia esperaba que sí lo fuera y que Gustavo Pabón (Julián Cerati) lo ayudara a reconocerse. Por qué no, que ahí surgiera una relación amorosa que venciera la amargura de Martín y los lanzara hacia el deseo como los vimos en la primera temporada. Faltó repetir esa escena.

Tampoco tenía que ser así. Pero es que a Salcedo no le concretaron ni una novia al menos. El personaje solo quedó reducido a un consumidor frecuente de cocaína y un joven sin oportunidades que se reencuentra fallidamente con su padre.

Ahora bien, ¿qué siguió después del fracaso en la carrera futbolística de Álvaro Castro (Brandon Figueredo)?

Solo se resolvieron: la reivindicación de los derechos de Pabón al reincorporarse a las Fuerzas Militares que, arbitrariamente, lo habían sacado del pelotón por ‘marica’, por culpa del acosador Octavio Quiñones (Ángelo Valotta), quien pasó de ser el rey del bullying a aceptarse homosexual y declarársele a Pabón, experimentando un merecido rechazo.

La inclusión de Janet (Juliana García), la primera estudiante con síndrome de down en ingresar al José María Root. ¡Qué interpretación tan brillante la de esta joven actriz!

Así como la reconciliación entre madre e hijo ante el viaje a EE. UU de Lucy Cepeda viuda de Granados (María Cecilia Botero) y su novia, Lucero Suárez (Luz Stella Luengas).

La patraña da un giro inesperado: contrario a un final anhelado únicamente entre los protagonistas (como suele pasar en casi todos los melodramas), los que sí sellaron su unión hippie fueron: Rodrigo Arbeláez (Mateo García Mazo) y Luisa Salcedo (Sara Pinzón). ¡Muy bellos! Es la relación más bonita de toda esta ficción.

Lo es también el amor triunfante y más genuino del largometraje que, en la segunda temporada se desmorona y se diluye hasta hacernos pensar que estaba extinto: el de la ‘señora’ Ana (Verónica Orozco) y José Granados (Santiago Alarcón), gracias a un libro del Kamasutra descubierto por Eva, que reaviva la pasión -hasta ahora desconocida- entrelos padres de Camilo.

Enhorabuena por los logros personales y académicos de Ana con su ingreso a la nocturna para habilitar el bachillerato, gracias al espaldarazo de la Dra. Alicia López (Adriana Arango), una rectora que al principio se mostró autoritaria, tosca y caricaturesca, pero que terminó siendo una mujer justa, solidaria y empática. Triunfó la liberación femenina…

En una entrevista de Revista Semana a Dago, el libretista afirma: “Hay muchos temas alrededor de la serie que no han terminado de superarse. Es increíble que, a pesar de que la serie ocurre en los años setenta e inicios de los ochenta, le hable de una manera muy cercana a la gente de hoy. Los temas siguen en la agenda pública”.

Con esta declaración, los fanáticos de ‘La primera vez’ esperamos la cuarta temporada. ¿O no?

Johann Benavides

@PrensaBenavides

Errores no forzados del presidente Petro

Los errores no forzados son la pesadilla de cualquier tenista. Son fallos cometidos sin que el rival haya ejercido una presión significativa. Un golpe que termina fuera de la cancha o en la red, sin estar condicionado por la contundencia o ubicación del tiro contrario. Es decir, el jugador tenía tiempo, espacio y condiciones razonables para ejecutarlo bien. Se equivoca solo. El oponente no tiene mérito en el punto ganado.

En el tenis, no siempre gana el más talentoso, sino el que comete menos errores no forzados. En política, pasa igual. Petro llegó a la Presidencia con una oportunidad histórica en sus manos: amplio margen de maniobra, respaldo popular, una promesa clara de transformación, justicia social y lucha contra la corrupción. Pero ha jugado mal su propio partido, perdiendo muchos puntos él solo.

 

Los errores no forzados de su gobierno se pueden listar con relativa facilidad. Algunos son estructurales; otros, puntuales. En esta lista no caben las simples antipatías de sus opositores, que tenderían a incluir todo lo que no les gusta. Eso ya no serían errores no forzados, sino objeciones ideológicas. Pero tampoco pretende ser una lista exhaustiva, ni completamente objetiva: es una interpretación razonada.

Cada lector podrá cuestionarla desde su propia mirada, siempre que evite los sesgos binarios que arruinan cualquier intento de análisis. Porque parecerá indulgente para los furibundos de derecha, o injusta para los furibundos de izquierda, y la descalificación será inmediata, como todo argumento con ellos. Por fortuna, los demás somos más, y esta lista es para invitar a la reflexión de esa mayoría:

