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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

James, Falcao, y el Patrimonio

Tengo la satisfacción de haber sido el único voto en contra del impuesto al patrimonio en varias ocaciones. A primera vista, parece justo que lo paguen los “ricos” por sus activos “ociosos”, ayudando a financiar la “seguridad” y luego el funcionamiento del Estado. Sin embargo, este impuesto temporal, que ya lleva 22 años causa daños significativos que no se evidencian. Un ejemplo reciente, fue la frustrada llegada de James Rodríguez al Junior de Barranquilla. Es comprensible que un atleta busque la mejor oferta económica, pero es inadmisible que nuestra estructura tributaria impida su regreso a Colombia. Aunque este problema se visibiliza por el fútbol, el impacto de perder a los colombianos más talentosos al exterior trasciende ese ambito. Es hora de acabar el impuesto al patrimonio.

Falcao García al querer jugar en Colombia, se consideraria residente fiscal teniendo que pagar impuesto al patrimonio. Para evitarlo, Millonarios tuvo que firmar un contrato de solo 183 días, ajustándose al mínimo necesario para evitar la designacion. Se dice incluso que Falcao tuvo que limitar ciertas prácticas con el equipo para no superar los días requeridos. A pesar de que deseaba vivir en Colombia junto a su familia y que ya tenía contrato con Millonarios, los impuestos se convirtieron en su mayor obstáculo. Al menos con Falcao se logró una solución temporal aunque su renovacion estuvo lleno de problemas, pero en el caso de James, simplemente no llegó.

 

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El impuesto al patrimonio funcionó la primer vez porque tomó a los contribuyentes por sorpresa, pero ahora, al volverse permanente, genera efectos disuasivos. Es prácticamente imposible que nuestra gran diáspora vuelva para pasar su vejez, tendrían que pagar un impuesto exagerado sobre el ahorro de toda su vida. Aunque aman a Colombia y su regreso significaría un estímulo económico para el país, las cargas tributarias los convierten en exiliados económicos. Este problema no solo afecta el retorno de colombianos, sino también nuestra capacidad de atraer conocimiento y talento extranjero. Sobra decir que al saber que el impuesto es permanente el capital existente sale del pais para evitar el impuesto.

En el ámbito futbolístico, la situación es clara: el país pierde la oportunidad de ver a sus estrellas más emblemáticas jugando en casa, pero este problema no se limita al deporte. Médicos, ingenieros, emprendedores, etc también deciden no volver porque casi todos los que traerian talento al pais pagan impuesto al patrimonio. Aunque sin duda hay mas razones figuras como David Vélez Un Bank, Simón Borrero Rappi, o Felipe Chávez Kiwibot no manejan sus emprendimientos en Colombia. Este tributo debe reemplazarse por una sobretasa a la renta o por la eliminación de varias deducciones.

Con tanto talento saliendo del país, puede sonar fantasioso, pero en un futuro debemos volver a atraer conocimiento, incluyendo el extranjero. Aunque US$850 mil pueda parecer un gran capital, en Europa o EEUU, muchas personas de clase media lo tienen. Colombia, con toda su riqueza y atractivo, se vuelve poco competitiva para profesionales de alta especialización, como expertos en tecnologia como inteligencia artificial. Esto no solo afecta el ingreso de talento extranjero, sino que fomenta la fuga del nuestro.

Simón Gaviria

La Escombrera y el Catatumbo: Dos rostros de la tragedia en Colombia

En el amplio y desgarrador panorama del conflicto armado colombiano, la Comuna 13 de Medellín y el Catatumbo se erigen hoy como escenarios paradigmáticos de la violencia que ha marcado a generaciones. Ambos territorios, aunque distantes geográficamente y con dinámicas particulares, comparten el peso del olvido estatal, la impunidad y el sufrimiento de las víctimas y la población en general.

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La Escombrera, ubicada en la Comuna 13, se ha convertido en un símbolo de la crueldad del conflicto urbano en Colombia. Este lugar, uno de los botaderos de escombros más grandes de América Latina, oculta bajo toneladas de tierra y concreto los restos al parecer de cientos de desaparecidos durante las operaciones militares como «Orión» en 2002. Estas intervenciones, realizadas con el supuesto propósito de combatir a las milicias urbanas, derivaron en múltiples violaciones a los derechos humanos: ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y desplazamientos masivos.

La Comuna 13 es un retrato de cómo las dinámicas de la guerra permean los barrios más vulnerables. Las desapariciones forzadas no solo buscan eliminar físicamente a personas señaladas, sino también enviar un mensaje de control y terror. A pesar de las luchas incansables de las víctimas y las organizaciones sociales, las excavaciones en La Escombrera han sido limitadas y tardías, reflejando un Estado incapaz —o renuente— de atender las demandas de justicia.

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A cientos de kilómetros, en la región del Catatumbo, otra tragedia se desarrollaba con características diferentes pero igual de dolorosas. Durante los últimos días, esta región ha sido escenario de enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La disputa por el control territorial, en una zona estratégica para los cultivos de coca y las rutas del narcotráfico, ha dejado una estela de muerte, desplazamientos masivos, delitos de lesa humanidad, infracciones al DIH y violaciones sistemáticas a los derechos humanos.

En el Catatumbo, los civiles han sido las principales víctimas. Las masacres, los reclutamientos forzados, el secuestro masivo, el confinamiento, los homicidios selectivos y los ataques indiscriminados han convertido a las comunidades en rehenes de la violencia armada, sumada a la ausencia de un Estado que garantice servicios básicos y protección, perpetúa el ciclo de violencias.

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Tanto en La Escombrera como en el Catatumbo, la impunidad sigue siendo el hilo conductor. En Medellín, las familias de los desaparecidos han enfrentado trabas legales, falta de voluntad política y negligencia institucional.

En el Catatumbo, a pesar de los acuerdos de paz con las FARC, los diálogos con el ELN y las disidencias, los efectos de la guerra siguen vigentes. Las disputas entre grupos armados persisten, mientras que las medidas de reparación y justicia para las comunidades apenas comienzan a implementarse.

A pesar de las diferencias en sus contextos y en el tiempo, ambas historias revelan el rostro de una Colombia que aún no logra cerrar las heridas del conflicto. Mientras que La Escombrera representa la violencia urbana asociada a las dinámicas de control estatal y paramilitar, el Catatumbo refleja la lucha por el territorio y los recursos en zonas rurales. Sin embargo, en ambos casos, las víctimas han sido las comunidades, sometidas al miedo, la ausencia de justicia y la indiferencia de un sistema que debería protegerlas.

El país enfrenta un reto monumental. Transformar estos lugares de dolor en símbolos de memoria y reconciliación. Esto implica no solo avanzar en la búsqueda de los desaparecidos y el esclarecimiento de la verdad, sino también garantizar condiciones para que ninguna comunidad, urbana o rural, vuelva a ser víctima de la violencia. La Escombrera y el Catatumbo nos recuerdan que la paz no es solo la ausencia de conflicto armado, sino la presencia de justicia, dignidad y reparación. Solo cuando logremos saldar esta deuda histórica, podremos empezar a construir una Colombia verdaderamente en paz.

Luis Emil Sanabria D.

¿I took Panamá 2.0?

A los pocos días del pronunciamiento de Donald Trump anunciando que el Canal de Panamá debe ser devuelto (sic) a los Estados Unidos, falleció el expresidente Jimmy Carter, quien negociara y consiguiera la reversión de la administración -más no la propiedad, ni la soberanía- del Canal de Panamá y la zona adyacente mediante tratado firmado y ratificado en 1977. La franja interoceánica de 10 millas fue obtenida en 1903 por Estados Unidos para la construcción del canal y su posterior operación a perpetuidad, después de la declaración de la independencia de ese país de Colombia con el apoyo militar de Estados Unidos. Fue ese el complejo episodio que justificó la lapidaria frase del entonces presidente norteamericano, Theodore Roosevelt: “I took Panama.”

La justificación aducida por Donald Trump es completamente espúrea. El Canal jamás fue propiedad de Estados Unidos, que como se dijo, consiguió su administración mediante el uso de la fuerza del naciente país, carente de ejército e instituciones consolidadas. Tampoco es cierto que Panamá le cobre precios exorbitantes a Estados Unidos por cruzar el Canal. Las tarifas son las mismas para los buques de todas las nacionalidades y se fijan después de escuchadas las observaciones de las navieras y demás interesados en audiencias públicas sobre las cuales no se ha presentado glosa alguna desde que Panamá recuperó la operación del Canal en 1999. Cuesta más descargar un container en el puerto de Nueva York que el cobro por pasar el canal entre el Caribe y el Pacífico.

