El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 contempla incluir un impuesto a la llamada «comida chatarra». Las gaseosas y comidas rápidas serían gravadas, si el Congreso lo aprueba, para atacar la obesidad como enfermedad crónica.

En el Plan Nacional de Desarrollo que se apresta a discutir el Congreso de Colombia, el Gobierno integró un inciso que busca ponerle impuestos al consumo de bebidas gaseosas y comidas rápidas. La intención se deriva de una necesidad planteada, que es la de crear herramientas para controlar el consumo de bebidas azucaradas y comidas rápidas.

Según los argumentos, que se originan en el ministerio de Salud, en Colombia, 1 de cada 2 personas tiene sobrepeso o es obeso. Esa condición ha hecho más propensos a los colombianos a sufrir enfermedades cardiacas y renales, que se han convertido en la segunda causa de muerte en el país, por debajo de la violencia.

Esta epidemia de obesidad ha obligado a cerca de 20 gobiernos en todo el mundo, a montar impuestos contra aquellos alimentos que afectan la calidad nutricional, como los son las bebidas azucaradas, los dulces y las comidas rápidas.

El control de esta problemática es uno de los retos para estos próximos 4 años de Gobierno, por eso en el Plan Nacional de Desarrollo incluyeron una propuesta que serviría como marco normativo para comenzar gravar estos alimentos.

Adicionalmente, se está pensando en restringir la venta de gaseosas y comidas rápidas en colegios. Con esta medida buscan desestimular el consumo y lograr hábitos más saludables en los colombianos.