  • Frenar los contratos de exploración, en contra de la recomendación de su primer equipo económico, provocó una caída del 51 % en la inversión (Banco de la República, abril 2024). No se ha seguido un claro plan de transición energética y, al contrario, se han puesto trabas a proyectos de energías limpias. La decisión ha tenido un alto costo económico y sin beneficios ambientales importantes para el mundo (La Silla Vacía, 2024).
  • Nombramiento de ministros que contaban con sus propios criterios a sabiendas de que no llegaría a acuerdos con visiones diferentes para favorecer al país: Ocampo, López, González, Gaviria. Sus reemplazos fueron menos técnicos, activistas, y todos con menos recorrido. (La Silla Vacía, 2024). Solo con un gran equipo se hace un gran gobierno.
  • Nombramiento de Olmedo López en la UNGRD. Designó a este funcionario sin credenciales técnicas ni trayectoria ética, facilitando una red de corrupción en la compra de carrotanques y el uso indebido de fondos públicos para influir en congresistas. En contravía absoluta a sus promesas de lucha contra la corrupción.
  • Nombramientos ideológicos sin idoneidad. Casos como Irene Vélez y Laura Sarabia evidenciaron una prioridad por la lealtad simbólica sobre el mérito. El resultado fue desconfianza institucional y daño en sectores clave como energía y relaciones exteriores.
  • Congelamiento y reversa en los peajes.Congelar tarifas fue popular pero fiscalmente costoso. Reversarlo en menos de un año sumó un daño reputacional ante inversionistas y no resolvió el estancamiento del programa vial (La Silla Vacía, 2024).
  • Tres reformas en una sola legislatura.Salud, pensiones y trabajo fueron lanzadas simultáneamente, con discursos de balcón, advertencias presidenciales y presión sindical. Esta estrategia elevó la conflictividad y aumentó las posibilidades de fracaso (La Silla Vacía, 2024).
  • Reforma a la salud mal diseñada y mal ejecutada.Sin consenso ni transición técnica, el proyecto colapsó. Petro sacó a Gaviria, pero terminó con una reforma más cercana a su visión. El desgaste fue inútil y costoso (La Silla Vacía, 2023).
  • Crisis por retaliación tras el hundimiento de la reforma a la Salud. Intervino aseguradoras como Sanitas y Nueva EPS, generando caos y desprotección. La improvisación afectó a maestros, afiliados y generó desconfianza generalizada (La Silla Vacía, 2024).
  • Intervenciones institucionales reversadas por la Corte. Decisiones sobre EPS (Sanitas) que han sido revertidas por falta de sustento jurídico y técnico, revelando descoordinación y debilitando la legitimidad del Ejecutivo (ConsultorSalud, 2025)
  • Ideas improvisadas sin sustento técnico. Propuestas como el tren elevado de Buenaventura a Barranquilla, el gas por cable desde Panamá (sin contar con una línea de transmisión de alta tensión), o un tren interoceánico desde China, fueron lanzadas sin explicaciones claras, sin estudios previos, y han desacreditado su palabra, su agenda energética y de infraestructura.
  • Gobierno sin hoja de ruta clara. Ha mostrado desdén por su propio Plan Nacional de Desarrollo. Ha gobernado a punta de anuncios y subsidios sin coherencia estratégica ni sostenibilidad fiscal. La inversión estructural fue relegada.
  • Entorno familiar comprometido. Su hijo fue investigado por enriquecimiento ilícito con fondos de campaña y su hermano sostuvo diálogos informales con presos. Petro no marcó distancia y los defendió públicamente, aumentando el daño reputacional.
  • Movilizaciones con baja respuesta. Convocatorias repetidas que han terminado en movilizaciones débiles, incluso presuntamente financiadas o forzadas. El efecto fue contrario: exhibieron debilidad, no respaldo y se ha dejado contar (El País, América-Colombia, 2025).
  • Manejo político del caso Leyva. Nombró como canciller a un personaje complicado y luego no supo gestionar su salida quien ha desatado acusaciones graves contra Petro, afectando su imagen.
  • Nombramiento e injerencia de Alfredo Saade, otro personaje complicado según los que lo conocen. Su intromisión en la contratación de pasaportes sin competencia legal, provocaron la renuncia de Sarabia y una crisis interna evitable.
  • Propuesta de consulta popular. “El día de la consulta, la oposición llamaría a quedarse en casa. Con eso, el Gobierno se dejaría contar y quedaría en evidencia que tiene pocas posibilidades de ganar en 2026. Sería un tiro en el pie, más aún si lo hacen el día de las consultas internas de los partidos”. (El País, América-Colombia, 2025). La historia enseña que los referendos o las consultas están condenados al fracaso.
  • Propuesta de Asamblea Constituyente sin base legal ni política, contradiciendo su promesa de campaña y poniendo en entredicho la estabilidad institucional al plantear una constituyente sin respaldo jurídico ni social suficiente, alimentando la narrativa del autoritarismo (La Silla Vacía, 2024).

El país esperaba que el cambio comenzara con gestos concretos: cortar de raíz la corrupción en entidades como la SAE o la UNGRD, nombrar un gabinete técnico y plural, liderar con hechos la transición energética, mostrar logros reales en pobreza, salud, educación. Pero no hubo victorias tempranas. Y sin victorias tempranas, no hay confianza sostenida. Ni legitimidad para reformas difíciles. Ni permanencia para su proyecto político.

Ahora no puede decir que no lo dejaron. Pese a que pudo haber talanqueras impuestas por la llamada oposición, o el establecimiento que no quería ningún avance del progresismo, es innegable que los errores no forzados son demasiado numerosos, a los que nadie lo obligó. No fue el Congreso, no fueron los medios, no fue el “establecimiento”. Fueron decisiones propias, fallos de ejecución, excesos de improvisación, arrogancia política.

En tenis muchos partidos los gana el que comete menos errores no forzados. Petro no está perdiendo su partido por un contrincante brillante. Está perdiendo por sus propios errores. Ha jugado mal su oportunidad. Y la izquierda democrática, que por fin había llegado al poder, hoy enfrenta el riesgo de pagar ese precio histórico; en claro contraste, su mejor campaña con miras a las elecciones del próximo año hubiera sido la del éxito reconocido del actual gobierno. Petro no puede contar mayoritariamente ni con ese reconocimiento ni con la disculpa de que no lo dejaron.

Pero el partido no ha terminado. El presidente Petro podría hacer su propia reflexión y remediar con urgencia las causas de sus errores no forzados. Le queda una cuarta parte. ¡Juegue por Colombia, presidente Petro!

Rafael Fonseca

Los negros y la construcción de la patria… una historia mal contada

Ha sido costumbre en Colombia hablar de la historia de acuerdo a las conveniencias; los sucesos se relatan de acuerdo al prisma subjetivo del observador, en este caso del relator. es lo que ha sucedido sobre la construcción de la república que hoy llamamos Colombia de manera general, pero que há pasado por varios nombres, como: la Nueva Granada, la Gran Colombia o que tal, Estados Unidos de América.

Estos nombres han marcado el camino de la historia de una nación relativamente joven en el mundo, y que ha recorrido ese camino adelgazando y enchanchando su territorio, así como cambiando su ropaje de acuerdo a las realidades de su presente.

 

Pero esa historia, no siempre es contada con el suficiente detalle que permitiría mirar las contribuciones de muchas comunidades, que al igual a los protagonistas que conocemos, ofrendaron sus vidas para que hoy tuviéramos la oportunidad; – algunos dirán- desaprovechada, de construir una nación donde quepamos todos.

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Es la invisibilización de estas comunidades en la construcción de la República, la que ha influido, sin lugar a dudas, en la realidad que hoy en el presente viven esas mismas comunidades. Un ejemplo de lo que digo, es la casi nula visibilidad que le dan a la contribución de los pueblos étnicos a los procesos de independencia de esta patria.

Comencemos diciendo una premisa de la cual estoy convencido: el germen de la libertad en estas tierras provino de los esclavos negros traídos desde el África; esa semilla venia sembrada en sus corazones y en sus mentes desde que eran trasportados desde uno de los principales puertos de Cádiz en España, hasta llegar a las Américas.