 

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Trump se refiere al Canal como de propiedad de Estados Unidos porque este país lo construyó a comienzos del siglo XX. Cuando regresó a manos panameñas ya estaba amortizado y se había tornado obsoleto y poco competitivo. Por su ancho de apenas 110 metros ya no cabían buques de gran calado, entre ellos los de guerra de Estados Unidos. Mucho del comercio ya estaba dando la vuelta por el Cabo de Hornos en América del Sur o Cabo Esperanza en Sudáfrica.

El Canal de hoy fue ampliado a 180 metros con una inversión US$5.500 millones de dólares financiada exclusivamente por el gobierno de Panamá y su Canal, lo cual de paso ha mejorado la seguridad de EE. UU., pues por las nuevas esclusas pueden transitar los barcos de guerra de ese país. La imputación falsa más grave de Trump es, sin duda, la de que el canal es operado por personal militar de la China. Como lo reafirma Juan B. Sosa, exembajador de Panamá a Estados Unidos en la década de los ochenta y miembro de la Junta Directiva de la Comisión bipartidista del Canal de Panamá en 1987-89, en carta dirigida a Fox News, “Puedo decir sin lugar a equivocarme que China no tiene control, ni siquiera influencia en las operaciones del Canal de Panamá”. La única relación con China es la de Hutchison Whampoa, una corporación de terminales de contenedores con sede en Hong Kong que se encuentra en la entrada del Pacífico y el Atlántico del Canal de Panamá, pero fuera de su área de operaciones. Hutchison Whampoa ganó la concesión para administrar los puertos de Cristóbal y Balboa en un proceso abierto en 1995, cuando Hong Kong era un protectorado del Reino Unido y es una de las cuatro compañías internacionales que operan terminales de contendedores para los puertos de Panamá. Las otras son SSA Marine de la empresa Carrix, de Seattle, Washington, el operador de terminales de contenedores más grande de Estados Unidos; la segunda terminal -PSA- administrada por una empresa asociada a los puertos de Singapur y una tercera -Evergreen- gestionada por una empresa taiwanesa.

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La única amenaza que se cierne sobre la continuada neutralidad del Canal de Panamá es la del presidente de Estados Unidos a partir del 20 de enero. Hacemos votos porque el derecho triunfe sobre la fuerza y no haya un “I took Panama” 2.0.

Clara López Obregón

No más drogas en el espacio público

En Bogotá, las preocupaciones por el consumo de sustancias psicoactivas en el espacio público no son nuevas, pero hay que admitirlo, siguen siendo ignoradas.

Por esta razón, debemos hacer un llamado urgente a nuestros gobernantes, y en este caso, a la administración Distrital, para que tome cartas en el asunto de una vez por todas.

 

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Esta semana propuse, a través de un Proyecto de Acuerdo que presenté en el Concejo de Bogotá, señalizar las zonas donde no está permitido el consumo de sustancias psicoactivas, teniendo en cuenta que está vigente el decreto 825 de 2019. Dicha norma establece en 200 metros el perímetro circundante del área en el que no se permite el consumo.

La iniciativa es un recordatorio urgente de que la capital del país está fallando en proteger a sus comunidades más vulnerables, en este caso los niños, niñas y adolescentes y las familias.

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En muchas zonas, los ciudadanos han tenido que tomar medidas desesperadas ante la inacción de las autoridades. Un ejemplo es el caso de Villa del Prado en la localidad de Suba. Allí, sus habitantes decidieron instalar alarmas comunitarias y megáfonos en un parque frente a sus viviendas.

La razón de lo anterior es que están hartos de que los jíbaros tengan ese espacio para el expendio y algunos jóvenes para sus fiestas desmedidas. En adelante, al notar presencia de consumidores, los vecinos activarán las alarmas con el fin de atraer la atención de las autoridades y hacer cumplir la medida de restricción.

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Esta idea fue adoptada porque el consumo de drogas en ese espacio se ha vuelto incontrolable. El parque, que antes era un lugar de esparcimiento para los niños, ahora es el escenario de consumo, incluso, a plena luz del día, afectando la convivencia y la tranquilidad.

Pero hay que admitirlo, ante el mar de confusión sobre la normatividad que está vigente, el decreto 825 de 2019, está siendo un “saludo a la bandera”. En teoría, este decreto debería garantizar espacios públicos seguros, especialmente cerca de colegios, parques y zonas deportivas y residenciales. Pero en la práctica, su aplicación es casi nula. Además, no hay señalización que indique estas restricciones ni procedimientos claros para hacerlas cumplir.

En contraste, ciudades principales como Medellín, Cali y Barranquilla han implementado medidas similares. Allí, las autoridades locales han delimitado claramente los perímetros de las zonas libres de consumo y, en algunos casos, han instalado señalización visible para que tanto ciudadanos como autoridades tengan claridad sobre las normas.

El problema no solo es la falta de regulación, sino las consecuencias directas sobre las comunidades. En el caso del barrio Villa del Prado, donde se instalaron las alarmas, los padres de familia temen que la exposición constante al consumo de drogas normalice esta conducta para los menores de edad. Los parques y entornos escolares deberían ser zonas seguras, pero en Bogotá, parecen haberse convertido en “zonas grises” donde la autoridad no llega y los infractores actúan con impunidad.

Señalizar las zonas restringidas no solo facilitaría el control por parte de las autoridades, sino que también enviaría un mensaje claro a los ciudadanos: el consumo de sustancias psicoactivas no es permitido en estos espacios. Propongo además que esta medida esté acompañada de un plan integral que incluya campañas de sensibilización.

Es fundamental que Bogotá no se quede atrás frente a otras ciudades del país que ya han avanzado en la implementación de estas políticas. No podemos permitir que el miedo y la resignación lleven a las comunidades a tomar medidas extremas. El espacio público debe ser un lugar de encuentro y convivencia, no un territorio de consumo y desprotección.

Andrés Barrios Bernal

La súper poderosa ANH

El Gobierno ha dado en la flor de desbarajustar al sector energético. Como se recordará la ex ministra de Minas y Energía Irene Vélez, violando la Ley que creó la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), delegando lo indelegable, mediante la Resolución 40234, fechada el 23 de febrero de 2023, le trasladó una serie de funciones y competencias que son ajenas a su misión estipulada en la Ley que la creó, cual es “la administración integral de las reservas de hidrocarburos de propiedad de la Nación”. Esta Resolución es contraria y va a contrapelo de lo dispuesto por el Decreto 1760 de 2003, que ordenó la escisión de la estatal ECOPETROL y creó la ANH y del Decreto ley 4137 de 2011, que cambió su naturaleza,

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El Ministro Andrés Camacho, quien la relevó en el cargo, continuó en el empeño de “desguazar” a la ANH, ahora que a ésta la dejaron sin oficio luego de la desafortunada decisión tomada de desembarazarse de los hidrocarburos, marchitándolos prematuramente, al descartar la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de los mismos, no obstante la precariedad de las reservas con las que cuenta el país tanto en petróleo como en gas natural. Ya hasta el nombre le cambiaron a la ANH, ahora es la Agencia Nacional de Energía de Colombia. 

En efecto, el año anterior el Ministerio de Minas y Energía expidió la resolución 40234 en la que, según el Presidente de la ANH Orlando Velandia, les “da funciones de conocimiento para algunos recursos no convencionales como son el hidrógeno blanco, la generación geotérmica, la generación eólica, y un tema que aunque no es específico de generación de energía, sí tiene que ver con la mitigación de los gases de efecto invernadero que es la captura y almacenamiento del CO2”. De esta manera, la ahora todopoderosa ANH asumirá todo lo concerniente a las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER). De hecho ya la ANH se estrenó saltando a la palestra liderando la Primera Ronda para la asignación de permisos de ocupación temporal sobre áreas marítimas para el desarrollo de proyectos degeneración de energía eólica offshore. 

