Venezuela ha tildado este jueves de «arbitrarias» las sanciones que Estados Unidos ha impuesto contra los hermanos Santiago y Ricardo Morón Hernández, a los que define como testaferros del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su hijo, Nicolás Ernesto Maduro Guerra.

«El Gobierno de (Donald) Trump no es más que una secta supremacista que pretende gobernar el mundo a partir de sanciones arbitrarias y narrativas ficticias», ha indicado el ministro de Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, a través de su cuenta en la red social Twitter.

A su juicio, ante el «pésimo desempeño general y la desastrosa gestión contra la COVID-19», Trump «acude a acciones desesperadas para obtener votos en Florida».

Según el Departamento del Tesoro, «los miembros de la familia Morón Hernández son socios fiables de Nicolás Maduro y su hijo». «Santiago y Ricardo han distribuido activos para Maduro y su familia en todo el mundo», ha afirmado.

Las autoridades norteamericanas han asegurado que Maduro Guerra les contrató para «hacer negocios en su nombre», detallando que «usaron diferentes empresas para realizar las transacciones». Santiago sería «el principal asistente» del hijo del mandatario venezolano, mientras que Ricardo se encargaría de «las actividades operativas».

Además, el Tesoro ha señalado a Maduro Guerra, los dos hermanos y «sus estrechos aliados» como «figuras centrales de la industria del oro en Venezuela», sobre la que la ONU ha llamado la atención recientemente por las violaciones de los Derechos Humanos cometidas en el Arco Minero del Orinoco por las mafias que controlan las explotaciones ilegales.

Estados Unidos ya ha dictado una batería de sanciones contra Maduro, su familia, su Gobierno y sus colaboradores por cuestiones que van desde las violaciones de los Derechos Humanos hasta corrupción o narcotráfico.