Desde que el hombre negro era traído como esclavo a este continente, durante toda su travesía por el Atlántico, venia cavilando la idea de escaparse, de romper sus cadenas, de proporcionarse su derecho hacer libre. así la búsqueda de este ideal significara la pérdida misma de su vida.

Historias de los negros huyendo de sus captores, son las que llenan los estantes de las librerías que guardan los libros que relatan los sucesos de esa parte de la historia de Colombia. ellos se refugiaban en lugares extremos, donde sabían que los hombres blancos jamás llegarían, y estoy seguro por el propio análisis que hecho de los relatos de esa etapa de nuestro país, que son los negros lo que dieron el ejemplo de la necesidad de la libertad, que hoy profesamos como inherente al ser humano.

Pero el relato no termina allí, también es necesario reconocer que los primeros soldados Patriotas fueron étnicos, más exactamente negros; fueron ellos los que acogieron a Bolívar en sus territorios cuando este falló en su primer intento de liberar Venezuela, pero también fueron los negros haitianos bajo la dirección de Pétion quienes proporcionaron la ayuda material a Bolívar, para que en su regreso a estas tierras, conformara un ejército para liberarla de la tiranía española.

Fue un negro el que siempre estuvo al frente del pelotón, librando batallas feroces: tanto en Venezuela, en confrontaciones como la de Carabobo. Respecto a Colombia, más exactamente con las batallas de Boyacá y del Pantano de Vargas este valiente negro, fue apodado con el nombre del Negro Primero.

La historia que nos relatan también se olvida de Juan José Rondón. Quien es el destinatario de la Frase dirigida por Bolívar ¨coronel Salve usted la Patria¨ orden que le dio Bolívar cuando ya el ejército patriota estaba de retirada, pero el coronel en referencia, tomó un contingente de soldados negros, como él, y los dirigió a la batalla y con ella al triunfo que un mes después refrendaría en la gesta que nos dio la libertad por segunda vez.

Pero hay más, Miguel Bush, quien frenó en el Chocó los embates de un tal coronel Bayer, quien había sido enviado por el general Morillo con una flota de 6 buques con los cuales buscaban reconquistar esta zona del país, pero la batalla fue feroz y gracias a la valentía de los negros en el Alto Murry, las intenciones de este coronel, enviado por la Corona, no se concretó.

Son muchos los capítulos de la historia de la independencia de nuestro país que no son contadas con total claridad, lastimosamente se quedan muchos más por mencionar como por ejemplo Benkos Biohó, quien lideró el escape de los negros y luego la defensa del territorio por parte de estos, y que más tarde se convertiría en el primer pueblo negro de las Américas.

Jefferson Mena Sánchez

Bogotá no puede seguir siendo una ciudad sin control urbanístico

Desde mi labor control político en el Concejo de Bogotá he tenido la oportunidad de alertar por la crisis en el sistema de control urbanístico en la ciudad. Esto lo he realizado a través de seis hallazgos, en los que evidencio las fallas en el proceso, lo que impide respuesta eficientes y oportunas frente a construcciones que no cumplen con los requisitos legalmente establecidos.

En Bogotá, construir legalmente exige más de 120 requisitos, que se pueden demorar hasta 5 años, mientras que existen infracciones urbanísticas en algunos casos, de edificaciones de hasta cinco pisos sin licencia, sin supervisión y lo peor sin consecuencias.

 

El modelo actual favorece la informalidad, castiga al constructor legal y empuja a miles de familias a habitar viviendas que no les garantizan condiciones mínimas de seguridad física, al no cumplir requisitos técnicos. Además, estas familias están expuestas a una inseguridad en la tenencia, que les impide consolidar su patrimonio”.

Los seis hallazgos son los siguientes:

  1. Las alcaldías locales aplican un procedimiento derogado: El procedimiento interno se basa en la aplicación del Decreto 01 de 1984, que fue derogado por el CPACA.
  2. Un sistema colapsado:  los procesos tardan en promedio 830 días en resolverse. Pero es aún más grave: en localidades como Barrios Unidos tiene en promedio 1109 días, Ciudad Bolívar asciende a 1.024 días, en Chapinero a 1.020 días, y en Usaquén a 935 días.
  3. Déficit de inspectores de policía y funcionarios: Solo hay 81 inspectores de Policía para más de 8 millones de habitantes, y un 20% de ellos trabaja desde casa, a pesar de tener funciones territoriales. Esto significa que tenemos un inspector por cada 98.766 ciudadanos.
  4. Descoordinación institucional: Las entidades usan plataformas diferentes y no integradas, lo que impide una gestión articulada de los casos de urbanismo ilegal.
  5. Muchos expedientes sin respuesta efectiva: En los últimos cinco años, la Secretaría de Gobierno ha recibido 55.417 querellas por infracciones urbanísticas. De estas, 39.164 siguen abiertas y solo 16.253 han sido cerradas.

 El análisis de los casos cerrados revela una gestión ineficaz:

  • En el 61% no se impuso ninguna medida.
  • En el 37% no se tomó una decisión.
  • En total, el 98% de los casos cerrados no resultaron en ninguna acción efectiva.
  • Congestión en localidades vulnerables: En zonas como Ciudad Bolívar o Bosa hay miles de expedientes y muy pocos funcionarios asignados, con cargas de hasta 13.000 hogares por inspector.

 El Top 6 de la Congestión en las Localidades:

● Ciudad Bolívar: Con 3 inspectores asignados y 6.125 expedientes abiertos. De estos 5.337 en reparto.

● Suba: Con 7 inspectores y 4.993 expedientes abiertos (De estos 3390 en reparto)

● Bosa: Con 4 Inspectores y 3.642 expedientes abiertos (1222 para reanudar audiencia y 947 en reparto)

● Usme: Con 4 inspectores y 3.269 expedientes abiertos (1997 en reparto)

● Kennedy: Con 7 inspectores y 2.546 expedientes abiertos (1308 en reparto)

● Usaquén: Con 5 inspectores y 2.414 expedientes abiertos (982 en reparto)

Hago un llamado al Distrito a tomar medidas urgentes para hacer un ajuste estructural a un problema estructural.

El control urbanístico está colapsado. Bogotá necesita procesos eficientes y eficaces, tiempos razonables y funcionarios capaces para dar oportuna respuesta a los bogotanos que acuden para la protección de sus derechos”.