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Esta primera Ronda ya cuenta con una lista preliminar de empresas habilitadas por parte de la ANH para la asignación de permisos de ocupación temporalsobre áreas marítimas del mar Caribe. Según el Ministro Camacho “este es el inicio de la expansión de la transición energética hacia nuestros mares, posicionando a Colombia como un punto de referencia para Latinoamérica y el Caribe en el aprovechamiento sostenible de los recursos, diversificando la matriz energética para el beneficio de los colombianos”. Huelga decir que la ANH tiene cero experiencia y experticia, porque no ha sido lo suyo, en FNCER. 

Cabe preguntarse cuál será el futuro de este nuevo emprendimiento, porque si el Gobierno no ha sido capaz de sacar avante los proyectos de los parques eólicos onshore, debido fundamentalmente a un entorno hostil, a una ANLA que arrastra los pies para expedir las licencias ambientales y a la inseguridad jurídica, será que se le deparará una mejor perspectiva a los parques eólicos offshore. A contrario sensu de lo que ocurre en la realidad, afirma el Ministro Camacho, sin sonrojarse, llevado por su negacionismo, que dizque “los proyectos eólicos de La Guajira siguen en marcha”, en momentos en los que estos siguen empantanados, con pronóstico reservado.

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Convertida por arte de birlibirloque la ANH en la Agencia Nacional de Energía, ahora el turno le llegó al Instituto de Soluciones Energéticas para Zonas no interconectadas (IPSE), que atiende las necesidades energéticas de los habitantes que no cuentan con este servicio; identificando, implementando y monitoreando soluciones energéticas sostenibles en las Zonas no Interconectadas- ZN. El propósito es absorber las funciones y competencias del IPSE, que desaparecerá al fusionarse con la ANH. Así se desprende del proyecto de Decreto del Ministerio de Minas publicado para comentarios y cuyo plazo para estos se venció el 15 de los corrientes, “por el cual se fusiona el IPSE en la ANH, se modifica su estructura y se dictan otras disposiciones”.

De esta manera se ha convertido a la ANH en una empresa super poderosa, asumiendo y concentrando múltiples funciones, abandonando las suyas propias. El camino escogido para adelantar este proceso en volandas no es muy ortodoxo y entraña riesgos administrativos impredecibles, amén de los cuestionamientos sobre la legalidad de lo actuado. 

Lo único que está quedando por fuera del radar de la otrora ANH es su función de velar por la administración de los recursos hidrocarburíferos del país que, por ministerio de la Ley, debe ejercer. Con ello se está transgrediendo la ley, violándola flagrantemente, saltándose a la torera las disposiciones legales y de paso se está incurriendo en un prevaricato, porque al funcionario público solo le es dable hacer lo que le manda la Ley, nada más pero tampoco nada menos. Es evidente que tanto la Resolución expedida por la ex ministra Irene Vélez como el proyecto de Decreto de marras transgreden la Ley, pues esta es una norma de rango superior, que sólo puede ser modificada por otra Ley. De modo que no le auguro un buen destino a estos dos actos administrativos que rayan en la arbitrariedad. El Consejo de Estado tiene la última palabra!

Y a todas esas cabe preguntarse, en dónde está el Piloto. Pues, el actual Presidente de la ANH, Orlando Velandia, como si no tuviera suficiente con la enorme responsabilidad que le implica estar al frente de esta super poderosa entidad, funge en este momento como experto comisionado de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), en calidad de encargado, contrariando lo dispuesto en la Ley 142 de 1994, la providencia de la Corte Constitucional, el fallo del Consejo de Estado y del Tribunal Contencioso administrativo de Cundinamarca, los cuales han sido enfáticos en que los expertos comisionados de la CREG, además de cumplir con unos requisitos técnicos rigurosos, que demandan la experiencia y experticia de los expertos comisionados, estos tienen período fijo y son de dedicación exclusiva, no pueden ser encargados y por tal motivo ya el Consejo de Estado ha anulado varios nombramientos, tanto del anterior como del actual gobierno!

Amylkar Acosta

Deshumanidad

Ayer prendí la radio y escuché: -¿Usted podría jurar o asegurar que esas personas encontradas en la escombrera no fueron enterradas ahí por sus familiares? -¿Cómo así? ¿Tú me estás diciendo que posiblemente un familiar fue y cogió los restos de su ser querido y los enterró…? -Le estoy diciendo que nadie sabe los 3 o 4 cuerpos que encontraron en la escombrera de dónde salieron, ni siquiera la JEP...

Entonces tuve que apagar para no seguir escuchando y poder empezar a procesar el tamaño de la insensatez que el periodista Néstor Morales, de Blu Radio, estaba diciendo. Aunque luego me di cuenta de que no era ninguna insensatez: Que un señor que ha tenido una relación tan estrecha con los políticos y empresarios de esa derecha recalcitrante y sospechosa de las masacres, se salga de casillas para tratar de ocultar la relevancia de encontrar 3 o 4 muertos en esta sociedad violenta, carnívora y descarnada, es super normal. De hecho, la cifra de la que habló despóticamente es una minucia comparada con los cientos de miles que escuchamos todos los días, producto de la desproporcionada guerra de nuestro país y del resto de latitudes, como las guerras que se viven en el oriente de Europa y en el Medio Oriente ahora.

 

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Pero me quedé pensando en que el, enjuto de mente, periodista, por defecto es un humano, y que como humano, cuando verbalizó la cifra, se refirió a otros humanos bajándolos de categoría, disminuyéndolos en su valor de escala social y tirándolos al ostracismo del olvido. Entonces me pregunté: ¿cómo se sintieron las madres de esos muchachos y muchachas cuyos cuerpos quedaron bajo las ruinas picadas de miles de historias vanas que pulularon en la Medellín violenta?

Y llegué a la idea de que, después de que las embargara un sentimiento de tristeza absoluta —que es una tristeza que viene después de no haber podido tramitar la tristeza anterior—, este desastre social se va convirtiendo en una emoción sin fuerza, sin potencia, en lo que Fernando Vallejo llamó «una desazón suprema», porque, aunque sus hijos ya no existen como humanos, el tratamiento que a «las cuchas», como les llaman, les están dando, es el más inhumano.

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La impunidad mediática corroe los cimientos de nuestra sociedad. Estos mercaderes del dolor, que trafican con la angustia ajena desde sus micrófonos, siembran la semilla de una indiferencia colectiva que nos consume. Los ciudadanos, testigos mudos de la revictimización, nos convertimos en cómplices involuntarios de este espectáculo macabro. La deshumanización se expande como una mancha de aceite, dejando a su paso retinas vacías y conciencias adormecidas, hasta que con merecimiento, vayamos despareciendo.

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Si acaso importa: Un antídoto contra esta epidemia de insensibilidad: la memoria activa y la empatía militante. Necesitamos medios independientes que narren las historias de las víctimas con dignidad y respeto. Necesitamos ciudadanos que exijan responsabilidad social a los comunicadores y que boicoteen a quienes mercantilizan el dolor ajeno. Y, sobre todo, necesitamos recordar que detrás de cada cifra hay una historia, una familia, un universo de amor truncado. Porque si permitimos que la deshumanización triunfe, no solo estaremos matando la memoria de los que ya no están, sino también la posibilidad de construir una sociedad donde el dolor ajeno nos duela como propio.

Diego Romero

El rito

El hombre postmoderno desechó el rito porque el rito implica orden. Las sociedades humanas no tienen tiempo para rituales porque los rituales no son rápidos, toman tiempo. El orden ha cedido frente a la eficiencia entendida como hacer lo que se espera para obtener el resultado deseado a la mayor brevedad, de ser posible con eficacia, ésto es, con los menores recursos posibles. Para ser eficientes y eficaces no puede haber pausa. La economía del presente ha de ser circular donde todo debe aprovecharse hasta el más mínimo átomo. Los seres humanos deben “autorreciclarse” si quieren mantenerse en pie. El rito no permite la reutilización del recurso, menos la instrumentalización del ser humano. El deseo por vivir más y mejor para mantener el ritmo de las circunstancias es una constante. No hay cabida para los lentos; la lentitud debería ser una virtud, mas no síntoma de anormalidad.

