El suizo llevaba seis meses parado por culpa de los problemas en su rodilla y volvió por todo lo alto con un partidazo contra Berdych en el que mostró la misma plenitud de hace 10 años. Le endosó al checo un 6-2, 6-4 y 6-4 sin darle oportunidad en ningún momento del encuentro.

Roger Federer se jugaba el cuello en el Rod Laver Arena. Por partido de tercera ronda del Open de Australia, se enfrentaba a todo un top 10 como el checo Thomas Berdych. El helvético no solo pasó la prueba con nota, sino que dio una clase maestra de como se debe jugar a este deporte. Como si hubiera rejuvenecido diez años, barrió sobre la pista a su rival y dio un golpe sobre la mesa para avisar a sus contrincantes de que venderá cara su piel en este torneo.

A sus 35 años, llegó a la demente cifra del 95 por ciento de puntos ganados con su primer saque. Liquidó sobre la pista a un Berdych al que le endosó un 6-2, 6-4 y 6-4. De haber perdido en este crucial encuentro podría haber caído hasta más allá del puesto 30 en el ránking de ATP. Pero apareció la mejor versión de Federer para recordar al mundo que todavía no lo pueden dar muerto.

«No puedo estar más feliz, estoy sorprendido conmigo mismo», declaró Federer tras dar una exhibición en su juego contra Berdych. Pero al ganador de cuatro Open de Australia aún le queda un camino difícil para alzarse de nuevo con el cetro en el Rod Lavern Arena. Su actual puesto en el ránking, en el que se hace demasiado raro verle, lo obliga a seguir un cuadro bastante complejo para llegar a la final. Su siguiente rival para acceder a la ronda de cuartos es Nishikori, quinto del mundo, y contra el que tendrá que demostrar su buen estado de forma que exhibió hoy contra Berdych después de la inactividad de seis meses que llevaba hasta ahora.