Sandra Forero

Colombia sin alas

En un país de cordilleras, selvas y costas lejanas, el transporte aéreo no es un lujo sino una necesidad estratégica. Pero Colombia, pese a su geografía y ambición internacional, no tiene aún una estrategia aeroportuaria del siglo XXI. Los aeropuertos crecen por inercia, no por visión; se amplían por congestión, no por planificación. Mientras otros países entienden sus aeropuertos como nodos logísticos para desarrollo regional, Colombia sigue atrapada en concesiones fragmentadas y decisiones reactivas.

El caso más evidente es El Dorado que, aunque tiene el mayor tráfico de carga en América Latina y es primero en pasajeros dentro de Colombia, ya opera por encima de su capacidad. En 2024, movilizó más de 45 millones de pasajeros, cuando su infraestructura fue diseñada para 35 millones. La saturación se siente en cada cola, en cada retraso, en cada sala improvisada. Y lo preocupante no es solo Bogotá: Rionegro, Cali, Cartagena, Barranquilla y Bucaramanga han tenido crecimientos de tráfico de entre el 20% y el 30% en los últimos cinco años, sin una modernización proporcional. En muchos casos, ni siquiera hay planes maestros actualizados.

 

Colombia cuenta hoy con 16 aeropuertos internacionales habilitados, pero solo tres de ellos reciben tráfico regular de más de diez aerolíneas. El 80% del tráfico aéreo se concentra en seis terminales, mientras más de 70 aeropuertos operan con menos de cinco vuelos diarios. Esto refleja no solo un desequilibrio en la red, sino la falta de una visión de conectividad inteligente. Países como Chile, México y Perú han logrado concentrar inversión y planificación en aeropuertos ancla que actúan como polos de desarrollo. En contraste, Colombia dispersa recursos y esfuerzos sin priorización.

La logística aérea de carga tampoco despega. A pesar de tener una posición privilegiada en el hemisferio, Colombia apenas moviliza 750 mil toneladas de carga aérea al año, frente a los más de 3 millones de México o los 2,4 millones de Brasil. El Dorado concentra más del 90% de esa carga porque no hay verdaderas capacidades en las regiones,  la intermodalidad es inexistente. El potencial agroexportador del Eje Cafetero o los Llanos se queda en tierra por falta de conectividad aérea eficiente.

Terminales como los de Armenia, Quibdó o Yopal podrían convertirse en centros regionales con vuelos punto a punto si hubiera una estrategia de aeropuertos secundarios. Se prioriza lo rentable en el corto plazo sobre lo transformador en el largo, no hay estímulos efectivos para nuevas rutas. A esto se suma el rezago tecnológico, según IATA, estámos por debajo del promedio regional en digitalización de procesos. El chequeo biométrico, el autoservicio y la trazabilidad digital de equipaje apenas se están implementando.

Colombia necesita pensar sus aeropuertos como un sistema, no como una lista. Un país que quiere estar en la economía global no puede tener aeropuertos del siglo XX. Eso requiere inversión, pero sobre todo requiere planificación. El Plan Nacional de Desarrollo menciona el transporte aéreo 17 veces, pero no presenta una hoja de ruta clara. No basta con ampliar salas de espera: se necesita una estrategia de conectividad aérea que deje de pensar en vuelos para pensar en redes.

Simón Gaviria Muñoz

Los de arriba, los de abajo… y los distintos

Vivimos en una sociedad que enfrenta serias dificultades para asumir, de forma auténtica, los principios democráticos. Aunque nuestro sistema político se fundamenta en la igualdad, la dignidad humana y el respeto por la diferencia, los comportamientos cotidianos —y también los estructurales— reflejan otra realidad: segregación, discriminación y relaciones de dominio.

Surgen entonces preguntas urgentes: ¿por qué, siendo todos seres humanos, reproducimos prácticas tan arraigadas que nos llevan a clasificar, jerarquizar y excluir? ¿Por qué ejercemos micro-poderes cotidianos para imponer nuestras verdades, ridiculizar lo distinto o negar la existencia del otro? ¿Por qué optamos por dominar en vez de convivir?

 

Nuestra Constitución, en su artículo 13, es categórica: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley” y, por tanto, deben recibir el mismo trato y gozar de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin distinción alguna por razones de sexo, raza, origen, lengua, religión u opinión. Más aún, el Estado está llamado a garantizar no solo la igualdad formal, sino también la real y efectiva, adoptando medidas que favorezcan a quienes han sido históricamente marginados y sancionando cualquier forma de abuso.

Sin embargo, este mandato legal es uno de los más ignorados. Como si la igualdad no fuera ni legal ni legítima, cada día presenciamos cómo se desacredita al que piensa distinto, se ridiculiza al disidente y se ejerce violencia —física, verbal o simbólica— como si aplastar al otro fuera una vía válida de ascenso social.

En este punto vale citar a Herbert Marcuse, quien en su crítica a la sociedad industrial contemporánea plantea una idea inquietante: vivimos en una “sociedad unidimensional”, un sistema totalitario disfrazado de democracia liberal. Aunque parece haber pluralismo, en realidad opera un control casi absoluto sobre los individuos, ejercido a través de la tecnología, el consumo y la cultura de masas. Se impone una visión única del mundo que aplana la diversidad y reduce las expresiones culturales y étnicas a una plantilla homogénea.

Lo más alarmante, decía Marcuse, es que este modelo limita la capacidad de pensar críticamente. Al aceptar sin cuestionamientos lo establecido, se anula la posibilidad de transformación. ¿Cómo puede cambiar una sociedad cuyos individuos han perdido la capacidad de imaginar algo diferente?

La tecnología, que podría ser herramienta de emancipación, se convierte en instrumento de control; el consumo masivo satisface necesidades artificiales, impidiendo la realización auténtica. Lo evidenciamos en la producción constante de contenido para redes sociales, en la lógica de acumulación de seguidores y la necesidad de validación externa que estas plataformas refuerzan.

En este escenario, los seres humanos se alejan cada vez más de una conciencia crítica. Se vuelven pasivos, conformistas e intolerantes ante la diferencia. La diversidad no se valora: se teme. La alteridad se percibe como amenaza. Y todo esto consolida un orden social excluyente, donde la discriminación se normaliza y la segregación se presenta como necesaria.

Por eso es urgente recuperar la capacidad de pensar críticamente, cuestionar el statu quo y reconocer al otro como legítimo, igual y distinto.