El hombre no tiene derecho a ser ritualista porque el ritual es sinónimo de anacronismo. La calma y la quietud acompasadas de lentitud no son deseables. Los ciclos vitales consisten en ganar una carrera de corto aliento en la que la obligación es derrotar al tiempo. La razón de la existencia pareciera ser producir para ser feliz. El rito pareciera reñir con la felicidad y con la productividad porque el rito no parte del desear sino del ser y la quietud en la que halla la calma. El rito desconoce la pompa y el boato porque el rito no es igual a la ceremonia. La ceremonia es vacuidad. Lo ceremonioso cae en la superficialidad frente al rito pletórico de profundo significado que desborda la naturaleza humana como lenguaje, a veces indescifrable, que conecta con El Eterno.

 

El tiempo no es para rituales, enseñan los gurúes motivacionales de hoy; en su lugar, predican que el tiempo debe ser empleado para lograr la consecución de fines tangibles susceptibles de reconocimientos mediante bienestar físico y emocional. Reconocimientos loables que jamás suplirán el sentido de estar acorde con el orden. El rito entraña repetición y habitualidad, lo que exige tiempo suficiente para acción lenta y consciente sobre la necesidad de acatar las reglas que conducen al orden. Hoy no hay tiempo para reglas, ni para el orden y menos para la lentitud en los actos. Todo debe ser ágil, rápido e inmediato; ya no hay tiempo de espera para la riqueza y menos por el trecho largo.

El deseo marca el sentido de esta época, obtener lo deseado lentamente parece ser el peor negocio. El filósofo surcoreano de nacionalidad alemana Byung-Chul Han (1959) en su obra La desaparición de los rituales (2020) refiere que el capitalismo se basa en la economía del deseo por lo que es incompatible con la sociedad ritual, ya que el rito no busca el placer, tan prioritario en la sociedad actual. El socialismo, el comunismo y el progresismo son aún más incompatibles con la sociedad ritual, transformada en sociedad de afanes, en la que el reloj es su cancerbero.

La sociedad busca la felicidad en el consumo y en el descanso porque sólo allí hay placer; pareciera que la vida placentera es la vida de molicie. El rito se opone a la molicie y a lo rápido, el rito no demanda consumo. El rito es parte del Ser y de su despertar, de allí su habitualidad y permanencia. El rito requiere tiempo, pausa y lentitud acompasadas, calma, reposo, claridad mental, constancia, permanencia y conciencia, atributos éstos que los hombres de estos tiempos perdieron y otros desconocen. Los adultos deben permitir que los niños recuperen los ritos mediante el juego para las generaciones por venir.

León Sandoval

Seguimos advertidos

La democracia volvió a ser pateada. Ni la comprobación del robo de las elecciones, ni gran parte del rechazo político internacional, ni las protestas de sus ciudadanos alrededor del mundo, ni sus denunciados rasgos de dictador, ni la sistemática violación de derechos humanos y civiles contra sus opositores sirvieron para frenar la auto juramentación presidencial, por otros seis años del opresor Nicolás Maduro, lo que aumenta con el paso de los días la incertidumbre y la represión contra Venezuela y los venezolanos. Colombia debe seguir en alerta máxima.

La antidemocrática posesión sirvió para ratificar, según los analistas políticos, el autoritarismo sin precedentes por parte del tirano de Caracas, para seguir en el poder por encima de las exigencias de una gran mayoría de sus ciudadanos, quienes en esencia ponen o quitan a sus gobernantes con su sagrado voto en una verdadera, seria y respetada democracia. Infiero que durante los siguientes días, el pícaro con su sequito de alfiles seguirán mofándose de sus contrarios, la exigencia diplomática mundial y su más fuerte rival, la valiente mujer, María Corina Machado y su presidente electo, Edmundo González. Amanecerá y seguiremos viendo.

 

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No cabe duda que los hechos políticos sucedidos en el vecindario afectan directa e indirectamente a Colombia y los colombianos. Por un lado, analistas proyectan que la frontera entre las dos naciones volverá a ser escenario masivo de la entrada de miles sino de millones de venezolanos habidos de necesidades básicas como: empleo, vivienda, salud, comida y calidad de vida. Exigencia suplidas, seguramente por el Estado colombiano, es decir, con nuestros impuestos. Por el otro lado, se respira un ambiente tóxico entre gran parte del país por cómo el gobierno dictatorial puede influir para que el proyecto político del presidente, Gustavo Petro, siga el ejemplo buscando su reelección con una “triquiñuela” Constitucional. Debemos estar pilas!

Yo me temo lo peor en este último sentido porque el primer mandatario colombiano desde su campaña presidencial lanzó sendos mensajes a la prensa aclarando que, palabras más palabras menos, su programa de gobierno merecía por lo menos de cuatro mandatos presidenciales, es decir, unos 20 años, sin tener presente sus aires de atornillarse eternamente -como su camarada Maduro-, perfilando a uno de sus más cercanos familiares o en últimas poniendo a disposición del pueblo a la más arraigada o arraigado a su doctrina política. Este espinoso tema se matiza en los mensajes de Petro invitando tácitamente a un “movimiento constituyente popular, referendo u otro escenario revolucionario”, sentencia Fernando Carillo Flores en su reciente libro: Sin miedo.

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Precisamente esa sintomatología revolucionaria a la brava nos exige desde la categoría de ciudadanos ser observadores rigurosos de los mensajes y acciones de este y cualquier gobierno de turno con la mínima intención de cambiar las reglas constitucionales para llegar a la Casa de Nariño, lo que significaría empezar, como estamos observando en el vecino país, un largo y espinoso camino a ser encasillados en la barbarie del tal progresismo, izquierdismo, comunismo, socialismo o populismo enmascarado en entregar a diestra y siniestra grandes beneficios sociales y económicos para los más débiles de nuestra sociedad criolla. Mentira! Los colombianos somos testigos directos de los resultados gobiernistas de los dictadores.
Resumiendo, en nuestras conciencias electorales esta convertirnos en el régimen autoritario número 94, -según The Economist hoy hay 93 contra 73 democráticos en todo el mundo-, si es que hacemos caso omiso a las atrocidades humanitarias y de irrespeto contra los derechos fundamentales de los pueblos de Venezuela, Nicaragua y Cuba por citar los modelos “progres” más recientes en la región y, además, si seguimos comiendo cuento que la Democracia es un gusto particular de las altas esferas sociales y capitalistas. En esencia, el debilitamiento de las democracias en América Latina se debe a: “la mala política, los malos políticos y las malas política públicas originadas por los dos primeros”, describe Carrillo Flores en su libro. Verdades totales!

La clase política, en el caso colombiano, viniendo de cualquier extremo, partido o movimiento demuestra históricamente que sus decisiones están cercanas a sus intereses clientelistas, burocráticos, corruptos y populistas en aras de mantenerse en el poder de generación en generación, sin acaudalar planes y acciones concretas para sanear las necesidades sociales y económicas de sus electores y en general de los más de 50 millones de colombianos. Esto último debe ser el punto de partida para aquellos interesados en ser los próximos candidatos a senadores o presidentes, en el sentido de escuchar las exigencias de jóvenes, trabajadores de todos los sectores, empresarios, académicos, generadores de opinión, medios de comunicación para consolidar una verdadera democracia participativa.

Ni hombres de pueblo, ni salvadores de las clases obreras, ni caudillos, ni dictadores. “Sabemos que nadie se adueña del poder con la intención de cederlo”, dice, George Orwel.

Estamos advertidos…

Edgar Martínez Méndez

Calenturas uribistas

No sé en qué esté pensando el uribismo al proponer un ataque militar de carácter internacional a Venezuela, pero lo que sí sé es que es una gran irresponsabilidad presentar una idea de estas a una población vecina que lo que uno que quiere es disfrutar de su país con total tranquilidad.

Por supuesto que Nicolás Maduro debe salir del poder en Venezuela, pero la solución no es a partir de una guerra internacional promovida desde Colombia, porque el primero en perder, curiosamente sería Colombia, quien no solo tendría que recibir a todo el que huya desde el país vecino en masa, en una mayor proporción de lo que hasta el momento se ha dado, sino además dar las explicaciones y soluciones económicas a los pueblos fronterizos por las pérdidas que esto les generaría.

 

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Sí el uribismo olvidó la vergüenza que tuvo enfrentar Colombia luego de que Iván Duque, en su afán de protagonismo promovió una fallida caída de Nicolás Maduro, organizando un concierto en la frontera y enviando unas ayudas que nadie le pidió, aquí está el periodismo para recordarles.