Porque si no construimos una sociedad que abrace la diferencia y garantice la igualdad, seguiremos atrapados en una idea falsa de éxito que solo oprime, uniforma y silencia.

Marcela Clavijo

Semana de agonía nacional

Semana difícil esta que acaba de pasar, especialmente el jueves negro marcado por la filtración de los audios del excanciller Álvaro Leyva y su intentona de complot. El presidente francés Macron reprende al presidente Petro por su trasnochada retórica de División Norte-Sur de la guerra fría entre países ricos y pobres. Prosiguió el soplo de una Crisis anunciada con Trump quien retira visas a altos funcionarios del gobierno. Por si fuera poco, se acepta la renuncia de la intocable canciller Laura Sarabia. Igualmente, de desconcertante, es la noticia que el presidente Petro estuvo en Manta y lo relacionan con la negociación de la entrega de Fito (el Narco equivalente a Pablo Escobar ecuatoriano). Y rematamos la semana con el viernes como último día de alegatos en el juicio contra Álvaro Uribe Vélez.

La narrativa del presidente siempre se ha concentrado en un paranoico golpe de estado, y ahora con Leyva resuena con más ínfulas. Su incapacidad para darle orden a las políticas que proclama lo llevan a mayores desesperaciones, aunque cómo hacer entender al presidente que históricamente desde su fundación, Colombia es presidencialista, lo que nos blinda en los contrapesos institucionales legislativo y judicial: ya conocemos la disputa legalista de Bolívar y Santander para no caer en una dictadura. Somos diametralmente diferentes de aquellos regímenes parlamentarios donde su arquitectura constitucional permite que se pueda caer el gobierno en cualquier momento, pero el mismo congreso lo restituye rápidamente. 

 

Ahora bien, tumbar un presidente en la actual Colombia no es tan fácil como se especula, este país es muy institucionalista, o mejor dicho, históricamente ha estado bajo el influjo del “establecimiento” que son unos pocos actores que conforman un sistema difícil de romper. Ya hemos visto en la región que se puede caer un presidente en América Latina mediante golpes de opinión de la presión en las calles (Ecuador, Perú y Brasil). Por lo cual, la salida institucional debe ser a través del congreso mediante una investigación en la comisión de acusaciones de la cámara y si no cuenta con las mayorías a su favor, se va del cargo inminentemente. Proceso que no le conviene a nadie, porque el Congreso no tiene la facultad constitucional de poner un presidente (como se ha especulado) y debe asumir el vicepresidente debido a los contrapesos establecidos en la constitución para un régimen presidencialista.

El otro factor que puede ejecutar un golpe de estado son las Fuerzas Armadas, pero estas han demostrado ser institucionales y obedientes, si bien no son afines ideológicamente al presidente, sí respetan el establecimiento. Pareciera que los militares no tienen interés en derrocarlo cuando le han aceptado todas las órdenes y continúan en subordinación. Entre tanto los grupos delincuenciales y los narcotraficantes tampoco tendrían interés de derrocarlo porque son los que más han recibido favores como suspensión de extradiciones, voceros de paz, cese al fuego unilateral, negociaciones… es decir que a nadie le sirve que el presidente se caiga. Otra cosa es que el mismo mandatario se ha encargado de perder favorabilidad en la opinión pública con salidas en falso como el “decretazo”, el cual rompió las formas institucionales y pasó por encima de la constitución y la Ley, lo cual es sumamente reprobado por los colombianos.

Se cae un gobierno cuando es impopular y desfavorable entre los ciudadanos, cuando pierde las mayorías del congreso o cuando los escándalos de corrupción son imposibles de sobrellevar. Cuando se está frente a una crisis de confianza (como los escándalos de corrupción de la familia presidencial donde el hijo declaró que recibió recursos de campaña provenientes de clanes mafiosos, o el polígrafo ilegal de Sarabia buscando dineros non-santos enrarecido con un supuesto suicidio de un coronel), las cosas turbias del exdirector de la Dian alias “orejas” y Papá Pitufo,  sumado a los inestables cambios ministeriales (62 ministros destituidos en 3 años) que no le dan tranquilidad al pueblo, sin profundizar las salidas heréticas del ministro de justicia Eduardo Montealegre  llamando una Constituyente Popular sin tener en cuenta el congreso ni la Corte Constitucional, la incomprensible Paz Total con narcoterroristas sin rumbo, y la cereza del postre, es la deriva en seguridad nacional que llevó a un intento de magnicidio de un candidato de oposición uribista consentido por el establecimiento. 

Estos factores llevarían a cualquier sociedad latinoamericana a movilizarse en contra de un presidente en ejercicio para revocarlo. Afortunadamente este no es nuestro caso y seguimos siendo institucionales sin importar las narrativas conspirativas de lado y lado de la política, como aquella que se repite incesablemente frente a un golpe de estado, un incesante “no me dejan gobernar”, y ahora hace carrera que no hay garantías para las próximas elecciones. Todo esto mina la confianza y la credibilidad publica y, por el contrario, los ciudadanos responden arropando la institucionalidad para fortalecerla.

Nos deberíamos preguntar si ¿el presidente piensa pasar a la historia como un reformista o como una víctima? Lo primero (reformista) debe hacerlo en al marco institucional de una asamblea nacional constituyente. Lo segundo (víctima) lo haría en la narrativa de un golpe de estado o una pérdida de elecciones por inexistencia de garantía (por ello se teje la tesis del contrato de Thomas Greg & Sons, de pasaportes y día electoral), pero sería bueno recordarle al gobierno que las elecciones pasadas las ganó con las mismas reglas de juego que hoy ataca, aunque en la campaña política todas estas argucias son de uso normal de lado y lado.  

La siguiente pregunta sería, ¿Qué le sucederá a Colombia sí el expresidente Uribe es condenado? Podría convertirse en un mártir para el uribismo, que acusaría a Petro de persecución político-judicial. Lanzarían una campaña contra la justicia, impulsando una reforma que facilitaría un soslayado pacto entre petrismo y uribismo para garantizar impunidad mutua. El relato uribista cambiaría su enfoque: de Santos a Petro como su nuevo enemigo. Esto radicalizaría el escenario electoral de 2026, eliminando el centro y dejando solo dos extremos liderados por caudillos que impondrían sus candidatos a dedo. En conclusión, la polarización se agudizaría, reduciendo la contienda a una batalla de odio entre dos bandos, con un alto costo para el país, pero de propuestas: nada de nada.