No es con propuestas calenturientas para ganar aplausos y simpatías como se le va a ayudar a Venezuela a superar una dictadura que ha violado los derechos humanos a miles de sus ciudadanos y que ha obligado a gran parte de su población a marcharse de su tierra para convertirse en extraños en un sitio lejano.

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Si tan fácil es declararle la guerra a Venezuela ¿por qué Álvaro Uribe Vélez no lo hizo durante sus ocho años de gobierno, cuando la dictadura comenzó a incubarse con Hugo Chávez? ¿por qué Iván Duque dejó de insistir con su idea de tumbar a Nicolás Maduro del poder?

¿Será porque saben muy bien que el asunto es económico? De acuerdo con la Asociación Nacional de Comercio Exterior (ANALDEX), las exportaciones de Colombia hacia Venezuela crecieron en un 47%, tras la reapertura de la frontera entre los dos países durante el año 2024.

¿Están dispuestas las empresas colombianas que exportan sus productos hacia Venezuela a perder estos ingresos?

No es posible que el Centro Democrático piense en organizar una guerra internacional cuando ni en los años del gobierno Uribe ni mucho menos en los cuatro de Duque, pudo ayudar a superar la propia con los grupos armados ilegales que internamente le han hecho la vida de cuadritos a millones de colombianos.

Colombia no debe ni puede prestarse a la organización de guerras internacionales, porque en el caso de hacerse realidad, ni Estados Unidos la va a apoyar, y porque nuestro país no está en capacidad de atender las consecuencias que un acto irresponsable como este le puede traer.

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Claro que Venezuela debe expulsar a Nicolás Maduro del poder, pero eso, es un asunto que les corresponde a los venezolanos. Nada tiene que hacer Colombia en ese problema.

Oscar Sevillano

Por el derecho a movernos

El sistema de transporte público organizado, eficiente y sostenible en Bogotá, a pesar de los sabotajes políticos y el pesimismo de algunos, lleva 25 años avanzando. Le falta mucho, pero no apoyamos a quienes dicen que hoy no existe nada bueno.

La discusión de la movilidad va más allá de la pregunta “¿cómo se mueven las personas?”, nos debe poner a hablar del derecho a movernos, porque en la medida en que una ciudad tenga un buen sistema de transporte, quiere decir que, en esa ciudad, todos nos podemos encontrar como iguales. Una buena ciudad es aquella en la que los ricos y los pobres se encuentran juntos en el transporte público, como le escuché alguna vez decir al exalcalde Enrique Peñalosa. Por eso, en esta columna, los invito a que veamos medio lleno el vaso de la movilidad en Bogotá.

 

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El 24 de diciembre de 1884, 60.000 bogotanos (toda la población de entonces) recibieron como regalo de navidad el primer sistema de transporte público de la ciudad: los tranvías impulsados por mulas1. Llegó 1910, las mulas se retiraron del servicio, los tranvías fueron electrificados y así funcionaron hasta 1952 cuando desafortunadamente se acabó la red férrea en Bogotá por falta de mantenimiento, deficiente servicio y la llegada de un competidor más barato, flexible y con mayor cobertura: el bus.

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Aparecieron entonces los buses eléctricos, los trolleys o trolebuses, esos que funcionaron hasta la mitad de la década de 1980, que debían ir conectados permanentemente para funcionar y eran administrados por la Empresa Distrital de Transporte Urbano. Fue por ese entonces que apareció la guerra del centavo, esa peligrosa competencia entre privados para movilizar la mayor cantidad de gente posible en buses propios. Pero llegó 1998 y con él la idea de Transmilenio, el sistema de transporte masivo troncal que comenzó a operar en el 2000 y que hoy, 25 años más tarde, moviliza más de 2 millones de personas al día; luego, en el 2006 se creó el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) que buscó organizar e integrar el transporte público de la ciudad. Así, en 2011 entraron a operar los buses zonales (que movilizan, actualmente, otros 2 millones de ciudadanos diarios) y en 2019 se adjudicó la obra de la Primera Línea del Metro de Bogotá que entrará a operar en 20282.

A pesar de aquellos ires y venires en el tiempo y de muchos intentos de sabotaje por parte de algunos, hoy la ciudad tiene un SITP amplio y que apuesta a la multimodalidad:

117km de troncales de Transmilenio operando (aunque debería tener 388km).

31.7km adicionales de troncales en construcción y que entrarán en operación antes de 2028 (Av. 68, extensión de la Av. Caracas y extensión a Soacha, Av. Ciudad de Cali).
Más de 8.000 buses del SITP que cubren toda la ciudad diariamente.
Un cable aéreo operando (Ciudad Bolívar).
Un cable aéreo en construcción (San Cristóbal) y otro adjudicado y listo para empezar a construirse (Potosí).
Un cable aéreo en proceso de estructuración (San Rafael).Avanza la construcción de la Primera Línea de Metro (con un 46,2% al cierre de 20243).
Avanza la adjudicación de la Segunda Línea de Metro y la estructuración de la Tercera que conectará a Bogotá con Soacha.
Se está construyendo el Regiotram de Occidente, tren de cercanías que comunicará a Bogotá con municipios como Facatativá, Madrid, Mosquera y Funza (se espera su entrada en operación para 2026).
Se encuentra en estructuración el Regiotram del Norte, el otro tren de cercanías que conectará a la Capital con Chía, Cajicá y Zipaquirá.

630km de ciclorrutas4 por los cuales se mueven alrededor de 880.000 personas al día (muchas más que en Ámsterdam, Santiago y Copenhague5).

Y estos no son logros menores, menos para un país con una economía tan inestable como la nuestra y tan afectada por los cambios en el precio del dólar. La construcción de la Primera Línea del Metro de Bogotá costaba, para 2017, $13.8 billones de pesos; del Cable Aéreo de San Cristóbal, $341.838 millones de 2023; la Segunda Línea del Metro se proyecta en $34.9 billones; y ni hablar de las troncales cuyas obras avanzan actualmente (a precios de 2024): la Calle 13 ($4.5 billones), la Avenida 68 ($3 billones) y la Avenida Ciudad de Cali ($786.214 millones). Bogotá lleva décadas apostando por una modalidad sostenible y aunque a paso lento y muy costoso, la ha ido consolidando, por eso es tan importante velar por la continuidad de estos proyectos.

Dice el profesor Darío Hidalgo, Doctor en Planeamiento de Transporte Urbano, que, a pesar de todo, Bogotá “sigue teniendo una movilidad sostenible” que son los viajes a pie, en bicicleta y en transporte público, los medios en los que los bogotanos más se han movido en estos casi 500 años de historia. Para 2024, según la Encuesta de Percepción Ciudadana de Bogotá Cómo Vamos (2024), el 39% de los habitantes de la Capital se movilizaron en Transmilenio, el 14.3% en buses del SITP, el 11% en bicicleta y el 6.7% a pie. Ǫuiere decir esto que el año pasado el 71% de los residentes de Bogotá usaron medios de transporte sostenibles para sus actividades diarias. El vaso medio lleno. Pero hay que reconocer los retos que se mantienen: según Bogotá Cómo Vamos (2024), Transmilenio es el modo de transporte de la ciudad que menos satisfacción genera entre sus usuarios con tan solo el 35% (en 2023 era del 39%).

Bogotá debe ser referente mundial en movilidad, no solo en cómo mover ciudadanos sino en cómo respetar y garantizar nuestro derecho a movernos. No nos dejemos llevar por el pesimismo y por los que atacan el SITP para raspar votos. El sistema de transporte público se mantiene en el tiempo si los ciudadanos nos apropiamos de él y lo cuidamos, no si lo vandalizamos, rompemos e incendiamos. Pero la responsabilidad también cae sobre los políticos, los gerentes públicos, esos tomadores de decisiones que por años se negaron a expandir el sistema, demandaron sus obras para que estas no avanzaran y afectan a los millones de ciudadanos que lo usan. Es ahora nuestra responsabilidad trabajar por mejorar esas falencias y mostrar la otra cara de la moneda, la que sí funciona y nos ha hecho sentir. orgullosos. Hoy el vaso está medio lleno, pero sé que llegará el momento en el que lo tendremos a punto de derramarse con un sistema de transporte público organizado, eficiente y sostenible.

Ñapa: y no olvidemos un importante avance, la extensión de la Primera Línea del Metro hasta la Calle 100, que quedó incluida en el Plan Distrital de Desarrollo 2024-2027 gracias a una iniciativa nuestra; proyecto que, además, cuenta ya con una propuesta de prefactibilidad radicada en diciembre pasado ante el Metro de Bogotá por la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC).

1 El Tiempo, 2019. “Vea dónde está el único ejemplar que sobrevive del tranvía de rieles”. Tomado de: https://www.eltiempo.com/bogota/el-tranvia-de-mulas-tiene-sala-especial-443590

2 Esta línea de tiempo es extraída del primer podcast de Juan David Ǫuintero con Darío Hidalgo.

3 RCN Radio, 2025. “Avance del metro de Bogotá alcanza el 46% y proyecta nuevos hitos para 2025”. Tomado de: https://www.rcnradio.com/bogota/avance-del-metro-de-bogota-alcanza-el-46-y-proyecta-nuevos-hitos-para-2025 4 Secretaría de Movilidad, 2024. “Mapa de Ciclorrutas de Bogotá”.

4. Secretaría de Movilidad, 2024. “Mapa de Ciclorrutas de Bogotá”. Tomado de Secretaria de Movilidad

5 https://www.uniandes.edu.co/es/noticias/ingenieria/bogota-tiene-mas-viajes-en-bicicleta-que-amsterdam

Juan David Quintero

Concejal de Bogotá

AIR – E: la punta del iceberg

Como se recordará, la empresa Air – e, que le presta el servicio de energía eléctrica a los departamentos del Atlántico, Magdalena y La Guajira fue objeto de intervención con fines de administración el pasado mes de septiembre por parte de la Superintendencia de servicios públicos, a solicitud de la misma empresa, procediendo en consecuencia a la toma de posesión de la misma, para lo cual procedió a nombrar como Agente interventor inicialmente al Ingeniero Carlos Diago , quien posteriormente fue reemplazado 40 días después por el ex viceministro del Trabajo Edwin Palma. Al anunciar esta decisión, el entonces Superintendente Dagoberto Quiroga manifestó que no se descartaba la liquidación “si no se alcanzan los objetivos”.

Como antecedente es importante destacar que la empresa Air – e, a través de un comunicado que emitió  el 10 de octubre de 2023 declaró su insolvencia e incapacidad de honrar sus compromisos con las empresas generadoras que le despachaban la energía que distribuye, incumpliendo sus contratos con las mismas. La razón que invocó en aquel momento la empresa fueron su falta de liquidez y de flujo de caja. Ello daba lugar a su intervención por parte de la Superintendencia de servicios públicos, debido a que quedaba incursa en la denominada “limitación de suministro”.

 

Para evitar la intervención, de soslayo, el Ministro de Minas y Energía expidió en volandas la Resolución 40611 el 11 de octubre de 2023, suspendiendo la aplicación de la “limitación de suministro a Air – e, al tiempo que abrió una línea de crédito en FINDETER, mediante el Decreto 1637 del 9 de octubre, a la cual podían a acceder esta y las demás empresas para la financiación de la deuda que por concepto de la Opción tarifaria tenemos contraída los usuarios con ellas, que ya superaba los $5 billones y cuya suspensión del cobro ordenada por la ex ministra de Minas y Energía Irene Vélez había puesto en calzas prietas a las empresas. A ello se vino a sumar la mora por parte del Gobierno Nacional del reintegro del valor de los subsidios al consumo de energía aplicado a los estratos 1, 2 y 3.

Pues bien, acaba de expedirse por parte de la Superintendencia de Servicios públicos una Resolución mediante la cual la modalidad de su intervención a la empresa Air – e pasa de la modalidad con fines de administración a otra con fines de liquidación. Con el fin de “adoptar las medidas necesarias para el fortalecimiento de la empresa y garantizar la continuidad de la prestación del servicio como un derecho”. Esta decisión estuvo antecedida y motivada en el “Informe diagnóstico de gestión remitido por el Agente especial de Air – e (intervenida), que muestra la compleja situación financiera y operativa de la empresa”.

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Según lo acota la propia Superintendencia, con “la decisión adoptada se garantiza la normalidad en la prestación del servicio a los usuarios como un derecho y desde la Superintendencia se adelantarán las medidas necesarias para que Air – e pueda continuar adelantando su actividad en los términos exigidos por la Ley”. Empero, para lograr dicho cometido la Superintendencia está en la obligación de solventar a la empresa, darle liquidez y flujo de caja para mantenerla a flote y garantizar su operación y así evitar un apagón. Y ello solo se puede lograr inyectándole los recursos que requiere, sobre todo para comprar la energía que distribuye. Para ello la Superintendencia cuenta como fuente de financiamiento el Fondo empresarial, la mera intervención, per sé, no resuelve la delicada crisis financiera, que llevaron a la intervención.

Es más, el caso de Air-e no es aislado, es solamente la punta del iceberg de la gran crisis que afrontan las 12 empresas prestadoras del servicio, la cual se debe fundamentalmente al pasivo de la Nación, que está en mora de girarles $2.4 billones por concepto de los subsidios a los estratos 1, 2 y 3, ya aplicados por ellas y que el Gobierno Nacional les debe reintegrar. A ello se suma el lastre de la deuda que tenemos contraída con ellas por parte de todos los usuarios por concepto de la Opción tarifaria, cuyo saldo asciende a los $4.5 billones, de los cuales el propio Presidente de la República se comprometió públicamente en el mes de mayo a asumir el monto correspondiente a los estratos 1, 2 y 3, $2.5 billones. A estas deudas se vienen a sumar lo correspondiente a los subsidios a los usuarios de tales estratos de gas natural y GLP, las cuales ascienden a $628.000 millones y $54.000 millones, respectivamente. 

De hecho el Alcalde de Medellín Federico Gutiérrez manifestó recientemente que “esto es demasiado grave, EPM sigue suministrando la energía, pero yo no sé hasta cuándo la caja de las empresas va a aguantar” y añadió: “para antier es tarde, desde hace rato se le viene advirtiendo al Gobierno que esto es una inminente crisis en el sector energético, y no solo de EPM, todos los operadores se lo han dicho, lo de Vichada estaba advertido, de Norte de Santander, de Caldas, de Quindío, de todo lado está advertido”.

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La empresa XM, que opera el Sistema interconectado nacional (SIN), lo advirtió desde el 4 de octubre de 2023, que ello podría lugar a un efecto dominó, porque si las empresas distribuidoras no tienen con qué pagar la energía que comercializan, las generadoras se ven a gatas para cubrir sus gastos administrativos, operativos y sus obligaciones bancarias, amenazando con colapsar el Sistema. Y lo advirtieron los gremios del sector, que todo ello puede conducir  a una “crisis financiera sistémica y previsible”

Es urgente, entonces, la intervención del Gobierno Nacional a través de la Superintendencia, en el caso de Air – e, buscarle una salida la carga que significa para las empresas la deuda de la Opción tarifaria y la decisión por parte del Ministerio de Hacienda de girar el valor de los subsidios, antes de que sea demasiado tarde!

Amylkar Acosta

Estados digitales: supra gobiernos que amenazan la democracia

En el siglo XXI, estamos presenciando el surgimiento de una nueva forma de poder que no se encuentra limitada por las fronteras geográficas: los Estados digitales. Estas entidades, encarnadas en plataformas como Facebook, X (antes Twitter) y TikTok, no son simplemente corporaciones tecnológicas. Se han convertido en territorios virtuales, habitados por miles de millones de usuarios que interactúan, producen, consumen y, a menudo, son gobernados por reglas que no eligieron.

Los Estados digitales han democratizado el acceso a los mercados y a la migración laboral. Ya no es necesario cruzar físicamente una frontera para trabajar en otro país; basta con un perfil en plataformas de trabajo remoto o el desarrollo de competencias digitales. Este fenómeno ha permitido que las economías locales accedan a mercados globales y que las personas encuentren oportunidades que antes eran impensables.