Luis Fernando Ulloa

El vínculo que salva al mundo

Podría decirles que es una barbaridad que en Reino Unido hayan legalizado el aborto hasta rozar el infanticidio o que en Francia lo hayan elevado a derecho es de una calamidad supina, pero este es el tema eterno: la vida no tiene el mismo valor para unos que para otros y así desde la vieja Esparta, donde eran deshechados por feos, imperfectos o pequeños, hasta nuestros días la historia del hombre- y de la mujer- está manchada con la muerte de cientos de inocentes que encontraron su fin nada más nacer o al poco tiempo de ser concebidos.

La discusión sobre el aborto no es nueva. La modernidad y la contemporaneidad lo único que ha hecho es convertirla y disfrazarla de empoderamiento, de libertad, de compasión. Y acompañarlo de derechos humanos, feminismo, igualitarismo y progresismo. Palabras rimbombantes pero vacías de su fuerza original. Es más, cuando alguien se acerca al aborto, lo mira con compasión y analiza, se encuentra en la mayoría de las veces con mujeres rotas, débiles y dañadas que acaban siendo esclavas de lo que hicieron y caen en grandes tristezas porque son incapaces de escapar de la única verdad que encierra el aborto: ahí había una vida, latía un corazón distinto al propio.

 

Los que lo defienden ignoran la biología del ser humano, que no solos somos parte de la evolución, sino que somos seres que evolucionamos; del embrión al feto, del feto al bebé, del bebé al niño, del niño al adolescente… hasta llegar al culmen de la madurez del individuo en la vejez, y en cada una de estas etapas, edades, mantenemos la misma información genética, y nos vamos completando a medida que crecemos, adquirimos autonomía y sobre todo, somos amados y valorados por los que nos rodean y ahí, en ese amor, está la diferencia.

Los hijos amados nacen. Tal vez alguno se malogre y se produzca un aborto espontáneo. Y ahí la madre se rompe, pero se recupera física y emocionalmente, porque encuentra el apoyo que necesita.

Los hijos inesperados, no todos.

Hay quien frivoliza con la técnica y acude al aborto sin la más mínima conciencia de la vida o de la responsabilidad, y así lo usa como método de salud sexual reproductiva, el progresismo ha querido que se vea así y en España entre 700 y800 abortos al año corresponden a mujeres que ya habían abortado al menos seis veces. (Datos de 2018)

Otras, acuden a el por miedo al futuro, a lo inesperado, al qué dirán. Muchas de ellas cuando acceden a conocer la vida que late dentro de sus vientres se lo piensan y ahí se llenan de arrojo, de empaque y de fuerza y cambian de opinión y esperan sus nueve meses y les cambia la vida y ninguna se arrepiente. En torno al 40 por ciento de mujeres que van abortar se arrepintieron al escuchar el latido en Estados Unidos, en los estados de Texas y Carolina del sur, gracias a las “leyes del latido”.

Otras, viven rotas y simplemente evitan conocer lo que crece en sus entrañas.

 Hoy nadie puede decir que su cuerpo es suyo y lo que crece en él no es otra vida, la evidencia científica es clara. Su cuerpo es medio para dar vida y a estas mujeres no se las puede engañar diciendo que el aborto es empoderamiento, o salud sexual, el aborto, se pongan como se pongan, siempre es interrumpir una vida, es decir, matar.

A estas mujeres hay que empoderarlas con la verdad. Su cuerpo es medio para dar vida, una vida que tiene una dignidad propia y que viene a dar sentido a su mundo.

Es el vínculo entre esa madre y ese hijo lo que da esperanza a la humanidad. Cada sí pronunciado al filo del aborto es un sí a la humanidad, un sí lleno de generosidad pues ahí se condensa la salvación de ese hijo y de esa madre, un sí que trae esperanza al mundo y futuro.

Dicen que la unidad mínima de humanidad podría ser un hombre solo, como Robinson Crusoe. Yo creo que la unidad mínima de humanidad es una mujer embarazada que dice sí a ese hijo que espera, pues en su vínculo, su cuerpo, su generosidad, se guarda todo lo que el hombre necesita para seguir creciendo.

Ella tiene el verdadero poder de traer vida, esperanza y futuro y eso es el mayor de los valores, ese es el verdadero poder de lo femenino.

Hacer creer a la mujer que los hijos son una carga y una esclavitud, que abortar es ganar libertad, es no haber entendido el valor de lo femenino, ni el feminismo y predicar un falso feminismo de cuarta ola. Lo que la mujer necesita para seguir adelante con la vida de su hijo es conocerlo y tener apoyo: emocional, social y económico, para afrontar el cambio con la mayor de las ilusiones, aunque estas sean inesperadas.

Almudena González

En honor a Miguel Uribe Turbay

A Miguel lo conocí, hace unos 18 años, en una fiesta de graduación universitaria de un amigo araucano y musico de los buenos, Pedro Manosalva, con quien había compartido escenarios de la etapa como líder estudiantil, Pedro del Rosario, yo de la Libre y fue un evento propio de nuestra época, mucho tropipop, joropo y vallenato.

Aquel joven nieto de expresidente me sorprendió sobre manera, era muy cachaco, pero sabia letra menuda de vallenato, mayor fue mi sorpresa al verlo tocar Alicia Adorada en un acordeón, hasta ese día yo pensaba que los cachacos no tocaban acordeón, mucho menos los hijos de las familias presidenciales de Bogotá.

 

No coincidiamosen las corrientes liberales en las que nos sentíamos representar, él, más Draconiano y yo mucho más Gólgota, pero me impactaba su visión de la realidad social y política del liberalismo y de la política en general, tenía claro en aquellas épocas lo que iba a hacer, lo que se venía y vivimos luego en Bogotá y ahora en la nación, me asombraron sus predicciones, siempre me parecieron exageradas, hoy al pensar que está en una cama luchando por su vida con una bala incrustada en su cráneo, me parece que se quedaron cortas.

Recuerdo esas tertulias y parrandas, siempre terminábamos discutiendo entre Gaitán y Gabriel Turbay, entre López Pumarejo y su abuelo Turbay, coincidíamos eso sí en burlarnos que los de izquierda, ahora eran Gaitanistas, pero en época de Gaitán, decían que era fascista y votaban por Gabriel Turbay, que ahora, también eran dizque Bolivarianos, a pesar de que Marx se despachó en agravios contra el pobre Libertador.