 

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En estos espacios digitales, los saberes también se han convertido en moneda de intercambio. Las barreras geográficas se disuelven, creando un espacio para una nueva era de interconexión y enriquecimiento mutuo. Un muralista en Bogotá puede inspirar a un artista en Seúl; un emprendedor en Lagos puede colaborar con un programador en Berlín. Esta virtualidad, aparentemente neutral, es presentada como el ideal cosmopolita de la globalización: acceso, oportunidad y creatividad sin fronteras.

Sin embargo, como toda utopía, esta promesa lleva en su interior un germen de distopía.

Los Estados digitales no son democráticos. Están gobernados por algoritmos, códigos opacos que obedecen a intereses corporativos, y no a principios éticos o democráticos. Mark Zuckerberg, Elon Musk o Zhang Yiming (fundador de TikTok) no son simplemente empresarios; son los líderes no electos de entidades que, en términos de alcance, superan a muchos países soberanos. Estos nuevos “supra gobiernos” acumulan un poder desproporcionado: manejan economías más grandes que las de naciones enteras y poseen la capacidad de influir en las decisiones de gobiernos formales, incluyendo elecciones.

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La manipulación de las democracias es quizás el riesgo más visible. Plataformas como Facebook han sido acusadas de incidir en procesos electorales, desde el referéndum del Brexit hasta las elecciones presidenciales en Estados Unidos y Brasil. Los algoritmos no solo distribuyen información, sino que la diseñan, priorizando el contenido que maximiza las interacciones, aunque esto signifique polarizar sociedades, incitar al odio o difundir desinformación. Los “supra presidentes” no necesitan tanques ni ejércitos, porque gobiernan a través de flujos de datos y narrativas controladas.

Con la llegada de la inteligencia artificial, este fenómeno se profundiza. Los Estados digitales están integrando IA en sus algoritmos, lo que les permite gestionar una cantidad de datos inimaginable y predecir comportamientos con una precisión aterradora. Pero esto no se detiene en la predicción; la IA comienza a tomar decisiones por nosotros: qué vemos, qué compramos, qué creemos.

La verdadera amenaza no es solo el poder centralizado de los Estados digitales, sino la posibilidad de que la superinteligencia trascienda a sus propios creadores. En su búsqueda de eficiencia y optimización, la IA podría asumir el rol de gobernante supremo. Esta posibilidad abre las puertas a un orden apocalíptico o distópico, donde la autonomía humana se subordina completamente a la autonomía de las máquinas.

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La cuestión no es si los Estados digitales y la inteligencia artificial deben ser regulados, sino quién tiene la autoridad para hacerlo. Las democracias formales, debilitadas por la fragmentación interna y la desconfianza en las instituciones, parecen impotentes frente a estos nuevos actores globales. ¿Puede el legislativo tradicional competir con el dinamismo de los algoritmos? ¿Es posible someter a los supra presidentes a las reglas de las democracias?

El desafío, por tanto, es doble: evitar que los Estados digitales se conviertan en supra gobiernos que manipulen y controlen, y garantizar que la inteligencia artificial no nos lleve a un mundo donde la humanidad ya no sea necesaria. La historia de la modernidad nos ha enseñado que el progreso sin reflexión conduce al desastre. Estamos ante un momento kantiano: debemos atrevernos a pensar antes de que las máquinas lo hagan por nosotros.

Alejandro Toro

Sin señales, sin decreto y sin acción

Comenzando el 2024 los medios de comunicación anunciaron con llamativos titulares que el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, prohibiría el consumo de drogas en algunas zonas de la ciudad. Sin embargo, transcurrió un año y la medida jamás llegó, pese a que también se había informado a la opinión pública sobre una supuesta conversación amplia entre el Distrito y el Concejo relativa al tema.

Y es que esta discusión tuvo su auge en el país cuando cambiaron las reglas para el consumo de drogas en el espacio público debido a la irresponsable decisión del gobierno de Gustavo Petro que consistió en derogar el decreto que permitía sancionar a portadores y consumidores en lugares prohibidos como parques.

 

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Bajo ese panorama, y a toda marcha, algunas autoridades locales preocupadas por sus ciudadanos se dieron a la tarea de encontrarle la comba al palo con el fin de proteger los derechos fundamentales de los menores de edad, la seguridad y convivencia y hasta la salud pública.

En capitales como Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga se expidieron decretos para establecer perímetros y delimitaciones. A diferencia de estos lugares, donde las medidas se adoptaron a toda marcha, en Bogotá esas zonas seguras y libres de consumo se quedaron en una promesa sin cumplir.

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Pero, transcurridos 12 meses, ¿qué se puede hacer ante la paquidermia distrital en este asunto? Pues el tema no es menor y por eso hay que seguir insistiendo. Para empezar, es importante tener presente que está vigente el decreto 825 de 2019 y es deber de las autoridades cumplirlo. Allí se establecen los perímetros y zonas para la restricción del porte, consumo, facilitamiento, distribución, ofrecimiento y comercialización de sustancias psicoactivas.

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En este sentido, y como ciudadanos, debemos saber que tenemos una herramienta que nos blinda. Así las cosas, y en cumplimiento del decreto en mención, tenemos que exigirle a la Administración Distrital que señalice con claridad las zonas restringidas para el consumo de sustancias psicoactivas.

Alrededor de esta solicitud propongo que nos unamos y exijamos su cumplimiento. Es una medida de sentido común que ya aplican en otros lugares. ¿Por qué Bogotá no sigue ese ejemplo? La realidad es incómoda y hay quienes prefieren ignorarla: los parques, plazoletas, entornos escolares y deportivos de la ciudad siguen siendo escenarios de consumo y tráfico. En ese sentido, tenemos una falta de acción y voluntad política.

La señalización no solo serviría como una advertencia visual, sino como una herramienta educativa y preventiva que deje claro dónde está prohibido consumir sustancias psicoactivas y cuáles son las consecuencias legales de hacerlo. Sin embargo, hasta ahora, el Distrito ha ignorado esta necesidad, dejando a las familias y comunidades educativas en una lucha solitaria contra una problemática que debería ser prioritaria. Es una bomba de tiempo.

La presencia de jíbaros en los parques y colegios sigue siendo una amenaza latente que afecta la seguridad y la convivencia en los barrios. ¿Cómo podemos sentirnos seguros si los espacios públicos son tomados por traficantes y consumidores sin que nadie los pueda controlar?

La señalización de zonas libres de consumo de sustancias psicoactivas no debe verse como un gasto innecesario, sino como una inversión en la protección de los derechos de los menores y la promoción de una sana convivencia. Además, es una medida que genera un impacto positivo en la percepción de seguridad de la ciudadanía.

Pero ojo, no se trata solo de cumplir un decreto, sino de demostrar voluntad política para enfrentar uno de los problemas sociales más graves de nuestra época: el consumo de drogas en menores, que incluso afecta hasta a niños desde los seis años. Bogotá no puede seguir sin señales, sin decreto y sin acción.

Andrés Barrios Bernal

Tecnologías emergentes de 2025: Transformando vidas y ampliando horizontes

Como especie no somos conscientes del avance que tiene la tecnología año con año, desde multiplicar exponencialmente las capacidades de un chip cuántico, hasta el desarrollo de una  nueva era de la exploración espacial. El año 2025 marca un momento crucial en la trayectoria de la innovación humana, con tecnologías revolucionarias que están transformando la forma en que vivimos, trabajamos y entendemos nuestro mundo.

Estando en la primera semana del año y ya hemos visto anuncios de computadores que tienen 1000 veces la potencia de cualquier computador actual, desarrollados por Nvidia, a una pintura solar  fotovoltaica para cargar coches eléctricos, anunciada por Mercedes Benz. Sin embargo, hay otras tecnologías que no necesariamente tienen los reflectores pero que pueden resultar decisivas en nuestro futuro. A continuación, exploramos estas tecnologías, las instituciones que las impulsan y sus implicaciones para la vida cotidiana y nuestro futuro colectivo.

 

El Observatorio Vera C. Rubin

En una región remota de Chile, el Observatorio Vera C. Rubin está listo para revolucionar la astronomía con capacidades sin precedentes. Equipado con la cámara digital más grande jamás construida para la exploración espacial, este telescopio capturará imágenes continuas del cielo del sur durante la próxima década. Su misión incluye estudiar la materia oscura, mapear la Vía Láctea y desentrañar misterios cósmicos, estableciendo un nuevo estándar para la astronomía observacional.

Búsqueda con IA Generativa

La búsqueda con IA generativa representa un cambio de paradigma en cómo accedemos a la información. A diferencia de los motores de búsqueda tradicionales, estos sistemas utilizan modelos de IA para sintetizar datos de múltiples fuentes y proporcionar respuestas específicas y concisas. Más allá de las búsquedas en línea, esta tecnología puede analizar documentos personales, fotos y videos en tus dispositivos, simplificando tus tareas. Empresas como Perplexity, OpenAI o Anthropic están liderando esta innovación, que podría redefinir cómo interactuamos con la tecnología en nuestra vida diaria.

Modelos de Lenguaje Pequeños

Mientras que los grandes modelos de lenguaje como ChatGPT han cautivado al mundo con sus capacidades, están surgiendo modelos más pequeños y especializados como alternativas eficientes. Estos sistemas compactos pueden realizar tareas específicas de manera efectiva de comienzo a fin, requiriendo menos recursos computacionales, probablemente el desarrollo de estos agentes sea una de las inversiones principales de las grandes empresas este año, independientemente de la necesidad de los mismos. El cambio hacia herramientas de IA más ágiles está democratizando el acceso a tecnologías avanzadas, haciéndolas más asequibles y ampliamente aplicables, con impactos que aún no podemos determinar sobre el mercado laboral

Soluciones para los gases del Ganado

La agricultura está experimentando una revolución verde con soluciones para una de sus fuentes de emisiones más desafiantes: los gases  del ganado. Suplementos alimenticios que reducen significativamente las emisiones de metano están disponibles a nivel global. Con innovaciones adicionales en camino, estos productos podrían desempeñar un papel crucial en la reducción de la huella de carbono de la ganadería, haciendo la agricultura más sostenible.

Robotaxis

Tras años de pruebas, los robotaxis  se están convirtiendo en una realidad en ciudades de todo el mundo. Estos vehículos autónomos están listos para transformar el transporte urbano, ofreciendo conveniencia y reduciendo la congestión. Sin embargo, su adopción generalizada dependerá de resolver preocupaciones regulatorias y de seguridad mientras empresas como Waymo y Cruise expanden sus operaciones.

Combustibles Limpios para Aviones

La industria de la aviación está tomando un giro sostenible con combustibles limpios derivados de fuentes renovables como aceite de cocina usado y desechos industriales. Estos combustibles alternativos como Gevo o Lanzajet están volviéndose comercialmente viables gracias a nuevas plantas de producción y reglamentaciones estatales. Este desarrollo representa un paso significativo hacia la descarbonización del transporte aéreo y la consecución de emisiones netas cero en el sector.

Robots de Aprendizaje Rápido

Los avances en la IA generativa están permitiendo que los robots aprendan nuevas tareas a velocidades sin precedentes. Estos robots de propósito general pueden adaptarse a diferentes entornos y realizar diversas funciones casi instantáneamente. Industrias como la logística y la salud se beneficiarán de estas máquinas versátiles, optimizando operaciones y mejorando la productividad.

Medicamentos de Prevención del VIH de Acción Prolongada

Los avances médicos continúan transformando la salud pública con la introducción de inyecciones de prevención del VIH de acción prolongada. Efectivas durante seis meses y con una eficacia del 100% en ensayos con mujeres y niñas, esta innovación ofrece esperanza para erradicar la epidemia del SIDA. No obstante, garantizar el acceso equitativo sigue siendo un desafío crítico.

 Acero Verde

La producción de acero, una de las mayores fuentes de emisiones globales, está experimentando una transformación radical. Stegra, una startup pionera en Suecia, está construyendo la primera planta industrial de acero verde utilizando hidrógeno producido con energía renovable. Esta innovación podría reducir la huella de carbono de la industria, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad.

Terapias con Células Madre que Funcionan

Décadas de investigación sobre terapias con células madre están dando resultados tangibles después de décadas de investigación. Las células fabricadas en laboratorio se están utilizando experimentalmente para tratar afecciones como la epilepsia y la diabetes tipo 1, ofreciendo nuevas esperanzas a millones de personas. Estos avances subrayan el potencial de la medicina regenerativa para abordar enfermedades anteriormente intratables.

Las tecnologías de 2025 ofrecen una visión de un futuro más sostenible, eficiente y equitativo. Innovaciones como el acero verde y los combustibles limpios para aviones están estrechamente vinculadas con los objetivos de sostenibilidad, abordando preocupaciones ambientales urgentes. Otras, como los robotaxis y la búsqueda con IA generativa, prometen simplificar la vida diaria y mejorar la productividad. Mientras tanto, avances como el Observatorio Vera C. Rubin y las terapias con células madre amplían nuestra comprensión del universo y la biología humana. Estas tecnologías no solo abren nuevas fronteras del conocimiento, sino que también ilustran cómo la innovación puede ser una poderosa herramienta para el progreso, cerrando la brecha entre el descubrimiento científico y su impacto real en el mundo.

Raúl Arce

Salud

Salud, dinero y amor son tres aspectos deseables que evidencian el bienestar de las personas. Son los temas que preocupan al común de los seres humanos, son indicadores de la buena vida, no en el sentido griego, pero sí el sentido humano vital contemporáneo. Mientras haya buena salud, afectos y medios para satisfacer las necesidades de la vida, se podrá sentenciar con el adagio popular: “Barriga llena corazón contento”.  No obstante, la mayoría de las personas no logran tener los tres aspectos resueltos, generalmente, se concretan dos de tres, y son pocos los afortunados que resuelven favorablemente este trinomio.

No hay falta de ambición o de voluntad para lograrlos. Hablar de salud, dinero y amor, no es gratuito, si se llevaran al podio, la salud estaría en primer lugar. Gozar de buena salud es más importante que tener dinero y amor. El el dinero ayuda y mucho, es muy importante, con dinero muchas penas se espantan y la vida es resulta más “fácil”, muchas preocupaciones por asuntos materiales se desvanecen. El amor, es esencial, el amor todo lo puede, todo lo cree, todo lo soporta y todo lo sana, pero aún es posible la existencia buena sin amor; basta con amarse a sí mismo, respetarse y valorarse e indefectiblemente el amor llegará de manera magnética.

 

El punto es la salud, y no cualquiera salud, la buena salud. Cuando los hispanoparlantes brindan lo hacen a la salud.  En la edad media, se tomaba vino en recipientes macizos y ante el uso masivo de venenos, los comensales chocaban con fuerza las vasijas con el ánimo de que las bebidas se mezclaran mientras clamaban por salud. La salud es el bien más preciado que cada quien debería tener luego del temor por El Eterno, sin una buena salud difícilmente se podrá conservar la vida, ¿De qué sirven dinero y amor si no hay buena salud?

La buena salud es un acto individual que inicia en el subconsciente. El primer sanador es el pensamiento propio, es por ellos que muchas personas han logrado desarrollar la capacidad de autocurarse y logran que sus células se regeneren, ordenan a sus cuerpos la sanidad. Con el pensamiento se construye el universo. Mantener la salud es un deber, no en vano, el cuerpo es un templo. El paciente es el primer médico, requiere de paciencia como el águila que regenera su pico y sus garras. En la medida que se alberguen los mejores pensamientos se conservará la salud en bienestar, a lo cual se le debe sumar el alimento; se es lo que se come aunado a los buenos hábitos, no se puede pretender que un vehículo que es maltratado y abusado vaya a tener la misma duración que un vehículo que recibe mantenimiento adecuado.

Se trata de simple lógica y sentido común, no en vano el latinajo atribuido al poeta latino Juvenal (60-128) “Mens sana in corpore sano”. La buena salud se debe conservar, se debe mantener y atesorar. Si hay deficiencia sanitaria se debe buscar enmendar las causas de la enfermedad para recuperar la buena salud, y en su defecto, cuando las secuelas han avanzado, se debe perseverar en búsqueda de la calidad de vida, aprender a vivir lo bueno que haya en compañía de la condición deficitaria, siempre con la mente centrada en la recuperación.

Sin buena salud poco o nada valen dinero y amor. Con buena salud la carencia de los dos últimos aún puede ser sobrellevada, no quiere decir que, se debe ser conformista para mantener la buena salud y pare de contar, hay que trabajar y seguir el esfuerzo por el trinomio completo, en todo caso, se debe partir de lo primero, la buena salud.

León Sandoval