Tiempo después lo volví a encontrar, tomamos el típico café donde compartimos aspiraciones, él iría al concejo de la capital y yo al Edilato de La Candelaria, en su rebeldía no quería recibir apoyos de políticos tradicionales en uno de los partidos más tradicionales de Colombia, yo tampoco acepté tal tipo de coaliciones, ambos aspiramos por el partido Liberal, ambos, de manera independiente, terminamos ocupando una curul en ese periodo de 2011-2015, apoyamos a la alcaldía a David luna, pero el Gobierno fue el de Petro y quien dijo miedo, conocimos lo que era hacer oposición, lo que era organizar debates.

Ahí conocí al Miguel Uribe Turbay, el disciplinado, el que preparaba los debates, el que raudo y por mérito fue elegido presidente del Concejo, quizás es uno o el más joven en serlo, conocí al político que todo el mundo esperaría que fuera el típico niño rico arrogante, pero no, se equivocaron, fue un hombre sencillo, de posturas vehementes, firmes, pero a la vez consciente de su papel y responsabilidad.

Recuerdo su buen trato con gente opuesta a él y lo que representaba, pero su altivez sustentada a la hora del debate me alegraba, recuerdo sus buenas calificaciones en Bogotá Como Vamosde la época, por su puntualidad, proposiciones y control político a Petro, duro y sin rodeos.

Su paso por la Secretaría de Gobierno, en el periodo Peñalosa fue de gran alegría, no solo para él, sino para muchos liberales que habíamos visto en él junto a otra camada de lideres, que nuestros esfuerzos serían posibles, renovar el liberalismo aun cuando tuviéramos posturas distantes desde el punto de vista ideológico.

Su apoyo a mi gestión en La Candelaria fue decisivo en la consecución de la sufrida Casa del Zipa o “Casa del Indio”, como jocosamente la llamaba, se la jugó por el tema de la protección del patrimonio, de la FUGA y sus programas de apoyo a la cultura, los parqueaderos y la recolección de basuras en el centro de la ciudad, por buscarle claridad a la facultad de control político que deben hacer ediles y edilesas de la ciudad.

Hicimos foros en la Universidad Libre a la que concurríamos precisamente para buscar y apoyar la modificación al DL1421 de 1993, que promovía otra joven y lujosa figura de la camada, el Dr. José Daniel López, quien finalmente logró dicha modificación en el congreso.

En la libre tomaba un tiempo para compartir con nosotros y con el doctor Julio Roberto Galindo Hoyos, Q.E.P.D., a quien lo bautizaba por esos días con gran carcajada como el “único turbayista que quedaba”, pero terminó convirtiendo a más de uno en “Turbayistas Nueva Generación” como yo con recelos, pero sonrisas afectuosas los llamaba.

De aquellas jornadas nos quedó una de las pocas fotos que tengo con Julio Roberto y una de las muchas que tengo con ese joven líder con quien en un acto de madurez y amistad política resolvimos dejar que los ríos fluyeran, él en su campaña a la alcaldía recibía el respaldo del Centro Democrático, yo como vicepresidente del Directorio Liberal me negaba a que apareciera el logo del trapo rojo al lado del logo azulito del partido del Ex presidente Uribe y mucho menos el votarle, él solo se reía con aquella risa del amigo cómplice de la picardía, en dicha campaña acompañé a Galán por coherencia ideológica.

De esa etapa, jamás olvidaré su cierre de gestión de la secretaria de Gobierno, hubo un gran concierto en la plaza de Bolívar, cantaba ChoquibTown, a Peñalosa lo chiflaron, pero a él lo aplaudieron, estaba feliz porque la ciudad reconocía su trabajo y así se lo ratificaron en las urnas, me dijo; “si ve, vamos bien”, lo abracé y nos tomaron una foto, la cual hoy puse en altar por lo significativa, porque así quiero que él se vuelva a ver, feliz.

Terminada la campaña, volvieron las charlas, uno que otro café, Miguel ya se fue en definitiva al Centro Democrático y al congreso. Los ríos fluyeron, por ello en honor a este líder, estas letras, en honor a decirle a quien pueda leer estas líneas, que el Miguel Uribe Turbay que conozco, es un hombre que entiende que puede haber diferencias ideológicas sin atacar al ser, sin irrespetar.

Todo lo contrario, ese Miguel, elevaba más su calidad humana, ese que yo conozco, sí, era opositor a la izquierda, sí, tenía una visión de la libertad y del orden diferente al gobierno actual, pero cuando tuvo poder no persiguió, ni estigmatizó, de eso muchos damos fe.

Ese político es un ser humano, con alegrías y penas, como cualquier hombre quería y tenía el derecho a representar algo y no por ello debían hacerle el daño que le hicieron, además como los cobardes que son, por la espalda, no se vale hacerle eso a un ser humano, a ninguno, menos aún por el hecho de pensar diferente, porque ese Miguel Uribe Turbay que conocí, era y estoy seguro, seguirá siendo un demócrata, no de palabras, sino de hechos.

Juan Camilo Castellanos

Unitarios, paz y gobernabilidad

A pesar de los esfuerzos del presente gobierno, Colombia sigue siendo un país marcado por profundas desigualdades y violencias, crisis de legitimidad institucional y una amenaza latente de restauración conservadora. De allí la importancia del surgimiento del proyecto político Unitarios, como un proceso estratégico de unidad para la continuidad del cambio, la consolidación democrática y la paz duradera. Un escenario político y ético que recoge la experiencia acumulada en las luchas sociales, los acuerdos de paz y los avances del actual gobierno, y propone una ruta común para 2026.

Unitarios nace del convencimiento de que solo la unidad plural, generosa y programática puede garantizar la continuidad del proyecto de transformación iniciado en 2022. Unitarios se convierte en el único proyecto político donde confluyen todos los partidos nacidos directamente los acuerdos políticos de paz, lo cual reafirma su compromiso irrestricto con la reconciliación y la inclusión política. En esa dirección, busca consolidar un Frente Amplio que no solo dispute el poder en las urnas, sino que lo rodee, lo acompañe y lo oriente desde la participación activa de múltiples sectores.

 

Un frente que sea escenario permanente de deliberación, construcción de acuerdos, orientación de la gobernabilidad y fortalecimiento del Estado, con una clara vocación hacia el logro de un gran Acuerdo Nacional que promueva la convivencia, el respeto y el compromiso con la superación definitiva de la corrupción, la pobreza, las economías ilegales y las múltiples formas de violencia que aquejan a la sociedad colombiana. Este frente, que debe recoger las propuestas del Pacto Histórico, sectores liberales, socialdemócratas, progresistas y nuevos liderazgos territoriales, tendrá como base y riqueza la deliberación democrática, la construcción colectiva de programas y el reconocimiento de las diferencias.

Consciente de la necesidad de fortalecer la representación democrática, Unitarios ha decidido impulsar una lista al Senado abierta, amplia y plural, y promover listas a la Cámara de Representantes construidas desde la unidad de todos los sectores. Estas listas reflejarán la diversidad territorial, étnica, social y de género del país, y serán expresión de un nuevo pacto entre las instituciones y la ciudadanía.

En lo presidencial, esta iniciativa política y social ha optado por una ruta de maduración colectiva. Lejos de imponer nombres o fórmulas, propone un escenario donde las distintas precandidaturas puedan desarrollar y contrastar sus propuestas en un marco de respeto, diálogo y compromiso con el programa común, con el objetivo deconverger en 2026 en una sola candidatura presidencial del Frente Amplio, legitimada desde abajo y capaz de derrotar la dispersión y la amenaza regresiva.

Uno de los ejes fundamentales de esta convergencia es la transformación del modelo neoliberal fracasado, que durante décadas priorizó el mercado por encima del bienestar social, debilitó lo público y profundizó las brechas sociales y territoriales. Unitarios propone avanzar hacia un modelo de desarrollo con mayor responsabilidad del Estado, que garantice de manera efectiva los Derechos Fundamentales y promueva un desarrollo integral, equitativo y sostenible, donde la vida digna sea el centro de la política y la economía.

Además, el proyecto político asume el compromiso de seleccionar a mujeres y hombres probos, con trayectoria ética y vocación pública, para contribuir al fortalecimiento coordinado de la autonomía, la gobernabilidad y la gobernanza, especialmente en las regiones históricamente marginadas, donde, en desarrollo del nuevo Sistema General de Participación y la futura Ley de Competencias, urge la emergencia y consolidación efectiva del Estado Social de Derecho.

En definitiva, Unitarios es mucho más que un acuerdo político, proyectándose como la posibilidad real de aportar a la construcción de un país donde la paz no sea un eslogan, sino una política integral; donde la justicia social sea motor del desarrollo; y donde la democracia se convierta en práctica cotidiana. La historia nos ha enseñado que solo los pueblos organizados y unidos logran cambiar el rumbo. En 2026, Unitarios y su propuesta de Frente Amplio pueden marcar la continuidad de un nuevo capítulo en la construcción de una Colombia más digna, igualitaria y en paz.

Luis Emil Sanabria D

La desconexión moral

No existe tal cosa como la “paz urbana” porque simplemente no existe una guerra urbana, al menos no en Colombia. El uso de la guerra como metáfora para calificar cualquier conflictividad conduce a una sobrevaloración de dicha conflictividad. Por definición, la guerra es política y si la persecución del crimen organizado es una guerra, entonces todo crimen es político, con lo cual el crimen deja de ser un delito. Si como lo planteaba Clausewitz, “El cometido de la política es alcanzar objetivos, y la guerra es el medio, y los medios jamás pueden estudiarse aisladamente de su propósito”, luego la guerra es la violencia razonada.  

En este contexto, ¿si las economías ilegales han crecido tanto que han pasado de tener influencia en el poder a querer ser el estado mismo, entonces los actores de del crimen organizado deben ser reconocidos como actores políticos?  El gobierno de Colombia piensa que sí.

 

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A esa concepción la llaman “paz total”, pero se trata de una observación muy superficial sobre la naturaleza intrínsecamente moral de la democracia. Intentar convertir lo ilícito en lícito es suponer que lo lícito es absoluto, una entidad abstracta inamovible que puede absolver lo ilícito y anularlo, convirtiéndolo en lícito. La ingenuidad, la ignorancia, o la mala fe, o todas estas características a la vez, han servido para ocultar que en realidad sucede lo contrario, que es lo ilícito lo que transforma a lo lícito, destruye su legitimidad y pone a toda la sociedad fuera de la ley. Es la desconexión moral.

La sociedad no ha aceptado nunca la impunidad de las FARC porque supone la culpabilidad de la sociedad, responsabiliza a los ciudadanos de la guerra y en el centro de ese relato se pone en duda la justicia como objetivo del contrato social. Plantea que es necesario aceptar la injusticia para evitar la guerra, pero el resultado es la injusticia más la guerra y del deterioro de la legitimidad del sistema que desprende de esa suma surgió la deriva autoritaria que destruyó el frágil consenso que teníamos  en torno al sistema liberal como forma óptima de gobierno.

Las negociaciones que llaman “paz total” están basadas en la misma premisa que se usó para los acuerdos con FARC, un lugar común que los expertos militares llaman la “falacia del vampiro”, es decir, que el enemigo es imposible de derrotar y que por lo tanto solo queda buscar con él algún acuerdo. El estado les dice a sus asociados que la guerra está perdida.

Esta invención es exótica y no existe en ninguna otra cultura política y tiene consecuencias catastróficas, como hacer posible que una minoría radical pretenda construir un nuevo modelo estado basado en utilizar las economías criminales para expulsar a los ciudadanos de la sociedad e imponer un colectivismo reaccionario y antimoderno basado en la fuerza de las pandillas y las bandas armadas, porque eso es “la paz”.

Una estrategia política que tenga como objetivo eliminar ese relato del imaginario colectivo debe en primer lugar hacer claridades. ¿Qué es la guerra? En su extraordinaria novela, Meridiano de Sangre, Cormac McCarthy la define “La guerra es la forma más auténtica de la adivinación. Es la prueba de la voluntad propia y la voluntad del otro dentro de esa voluntad mayor que, al unirlos, se ve obligada a elegir. La guerra es el juego definitivo porque, en última instancia, es una fuerza que fuerza la unidad de la existencia. La guerra es dios”. ¿Acaso estamos en “el juego definitivo”? Hay que dejar atrás el efecto dramático de la guerra y la paz, perseguir criminales es una obligación elemental del estado, no hacerlo prolonga el sufrimiento y socaba el fundamento moral de las sociedades democráticas, además la victoria es la paz real, la paz sin victoria no existe.

Jaime Arango